domingo, 24 de octubre de 2021

"Operación Triunfo", 20 años de un fenómeno social


"Operación Triunfo" no nació como el éxito que hoy todos recordamos. El último fenómeno social despertado desde la pantalla de La Uno (por entonces La Primera) había sido rechazado por las tres grandes cadenas generalistas durante año y medio. Finalmente fue TVE la que se hizo con el formato con la idea de tener un reality (pero blanco) en su parrilla y, de paso, seleccionar al representante patrio para el Festival de Eurovisión. Quizás TVE no lo tenía muy claro y decidió confiar en el buen hacer de Gestmusic, la productora creadora del formato, pero había dos personas que sabían que esta idea podía ser un bombazo e iban a apostarlo todo (aunque fuera sin la aquiescencia total de los gerifaltes de la cadena) para que el programa no pasara desapercibido. 


Toni Cruz y Josep María Mainat (hoy famoso por otras cuestiones ajenas al mundo artístico) eran el dúo creativo que había formado Gestmusic, una compañía que en aquellos años producía más horas y para más cadenas que ninguna otra en nuestro país. La audiencia ya los conocía bien desde finales de los setenta gracias al trío humorístico-musical La Trinca (el tercero era Miquel Àngel Pasqual). En los ochenta montaron su propia productora para sacar adelante sus primeros programas televisivos: "No passa res!" (No pasa nada) en TV3 y su versión nacional "Tariro Tariro". En 1989 La Trinca desaparece pero Cruz y Mainat siguen unidos para dedicarse plenamente a la televisión. A mediados de la década siguiente Gestmusic es ya una productora indispensable en el entretenimiento con programas de gran audiencia y premios como "La parodia nacional" y "Crónicas marcianas" en su cartera. ¿Cómo es posible entonces que no consiguieran convencer a ningún canal para emitir su nuevo proyecto? Así es la televisión, nada está asegurado y durante mucho tiempo sólo escuchaban frases del tipo "La música ya no vende en la tele". Otros pensaban que eso era algo similar al ochentero "Gente joven" y les sonaba a rancio. Todos esos jefes verían con estupor cómo el share de aquello que habían rechazado iba subiendo semana a semana. 


La tercera pata de este banco fue el director, Tinet Rubira. El público lo conocía como presentador por el irreverente (y a ratos perturbador) "Plastic" en TVE2 (primero en el circuito catalán y luego para todo el país), "Clip, clap vídeo" (en su primera etapa como programa de videoclips) o, ya en 1997, en el late veraniego de Tele 5 "El puente" junto al humorista Mariano Mariano y al inefable Padre Apeles (esta vez con traje blanco por aquello de los calores). Además de su trabajo ante las cámaras, Tinet había ido desarrollando una carrera paralela en la dirección de espacios de todo tipo. Por poner un ejemplo, el mismo año en que presentaba el citado programa veraniego (en pantalones cortos, por cierto) había dirigido el talk-show "Sinceramente Ana Rosa" (con la Quintana) para Antena 3. En 2001 le tocó en suerte comandar un equipo (afortunadamente) muy bien engrasado para modernizar el género musical. "Operación Triunfo" fue un aldabonazo en su carrera y también supuso un hito en la historia de la productora además de, por supuesto, para la cadena que acogió el arriesgado proyecto (aunque fuera sin demasiadas expectativas). Rubira demostró tener muy claro qué quería hacer y aquí alcanzó una cota difícilmente superable. Más adelante demostró su buen hacer en otros talents (con menor éxito, lógicamente) y volvió a sorprender con "Tu cara me suena" otro formato que consiguieron exportar a medio mundo, tal y como había sucedido antes con "OT". 


