domingo, 27 de octubre de 2024

Los primeros aniversarios de TVE

La portada de "Tele Radio" rindiendo homenaje a los trabajadores de TVE en el VII aniversario 

El 28 de octubre de 1956 comenzaba sus emisiones regulares Televisión Española tras un período de pruebas de varios años. Aún tendrían que pasar unos cuantos más hasta que realmente se estabilizara la programación y la señal llegara a todo el país, quizás por eso los primeros aniversarios se celebraron casi de tapadillo, sin grandes alharacas ni galas musicales con estrellas de renombre. Si consultamos la hemeroteca, que es lo único que tenemos a mano junto a los valiosísimos recuerdos de los propios profesionales (quizás, eso sí, alterados por el tiempo) resulta un poco decepcionante que, en general, esta efeméride pasara casi desapercibida para el espectador.

La misa conmemorativa correspondiente a 1960

En realidad sí que había una pequeña celebración que se repetía invariablamente año tras año, una misa oficiada por Salvador Muñoz, un sacerdote diocesano de Madrid que por aquel entonces se asomaba bastante por la pequeña pantalla para hacer apostolado ante la escasa audiencia de finales de los cincuenta. A esa liturgia organizada en el propio plató del Paseo de la Habana (decorado para la ocasión con un pequeño altar, una estrella por aquí, unas velas por allá) acudían los gerifaltes de la Casa, es decir, el Director General de Radio Difusión y Televisión, el de TVE, el responsable de programas... 

"El muy excelentísimo Sr. Salvador Muñoz" oficiando la misa aniversario en 1961

Habitualmente, después de la misa se organizaba un pequeño piscolabis para los trabajadores y por la noche se emitía algún programa considerado "extraordinario" pero que por lo único por lo que se ajustaba al adjetivo era porque se preparaba en el último momento y casi nunca era anunciado en prensa, ni siquiera en la revista para los suscriptores de TVE, "Tele Radio". En 1960 por ejemplo, cuarto aniversario, la Philips (una de las principales marcas de televisores y patrocinadora frecuente de programas para autopublicitarse) instaló un "simpático local con profusión de cadenetas y farolillos, en el que tampoco faltó el castizo organillo, se sirvió una copa de vino español para cuantos diariamente hacen posible la programación de Televisión Española. Y por la noche (...) ofreció a sus espectadores un resumen fílmico de las principales noticias recogidas por sus equipos de filmaciones a lo largo del pasado año. En este mismo programa se ofrecieron también filmadas una serie de interesantes entrevistas realizadas en distintos puntos de la geografía española". Vamos, un despiporre.

Al año siguiente se produjo un curioso fenómeno: se conmemoró el III aniversario y no el V, como tocaba. Los jefes decidieron que los dos primeros años no contaban porque habían sido experimentales (olvidando, por tanto, los anteriores de pruebas semanales). No era casual este birlibirloque numérico, en la revista "Tele Radio" se ofreció detallada información sobre los avances técnicos (hoy muy valiosa para los investigadores) desplegada en distintos cuadros numéricos y gráficos. De esta forma parecía que todo eso se había conseguido en apenas tres años y no cinco. Presumían en aquel 1961 de cubrir casi el 70% de la superficie de la Península. Dato curioso: hasta 1982 y gracias al Mundial de Fútbol organizado aquí no se produjo el empujón definitivo para la difusión en todo el territorio. Esos cuadros también nos hablan del aumento de receptores: de 80.000 en 1959 a 420.000 en 1961 (50.000 de ellos en lugares públicos) y, consecuentemente, de espectadores, de 1.080.000 para la programación diaria (dato muy optimista pero que tenía en cuenta a aquellos que iban a los bares o casas de familiares y vecinos) a los 2.520.000 que superaba, según sus cálculos, los ocho millones en las emisiones extraordinarias. También se aseguraba que tenía uno de los índices de producción propia más abudantes de Europa, a la altura de Francia y sólo "muy poco por debajo de Gran Bretaña e Italia". 

