lunes, 31 de diciembre de 2018

Señoras y Señores: ¡Feliz Nochevieja!


A las 21.30 de la noche del 31 de diciembre de 1974 comenzaba en la Primera Cadena un especial que se alargaría hasta las 2.30 de la madrugada plagado de estrellas nacionales e internacionales de la música y unos cuantos humoristas que por entonces eran los más requeridos no sólo por la tele sino también por las salas de fiestas de boato y lujo. "Señoras y Señores: ¡Feliz Nochevieja!" era una entrega excepcional del programa sabatino en el que se alternaban semanalmente en la dirección y realización José María Quero y Valerio Lazarov con dos estilos muy distintos. Sería el segundo el elegido para comandar esta entrega festiva. 


A diferencia de otras emisiones únicas dirigidas por el rumano, esta vez no habría ningún hilo conductor argumental que sirviera de excusa para las actuaciones: "Por supuesto que no. La dirección de Televisión Española dispuso que estos especiales no se saliesen de la línea habitual de "Señoras y Señores" y como el mío nunca ha tenido argumento, el de Nochevieja sigue esta misma línea" declaraba a la revista TeleRadio. Las presentadoras serían las habituales, Ángela Carrasco, Sharine, María José Cantudo y Victoria Vera en sustitución de Blanca Estrada. La actriz musa de la Transición estaba encantada con su participación a tenor de sus palabras a la revista mencionada: "Contentísima. Y como me lo vais a preguntar, os diré que es verdad, me hice la cirugía estética de la nariz y también dos películas. Si bien el ser actriz es lo que más me gusta y donde me encuentro más identificada, también el baile me encanta, pues estudié ballet durante varios años y así en el programa de fin de año no sólo actúo como presentadora (sic) sino que también bailaré temas tan conocidos como "Cabaret" y "Hello Dolly!"". Como veis, no necesitaba entrevistador, ella misma se contestaba a preguntas no formuladas. 


Este programa incluía felicitaciones a cámara de algunos de los artistas más conocidos del momento como Lola Flores, Karina, Lina Morgan o Andrés Pajares. Grabadas en un ciclorama totalmente vacío de atrezzo, estas brevísimas intervenciones han sido reutilizadas hasta la saciedad posteriormente. Todos ellos actuaban pero es que la lista de invitados es increíble... e interminable. Mocedades, Fórmula V, Elsa Baeza, Bruno Lomas, Dolores Vargas "La Terremoto", Luis Aguilé, Los Diablos, Los Mismos, Juanito Valderrama y Dolores Abril, Rumba 3, Arena Caliente... y humoristas como Fernando Esteso, Mari Carmen y sus muñecos, Tony Leblanc, Pepe Darosa...


Bien es sabido que Lazarov era un trabajador estajanovista, incansable, exigente... Las grabaciones de este especial comenzaron el 25 de noviembre y finalizaron el 16 de diciembre, después llegaron las jornadas de montaje y revisión. Un mes de trabajo para un programa en color, aunque pocos lo vieron así porque hasta el final de esa década no empezó a generalizarse la emisión en este sistema y hasta bien entrados los 80 no todo el mundo tenía una tele con colorines en casa. Fórmula V (en la foto superior) tardó nada menos que dos días en grabar sus tres canciones, no es extraño entonces que Bruno Lomas se considerara afortunado por haber ocupado sólo cinco horas para sus dos temas. 