¿Y quién podría presentar un programa totalmente novedoso en la tele del momento y dirigido a un público eminentemente juvenil? Gestmusic tenía sus propios candidatos/as pero TVE impuso (o eso dicen) a Carlos Lozano. Este ex modelo había debutado en la tele pública como locutor de continuidad de La 2 en 1993 (un curioso experimento del que hemos hablado aquí). En 1996 fue fichado por Tele 5 para conducir "La ruleta de la fortuna" durante una breve etapa pero llamó la atención por su morro y evidente apostura así que Telemadrid lo recuperó del paro para hacerse cargo de los concursos de "Con T de Tarde", el magazine vespertino de Terelu Campos. Durante un par de temporadas presentó otros juegos de la cadena mientras probaba suerte en el cine con pequeños papeles; eso le sirvió para ser fichado por Antena 3 para la serie "Ada Madrina", un vehículo para lucimiento de Carmen Sevilla que fue un sonadísimo fracaso. Sin embargo tuvo la suerte de ser reclamado por José Luis Moreno para un par de episodios de "La Revista" para La Uno y, posteriormente, para "Noche de fiesta". A TVE le hizo gracia el muchacho y lo recuperaron para el género de los concursos y fue el elegido para la revitalización de "El precio justo", que funcionó muy bien en las tardes. Pero ¿era el adecuado para un megamusical como "Operación Triunfo"? Había muchas dudas y hoy sería injusto juzgarlo sin contextualizar, lo que es indudable es que Lozano forma parte del éxito del programa. Dato curioso: en el CD de prensa de la temporada 2001/02 que recibimos los periodistas había una carpeta con el nombre "Operación Triunfo" con siete fotos: dos de Carlos Lozano, tres de él con Hugo de Campos y Jennifer Rope y otras dos de ellos por separado. Todas realizadas sobre el fondo de una sábana gris. Ellos eran los presentadores de "Música Sí", programa que sería el primero en albergar a los "triunfitos" que iban saliendo eliminados y además presentarían los resúmenes diarios de la actividad en la Academia que se emitirían en La 2.  


Otra persona fundamental en esta primera etapa fue la cantante Nina, directora de la Academia en la que los concursantes recibirían una preparación y, además, la profesora de técnicas de canto. Los niños ochenteros la recordábamos como una de las últimas azafatas del "Un, dos, tres" de la etapa de Mayra Gómez Kemp. Su presentación en el programa fue uno de esos momentazos que Chicho sabía crear con mucho pulso: el mítico director de orquesta Xavier Cugat (famosísimo en los 40/50 por sus papeles en musicales de la Metro) la apadrinaba ante las cámaras asegurando que era su último gran descubrimiento y que era la nueva cantante de su orquesta. No era del todo cierto pero daba igual, Nina cantó "Georgia" y la audiencia quedó sin palabras. Durante aquella temporada 1987/88 nos regaló números musicales fantásticos y al año siguiente fue nuestra representante en el Festival de Eurovisión. Desde entonces desapareció de la primera línea televisiva para dedicarse de lleno al teatro musical. Buena parte de la audiencia no la conocía cuando apareció en "Operación Triunfo" pero su enorme personalidad la convirtió en personaje, algo que la agotó enseguida. 
   Un par de meses antes de que comenzara la emisión me la encontré en Santiago, mochila a cuestas, recién llegada de la Ruta Jacobea. Yo estaba haciendo un reportaje sobre peregrinos para Localia, la reconocí y pedí permiso para entrevistarla, accedió con su enorme sonrisa pero un poco desconcertada. Cuando le pregunté por sus nuevos proyectos hubo un momento de silencio y después se arrancó: "No te puedo adelantar nada pero sí te puedo decir que estoy preparando algo que va a pegar muy muy fuerte". Tenía razón.  


