lunes, 29 de abril de 2024

"Luar", El Consorcio y un estreno internacional en TVG

Viernes noche en Galicia es sinónimo de "Luar". Aunque inicialmente este musical comenzó un miércoles, el 30 de septiembre de 1992, la dura competencia que suponía "¿Quién sabe dónde?" desde La Primera de TVE llevó a un cambio de día que fue el gran acierto de la Televisión de Galicia y contribuyó al asentamiento de un mito popular. De este mítico programa que sigue en antena hemos hablado ya aquí pero hoy toca hacerlo de nuevo porque esta noche se cumplirán exactamente 30 años de una jornada histórica para el propio espacio... y también para la música de este país. 

Aquella noche del viernes 29 de abril de 1994 una nueva formación musical aparecía ante el público, El Consorcio.  Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga, Sergio Blanco y Carlos Zubiaga habían sido miembros de Mocedades pero se habían separado del grupo hacía años. Amaya e Iñaki habían tenido su propia carrera en solitario y el matrimonio Sergio y Estíbaliz se habían independizado y como dúo acudieron a Eurovisión en 1975, siguiendo el camino del conjunto vocal madre. La idea de reunirse con este nuevo nombre partió de la cantautora y productora Rosa León (a la que muchos niños recordamos poniendo su dulce voz a las canciones de María Elena Walsh). Desde hacía tiempo quería homenajear a las canciones que sonaban en la radio entre los años 30 y 50, incluidos los "jingles" de marcas como el DDT Chas que todo el mundo coreaba en esas décadas y se sabía al dedillo. 

El caso es que El Consorcio grabó el disco "Lo que nunca muere" y lo presentó públicamente en una fiesta para amigos y prensa la noche del 28 de abril. Al día siguiente "Luar" conseguiría una exclusiva sorprendente: ser el primer programa de televisión en todo el país que recibiría al grupo. En definitiva, la audiencia gallega tendría el honor en ver en directo el estreno de estos excelentes cantantes rindiendo tributo a una música que, efectivamente, seguía viva. 

El disco llegaría a las tiendas en mayo así que imagínense la sorpresa del público al escuchar "El cha-ca-chá del tren" con esas voces impresionantes, una canción prácticamente olvidada que, inesperadamente, se convertiría en el gran éxito de aquel verano. El Consorcio recuperó para las nuevas generaciones este y otros temas como "Cachito mío", "Trigales verdes" o "Mirando al mar". Varias de ellas las interpretaron en directo, sólo con el acompañamiento a la guitarra de Carlos, junto al presentador del programa, Xosé Ramón Gayoso, que en los 70 había tenido una breve carrera musical en el dúo Keltia con su amigo Álvaro Somoso. 

En aquellas primeras temporadas del programa era habitual que Gayoso cantara con los artistas del programa, incluso con algunos internaciones como Gilbert Bécaud, un auténtico ídolo para él. Esa primera noche la fiesta finalizó con el inevitable "Apaga o candil", todo un himno que entonaban los artistas invitados. En este caso los vascos compartieron escenario con, , entre otros, Los del Río y con varias formaciones folklóricas gallegas. 

El Consorcio volvería a "Luar" en decenas de ocasiones. Se había establecido una relación especial con el programa después de aquel estreno nacional (bueno, en realidad, internacional) de su primer disco. Entre todas ellas me quedo con su actuación del 29 de marzo de 1996 cuando iniciaron el programa a bordo de las cámaras del travelling situado entre el público en la sala Dona Dana (en Touro, a las afueras de Santiago) donde se realizaba en directo el programa en las primeras temporadas (el plató 1000 de CTV en Teo es su ubicación desde hace ya un tiempo). 