Dos fotografías del programa especial de 1962 que dejan patente su modestia

En las temporadas siguientes la dinámica no cambió demasiado: Misa, vino español y algún pequeño programa nocturno, como el emitido en 1962 a partir de las 22.15 h con una duración de media hora y en el que intervino el cuadro habitual de actores del Paseo de la Habana. En este caso la originalidad es que se rompía la cuarta pared y veíamos a los intérpretes también fuera de los decorados. Y es que, en realidad, los trabajadores se tenían que reservar para el esfuerzo que les tocaría al día siguiente, 29 de octubre, cuando se celebraba, esta vez sí, con todos los honores el aniversario del acto fundacional de la Falange. Un ejemplo extraído de la revista de los abonados televisivos: "TVE se unió a la conmemoración con una emisión extraordinaria en la que se dio lectura al texto íntegro del discurso pronunciado en tan histórica fecha por José Antonio. Mientras las palabras del Fundador de la Falange se dejaban oír, con toda su maravillosa vigencia, una sucesión de imágenes (...) revivieron ante los espectadores la circunstancia política española que hizo precisa la aparición de un movimiento joven -de una revolución nacional- , nacido del verbo de José Antonio Primo de Rivera. La emisión se cerró con el Caral al Sol (...). La prensa española se ha hecho eco de esta emisión especial, a la que ha dedicado palabras de elogio que el diario "Arriba" -fundado por José Antonio- expresaba así: 'Por su ajuste técnico y su profundo emoción, este tributo de Televisión a la conmemoración de la fundación de la Falange ha sido un excelente servicio a la fecha'". Con la grandilocuencia habitual en la época cuando se hablaba de estos temas nos queda claro qué era lo que TVE tenía que ensalzar. Aprovecho para recordar que dentro de dos años se cumplirán setenta del inicio de las emisiones y con un cumpleaños tan redondo debería de organizarse algo grande. ¿Se está pensando ya en los despachos?

domingo, 13 de octubre de 2024

Ella Fitzgerald y Duke Ellington en el Estudio 1

Ella Fitzgerald con el saxofonista Johnny Hodges de la orquesta de Duke Ellington en el Estudio 1

"Noche del sábado" era una continua sorpresa para el espectador de TVE en 1966. Aunque seguía la estela del mítico "Gran Parada" con actuaciones musicales de grandes artistas y algo de humor la gran diferencia es que la llegada del Videotape permitía su grabación y eso implicaba que en un mismo programa se pudiera ver a varias estrellas internacionales imposibles de tener a la vez en una emisión en directo. La grabación en días distintos, como se hace ahora con las Galas de Nochevieja por ejemplo, era una de las ventajas y en la emisión del 12 de marzo de aquel año se produjo un gran acontecimiento para la entonces pequeña historia de nuestra televisión que fue ampliamente anunciado en prensa: la actuación estelar de Duke Ellington y su orquesta con Ella Fitzgerald y el trío Jimmy Jones. 

Duke Ellington dando las últimas instrucciones antes de la grabación para "Noche del Sábado"

En realidad esa noche se emitiría sólo una parte de la grabación realizada a finales de marzo en el Estudio 1 de Prado del Rey. Más adelante se emitiría el resto en semanas siguientes e, incluso, en otros espacios de TVE para aprovechar al máximo el interés generado y, para qué negarlo, para rentabilizar el contrato que, según se comentaba, era uno de los más altos cachés pagados hasta la fecha. Primero se registró la parte de Duke y su orquesta formada por algunos de los más finos músicos del jazz: los trompetistas Cootie Williams y Cat Anderson, los saxofonistas Johnny Hodges, Harry Carney y Paul Gonsalves y el trombonista Lawrence Brown. Unos cuarenta minutos de puro virtuosismo según la crónica de Luis de Tordehumos para "Tele Radio", sospecho que tras ese nombre se ocultaba el periodista, realizador y director Luis Tomás Melgar puesto que Tordehumos era su pueblo de nacimiento. 