Pero además de estos artistas nacionales que ocupaban los primeros puestos de las listas de éxitos había dos estrellas internacionales indiscutibles que también intervendrían en este programa: Tom Jones y Engelbert Humperdinck. Ambos eran rivales por entonces (o más bien querían que lo fueran), tenían una poderosa voz y eran atractivos. Con estilos bien diferenciados habían llevado carreras paralelas aunque Jones aventajaba a su supuesto competidor en éxitos. No coincidieron en los platós de TVE (hubiera sido un puntazo verlos brindar juntos) pero ambos se mostraron encantados ante la prensa por el trato exquisito recibido. Se ve que a ellos no les sorprendía lo de grabar horas y horas.
Valerio Lazarov volvería a dirigir y realizar la Nochevieja de TVE en los años siguientes aunque ya sin la fórmula de "Señoras y Señores". Lo que no varió fue ese espíritu de fiesta, jolgorio y multitudes con el ballet Zoom como animadores epilépticos, un sello lazaroviano para los fines de año setenteros. 

lunes, 24 de diciembre de 2018

Mazapán


Las Navidades de 1984 nos trajeron un curioso regalo televisivo a los infantes que vestíamos con colores chillones y calcetines blancos. Mientras nos apartábamos el peinado de bacinilla de los ojos veíamos que desde el primer día de vacaciones la tele conectaba con un sitio llamado Juvenalia que a los de Madrid les sonaría mucho pero que a los de provincias nos sonaba a Disneylandia a la española. Desde el Pabellón XII de IFEMA en la Casa de Campo se emitía en directo "Mazapán", un macroespacio infantil que ocupaba las mañanas desde las 11.30 hasta la 13.30. Presentado por Teresa Rabal con la colaboración de históricos del género infantil televisivo como María Luisa Seco o Torrebruno, este programa era una especie de guardería en la que se desarrollaban diferentes talleres ante las cámaras, desde papiroflexia a expresión dramática pasando por ecología o las recurridas (y temidas) manualidades. Vamos, un "Art Attack" patrio 20 años antes de que la Disney lo convirtiera en franquicia internacional. 


Una de las secciones fijas del programa fue la "conexión" con "El laboratorio rosa", un espacio de Radio Cadena Española que por primera vez se presentaba ante las cámaras. Rosa Otero, también presentadora de "Dabadabadá", comandaba esta parte en la que se contaba con un artista invitado de gran popularidad como Andrés Pajares. También acudían grupos musicales de moda, personajes infantiles de la tele como Espinete y el panadero Chema y se interpretaban sketches con más o menos gracia. Aquel batiburrillo de contenidos dejaba a los chavales con una sensación rara, por una parte parecía la retransmisión de la clase de pretecnología de don Manolo, por otro la oportunidad de reutilizar gags muy manidos ante un público situado en graderíos que no parecían muy consistentes. Vamos, una especie de festival de fin de curso donde el cartón piedra se notaba más que nunca. Aún así, tened en cuenta que sólo había una canal y medio y que aquello era lo único que íbamos a poder ver por la mañana así que si vivías en una zona de frío invernal, mejor que asumieras que tu diversión audiovisual iba a ser esa. Afortunadamente, a media mañana se daba paso a una película y ahí, la cosa cambiaba. Además de versiones japonesas de clásicos como "Mujercitas", pudimos ver por primera vez la bellísima versión en stop-motion de "El viento entre los sauces" (novela de Kenneth Grahame publicada originalmente en Gran Bretaña en 1908) estrenada en la ITV inglesa un año antes. En definitiva, "Mazapán" no pasó a los anales como un gran programa infantil pero al menos se aprovechó el stand de 1.200  de TVE en Juvenalia y además tenía la emoción de ser un programa en directo. 