El codirector y realizador Manuel Abad iba pinchando alternativamente las dos cámaras para luego darnos una visión general con la grúa mientras el presentador (y codirector) y los cantantes se dirigían al escenario donde una banda municipal ponía la música en directo. Otra fantasía "luareira" que se ha quedado en mi retina para siempre. 

martes, 23 de abril de 2024

Tengo un libro en las manos

El catedrático Luis de Sosa

"Tengo un libro en las manos" es la historia de cómo un catedrático de Teoría Política de la Universidad de Madrid vio en la prototelevisión una excelente oportunidad para divulgar a las masas. Aquella idea de un hombre tan serio, en apariencia (y muy bien visto por el Régimen), dio pie al que podemos considerar como primer programa cultural seriado y de largo recorrido de nuestra televisión. El profesor e investigador había mostrado su interés por aquel medio incipiente desde el principio y, de hecho, llegó a ofrecer varias conferencias sobre las enormes posibilidades que ofrecía para llevar a una población casi analfabeta conocimientos a los que, de otra manera, no podría acceder. 

"Tengo un libro en las manos" se realizaba en directo desde los estudios del Paseo de la Habana

Es fácil encontrar en varias fuentes que su período de emisión abarcó de 1959 a 1966 pero tengo mis dudas al respecto. También se suele asegurar que adaptaba fragmentos de libros nacionales o extranjeros, tal y como parecía indicar el título del programa. En realidad cada emisión trataba sobre un personaje histórico de importancia (si además podía ser "ejemplar" para las ideas falangistas, mejor que mejor) mezclando la charla del propio Luis de Sosa con la escenificación de capítulos de su vida. 

Los actores habituales de TVE se iban rotando para encarnar a personajes históricos en este programa

En febrero de 1961 el propio director y presentador nos aclaraba el origen del espacio y también su formato que fue evolucionando hasta convertirse en un éxito, así lo contaba a la revista "Tele Radio": "Cuando inicié este programa, hace tres años, la idea que me animó a ello fue muy elemental. Entonces pretendía dar, periódicamente, una charla sobre la vida y obra de algunos personajes de verdadero relieve histórico, religioso o artístico, ilustrándola con la algunas pinceladas escénicas. Pero enseguida me di cuenta de que la televisión requiere un lenguaje distinto al que yo creía cuando tan sólo la conocía como espectador y, por ello, inmediatamente, empecé a dar mayor importancia a las escenificaciones teatrales, sacrificando para ello minutos a mis charlas. En síntesis, mi proposición siempre es que los espectadores encuentren la máxima claridad en temas de gran importancia y también el que puedan ver un programa de interés en el campo artístico". 

Luis de Sosa leyendo la introducción del programa mientras la cámara enfoca unas láminas para ilustrar el tema. Al fondo vemos a los actores prevenidos para entrar en acción cuando el regidor lo indique. 

Aparentemente el propio Don Luis se encargaba de la dirección, el guión, la revisión de decorados, la caracterización y elección de los actores (dentro del cuadro habitual de TVE entonces), la selección musical además de la presentación en directo cada semana del espacio. Por cierto que, aunque no existe ninguna grabación, parece ser que era un gran comunicador que contagiaba su entusiasmo por la historia. "Durante dos días me dedico a pensar en el personaje (...) busco libros que me den detalles precisos y de interés dramático para la escenificación de cinco o seis episodios fundamentales de su vida" contaba De Sosa en el citado reportaje. Teniendo en cuenta que también dirigía el espacio diario "Universidad TV" no sé de dónde sacaba tiempo para sus propias clases en la Universidad. El realizador habitual era Alfredo Castellón y los decorados eran responsabilidad de Bernardo Ballester. 

Paco Morán y una actriz no identificada en "El hombre que vivió de cero" sobre Napoleón Bonaparte, que interpretaría José Calvo, en abril de 1961.

Lo cierto es que "Tengo un libro en las manos" fue un programa innovador que unía la cultura con el "teleteatro" (como se decía entonces) y que alcanzó relevancia en su época, incluso obtuvo el premio Ondas en 1960. He encontrado datos de su emisión hasta 1965 pero no más allá. A lo largo de los años fue cambiando de día pero siempre se mantuvo en un horario estelar, habitualmente las 22 h. Parece ser que este divulgativo/dramático finalizó, como "Universidad TV", cuando su creador y máximo responsable enfermó, una dolencia que no se aclara en la prensa de la época pero que fue larga. Luis de Sosa falleció en 1971 y, posiblemente, fue el divulgador más reconocible por la audiencia televisiva de los primeros años.