¿Había un plan de programación en los inicios de nuestra televisión? ¿Existía una censura clara en los informativos durante la Dictadura? ¿Usó el Régimen el fútbol como "el opio del pueblo"? ¿Generaba un interés especial la programación infantil durante las primeras décadas? ¿Por qué tenía TVE un empeño evidente durante la Transición por democratizar a la audiencia?¿Cómo se preparó la Casa para la llegada de las cadenas privadas? Estas son algunas de las preguntas que se responden en el enorme volumen "Una Televisión con dos cadenas" (más de 800 páginas) en el que se estudia por primera vez y de forma sistemática la historia de TVE desde 1956 hasta 1990 con un acercamiento enciclopédico. Un amplio equipo de investigadores especializados en este tema dirigidos por Julio Montero Díaz, Catedrático de Historia de la Comunicación Social en la Universidad Complutense de Madrid, han analizado a fondo todas las fuentes posibles para explicar la evolución de la tele pública desde sus inicios hasta la aparción de la competencia. Entrevistamos a Montero para ahondar en este ímprobo trabajo de divulgación.
- ¿Cómo y por qué surgió un proyecto tan ambicioso y a qué público va dirigido?
- ¿Cómo y por qué surgió un proyecto tan ambicioso y a qué público va dirigido?
Nació de un proyecto de investigación competitivo del ministerio de innovación. Inicialmente se iba a limitar al periodo franquista, pero los editores nos animaron a extenderlo hasta la llegada de las cadenas comerciales. Hubo que ampliar el equipo de investigación. Inicialmente pareció una dificultad, pero la verdad es que ayudó a reforzar el equipo con investigadores de muy primera línea en historia de la televisión. El conjunto se situó muy por encima de las expectativas iniciales. Pienso que esta ampliación constituyó un replanteamiento muy importante y posibilitó conseguir un producto final verdaderamente impresionante: basta con ver su volumen y profundidad.
Chicho Ibáñez Serrador durante la grabación de un capítulo de "Historias para no dormir" en 1966, de sus primeros trabajos en TVE en el programa "Estudio 3", tan sólo tres años antes, no se conserva nada |
- Usted y su equipo han tenido que bucear en diferentes bases bibliográficas y audiovisuales, ¿cuántos años les ha llevado esta investigación? ¿Qué ha sido lo más complicado de este proceso?
Nuestra fuente principal ha sido el archivo audiovisual de RTVE. Venía circulando el mito de que era inaccesible, de que se habían perdido muchos fondos… nada de eso es cierto. Es verdad que, como en todas o casi todas las cadenas de televisión en Europa, muchas emisiones no se conservan. Sencillamente se emitían: flotan en el aire como diría Dylan. Lo mismo ocurrió en otras emisoras mientras no hubo video registradores. El primero en TVE llegó en 1965. Hasta entonces sólo se conserva lo que se filmaba para su emisión. En realidad algo más, porque inicialmente no se utilizó para hacer copias sino para mejorar, hacer más flexible la producción de programas. El segundo nivel de documentación fue la escrita. En este caso, la más importante y abundante está en el Archivo General de la Administración, al menos hasta 1978-80. Luego está la abundantísima documentación que generaron los medios de comunicación, tanto prensa generalista en su sección de televisión, como la especializada. De esta última la inicial fue Tele Radio (precedida de Telediario, con el mismo nombre del informativo televisado del mismo nombre). Luego llegarían más, entre otras la de gran éxito popular Tele Programa (TP).
Lo más complicado no ha sido el acceso, sino la consulta. Los estudios de televisión se enfrentan precisamente al problema de la abundancia de fuentes no a su escasez, por eso quizá resulta tan complicada la investigación académica en televisión. No faltan los “investigadores” que hablan de memoria, de lo que recuerdan… eso es otra cosa, suele ser divertido en tertulias de amigos y en programas de televisión y de radio, pero no investigación académica.
- Otorgan una especial importancia a las estrategias de programación pero en la primera época eso era algo impensable. Diferencian dos etapas bien diferenciadas: la parrilla experimental y la puzzle, ¿en qué consisten?
Por decirlo en pocas palabras: lo que diferencia la improvisación de cualquier tarea en sus inicios, de la siguiente etapa en la que ya se sabe al menos de qué se dispone y se va metiendo donde cabe dentro de una lógica que, aunque se salta con alguna frecuencia, sabe al menos donde quiere ir.