viernes, 21 de diciembre de 2018

Raíces


Mucho antes de que se normalizara la recogida etnográfica de viejas músicas y bailes en asociaciones folklóricas ahí estaban las cámaras de TVE comandadas por un director concienciado con la recuperación de las tradiciones culturales del país. El programa tenía un nombre sencillo, directo: "Raíces" y su responsable era Manuel Garrido Palacios, un onubense que durante más de una década recorrió España de punta a punta en incensante búsqueda de aquellos que todavía recordaban costumbres y cánticos que corrían el riesgo de desaparecer. Desde que en 1970 su película "Alosno" funcionara como piloto y convenciera a los jefes de la tele de entonces de la necesidad de documentar fílmicamente una España olvidada, consiguió que le asignaran un pequeño equipo para comenzar a rodar. En 1972 comenzó la emisión regular de "Raíces" y se mantuvo nada menos que once años en antena. En octubre de 1977 explicaba a la revista "TeleRadio" la misión que se había encomendado a sí mismo: "Toda una forma de vida en la que se encuentran las raíces de toda nuestra civilización, se nos está yendo de las manos y con él nuestra posibilidad de identificarnos a nosotros mismos. No está perdido irremisiblemente porque la generación de nuestros abuelos aún tiene en su mente esa cultura. Hay mucho de esa cultura que debe ser transmitdo para que nuestra generación recupere sus señas de identidad. Puede que dé la impresión de que "Raíces" es un programa aséptico pero no lo es en absoluto. No sólo mostramos las cosas, intentamos recuperarlas y estamos recibiendo pruebas de que algo se consigue".

Manuel Garrido Palacios en pleno rodaje

El formato no tenía mucho misterio, cada semana se centraba en una zona concreta donde sus habitantes más longevos eran entrevistados y se mostraba al espectador bailes y canciones. En algunos episodios, sin embargo, se hacía una comparación entre las distintas maneras de interpretar un mismo género musical como la Jota en lugares muy alejados entre sí o ritos como las bodas y sus diferencias según la localidad: "Si esto tiene algún secreto, que no creo que lo tenga, es el ir al pueblo como uno más, sin aires de yo soy, tú eres. Porque el pueblo cierra la boca y lo que suelta va filtrado. Quizá el haber nacido en el pueblo, haber trabajado desde muy pequeño y estar en continuo contacto con artesanos y trabajadores, me dé ese pasaporte a la intimidad" decía Garrido Palacios en julio de 1978 en la revista oficial de TVE. "Nos quedan muy pocos años. Tan sólo una generación que se nos está yendo recuerda y puede transmitirnos todo este increíble material humano. Hay que activar esta labor y, en ella, afortunadamente, está colaborando mucha gente en todos los medios. La prensa y la radio lo hacen muy activamente y el apoyo que están prestando a "Raíces" es muy positivo"


Aunque comenzó tímidamente durante la última y convulsa etapa del franquismo, fue en la Transición cuando crítica y público se dieron cuenta de la joyita que se escondía en la parrilla. El tipo de programación que se estaba realizando en aquel momento, que incluía muchos debates y entrevistas a aquellos que antes no tenían voz, hizo que un documental rodado en cine destacara aún más y una vez que la audiencia se fijó en aquel espacio, se identificó y reconoció a los suyos, a sus padres, abuelos, vecinos... El propio director reconocía en agosto de 1976 que los tres primeros años habían sido un ensayo "fuimos perfilando tanto la idea como el equipo hasta saber qué era lo que queríamos". En aquel momento llevaba varios meses grabando y tenía nada menos que 30 capítulos en reserva. Aquella temporada que comenzó en septiembre fue su consagración definitiva. De hecho consiguió el primer premio en el Festival Mundial Arpa de Oro de Dublín al año siguiente, un certamen en el que años antes había conseguido una mención, en ambos casos con reportajes sobre La Alberca. 
"Raíces" se mantuvo en la cadena hasta 1983 y consiguió multitud de premios más, tanto nacionales como internacionales, incluido el Ondas. En plena Movida desapareció pero su autor siguió investigando a través de las cámaras en otros títulos como "La duna móvil" y también como escritor. Hoy tenemos la posibilidad de recuperar esos excepcionales documentos gracias a la web Archivo RTVE.


martes, 11 de diciembre de 2018

Kiko Ledgard y Paca Gabaldón llegan a "300 Millones"


En mayo de 1979 "300 millones", aquel programa que se realizaba en España para su exportación directa a los países de habla hispana (de ahí el título, porque se suponía que ese era el número potencial de espectadores), pasaba a emitirse los lunes por la noche. Ese paso de la medianoche de los domingos al horario estelar del inicio de la semana traía implícitos varios cambios. En primer lugar, mayor presupuesto porque al que ya tenía se le sumaba el que se destinaba al programa musical de esa franja. Se anunciaba que el nuevo presentador sería la mayor estrella de los espacios de entretenimiento en esa temporada, Kiko Ledgard, libre del compromiso con el "Un, dos, tres" que había finalizado temporada. 


Pero el famoso comunicador necesitaba compañía porque él se encargaría fundamentalmente, además de ejercer de anfitrión, del concurso que se incorporaba al programa en un esfuerzo por hacerlo más popular y satisfacer al público español (no tanto al americano). Durante varios días el realizador Enrique Martí Maqueda dirigió las pruebas a las aspirantes en el propio plató del espacio, ese tan sencillo pero al mismo tiempo reconocible, aunque sólo fuera porque el título quedaba bien a la vista. Las dos favoritas eran Paula Gardoqui, que ya había triunfado en los infantiles desde los tiempos de "La casa del reloj" y que en aquel momento presentaba con Torrebruno "El recreo", y Paca Gabaldón, que ya había gustado (y mucho) en "625 líneas". 


También se presentaron a las pruebas dos ex azafatas del "Sumarísimo" de Valerio Lazarov, Silvia Aguilar (en la foto junto a Martí Maqueda) y Sara Mora. Según contaba a finales de mes la revista "TeleRadio", la primera estuvo "aceptable" mientras que la segunda "con muchos nervios, acabó por renunciar a la plaza". Además hubo dos muchachas desconocidas, Laura y Azucena, que "estuvieron muy bien aunque se las notaba falta de tablas". 


Entre las pruebas a las que se las sometió se incluía realizar una entrevista a compañeras de la Casa como Mayra Gómez Kemp que, seguramente, podía empatizar perfectamente con ellas y, por lo tanto, ayudarlas a dominarse y demostrar su valía profesional. Finalmente la elegida fue Paca, que no sólo tenía experiencia como presentadora sino que además ya era una actriz con unas cuantas películas en su currículum. 


Una vez solucionado el tema de quién pondría la cara, quedaba uno más importante, remozar una estructura anquilosada que su director, J.J. Marroquí,  justificaba diciendo que "se trata de un programa concebido fundamentalmente para América y, por tanto, al gusto americano, ritmo distinto para permitir mayor número de cuñas publicitarias, etc.  Previendo la emisión del programa para la noche de los lunes y no para la madrugada del domingo y convirtiéndose así en un programa de potencial audiencia masiva es de esperar que, sin desatender a los espectadores americanos, contente a los españoles". 
Aquella etapa en realidad duró poco, apenas unos meses. Después Gustavo Pérez Puig tomaría las riendas y llegaría Pepe Domingo Castaño al estudio... pero esa es otra historia.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Las locutoras debaten sobre la Constitución


Ahí están, son cinco de las locutoras y presentadoras más famosas de los setenta. De izquierda a derecha: Marisa Abad, Isabel Tenaille, Rosa María Mateo, Jana Escribano e Isabel Bauzá y casi siguiendo ese mismo orden, de la frescura de la recién llegada a la serenidad de la más veterana. Todas eran popularísimas en 1978, Bauzá en plantilla desde 1959, Abad desde 1975 tras algunas colaboraciones un par de años antes. No era habitual que aparecieran en pantalla todas a la vez, de hecho, era algo inaudito. El 1 de diciembre de ese 1978, y sin previo aviso al espectador, se emite un programa sin título en el que intervienen todas. 


