domingo, 25 de octubre de 2020

"Patrulla de tráfico", la primera serie emitida en TVE


La primera serie que apareció en la pantalla de TVE no fue de producción propia, era demasiado pronto para poner en marcha algo tan ambicioso en una tele que, prácticamente, se había inaugurado alargando su período de pruebas. Estamos en 1957, apenas unos meses después del inicio de emisiones regulares, y todo era nuevo, la gran mayoría de los profesionales que estaban en el Paseo de la Habana trabajando en aquel nuevo invento no habían visto nunca televisión y, desde luego, no se les había pagado un viaje a Londres, París o Roma para ver cómo se las apañaban allí. Quizás sorprenda saber que esa ficción no se emitió de forma independiente sino dentro de un programa de título "La hora Philips" y que estaba patrocinado, oh sorpresa, por esa marca fabricante de televisores. 


Philips pagaba el programa al completo y fueron ellos los que se trajeron "Patrulla de tráfico", una serie que había comenzado su emisión en EE.UU. en octubre de 1955 con el sistema de la sindicación, es decir, no se producía para una cadena en concreto sino que la pagaban las propias emisoras locales. "Highway Patrol" (su título original) tuvo un despegue extraordinario en su debut, segundo puesto en las listas de audiencia, sólo por debajo de "Te quiero, Lucy". El protagonista era un veterano actor de cine, Broderick Crawford, que había conseguido el Oscar en 1949 por "El político". Se mantuvo cuatro años en antena y casi puedo asegurar que sus 156 episodios se emitieron al completo en TVE. 
   Por cierto, "La hora Philips" estaba presentado por María José Valero y consistía, básicamente, en actuaciones musicales, la mencionada serie, y un espacio periodístico presentado por Victoriano Fernández Asís llamado "La figura de la semana".

Aquí tenéis uno de aquellos capítulos que se vieron en medio mundo en los albores del medio:


domingo, 18 de octubre de 2020

"La guarida del Dragón", los dibujos animados interactivos... o no


En 1986 llegó a TVE una serie de dibujos animados que pretendía ser de lo más moderna pero que se quedaba a medio camino, "La guarida del Dragón". Basada en el videojuego "Dragon's Lair" cuyo diseño de personajes era del mítico Don Bluth. Estaba producida por Ruby-Spears Entrerprises y, desgraciadamente, el genial Bluth no tenía nada que ver con ella. 

Los protagonistas eran el caballero Dirk, la princesa Daphne (muy edulcorada para la televisión, huyendo de la sensualidad del diseño original) y el dragón Cinge. Ambientada en ese fantástico mundo medieval que el género de "Capa y Espada" estaba popularizando en la época y que poco tenía que ver con la realidad, tenía argumentos trillados y repetitivos. Varias veces a lo largo del capítulo el héroe se encontraba en una disyuntiva en la que , supuestamente, el espectador podía elegir entre distintas opciones. Según el anuario de TVE de 1987 la elección se realizaba "a través de un conocido sistema láser de los juegos de vídeo. Así se sabe cuáles son las consecuencias de su decisión y las que podrían haber sido de tomar otra". 

En realidad era una pregunta que se lanzaba antes de cada corte publicitario (que aquí no se producía y que en realidad era sustituido por un fundido a negro) en la que el narrador explicaba cuál era la decisión "correcta" (la que generalmente tomaba Dirk) y por qué las otras no lo eran, presentando las consecuencias. Vamos, la traslación cutre a la pantalla de la interactividad de los videojuegos. Algo similar se llevaba años haciendo a través de los famosos libros de "Elige tu propia aventura". La serie se emitió originalmente en EE.UU. en la ABC entre 1984 y 1985, sólo trece capítulos que, unidos al vídeojuego del 83, generaron un culto que ha sido alimentado por el propio Bluth a lo largo de estas décadas. Se ha anunciado una película de imagen real protagonizada por Ryan Reynolds pero han sido tantos los proyectos relacionados con este título que finalmente no se han llevado a cabo que uno duda. Ya veremos. 