Ella Fitzgerald esperando la señal del regidor

Tras un pequeño descanso, Ella Fitgerald y el trío Jimmy Jones con la orquesta de Duke, es decir, el academicismo (algunos decían que su tecnicismo podía resultar frío) de Ellington al servicio del dominio absoluto de la técnica de Ella que le permitía improvisar y saltarse las reglas como pocas eran capaces de hacer. Puro oro televisivo que, según me cuentan, no se conserva desgraciadamente. Ni los "brutos" de la grabación ni el programa "Noche del sábado" ni ninguno de los fragmentos emitidos en otras emisiones, por ejemplo la del 26 de marzo. Queda la esperanza de que algún día aparezca en el proceso continuo de digitalización de todas las cintas pero, de momento, nos tenemos que conformar con las fotos de Calderón para la revista "Tele Radio" y la crónica de Luis de Tordehumos. 

Duke Ellington tocando el piano en TVE

Gracias a ese reportaje sabemos que se construyeron dos decorados de estilo cubista en el plató más grande de Prado del Rey y que en un lateral se colocaron gradas con más de quinientas sillas que fueron ocupadas por personal de la Casa y familiares a los que había que sumar otro centenar que curioseaba entre las cámaras. Nadie quería perderse el evento y según el periodista estamos "ante la mayor expectación registrada hasta ahora en los estudios de TVE". Ramón Díez realizaba, Ricardo Arias dirigía y el chileno Raúl Matas presentaba. Aquella noche, por cierto, también actuaba otra gran estrella internacional, el francés Johnny Hallyday. Por la parte patria el Tablao Flamenco de Las Brujas y la chica yeyé de moda, Rosalía. El programa comenzaba a las 22.30 h, tras la "Pequeña Comedia" de Pedro Amalio López con guión de Víctor Ruiz Iriarte. A su término, sobre las 23.45 h, una serie para adultos, la famosa "Los Intocables". Una noche de aúpa para la audiencia de la época. 

domingo, 6 de octubre de 2024

"La televisión en España (1990-2022)", una reflexión

"¿Quién sabe dónde?", un reality de éxito en los noventa 

Las tres décadas y dos años que van desde 1990 a 2022 han transcurrido como un suspiro televisivamente y, al mismo tiempo, ha habido temporadas de un estancamiento en la programación que recordaban a las arenas movedizas de la novelas de aventuras de nuestros padres y abuelos. El nacimiento de la competencia para la tele pública, el asentamiento de la imagen de las primeras cadenas privadas y autonómicas, la llegada de más canales y de la TDT, las plataformas... Hemos pasado del retorno exitoso del clásico "Un, dos, tres" al fenómeno sociológico de "Operación Triunfo", del prestigio de series como "La Regenta" a la internacionalización de "La casa de papel". Todo lo que sucede hoy no sería comprensible sin los pasos previos, incluidos (sobre todo) los grandes errores y abusos de géneros como el reality o los programas de corazón más descarnados. 

La portada del libro de Palacio

Manuel Palacio ha analizado ese tiempo de cambios en su último libro publicado en la colección Signo e Imagen de la editorial Cátedra, "La televisión en España (1990-2022)". El Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Carlos III de Madrid es, entre otras cosas, un experto en historia de nuestra tele y al hilo de esta publicación hemos podido reflexionar con él sobre esta etapa reciente. 


- En primer lugar quizás conviene aclarar que el lector no se va a encontrar aquí una relación de programas, presentadores y series de ese período que abarca 32 años sino un estudio concienzudo sobre los cambios que ha experimentado el medio y su representación en la sociedad y viceversa. ¿Cuál ha sido su objetivo al escribirlo? ¿A quién va dirigido este libro?

