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"¿Quién sabe dónde?", un reality de éxito en los noventa |
Las tres décadas y dos años que van desde 1990 a 2022 han transcurrido como un suspiro televisivamente y, al mismo tiempo, ha habido temporadas de un estancamiento en la programación que recordaban a las arenas movedizas de la novelas de aventuras de nuestros padres y abuelos. El nacimiento de la competencia para la tele pública, el asentamiento de la imagen de las primeras cadenas privadas y autonómicas, la llegada de más canales y de la TDT, las plataformas... Hemos pasado del retorno exitoso del clásico "Un, dos, tres" al fenómeno sociológico de "Operación Triunfo", del prestigio de series como "La Regenta" a la internacionalización de "La casa de papel". Todo lo que sucede hoy no sería comprensible sin los pasos previos, incluidos (sobre todo) los grandes errores y abusos de géneros como el reality o los programas de corazón más descarnados.
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La portada del libro de Palacio |
Manuel Palacio ha analizado ese tiempo de cambios en su último libro publicado en la colección Signo e Imagen de la editorial Cátedra, "La televisión en España (1990-2022)". El Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Carlos III de Madrid es, entre otras cosas, un experto en historia de nuestra tele y al hilo de esta publicación hemos podido reflexionar con él sobre esta etapa reciente.
- En primer lugar quizás conviene aclarar que el lector no se va a encontrar aquí una relación de programas, presentadores y series de ese período que abarca 32 años sino un estudio concienzudo sobre los cambios que ha experimentado el medio y su representación en la sociedad y viceversa. ¿Cuál ha sido su objetivo al escribirlo? ¿A quién va dirigido este libro?
Me viene bien mirar atrás, mis primeros escritos sobre la televisión en España son de finales de los años ochenta y mi primer libro de 1991. Entonces tu pregunta tenía fácil solución: se enmarcaba en la trasmisión de conocimiento académico tal como, mal que bien, se había producido durante siglo y medio. Escribías para tus pares universitarios para con ello, y con ellos, si el libro se ajustaba a las necesidades docentes, poder establecer una cadena de conocimiento de una disciplina o un saber. En este caso la televisión en España. Pero ahora ha cambiado todo, las cosas no funcionan así. Ni hay pares, ni hay cadena de conocimiento en una materia ni hay necesidad de retroalimentar ese conocimiento. Los editores de Cátedra, justamente una editorial basada en ese modelo desde hace décadas, lo saben bien. Es decir conocen que, al fallar que los profesores compren libros, es difícil saber a quiénes va dirigidos. A mí, no obstante, me gusta, supongo que por narcisismo, que de vez en cuando un estudiante me diga que le ha gustado un libro mío. No me sorprende, y me apena, que los profesionales del medio parecen vivir en un mundo propio.
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Joaquín Prat en "El precio justo", un programa de premios millonarios en la tele pública |
- Este ensayo comienza, aparentemente, con el lanzamiento de las cadenas privadas pero en realidad se retrotrae más atrás para crear un contexto. ¿Cómo era esa televisión previa a las privadas? ¿Se preparó realmente TVE para ese cambio tan importante?
La importancia del cambio la hemos visto posteriormente. En aquellos años se pensaba que la llegada de las privadas iba a seguir un camino similar al de otros países europeos, con un campo público y un campo privado bien delimitados y, desde luego, con lógicas diversas. Hubo cambios, claro, y cuento, por ejemplo, en el libro como en TVE programaron "El precio justo" por vez primera en Europa en una cadena pública. Pero la verdad es que no se preparó el cambio de paradigma. Yo digo que el modelo televisivo español siempre, desde el franquismo, ha sido un modelo publicitario comercial tanto en las emisoras públicas como en las privadas y eso no cambió. Innegablemente no se quiso buscar un papel diverso para la presencia de lo público en el sector televisivo. El caso de TV3, la autonómica catalana, también es modélico: deciden priorizar la normalización lingüística frente a otras posibilidades y por ello compran y exhiben la serie "Dallas" y la emiten en catalán.
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"Farmacia de guardia", la primera serie de gran éxito de Antena 3 |
- Algo que llama poderosamente la atención es la falta de una regulación específica y realista para la televisión. A lo largo de este volumen detalla todos los intentos y también las trabas para reglamentar la tele en nuestro país. ¿Cuál es su conclusión? ¿Por qué ha habido tan poco interés de la clase política en “arreglar” esto?
Cuando ha pasado casi medio siglo desde las primeras reglamentaciones jurídicas democráticas en el sector televisivo y ha habido, por supuesto, gobiernos socialistas, populares, de partidos autonómicos y todo sigue igual que en 1980, sólo cabe pensar que la clase política en su conjunto desea el modelo televisivo que tenemos. No se me ocurre otra respuesta.