El 22 de octubre, en prime time, inició su andadura "Operación Triunfo". Una sintonía que no se parecía a las que estaban en boga nos ponía en antecedentes de que algo iba a pasar. La primera visión del decorado impactaba, para empezar era enorme y parecía más bien el escenario del concierto de un cantante estadounidense. Aquellos bailarines dándolo todo en las celdas podían recordar al del Comeback de Elvis en la NBC en 1968 pero el recurso seguía funcionando en 2001. El ballet sería también importante, arropaba a los cantantes pero, ojo, nada que ver con el de "Noche de fiesta". Aquí el baile estaría perfectamente integrado en la actuación y los participantes también formarían parte de la coreografía, los bailarines y bailarinas no serían simplemente un fondo "bonito". 


Frente al escenario estaba el set en el que el presentador se movería yendo de la mesa del jurado a las bancadas de los concursantes. Colores pastel que contrastaban con la oscuridad de la parte de las actuaciones musicales. Grandes fotos se repartían por aquella estructura, una idea muy inteligente para ir conociendo poco a poco a los concursantes y tratarlos, desde el primer día, como estrellas. Los dos extremos de la escenografía estaban comunicados por una pasarela que sería parte integrante de la narrativa del concurso: "Cruza la pasarela" significaría a partir de entonces la salvación. 


Aquella fue la gala 0 y quizás algunos han olvidado que no fue precisamente un éxito de audiencia. 2.734.000 espectadores parecen mucho hoy pero era un 22,1% de share, más de dos puntos por debajo de la media de la cadena. Los nervios se apoderaron de los jefes, si aquello no subía podría ser considerado un fracaso en toda regla. La gala 1 apenas tuvo 50.000 espectadores más. Los nervios daban paso a la desesperación. Fue la siguiente entrega la que marcó la diferencia, casi cinco millones se sentaron aquel día en el salón porque el boca-oreja comenzaba a hacer efecto, en la sexta semana se superaban los seis millones de televidentes y en noviembre la segunda parte del programa, la que transcurría en la Academia analizando las actuaciones del día y que se emitía a partir de la medianoche, superaba a "Crónicas marcianas" (y eso era noticia), de la misma productora. El show de Xavier Sardà no se amilanó y comenzó a interceptar el bus que llevaba a los artistas del estudio al centro de estudios aprovechándose del tirón y consiguiendo incrementar su número de seguidores. Por primera vez el boom de una cadena se contagiaba a otra provocando, por cierto, unas cuantas reprimendas de TVE hacia Gestmusic. 

La gala final de "OT 1" 12.873.000 espectadores, un 68% de share, datos que se repitieron en Eurovisión 2002 en el que la ganadora del concurso, Rosa López "Rosa de España", actuó como premio junto a otros triunfitos como coristas (Chenoa, Geno, Bisbal y Bustamante). Aquella primera edición hizo historia y, precisamente por eso, era difícilmente repetible algo similar. Ahora celebramos que hubo un día en el que un musical (talent sí, pero musical al fin y al cabo) revitalizó a una TVE que empezaba a anquilosarse. 

miércoles, 6 de octubre de 2021

"Mano a mano", el cara a cara polémico

A la derecha Susana Estrada, a la izquierda José Luis Martín Vigil. Ella, artista que empujó al español a la liberación sexual con sus espectáculos a costa de denuncias, insultos, procesos y presiones de todo tipo. Él, sacerdote jesuita y escritor de novelas de enorme éxito popular durante los sesenta y setenta dirigidas al público juvenil en las que abordaba la sexualidad, la delincuencia o la drogadicción. Esta imagen apareció tal cual la veis ahora en la Primera Cadena de TVE el lunes 13 de julio de1981. Una pantalla partida sin margen, un decorado que desdibuja los límites y que, en su momento, era toda una modernidad. Cuarenta años después la tele sigue utilizando este recurso, con más grafismos, con más adornos, pero con la misma intención: ver la reacción de dos contendientes verbales durante un debate acalorado. Eso es lo que se esperaba de esta conjunción Estrada vs Martín Vigil en el programa "Mano a Mano" pero, para sorpresa de todos, no hubo enfrentamiento, ambos estaban de acuerdo prácticamente en todo... y eso que hablaban de sexo.

