En la temporada 1960/61 los estudios de TVE en Miramar (Barcelona) ofrecieron el concurso, "Adivine su vida", basado en el célebre (y longevo) "What's my line?" de la CBS (del que ya hemos hablado aquí). En realidad éste venía a sustituir a otro juego, "X-0 da dinero" que ostenta el honor del ser el primero realizado desde el centro de producción de Cataluña. Este nuevo programa estaba patrocinado por la misma marca, Nescafé, que a lo largo de los años nos ofrecería otros espacios como "Ayer noticia, hoy dinero" y el famosísimo "Ésta es su vida" todos ellos con el mismo equipo básico: Enrique de las Casas, Federico Gallo, Jorge Leman y Felipe Vila-San Juan repartiéndose las tareas de realización, producción y guión o incluso la presentación como es el caso de Gallo y el programa biográfico.
"Adivine su vida" comenzó en realidad con el título en segunda persona del plural, tal y como se puede comprobar en estas fotos de las primeras emisiones en directo, pero en su primera semana fue anunciado como "Adivine su oficio". Mucho cambio de título y hasta de equipo de panelistas para un programa que causó impacto desde el principio tal y como informaba la prensa de la época. Su presentador era el actor de teatro y doblaje y locutor radiofónico Estanislao González que unos años más tarde sería fijo de los repartos de Chicho en "Historias para no dormir" ya con su nombre apocopado: Estanis. Hombre de prodigiosa voz, acostumbrado a personajes de gran seriedad, comenzó su carrera en TVE con este concurso y permanecería en el siguiente organizado por este "equipo Nescafé", el ya mencionado "Ayer noticia, hoy dinero".
En su primer día, González dejaba claras las bases del concurso: "Adivinen su vida consta para su realización de un equipo investigador, un moderador y el invitado. El llamado equipo investigador, desinteresadamente, compuesto por tres señores, deberá adivinar a través de dieciocho preguntas, cuál es la profesión del personaje que esta noche visita los estudios de televisión. Para cada pregunta dispondrán de treinta segundos, bien entendido que si rebasa el tiempo reglamentario sin hacerla pasará el turno al siguiente investigador. El invitado sólo podrá contestar sí o no pero respondiendo siempre toda la verdad, nada más que la verdad y sólo verdad. Los señores del jurado, si después de las 18 preguntas que tienen en total derecho a formular no han llegado a averiguar el oficio o profesión del personaje quedarán eliminados y automáticamente se efectuará una llamada telefónica entre los señores espectadores que previamente hayan escrito a TVE deseando tomar parte en el concurso. La persona favorecida por el sorteo deberá decir, sin más preguntas, la profesión del personaje misterioso, Si lo acierta ganará 15.000 pesetas" (extraído del guión original).
El invitado se llevaría 100 pesetas por cada respuesta y 5.000 más si su trabajo no era acertado. Por supuesto, cuánto más curiosa fuera la profesión más difícil sería que tanto los investigadores como el espectador seleccionado pudiera adivinarla y encontrar esos personajes peculiares era labor de los productores Jorge Leman y Federico Gallo que también habían seleccionado a los miembros del equipo que debía solucionar el enigma. En las primeras semanas ese trío estaba formado por Luis Miravitlles, entonces farmacéutico y profesor en la Universidad de Barcelona (y más adelante, tal y como hemos comentado aquí, gran estrella de la divulgación científica en televisión), José María García-Gastón, abogado del ilustre colegio de Barcelona, y Eugenio Vélez-Troya, detective privado, que sería sustituido poco después por el periodista y caricaturista Manuel del Arco que aportaría un toco de humor (muy necesario) al programa.
En esta foto vemos al director Enrique de las Casas justo antes de que comenzara la emisión en directo hablando con los productores Leman (con corbata) y Gallo y al fondo a Felipe Vila-San Juan, guionista y "moderador", encargado de aclarar conceptos dudosos o palabras que pudieran llevar al despiste al equipo investigador. No podía favorecer a unos ni a otros así que era considerado un puesto de gran responsabilidad que en la versión original americana correspondía al presentador. El grupo se completaba con el realizador José Carlos Garrido. Todos ellos consiguieron, con muy pocos medios, realizar una digna (pero muy sobria) versión patria de un concurso que triunfaba en Estados Unidos y Gran Bretaña que aquí, no sólo consiguió éxito entre la audiencia sino también entre la crítica que alababa un formato que además de entretener nos descubría profesiones distintas y hacía partícipe de las pesquisas psicológicas al espectador.