Rosa María Mateo, una de las comunicadoras más prestigiosas del momento gracias a su paso por "Informe Semanal" y el Telediario, da la bienvenida a la audiencia explicando por qué se han reunido todas en un discreto decorado. La semana anterior Joaquín Soler Serrano había moderado un coloquio sobre la Constitución con algunos de los más reconocidos rostros de TVE, Hermida, Martín Ferrand, de la Quadra, Macía y Rodríguez de la Fuente. Ninguna mujer intervino en aquel debate y fue el propio Hermida el que confesó en antena que aquello le parecía discriminatorio. Una semana después Rosa María se presentaba diciendo: "Vamos a hablar a nivel personal y vamos a hablar como mujeres que trabajan y como mujeres que a la vez son amas de casa. Todas estamos casadas, todas llevamos una casa y la vez trabajamos. No va a ser una conversación ni erudita, quizá ni brillante y por supuesto lo que sí aseguramos es que no somos conocedoras del tema, vamos a, informalmente, hablar de esta "cosa", de este libro que es la Constitución que vamos a tener que ir a votar el 6 de diciembre".


En realidad, según me contaba hace tiempo Isabel Bauzá, todo se organizó de manera precipitada, esa misma mañana el jefe les dijo que por la tarde grabarían un especial sobre la Constitución. Hubo una merienda en la que ellas mismas coordinaron cómo llevarían a cabo este improvisado programa. Se trataba de explicar al espectador qué era aquel librito que supuestamente todos deberían tener en casa puesto que había sido enviado por el propio Gobierno para que lo estudiaran antes de votar en el referéndum. Posiblemente los directivos pensaban que la mejor forma de dirigirse a las mujeres era organizar otra charla pero sólo con locutoras. Y para no esconder el enfado por haberlas obviado en el primer especial, el tema escogido para iniciar la tertulia fue el machismo "le vamos a perdonar a TVE que fueran machistas el jueves anterior" decía con sorna la Mateo. Isabel Tenaille abría fuego asegurando que el artículo sobre la sucesión de la Corona era claramente excluyente aunque Jana Escribano respondía que al menos no era como la ley Sálica, en este caso "sólo" se ponía al hombre por encima de la mujer pero no la olvidaba directamente. Breve silencio y todas confirman que efectivamente eso también es machista.


Siguiente tema:  el Consenso. Isabel Bauzá afirma que eso, sin duda, es lo mejor de esta Constitución aunque también lo peor para algunas formaciones que sentían que  habían tenido que ceder en algunas de sus ideas base; Mateo responde inmediatamente que ceder es la única forma de llegar a vivir de forma armónica. Entre risas lo comparan como un matrimonio avenido "difícil pero posible" remata Bauzá. Y ya que se habla de casamiento... pasemos al divorcio. Marisa afirma que por fin habrá igualdad, "la mujer ya no debe obedecer al hombre". La posibilidad de una ruptura del santo matrimonio sin todas las dificultades que tenían hasta ese momento las hacía libres. No obviaban la polémica que estaba trayendo ese artículo, algunas asociaciones católicas estaban presionando para que se votara en contra del texto. Nuestras locutoras templaban gaitas diciendo que la existencia de esa ley no obligaba a nadie a divorciarse y que esa decisión dependerá de la libertad de conciencia y religión de cada ciudadano. 


Mateo iba repartiendo turnos y abriendo nuevas conversaciones con mucha naturalidad. Cada vez que se abordaba una cuestión una de ellas leía a cámara el artículo correspondiente. Estaba claro que aquel coloquio era totalmente divulgativo, se daba por supuesto que muchos españoles no habían leído la Constitución con calma o, incluso, que no comprendía bien sus palabras. El derecho a una vejez digna, a una enseñanza pública, obligatoria y gratuita, el feminismo... Durante 36 minutos, estas presentadoras, que hoy serían consideradas "prescriptoras" para una parte amplia de la población, desgranaron buena parte de un texto que hoy vuelve a estar a debate. 
"No sé si lo hemos hecho bien (...) La convivencia pacífica entre todos los españoles de todas las ideologías y creencias, esperamos que se pueda conseguir una vez refrendemos la Constitución el próximo día 6 (...) Les rogamos nos perdonen si en algún momento les hemos molestado" eran las palabras de despedida de Rosa María Mateo. Y, efectivamente, España votó sí.