Joaquín Prat le da el relevo a José Luis Pécker en el programa "Un millón para el mejor" en 1968 ante la concursante Mercedes Carbó, "la mamá del millón". Este concurso fue uno de los más populares de los realizados en Miramar |
- En esos primeros años nos encontramos con una auténtica edad de oro para los programas de variedades, realizados en condiciones heroicas pero que eran muy bien aceptados por el público, incluso se genera una sana competencia entre los centros de producción de Madrid y Barcelona…
Sí. Estos espectáculos que mezclaban canciones, bailes, contorsionistas, equilibristas y algunos otros números conectaban muy bien con el ambiente de diversión festiva de aquellos tiempos en teatros y las salas de variedades. La diversión popular se “transmitía” por televisión. Indudablemente en esos modos de hacer se mezclaba lo tradicional (que podía verse en ferias, verbenas y otras concentraciones populares festivas) con las “importaciones” a la americana: lentejuelas, cantantes de primer orden, grupos de baile que interpretaban coreografías “modernas”… lo tradicional y lo moderno. Esa mezcla llegaba al público y su organización no requería para que funcionara razonablemente bien mucha más experiencia que la que requerían las funciones musicales y de atracciones en los teatros de la época: no dejaba de ser un directo más complicado, pero directo al fin y al cabo. En mi opinión la competencia Madrid Barcelona en este tipo de producciones marcó sobre todo la superioridad de Miramar en estos programas.
José Luis Ozores y Conchita Velasco en el homenaje que rindieron al primero en "Ésta es su vida" presentado por Federico Gallo (de espaldas) en 1965. Era uno de los programas patrocinados por una importante marca y que había sido importado de EE.UU. |
- Desde Miramar se trabaja con el modelo americano de programas patrocinados y por eso se importan formatos de triunfo seguro, ¿por qué se abandonó este sistema?
La producción patrocinada aseguraba los mínimos de calidad que exigía el anunciante. Era una precaución razonable en una época en la que TVE llegaba con dificultad a cumplir con su programa de emisiones. La innovación la aseguraban los promotores comerciales para destacar su marca y con no demasiada imaginación: copiaban formatos que tenían éxito en Estados Unidos o en Europa. Cuando TVE se asentó y sus profesionales pudieron empezar a trabajar con algo más de tiempo y adquirieron experiencia era lógico que fueran ellos los que cumplieran las demandas de los anunciantes. También cada vez sería más difícil que un solo anunciante cubriera los costos de un programa y que esa fuera la mejor forma de invertir en publicidad en televisión.
Marcelino Camacho (CC.OO.) y Nicolás Redondo (UGT) debatieron "Cara a cara" en TVE en 1977 bajo la moderación de Federico Ysart. Un ejemplo perfecto de esos programas que durante la Transición enseñaron a ser democrático y tolerante |
- En su estudio demuestran que desde el principio hubo un cierto interés por la divulgación, bien a través de programas o bien de documentales pero es curioso que durante la Transición se produzca un cambio en la presentación de esos contenidos.
El principal problema de TVE durante la Transición fue hacerla creíble, que se viera como algo alejado del autoritarismo franquista. A la vez se conocía muy bien su capacidad de influir a la gente. Se trataba de mantener esta capacidad para liderar un cambio: de los valores de la disciplina, de la tradición, de la autoridad aceptada, hasta la valoración positiva del diálogo, del entendimiento, de la comprensión… y conseguirlo implicaba cambiar no solo el contenido sino la manera de tratarlo. Por eso se pasó (es un modo de hablar exagerado) del documental al programa de debate. Importaba no solo subrayar la importancia del diálogo sino mostrar como se podía dialogar. Subrayar la importancia del diálogo, de la conversación con puntos de vista diferentes, el manifestar libremente y escuchar a quienes sostenían otra posición, fueron algunos de esos rasgos que se presentaron como parte de una actitud democrática que había que potenciar y conseguir que asumieran los españoles. No bastaba con decirlo. TVE se propuso mostrar esta actitud. Por decirlo de algún modo: “enseñar” a ser demócrata.
- A partir de los setenta ya hay una idea clara de que la programación debe ser algo planificado y eso se nota especialmente durante la Transición, etapa que ocupa una parte fundamental del libro…
Sí. Una tercera parte del libro estudia la programación y los programas de televisión durante estos años (1975 a 1982). Parece un periodo muy homogéneo, pero en realidad no es así. Hay continuidad primero con el franquismo; luego un periodo propiamente de transición del autoritarismo a la democracia con el propósito bien definido de utilizar el medio para conseguir que se aprobara la constitución española, y continúa con lo que ha sido y es la tónica habitual de las relaciones entre TVE y los gobiernos: el intento de control del medio por los gabinetes.