Olarra vs Tamames hablando de la crisis económica

Antes de nada, aclaremos qué era "Mano a mano" para entender el escándalo que supuso la entrega protagonizada por Vigil y Estrada. Cada lunes a las 20 h, Joaquim Maria Puyal organizaba un cara a cara en directo desde el Estudio 4 de Prado del Rey. El objetivo de este espacio lo definía Puyal precisamente al finalizar la entrega dedicada al Sexo: "Este no es un programa pedagógico, desde este programa no se dan consejos, en este programa no se sabe cuál es el bien ni cuál es el mal, eso es algo que corresponde, en definitiva, a la conciencia individual de cada espectador, en este programa lo que sí se pretende es tratar de abordar distintos temas cada semana desde perspectivas, desde ópticas que, se supone, que pueden resultar interesantes para llevar a cabo un diálogo entre personas que tienen una inserción, una capacitación, una documentación en torno al tema que cada semana abordamos".

Los contenidos pretendían ser del interés ciudadano, los mismos que se podían comentar en casa, en el lugar de trabajo o en el bar: la crisis económica, la alimentación, los OVNIS, machismo y feminismo, televisión privada y pública, el fútbol, la Iglesia en España, centrales nucleares, la asistencia psiquiátrica en nuestro país... El equipo del programa comandado por Puyal elegía a dos combatientes dialécticos que, no sólo fueran conocedores del asunto a tratar sino que además tuvieran garra, supieran debatir y fueran, en lo posible, bien conocidos por el público. Para hablar de la aristocracia, por ejemplo, acudieron Luis Escobar (Marqués de las Marismas pero conocido sobre todo por su trabajo como actor y director teatral) y José Luis de Vilallonga (Marqués de Castellbell pero, sobre todo, escritor, actor y bon vivant); el empresario Luis Olarra y el político y economista Ramón Tamames discutieron sobre economía,; el periodista Emilio Romero y el poeta Emilio Haro Ibars sobre juventud y nuevas formas culturales; el cantautor Luis Eduardo Aute y el compositor Juan Carlos Calderón sobre música; el filósofo J.L. López Aranguren y el sacerdote J.M. Martín Patino sobre la Iglesia y Paco Martínez-Soria y Bibi Andersen del mundo teatral (o más bien sobre la imagen pública de ambos). El casting de invitados pivotaba entre lo profundo y lo popular con bastante inteligencia. 

Puyal entrevistando en "Vostè pregunta" de TVE Catalunya al arquitecto Ricardo Bofill, que también sería invitado a "Mano a mano"

J.M. Puyal era su director y presentador y era bien conocido por el público de Cataluña pero todavía no tanto en el resto del Estado. Pionero en la retransmisión de fútbol en catalán llevaba desde 1973 trabajando en TVE desde Miramar, sobre todo en programas deportivos. En 1978, sin embargo, dio la campanada con su "Vostè pregunta", un espacio de entrevistas a gente fundamentalmente vinculada a Cataluña, que fue el iniciador absoluto de la interacción con la audiencia. Por primera vez (incluso antes de que lo hiciera Íñigo en "Estudio Abierto") se ponían a disposición del público varias líneas telefónicas para preguntar al invitado/a. El programa se mantuvo cinco años en antena y fue lo que provocó que los jefazos del Ente le propusieran lanzarse a todo el país. "Mano a mano" fue la respuesta y no le permitieron realizarlo desde Miramar, quizás por mayor comodidad para los convidados en general, así que tenía que viajar cada semana a Madrid. 

