En otoño de 1993 los espectadores de la 2 vivieron una especie de viaje al pasado pero con aires modernos. Suena contradictorio pero esta era la intención de los directivos de la cadena cuando decidieron recuperar la mítica figura de la locutora de continuidad y darle aún más presencia de la que había sido habitual cuando desaparecieron a mediados de los ochenta (sí, se mantuvieron hasta los noventa pero ya de forma casi anecdótica, no me seáis pejigueros).
Una decena de jóvenes actores, modelos y presentadores (o aspirantes a serlo) fueron seleccionados para ser los nuevos locutores y esta vez había más hombres que mujeres, cambiando la tradición secular de nuestra tele donde las féminas ganaban por goleada en esta dura y pesada labor. Luis Miguel Torrecillas, recién salido del programa juvenil "Fanático" era el único de todo el grupo que tenía verdadera experiencia en los platós. Antes de su anterior destino ya había sido uno de los tres presentadores originales del "Club Disney". Del resto, muchos de ellos serían habituales en los años siguientes en programas deportivos, como Carlos Beltrán (en la foto superior), en magazines o culturales como "La mandrágora", caso de Silvia Ruiz, o en series médicas, especialidad absoluta de Jesús Cabrero primero en "Hospital Central" y ahora en "Centro Médico".
A otros, como este joven de la foto, los perdimos de vista al poco tiempo y su cameo en el "Telepasión" de la Nochebuena de 1993 fue casi su despedida. Su nombre es Leopoldo Mateos y hoy en día es la voz del grupo "Nudozurdo", nada que ver con sus inicios como presentador en la segunda cadena. Esta iniciativa de recuperar a los locutores no funcionó demasiado bien y apenas duró una temporada televisiva, o sea, tres meses. La idea no era mala, estos chavales eran atractivos y tenían ganas de triunfar así que intentaron aprovechar esta oportunidad. Su presencia era constante, cada 3 ó 4 horas aparecía una pareja para informar de lo que se iba a ver a continuación, al principio con cierto humor y después con demasiada solemnidad y mensajes casi filosóficos, quizás ahí la cosa perdió su esencia.
No se puede negar que, al menos, se cuidó la estética de estas breves presentaciones. Fondo blanco con dos marcos dorados con algún elemento de atrezzo solía ser el decorado habitual. Quizás si se hubiera dejado reposar un poco más y los guiones no hubieran sido tan encorsetados, hoy seguiríamos teniendo locutores de continuidad que sirvieran de hilazón y para reforzar la identidad de la cadena. Eso sí, hoy ya no harían los famosos Cierres de emisión pasada la medianoche, entre otras cosas porque ya no se cierra nunca y la Carta de Ajuste ha pasado a ser objeto de anticuario televisivo.
Ah... sí, no habéis visto mal, el muchacho de la derecha en la última foto es Carlos Lozano debutando en televisión.
Nuestro agradecimiento a @DiexistaFM por las imágenes 1, 2 y 3.
estupendo este recuerdo a los últimos presentasdores de continuidad, que pena que, como tantas veces , TVE se cansara de sus propias ideas..me gustaría saber por qué pensaron que no funcionaba...por cierto, alguien sabe que ha sido de Luis Miguel Torrecilla?
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