domingo, 11 de octubre de 2020

"Llamada al corazón", el primer reality de TVE

El jueves 16 de abril de 1964 un breve anuncio en la página de la programación de la revista "TeleRadio" anunciaba el estreno de un nuevo programa. Título: "Llamada al corazón". Dirigía Reynaldo Tettamanti, presentaba el gran Federico Gallo y se anunciaba un equipo de "informadores" de campanillas: Julio Camarero, Manuel del Arco, Enrique Rubio y Marino Gómez Barrios. Según la revista, órgano oficial de TVE, "se inicia hoy un programa quincenal que logrará atraer la atención de todos los espectadores". Nada sobre su contenido, sus propósitos, su temática. Nada. Tenemos que esperar dos semanas para que el televidente que se perdiera la primera emisión tuviera alguna pista sobre su materia. Para empezar, se retrasa media hora su comienzo por culpa del resumen de la Vuelta Ciclista a España. "Un programa espectacular, montado para remediar una oculta necesidad". 

En otra página de la citada revista (única en la que se informaba sobre televisión en aquel momento), se da cuenta del triunfo de la primera entrega con no poca grandilocuencia: "La maestra del pueblecito serrano de Horcajuelo de la Sierra vivió otra vez el cuento de "La Cenicienta", en esta ocasión en beneficio de sus alumnos, niños y niñas con ansias de aprender cosas nuevas y maravillosas. Una han aprendido ya: Televisión Española hizo el fabuloso milagro de, en menos de sesenta inutos, dotar prodigiosamente, en virtud de la generosidad de toda España, de toda suerte de comodidades y beneficios a estos niños privados de casi todo. Buen principio". En definitiva, se trataba de adaptar (sin reconocerlo) el radiofónico "Ustedes son formidables" de Alberto Oliveras y llamar a la solidaridad del espectador con personas que buscaban una ayuda. De hecho, comenzó emitiéndose el mismo día que su referencia de la radio y ante las críticas de prensa y espectadores, se decidió trasladar a los martes "por no perjudicar a terceros. Y ello a costa de tener que suprimir dicho espacio durante algún tiempo" según se decía en la citada publicación. Ahí también se aclaraba que no copiaba el "Formidables" sino que era una versión de un formato argentino del que se habían comprado los derechos hacía tiempo. 

En la segunda emisión el protagonista fue Plácido, un torero que había perdido una pierna en un accidente de automóvil pero que se empeñaba en seguir toreando a pesar de eso. El programa puso su historia como ejemplo de otros "inválidos" (sic) y, según contaba la prensa, el propio matador se enteró de que el espacio reclamaba ayuda para una asociación y un homenaje para él en el bar de Vallecas al que solía ir por la noche. Unos días después, el estadio del Rayo Vallecano albergaba un festival en su honor en el que participaron famosos como Arturo Fernández, Torrebruno o la cantante yeyé Rosalía. Una cámara de cine grabaría un reportaje que se vería en la siguiente entrega del programa. Las ayudas se canalizaban a través de seis líneas telefónicas de las que se ocupaban "hombres que trabajan en cargos públicos, cara a sus convecinos, en favor de ellos". Ocupaban su lugar en el plató, en vitrinas de cristal insonorizadas, un elemento de atrezzo muy eficaz usado en los telemaratones de todo el mundo.