Me viene bien mirar atrás, mis primeros escritos sobre la televisión en España son de finales de los años ochenta y mi primer libro de 1991. Entonces tu pregunta tenía fácil solución: se enmarcaba en la trasmisión de conocimiento académico tal como, mal que bien, se había producido durante siglo y medio. Escribías para tus pares universitarios para con ello, y con ellos, si el libro se ajustaba a las necesidades docentes, poder establecer una cadena de conocimiento de una disciplina o un saber. En este caso la televisión en España. Pero ahora ha cambiado todo, las cosas no funcionan así. Ni hay pares, ni hay cadena de conocimiento en una materia ni hay necesidad de retroalimentar ese conocimiento. Los editores de Cátedra, justamente una editorial basada en ese modelo desde hace décadas, lo saben bien. Es decir conocen que, al fallar que los profesores compren libros, es difícil saber a quiénes va dirigidos. A mí, no obstante, me gusta, supongo que por narcisismo, que de vez en cuando un estudiante me diga que le ha gustado un libro mío. No me sorprende, y me apena, que los profesionales del medio parecen vivir en un mundo propio.

Joaquín Prat en "El precio justo", un programa de premios millonarios en la tele pública

- Este ensayo comienza, aparentemente, con el lanzamiento de las cadenas privadas pero en realidad se retrotrae más atrás para crear un contexto. ¿Cómo era esa televisión previa a las privadas? ¿Se preparó realmente TVE para ese cambio tan importante?

La importancia del cambio la hemos visto posteriormente. En aquellos años se pensaba que la llegada de las privadas iba a seguir un camino similar al de otros países europeos, con un campo público y un campo privado bien delimitados y, desde luego, con lógicas diversas. Hubo cambios, claro, y cuento, por ejemplo, en el libro como en TVE programaron "El precio justo" por vez primera en Europa en una cadena pública. Pero la verdad es que no se preparó el cambio de paradigma. Yo digo que el modelo televisivo español siempre, desde el franquismo, ha sido un modelo publicitario comercial tanto en las emisoras públicas como en las privadas y eso no cambió. Innegablemente no se quiso buscar un papel diverso para la presencia de lo público en el sector televisivo. El caso de TV3, la autonómica catalana, también es modélico: deciden priorizar la normalización lingüística frente a otras posibilidades y por ello compran y exhiben la serie "Dallas" y la emiten en catalán.

"Farmacia de guardia", la primera serie de gran éxito de Antena 3

- Algo que llama poderosamente la atención es la falta de una regulación específica y realista para la televisión. A lo largo de este volumen detalla todos los intentos y también las trabas para reglamentar la tele en nuestro país. ¿Cuál es su conclusión? ¿Por qué ha habido tan poco interés de la clase política en “arreglar” esto? 

Cuando ha pasado casi medio siglo desde las primeras reglamentaciones jurídicas democráticas en el sector televisivo y ha habido, por supuesto, gobiernos socialistas, populares, de partidos autonómicos y todo sigue igual que en 1980, sólo cabe pensar que la clase política en su conjunto desea el modelo televisivo que tenemos. No se me ocurre otra respuesta.

- La televisión, al igual que la literatura o el cine, son muestras de la sociedad de la época. A alguien que no viviera en los 90 quizás le sorprenda ver lo que reflejan aquellos programas. ¿Cuál es la reacción de sus alumnos cuando les descubre lo que triunfaba en los primeros años de competitividad entre distintas cadenas?

Eres muy optimista. Tu pregunta revela que existe un pálpito histórico en los alumnos pero sinceramente no lo creo. No ocurre en televisión, pero tampoco en cine o en literatura. No creo que hoy sepan de las novelas españolas de los noventa. No es culpa de ellos, por supuesto, sino de nosotros. Sin embargo, el observar un fenómeno súper interesante que está ocurriendo ahora me llama mucho la atención a pesar de que tan sólo lleva a comentarios intrascendentes. Las series firmadas por los hermanos Caballero siguen funcionando veinte años después de su estreno. El mismísimo extraordinario futbolista Lamine Yamal dice que la serie que más le gusta es "La que se avecina" y no "Los Soprano" o "The Wire". Alguien debía financiar el pensamiento de los jóvenes sobre las series españolas.