Federico Gallo en el informativo "Hilo directo" en 1968, el primero dedicado a conectar con los corresponsales |
Hemos podido reconstruir los telediarios en buena parte merced a los partes de emisión, que eran informes que se realizaban sobre lo efectivamente emitido y con cierto detalle sobre incidencias y contenidos. En concreto, sobre los telediarios, se hace una relación de temas tratados de modo indirecto: al indicar qué cortes de película (o fotografías) se emitieron para “ilustrar” las noticias. Eso no permite saber el comentario del periodista que presentaba, pero ayuda al menos a ver qué se trató y el estudio de estas informaciones en series completas o en periodos de tiempo largo posibilita una valoración. Muchas de esas colas se conservan en el archivo de RTVE, aunque ahora mismo lógicamente no estén accesibles. En fin: hay documentación suficiente para valorar qué se emitía y qué sentido tenían estas emisiones.
- Precisamente durante la etapa final de la Transición han detectado un curioso fenómeno: se producen menos series y, para compensar, se emiten muchas extranjeras, ¿a qué se debe?
Durante la transición hubo un objetivo central: el control político del medio con unos con unos o con otros fines. También la propia TVE vivió su transición interna: de un organismo estatal al servicio del gobierno en un estado autoritario a su posicionamiento como entidad comunicativa de un estado democrático. Uno inicial fue evidente: ¿TVE sería una entidad organizada internamente de modo democrático o un servicio del estado democrático controlado por los gabinetes? En los inicios todo se subordinó al establecimiento de la democracia en España. Luego empezó la lucha de los partidos por su posicionamiento en el medio. No digo que esta disputa dejara en segundo plano la producción propia, pero sí que esta se centró en programas vinculados con el asentamiento del proceso democrático que vivía el país. Por otro lado es la época en la que comienzan las dificultades económicas de RTVE y la producción ajena resultaba más barata.
Matías Prats retransmitiendo un Madrid-Barça en 1959 |
- En cuanto al deporte, sorprende el dato de que TVE fue la primera televisión europea con acuerdos para transmitir semanalmente partidos de fútbol de la Liga pero también desmienten eso de que el balón ocupara un lugar destacado en la programación permanentemente.
Efectivamente: el uso del fútbol como recurso “político” probablemente haya que centrarlo mucho en momentos conflictivos. Habría que abordar el estudio de las programaciones en las fechas cercanas al 1 de mayo (los 30 de abril por ejemplo) que es cuando solían producirse las manifestaciones contrarias al régimen desde 1968 (más o menos, hablo de memoria). No fue de todos modos un recurso habitual: ni había posibilidades, porque ni las competiciones futbolísticas tenían entonces la intensidad que han adquirido después, ni se programaban casi a lo largo de toda la semana como sucede ahora.
Antonio García Ramos, pionero de la información taurina en televisión, en el estudio del Paseo de la Habana |
- Algo similar sucede con los toros, existía la impresión de que hasta mediados de los 90 se retransmitían faenas continuamente pero no es así.
Con los toros menos aún por los mismos motivos: no había tantas corridas y respondían a un calendario muy tradicional vinculado a las grandes ferias o a corridas especialmente emblemáticas (la de la beneficencia, por ejemplo). Otra cosa es el uso que se hizo de la adhesión al régimen de grandes figuras del toreo. Existieron por otra parte, dificultades para establecer acuerdos generales, porque en cada coso los empresarios eran distintos y no querían que se supiera con antelación, para evitar que no se compraran las entradas. Estos capítulos dedicados a toros y deportes pienso que han sido muy esclarecedores.
José Luis Fradejas, Mercedes Rodríguez y Silvia Tortosa junto a Los Pecos en 1978 en "Aplauso", uno de los musicales más seguidos por la juventud de la época |
- También analizan la programación infantil desde los inicios, ¿cuál diría que es la etapa más brillante en este sentido?
Probablemente en los años de la Transición se produjeran las mayores innovaciones en la producción propia de programas infantiles y juveniles. Se exploran nuevas ofertas y nuevos formatos aunque se mantenga aún el circo como fórmula de éxito. Las innovaciones técnicas facilitaron también esa posibilidad de innovación. Sobre todo, cambió la concepción del público infantil y juvenil. Se comenzó a ver en ellos a futuros ciudadanos y ese empeño por la transmisión de valores democráticos se trasladó también a los platós. Aparecieron programas informativos, como “La Semana” o “Informativo juvenil” (aunque durante los años anteriores se había hecho un intento que no cuajó) para públicos juveniles y comenzó a apuntarse lo que durante los ochenta sería ya tendencia dominante: los programas musicales para gente joven (como “Aplauso”). Eso sin contar una de las series de mayor éxito en España en todos los tiempos, que se ha repuesto multitud de veces años después, tanto que algunos hasta ignoran que se estrenó durante la Transición: “Verano azul”.