Luis Escobar y José Luis de Vilallonga, dos marqueses criticando a la Aristocracia

"Mano a mano" fue un aldabonazo en las pantallas. Cada lunes, durante una hora y precediendo al Telediario 2, se presentaban temas que terminaban siendo polémicos, contertulios que soltaban perlas que eran comentadas al día siguiente. Muy frecuentemente, la prensa criticaba el tono del programa con fiereza, por no hablar de los ataques de asociaciones de todo pelaje. Visto hoy nos parecería un coloquio de lo más cordial pero en 1981 el enfrentamiento verbal entre Juan Luis Cebrián, director del diario "El País", y Antonio Izquierdo, director de "El Alcázar", sobre el 23 F adquirió tintes de escándalo. A Puyal eso le daba igual, no buscaba la polémica pero tampoco la esquivaba, por eso invitó a Cebrián e Izquierdo para una segunda entrega. A pesar de la mala hora de emisión, el programa conseguía lo que pretendía: generar conversación, que la gente continuara la discusión en casa. Elías Andrés realizaba con sencillez pero eficacia, mismos adjetivos que podemos usar para calificar la escenografía. 

Pero si uno de los episodios de esta serie de charlas llamó la atención fue, sin duda, el dedicado al sexo que comentábamos al principio de este post. "Cuando dos personas se juntan para hacer el amor es que las dos están de acuerdo en hacer el amor" decía, con toda la razón, Susana Estrada. La artista se había hecho famosa por sus shows eróticos, la primera en realizar un strip-tease en nuestro país pero no se había quedado en eso. También fue modelo, actriz en alguna "Novela" de TVE y con la Transición ya en marcha actuó en varias películas del destape, escribió el libro "Sexo húmedo", publicó un lisérgico disco que hoy es objeto de coleccionista y además tenía un consultorio sexual por el que acumulaba varios procesos por escándalo público. Y todo eso en el momento del programa, aún le quedaba mucha lucha por delante. Además, estaba la famosa foto recogiendo un premio con el pecho fuera al lado del alcalde de Madrid Tierno Galván y que ya había dado la vuelta al mundo. Un simpático accidente de vestuario por el que le preguntó Puyal y al que ella restó importancia a pesar de las amenazas que había recibido por parte de anónimos por tal atrevimiento. 

El sacerdote y polémico escritor (en aquella época todo era polémico) Martín Vigil reconocía, literalmente, ser católico pero profundamente liberal, de ahí que sus novelas juveniles trataran asuntos tan atrevidos como el descubrimiento de la homosexualidad (aunque de forma muy sutil). La charla con Susana fue amena, cordial, llena de acuerdos y, por eso mismo, transgresora. Ambos sabían ser irreverentes pero desde el respeto. Durante el programa, Vigil propuso la teoría de que si la Estrada se hiciera monja cambiarían sus convicciones, hipótesis escandalosa, y ella entró al juego reconociendo que el humano no es inamovible y, por lo tanto, podría acabar en un convento "pero mientras no decida dar ese paso yo quiero vivir mi vida libremente sin hacer daño a los demás, sin meterme con los demás, sin sentar cátedra ni hacer apostolado pero pretendo vivir mi vida libremente y hacer uso de mi cuerpo y de mi persona como a mí me parezca que es bueno, lo que no quiere decir que sea bueno para los demás. Lo que no admito es que mi forma de vivir o de ser tenga que ser mala para los demás". 

Otras perlas del amistoso debate: "Pero cómo se explica que incluso dentro de esa moral cristiana (en este momento Susana hace una pausa y si prestamos atención a la grabación original se oye de fondo, como si lo dijera un técnico,  "ahora, ahora" mientras el zoom se acerca para quedarse en un primerísimo plano de su cara) se prohíba la utilización del sexo, cómo se explica que haya esa represión porque si Dios no quería que lo tuviéramos, pensando desde la moral cristiana, no nos lo hubiera puesto en el cuerpo". Su oponente no sólo no le quita la razón sino que  responde que se debe a una corruptela de estos tiempos porque en el Evangelio no se habla de eso y no debe confundirse con la moral católica, "es una deformación histórica", asegura. 