El logotipo de Canal +, una cadena privada que buscaba la diferenciación

- En los inicios de los 90 la imagen de las tres cadenas privadas existentes entonces estaba muy marcada pero ¿qué pasaba con las públicas? ¿Supieron enfrentarse a la llegada de otras “miradas”?

Bueno ya he dicho que no existía lindes muy diferenciados entre un modelo u otro. Y un buen ejemplo es que los profesionales podían intercambiarse y también los formatos o ficciones. En suma no supieron (o no les dejaron) establecer un modelo en que se diferenciara o coordinara el conjunto de la oferta televisiva.

"Médico de familia", uno de los grandes éxitos de la ficción en Tele 5

- En este libro establece una Edad de Oro de la TV que quizás despierte polémica. ¿Por qué considera que entre 1996 y 2008 se vivió una etapa que podamos denominar así?

Es muy simple: son los años en los que el dinero de la publicidad llega a espuertas y parece que todo es posible. También era posible, lo supimos luego, la burbuja inmobiliaria y los pocos controles a las cajas de ahorro. Con más dinero que nunca se podía pensar en un ‘edad de oro’.

- Presta especial atención al desarrollo de la ficción televisiva desde los 90 y deja patente que aunque en nuestro país se produce más que en otros europeos, se hace con mucho menos dinero. Con estos mimbres, ¿por qué se caracterizan las series españolas con respecto a las de nuestros vecinos?

Las series españolas son de bajo coste, tanto lo que cobran los trabajadores como los dineros con los que cuenta la producción: decorados en interiores, con pocos personajes y tiros de cámara cortos que no obligan a mucha iluminación. En Europa las series españolas siempre parecen telenovelas, que es muy digno pero es lo que es.

Los concursantes de la primera edición de "Operación Triunfo"

- También analiza el caso de “Operación Triunfo”, ¿qué aportó su estreno en la televisión del momento con una TVE perdiendo preponderancia entre el público?

"Operación Triunfo" fue un gran programa. En cierto sentido estableció sinergias entre los profesionales de la empresa privada y los provenientes del sector público. Y desde luego, la llegada de concursantes de muchos lugares del Estado ayudó favorablemente.

- En España la relación entre política y TV ha sido evidente (e inevitable) desde sus inicios. ¿Cómo ha evolucionado en estos 32 años? ¿Se vislumbra un cambio hacia la independencia de las públicas?

Por supuesto que no se vislumbra ningún cambio, a veces se hace un poco mejor y en otras ocasiones un poco peor, pero siempre bajo la égida defensiva de los políticos. Mira este ejemplo: ¿Por qué no existen apenas libros de memorias de los que han detentado mando en las emisoras públicas? ¿No te extraña? No ocurre así ni en Francia, ni en el Reino Unido, ni en Italia. ¿Y porqué en España pasa? Y fíjate que tenemos varias décadas de emisoras públicas democráticas.

Broncano en el estreno de "La Revuelta" en TVE

- ¿Qué les podemos decir a aquellos que desprecian la TV como medio y que consideran que su influencia en la sociedad es nula o sólo negativa? ¿Cuál es su opinión después de años de estudio y análisis profesional?

Pues no sé, que piensen en Yamal, que juega muy bien y le gusta la TV o, que al margen de la polarización política y los (justos) intereses económicos, el ‘combate’ en septiembre de 2024 entre Pablo Motos y Broncano nos está hablando de la España contemporánea más que otras cosas que se nos puedan ocurrir que están pasando. A mí eso me interesa.