- La televisión, al igual que la literatura o el cine, son muestras de la sociedad de la época. A alguien que no viviera en los 90 quizás le sorprenda ver lo que reflejan aquellos programas. ¿Cuál es la reacción de sus alumnos cuando les descubre lo que triunfaba en los primeros años de competitividad entre distintas cadenas?
Eres muy optimista. Tu pregunta revela que existe un pálpito histórico en los alumnos pero sinceramente no lo creo. No ocurre en televisión, pero tampoco en cine o en literatura. No creo que hoy sepan de las novelas españolas de los noventa. No es culpa de ellos, por supuesto, sino de nosotros. Sin embargo, el observar un fenómeno súper interesante que está ocurriendo ahora me llama mucho la atención a pesar de que tan sólo lleva a comentarios intrascendentes. Las series firmadas por los hermanos Caballero siguen funcionando veinte años después de su estreno. El mismísimo extraordinario futbolista Lamine Yamal dice que la serie que más le gusta es "La que se avecina" y no "Los Soprano" o "The Wire". Alguien debía financiar el pensamiento de los jóvenes sobre las series españolas.
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El logotipo de Canal +, una cadena privada que buscaba la diferenciación |
- En los inicios de los 90 la imagen de las tres cadenas privadas existentes entonces estaba muy marcada pero ¿qué pasaba con las públicas? ¿Supieron enfrentarse a la llegada de otras “miradas”?
Bueno ya he dicho que no existía lindes muy diferenciados entre un modelo u otro. Y un buen ejemplo es que los profesionales podían intercambiarse y también los formatos o ficciones. En suma no supieron (o no les dejaron) establecer un modelo en que se diferenciara o coordinara el conjunto de la oferta televisiva.
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"Médico de familia", uno de los grandes éxitos de la ficción en Tele 5 |
- En este libro establece una Edad de Oro de la TV que quizás despierte polémica. ¿Por qué considera que entre 1996 y 2008 se vivió una etapa que podamos denominar así?
Es muy simple: son los años en los que el dinero de la publicidad llega a espuertas y parece que todo es posible. También era posible, lo supimos luego, la burbuja inmobiliaria y los pocos controles a las cajas de ahorro. Con más dinero que nunca se podía pensar en un ‘edad de oro’.
- Presta especial atención al desarrollo de la ficción televisiva desde los 90 y deja patente que aunque en nuestro país se produce más que en otros europeos, se hace con mucho menos dinero. Con estos mimbres, ¿por qué se caracterizan las series españolas con respecto a las de nuestros vecinos?
Las series españolas son de bajo coste, tanto lo que cobran los trabajadores como los dineros con los que cuenta la producción: decorados en interiores, con pocos personajes y tiros de cámara cortos que no obligan a mucha iluminación. En Europa las series españolas siempre parecen telenovelas, que es muy digno pero es lo que es.
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Los concursantes de la primera edición de "Operación Triunfo" |
- También analiza el caso de “Operación Triunfo”, ¿qué aportó su estreno en la televisión del momento con una TVE perdiendo preponderancia entre el público?
"Operación Triunfo" fue un gran programa. En cierto sentido estableció sinergias entre los profesionales de la empresa privada y los provenientes del sector público. Y desde luego, la llegada de concursantes de muchos lugares del Estado ayudó favorablemente.
- En España la relación entre política y TV ha sido evidente (e inevitable) desde sus inicios. ¿Cómo ha evolucionado en estos 32 años? ¿Se vislumbra un cambio hacia la independencia de las públicas?
Por supuesto que no se vislumbra ningún cambio, a veces se hace un poco mejor y en otras ocasiones un poco peor, pero siempre bajo la égida defensiva de los políticos. Mira este ejemplo: ¿Por qué no existen apenas libros de memorias de los que han detentado mando en las emisoras públicas? ¿No te extraña? No ocurre así ni en Francia, ni en el Reino Unido, ni en Italia. ¿Y porqué en España pasa? Y fíjate que tenemos varias décadas de emisoras públicas democráticas.
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Broncano en el estreno de "La Revuelta" en TVE |
- ¿Qué les podemos decir a aquellos que desprecian la TV como medio y que consideran que su influencia en la sociedad es nula o sólo negativa? ¿Cuál es su opinión después de años de estudio y análisis profesional?
Pues no sé, que piensen en Yamal, que juega muy bien y le gusta la TV o, que al margen de la polarización política y los (justos) intereses económicos, el ‘combate’ en septiembre de 2024 entre Pablo Motos y Broncano nos está hablando de la España contemporánea más que otras cosas que se nos puedan ocurrir que están pasando. A mí eso me interesa.
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