El programa fue un éxito. No hace falta hablar de audiencias porque en aquel momento no se medían pero al día siguiente buena parte del país hablaba de él y en la prensa se leían decenas de críticas, comentarios, alabanzas... También hubo incluso pastorales indignadas, como la del obispo de Ourense, Temiño Saiz, que afirmó: "Escandaloso e insoportable hasta enrojecer de vergüenza es el triste espectáculo (...) Si los interlocutores en este diálogo desean precipitarse por esta pendiente para revolcarse en ese fango nauseabundo, no les está permitido invitar al público español a seguir su camino con el pretexto de vivir el regalo de la libertad de que se ha visto privado en los últimos años". Un par de días después de la emisión, el secretario del Consejo de Administración de RTVE, José Ignacio Wert (posterior ministro de Educación y Cultura de infausto recuerdo) encargo al CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) una encuesta para saber si la mayoría del público desaprobaba su contenido. Tal cual. Realmente esto formaba parte de una campaña del Gobierno en contra del Director General de la Casa, Fernando Castedo, al que querían forzar a dimitir. 

El resultado de la malévola investigación se pudo ver en otro programa de la propia cadena, "Tome la palabra", un espacio de autocrítica, un antecedente del puesto del Defensor del Espectador. Para empezar se emitió un reportaje grabado con varias mujeres opinando sobre el debate y una de ellas (la segunda empezando por la izquierda de la imagen) se hizo con la palabra inmediatamente para soltar lindezas tan contradictorias como estas: "Pues no lo vi pero me lo han comentado, menos mal que lo pusieron a las 20 y lo vio poco gente, lo ponen a las 23 y otra dimisión del director. El sexo es un tema muy serio y poner a dos personas que son en plan anecdótico pues a mí no me parece bien, para hablar de un tema como el sexo hay que poner a dos personas con una base de tipo científico y moral que las ideas que te den sean buenas porque a las ocho de la noche te expones a que lo vea un niño y esté cogiendo unas ideas puramente superficiales y más bien malas sobre un tema que es muy serio (...) En TV lo que falta muchas es criterio o una escala de valores, tiene que tener unos principios por lo menos sanos que procuren formar a la gente". Para no haberlo visto tenía una opinión muy clara, la buena señora...

Esas palabras airadas no auguraban nada bueno pero cuando el presentador ofreció los datos de la investigación imagino que los miembros del Gobierno que querían a Castedo fuera se tuvieron que morder la lengua: un  20,7% de los entrevistados (1.500 personas) habían visto "Mano a mano" y gustó mucho o bastante a un 40,5%, satisfizo menos a la población mayor de 45 años. Conclusión: los entrevistados opinaban, en general, que el espacio era no informativo, no aburrido, no elegante, no inmoral, sí entretenido, no mediocre, interesante, no vulgar, no conservador y sí progresista. En definitiva, la población estaba más avanzada que aquellos que la gobernaban y no necesitaban ya nadie que les dijera lo que era inmoral y lo que no, lo que debían ver y lo que no. Ya eran libres. 

Susana Estrada en el documental "Susana y el sexo" de RTVE Play

Un magnífico documental de TVE ha rescatado del olvido estos archivos que nos dan un visión muy certera de la sociedad de principios de los ochenta. "Susana y el sexo" tiene el honor de ser el primer docu de producción propia de la plataforma RTVE Play donde se estrena hoy en este enlace. También se podrá ver esta misma noche a partir de las 00.40 h en La 2. Dirigido por César Vallejo y con guión de Valeria Vegas y Ángela Gallardo es un interesantísimo acercamiento a una figura clave de la Transición (mal que les pese a algunos). Además de la recuperación de esas imágenes inéditas durante décadas, han recreado parte de la escenografía de "Mano a mano" (especialmente su curiosa escultura) en el videoclip de la versión que Chica Sobresalto ha realizado de la canción "Gózame ya" (pepinazo de la Estrada del mismísimo año 81) para la banda sonora de este gran reportaje.