En el número 335 de "TeleRadio" una crítica de Ramírez Pastor con el título de "La caridad en imágenes" comparaba la Gala especial a favor de la Asociación Española contra el Cáncer con este programa. Mientras que el primero tenía, según él, una intención loable pero pecó de "un exceso de "amateurismo", con evidente monotonía en su presentación al público (...) En cuanto a "Llamada al corazón", estoy firmemente convencido de que le hizo mucho daño el propósito de firme de abandonar toda apariencia lagrimógena. Ya en el guión se entretuvo, cosa insólita en nuestra pequeña pantalla, en proporcionar respuestas adecuadas a la mayor parta de reservas que se formularon en su día contra la edición inicial. Preocupados los realizadores por no ofrecer demasiada semejanza con determinado programa radiofónico, se dio un nuevo giro al que nos ocupa, que en esta ocasión más pretendía influir en el ánimo de los beneficiarios posibles que en el de los espectadores corrientes y molientes. Pero el salto fue demasiado brusco y sin hacer diana de manera perfecta, perdió las calidades de espectacularidad que en estos menesteres suelen perseguirse. La consecuencia fue dejar en la pantalla una sensación de frialdad excesiva, de intento malogrado, de dudas y vacilaciones en lo intencional, y hasta de no demasiado éxito en el auditorio invisible. Realmente, el espectador no sabía si se le estaba pidiendo una ayuda material a los inválidos o una palabra de aliento que moviera sus voluntades." Esta crítica es todo un documento porque el programa no se conserva y nos da una idea clarísima de lo que sucedió en sus dos primeros capítulos. Y aún añade más: "el espacio nació con unas características determinadas y el cambio de orientación ha sido excesivo en lo fundamental y demasiado rápido en el tiempo. Con ello se ha conseguido desorientar (...) De aquella abundancia de donativos y hasta de lágrimas en la primera noche, a la falta de referencias emotivas en la edición segunda". 

El programa continuó en su emisión los martes, tras la popular serie "Perry Mason", pero a las 23 H y con una periodicidad irregular, a veces quincenal y otras veces cada tres semanas. Se anunciaba como "una nueva llamada a la solidaridad". El versátil Federico Gallo compaginaba este programa con el exitoso "Ésta es su vida" que se podía ver cada domingo antes del musical "Gran Parada". De "Llamada al corazón" se ha escrito muy poco (o prácticamente nada) aunque debería ser reconocido como el primer reality-show de nuestra televisión puesto que se adelantó unos meses a "Reina por un día". La última emisión de la que tenemos noticia es del 21 de julio de 1964.

domingo, 4 de octubre de 2020

El destino en sus manos


Miércoles, 26 de abril de 1995. La Primera estrena a las 22.45 H un programa innovador, el primer fiction-show español. Una mezcla arriesgada en plena época de competencia con las cadenas privadas y con una lucha encarnizada por la audiencia que no permitía mucho experimento. No obstante, aquella temporada la pública quiso desmarcarse de temporadas anteriores y puso en su parrilla programas dignos de una tele pública, como "Un paseo por el tiempo" presentado por Julia Otero los jueves. El día anterior otra gran comunicadora radiofónica se encargaba de la apuesta más audaz: "El destino en sus manos".


¿Y qué era eso de un fiction-show? Una mezcla entre programa de entrenimiento y una ficción y eso no quiere decir que lo que pasara en el debate del plató estuviera guionizado. El espacio incluía una serie titulada "Mar de dudas" que finalizaba con opciones. Posteriormente, los invitados discutían sobre el disyuntiva de cada semana para ayudar a los espectadores a elegir una u otra. Era la audiencia la que decidía a través de llamadas telefónicas el devenir de la historia. 


La serie podía haber sido independiente, atención: su director era Manuel Gómez Pereira (con éxitos a sus espaldas como "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?", "Todos los hombres son iguales" o "Boca a boca", que daba nombre a la productora del programa) y el guión era de Joaquín Oristrell (Goya por "Todos los hombres son iguales" y actual jefe de guión de "Cuéntame cómo paso"). El reparto estaba encabezado por una extraordinaria Cristina Marcos y la acompañaban, entre otros, Chema Muñoz, Toni Cantó, Fernando Guillén Cuervo y Candela Peña. Entre los secundarios merecen mención aparte unas magníficas Gloria Muñoz y Elvira Mínguez. Las tramas se desarrollaban en un centro de planificación familiar, lo que daba pie a tratar temas sociales polémicos. De ahí que cada episodio planteara un dilema moral. 


Gemma Nierga era por entonces una gran promesa que había demostrado su valía en radio y televisión en Cataluña. El año anterior, su "Hablar por hablar" había comenzado a emitirse en todo el país desde la Cadena SER (se inició en las emisoras catalanas) y contaba con una amplia experiencia en TV3 así que sabía cómo moverse en un plató y, desde luego, cómo moderar un debate. Además de manejar los tiempos de los cuatro invitados que defendían una u otra alternativa, se acercaba al público para pulsar su opinión. Nierga siempre ha sabido escuchar, ante un micrófono o con cámaras de testigo, y esa es una de sus grandes virtudes, por eso era perfecta para este formato. 