Podéis verlo pinchando aquí

domingo, 2 de diciembre de 2018

Tariro Tariro


Era un martes 18 de octubre de 1988. Las 21.15 de la noche, en aquella época el Telediario se emitía a las 20.30 h. Se había anunciado a bombo y platillo: La Trinca estrenaba un innovador programa de humor. En realidad los catalanes sabían que no era tan novedoso puesto que dos años antes habían visto la primera versión de este espacio, "No passa res!". Aquel espectáculo en el que se combinaba humor, música y entrevistas a personajes muy populares había llamado la atención de los directivos de TVE que querían buscar un relevo al iconoclasta y transgresor "Viaje con nosotros" que tantas alegrías (y disgustos) había traído a la tele pública la temporada anterior. El trío humorístico-musical compuesto por Josep María Mainat, Toni Cruz y Miquel Angel Pascual llevaba dos décadas pisando los escenarios con sus irreverentes canciones y ya se había iniciado en la producción y dirección de programas televisivos tras la fundación de su productora Gestmusic (hoy en manos de otros accionistas). El invento que traían ahora a nivel nacional se llamaba "Tariro Tariro". "Queremos que el programa sea eso, un juego de picardía, de doble intención, un strip-tease mental" aseguraban a "La Vanguardia". 


En las entrevistas a la prensa aquellos días no ocultaban que el formato sería similar al que habían hecho para Cataluña pero habría ligeros ajustes como la supresión de la actuación musical de grupos invitados. La música corría enteramente de su parte... y de los propios protagonistas semanales que harían de todo y es que ahí radicaba el gran atractivo de este show, los convidados al plató intervenían en sketches, cantaban lo que nunca habían cantado, eran sometidos a torturas si era necesario... todo con su entera complicidad y eso sí que era una novedad para el espectador. Ver a Julia Otero cantar en una barca mientras las olas (y hasta pescados voladores) la azotaban, a Manuel Fraga bailando el pasodoble que el propio trío había compuesto para él, a Mayra Gómez Kemp pasando las más complicadas pruebas del "Un, dos, tres" (en realidad para algunas como la del toro mecánico se usó una doble), al ministro de defensa Narcís Serra tocando el piano, a Bertín Osborne vestido de Tarzán derribando una pared, a Concha Velasco redoblando (con mucha mala leche) fragmentos de sus películas de los sesenta o a Lola Flores aumentando el ritmo del machacado en un mortero cuando le preguntaban por la Pantoja sorprendía a un televidente que estaba resabiado y necesitaba un revulsivo. Si por algo destaca "Tariro Tariro" es por la cantidad inagotable de momentazos que dejó en el archivo. 


El otro punto fuerte del espectáculo eran los sketches, grabados previamente durante un par de meses. Varios personajes se hicieron popularísimos aquella temporada, especialmente la familia que parodiaba a la propia audiencia y los trogloditas que cada semana presumían de invento ante una espectacular cavernícola que les bajaba de la burra al grito de "Tontícolas" explicándoles que aquello ya existía. El final sería imposible de emitir hoy porque finalizaba con una violación grupal. Mercè Aránega y Carme Conesa, entre otras actrices, les acompañaban.


Para este programa se había construido cerca de los estudios de TVE en Sant Cugat del Vallès un pabellón hinchable en el que cada semana se acomodaban unos 400 espectadores. En cada emisión, los humoristas observaban todo desde la cúpula atreviéndose incluso a autocriticarse con dureza. El programa se emitió hasta el 25 de abril de 1989 y finalizó con un especial resumen aunque también tuvo su propia versión veraniega con un refrito de los mejores de sketches.

Las  fotos 1 y 3 son de Gabriel Sendra @arxiusendra. Todos los derechos reservados