De todas maneras cada etapa contó con éxitos propios. Durante el franquismo “Cesta y puntos” fue un programa perfectamente adaptado a las circunstancias del momento y lo prueba su magnífica acogida. Durante los años del socialismo la incorporación de la “movida” musical madrileña supuso una novedad importante. Lo curioso, sin embargo, ha sido la enorme dificultad para hacerse con este sector de la audiencia en todos los tiempos. Quizá porque el visionado de la televisión en España fue por entonces familiar y niños y padres (y abuelos en muchos casos) la veían juntos. Y los niños, aunque vieran sus programas específicos, con lo que disfrutaban era con lo que veían junto a sus padres, ¡vaya usted a saber por qué!
- Estudian la presencia de la publicidad y del cine, ¿por qué han querido destacarlos como una parte más de la programación?
La publicidad no solo pagó la televisión, sino que la difundió haciéndola objeto de sus contenidos durante muchos años. Por entonces la publicidad jugó, en mi opinión, un papel fundamental en la modernización básica de España: ofreció modos de vida (en realidad de consumo) a los que cabía aspirar. El paso de una sociedad de ahorradores a una sociedad de consumidores en España no se entendería sin la publicidad en televisión durante los años sesenta y setenta. Por eso el libro atiende a dos procesos de enorme interés: uno, el de la evolución de la publicidad como sector profesional vinculado a la televisión durante todo este periodo; otro, el análisis de los contenidos de los anuncios que se emitieron. Estos aspectos constituyen otra de las grandes novedades que ofrece este libro (en realidad, todos son muy novedosos, pero estas llaman más la atención, al menos la mía).
Por lo que se refiere al cine, su presencia en la programación es muy intensa y TVE llevó a cabo una tarea cultural clave en mi opinión: la cinefilia, la capacidad de aprecio y valoración de los filmes para un sector amplio de la población española se debió a los ciclos, a los comentarios, a la labor didáctica que se llevó a cabo desde estos programas de cine, que fueron algo más (en muchos casos, mucho más) que la simple emisión de películas.
Olga Viza presentando "Estadio " desde el Estadio Olímpico de Montjuic en 1989 en una emisión especial dedicada a la preparación de los JJ.OO. de Barcelona 92 |
- ¿De qué manera afectó a TVE el anuncio de la llegada de las privadas? ¿Se prepararon para esa futura competencia?
Sí hubo preparación, aunque la realidad es que resulta muy difícil prever en qué va a consistir propiamente la competencia. De entrada, TVE hizo lo mejor que podía: ocupar todos espacios del día razonables para hacer más difícil la implantación de las nuevas cadenas comerciales. Por eso inauguró las emisiones matinales antes de que las comerciales comenzaran. Después hay que contar con un hecho curioso al que apenas nadie hace mención: ver la tele en España. Hasta 1990, consistía en ver TVE. Ese punto de partida no pudieron ignorarlo ni siquiera las que comenzaron a emitir, porque algo tenía que parecerse lo nuevo a lo viejo para que fuera televisión. Es un modo de decir que innovar en la programación no resultaba nada fácil: ni entonces, ni ahora.
En mi opinión TVE no entendió, quizá no entiende, cual es su papel en el nuevo modelo televisivo. Su protagonismo en la lucha por la audiencia quizá debiera centrarse en otros objetivos más vinculados a la calidad, no a la televisión de élites (que es un contradicción porque la televisión está firmemente asentada en lo popular). Quizá la educación del gusto televisivo, de la noción de calidad, pudiera ser una de sus mayores aportaciones.
- Llama la atención que no hayan podido contar con la colaboración de TVE para las fotografías, ¿por qué?
Igual que los empleados del archivo mantuvieron una línea de colaboración con los investigadores que fue ejemplar y que quiero (queremos) agradecer todos los autores del libro, los encargados de la gestión de los derechos de las fotografías no entendieron el proyecto: una iniciativa académica que no podía enfrentarse a unos precios de las fotografías diez veces por encima de lo que costaron las de EFE. Se cerraron en banda. Lo curioso es que un fondo que pertenece a la sociedad española y que hemos sufragado con nuestros impuestos se sitúe en una postura de gestión que ignora esta realidad básica.
Todas las fotografías aparecen en el libro y han sido cedidas para este blog por la Editorial Cátedra. En su mayoría pertenecen al Archivo de la Agencia EFE.
Todas las fotografías aparecen en el libro y han sido cedidas para este blog por la Editorial Cátedra. En su mayoría pertenecen al Archivo de la Agencia EFE.