Los contertulios (que también podríamos llamar defensores y fiscales porque asumían su papel con entusiasmo) eran muy conocidos y provenían de campos tan diferentes como el cine, el periodismo, la política o la psicología. Podemos destacar a Javier Bardem, Antonio Resines, Charo López, María Barranco, Adolfo Marsillach, Mónica Randall, Chicho Ibáñez Serrador, Carmen Rigalt, Lorenzo Milá, Xavier Sardà, Ana Botella o Luis Rojas Marcos. En la última emisión fueron los protagonistas de la serie los que acudieron como invitados. 


En el propio decorado se ubicaba una centralita de llamadas (ignoro si era de pega o realmente funcionaba) para contabilizar los votos que se iban recibiendo decidiendo hacia dónde debía ir la serie y he ahí la parte innovadora que quizás no se supo entender en su momento. Por primera vez el espectador podía jugar en la tele a eso de "Elige tu propio aventura", una especie de juego de rol en directo que, teniendo en cuenta, los temas que se tocaban (malos tratos, embarazos no deseados, violaciones, relación entre una alumna y su profesor...) podían interesar a un público heterogéneo y ese poder de decisión atraería aún más a la audiencia. Un chico y una chica eran los portavoces de cada una de las elecciones e informaban de cómo se podían poner en contacto con el programa, del coste de la llamada (55 pesetas por minuto) y la evolución de la encuesta. ¿Reconocéis al muchacho? Efectivamente, es el actor Ernesto Alterio que aquel año había debutado en el cine con pequeños papeles en películas como "Belmonte" o "Morirás en Chafarinas". 


En fin, que todo pintaba bien, era una apuesta atrevida pero no suicida. Sin embargo, no funcionó. En su estreno no llegó a los dos millones de espectadores a pesar de ir precedidos por el programa de "Martes y 13" (más de cinco millones). En las siguientes semanas no consiguieron remontar pero se emitieron los trece capítulos contratados y la serie pudo tener un final. A toro pasado, varios responsables analizaron el fracaso (de audiencia) en el Anuario de GECA. Según Joaquín Oristrell: "No era un programa para prime-time porque nosotros pensábamos que eso exige más biquinis, más faldas, más concursos (...) En todos los casos, la televisión pública debería poner en este horario programas que alimenten el cerebro del espectador. Hay muchos días en la semana, un día podemos alimentar más el cerebro y otro la barriga pero este tipo de programas debe tener su hueco en las televisiones y más en las públicas".


Gemma Nierga asumía que quizás habían sido demasiado optimistas pero defendía el trabajo realizado por el equipo: "Con el programa se pretendía que los espectadores pensaran durante un par de horas. No era sólo un programa de entretenimiento, quizás pedía un poco de esfuerzo por parte del espectador (...) Los temas se han tratado con seriedad, nunca se ha hecho espectáculo ni argumentos fáciles. Hemos preferido la calidad, que los cuatro invitados del debate fuesen interesantes y entendiesen del tema que tratábamos". Desde TVE no había mucha autocrítica, más bien se echaban balones fuera, lo que no le resta razón al razonamiento de la productora delegada, Inés Rodríguez: "No estoy satisfecha con los resultados porque merecía tener más audiencia, ha sido un proyecto en el que ha trabajado mucha gente y en el que se ha apostado fuerte. Creo que debería funcionar porque es interesante y creo que no ha funcionado porque tenemos un país con un nivel intelectual y cultural bastante bajo y la gente prefiere ver otro tipo de cosas que no tienen la mínima trascendencia."
   Parece ser que la serie fue remontada, con los finales que había ido decidiendo el espectador, para volver a emitirla y darle así una nueva oportunidad pero de ese proyecto nunca más se supo. Lo que no se puede negar es el valor de pionero de "El destino en sus manos", puesto que se ganó con todos los honores si bien no obtuviera el respaldo popular. 

   Se puede ver el programa completo en la web del Archivo de RTVE: