martes, 30 de julio de 2019

Alejandro Milán. De profesión, sus marionetas.

Alejandro Milán manejando a Paco Micro junto a Sonia Martínez en "Dabadabadá"

El pasado 24 de julio fallecía en Miami Alejandro Milán. Quizás su nombre no era muy conocido pero sus creaciones han entretenido a varias generaciones de chavales de nuestro país, los de los 60 escuchaban las lecciones de Don Procopio en la "Televisión Escolar" o reían con las ocurrencias de Osobuco en "Antena infantil", los de los 70 escuchaban a la niña cubana Inés en "Con vosotros" o a la bruja Caruca en "Un globo, dos globos, tres globos" y los de los 80 flipaban con la marcha de Horacio Pinchadiscos, la labia de Paco Micro o la insolencia de los Electroduendes. Todos ellos habían salido del taller de este cubano que llegó a España en busca de nuevas oportunidades y las encontró en TVE. El experto en historia de la televisión Miguel Herrero ha tenido gran trato con él en los últimos años y en su libro "Telemuñecos" le dedicó un capítulo entero así que era la persona adecuada para hablar de su contribución a nuestra pantalla. 

- Si tuvieras que explicarle a alguien ajeno a la historia de nuestra tele quién es Alejandro Milán y por qué ha sido importante para nuestra tele, ¿cómo lo harías?

Alejandro Milán ha sido un currante de la tele, una persona que ha vivido los mejores años de nuestra televisión usando su ingenio y creatividad para crear personajes míticos de la programación infantil de los 70 y 80. Empezó a colaborar en los 60, en una época en la que había pocos medios pero mucha ilusión y su nombre es uno de tantos que hicieron posible una televisión única en todos los sentidos, inventando muñecos maravillosos.

Don Procopio, una de sus primeras creaciones para TVE en los 60

- Él era cubano de nacimiento y allí fue donde comenzó su andadura televisiva pero se tuvo que venir a España en condiciones complicadas, ¿no?

Efectivamente. Tuvo que salir de su país natal para poder desarrollar un oficio en unas condiciones de libertad que difícilmente se podían tener en Cuba, especialmente en aquellos tiempos. España fue su vida, hablaba maravillas de nuestro país y lo echaba mucho de menos. Siempre comentaba que era su patria y que la echaba mucho de menos. Le hubiera gustado mucho volver y encontrarse con sus antiguos compañeros y amigos. Cuando veía que yo conocía a personas con las que trató en su época, como Pepe Carabias o José Ramón Sánchez, siempre me pedía sus contactos o que les mandara saludos.

En otro de sus primeros programas en España, Alejandro es el segundo por la izquierda de la fila superior y casi a su lado está el presentador Manolo Portillo cogiendo de las manos a lo que sea que es la chica de azul


- Desde mediados de los 60 fue un habitual en los estudios de Prado del Rey, ¿cuáles fueron sus primeros trabajos?

Sus primeros personajes han quedado eclipsados por la falta de imágenes y vídeos. Muchos incluso estaban lejos ya en su memoria por la cantidad de criaturas a las que dio vida en numerosos programas, no sólo infantiles. Con la "TV Escolar" ya pudo involucrarse en ese género, en el cual se especializó. Pero al estar en la agenda de los productores de TVE, cuando se necesitaba un muñeco se contaba con él. En aquella TV Escolar que servía para transmitir conocimientos a los peques, la marioneta Don Procopio, que era como un profesor de escuela de la época, se ganó el cariño de todos los peques, a modo de guiñol.

Con los Chiripitifláuticos vestido de espantapájaros (al lado de Valentina)

- Amén de Don Procopio y otros personajes para programas casi olvidados, tuvo un papel destacado en "Antena infantil" con los Chiripitifláuticos.

Efectivamente, en "Antena infantil" Alejandro hizo muchos personajes. El Osobuco era un gran oso que les acompañó durante esos primeros años de "Los Chiripitifláuticos" pero luego les hizo muchos otros, incluso los propios "Chiris" en pequeño, muñecos muy simpáticos de Locomotoro, Valentina, el capitán Tan, el tío Aquiles... Tenía grandes recuerdos de aquellos primeros tiempos de TVE, de mucho directo, de mucho contacto con los peques que acudían a los platós, de mucha creatividad y mucho programa que podía ver toda la familia unida.

Alejandro con su bruja Caruca interactuando con María Luisa Seco en "Un globo, dos globos, tres globos"

- Con esos pasos no es de extrañar que en "Un globo, dos globos, tres globos" y en su predecesor "Con vosotros" ya tuviera una presencia constante.

Era una cadena de éxitos. El programa desaparecía pero no el equipo básico. Solían cambiar los rostros que aparecían en pantalla pero no así el equipo creativo. Por eso se contó durante años y años con Alejandro, porque siempre resultaba efectivo a la hora de aportar nuevos diseños que resultaran entrañables a los peques. De ahí surgen la niña Inés, con aires muy caribeños, de las pocas veces que se podía ver a alguien de color en la tele, incluso en muñecos, o los que protagonizaban cuentos junto a María Luisa Seco. Igualmente tuvo una brujita muy graciosa, a la que ponía voz Alejandro, que TVE usó en sus avances de programación infantil para dar a conocer a los peques sus novedades en ese ámbito.

Los personajes de "El mago de Oz" que recreó para el "Un, dos tres" de mediados de los setenta

- También en los 70 colaboró en otro clásico, el "Un, dos, tres" en su segunda etapa, ¿cuál era su papel allí?

Chicho le contrató para hacer grandes muñecos que aparecerían en las subastas de Kiko Ledgard. El "Un, dos, tres" ya iba tomando una forma más grande, un show en el que cada vez se ofrecían nuevos elementos más atractivos y sorprendentes. Así, Alejandro creó todo tipo de criaturas que manipulaba él mismo desde su interior, y hacía el diálogo con el presentador al llevar el objeto en la mesa. Fue dentro de una gran cigüeña, una sepia, un puro... Incluso hizo una Ruperta a la que prestó su voz, con su tono cubano tan característico, y fabricó un cuervo que acompañó a los Tacañones en alguna edición del concurso. Su buen funcionamiento le hizo colaborar en el "Un, dos, tres" también con tema de vestuario en números musicales como el del "Mago de Oz" y repitió en el programa ya en su tercera etapa, con Mayra, recuperando alguno de esos personajes y añadiendo otros nuevos.

Con algunos de los muñecos corpóreos que creó para espacios infantiles de los 80

- Quizás es en los 80 cuando su trabajo se hace incesante y tiene que montar una pequeña factoría. Para "Dabadabadá" (en todas sus versiones) crea personajes inolvidables, desde Horacio Pinchadiscos a Paco Micro pasando por decenas de muñecos corpóreos.

Fue aquella una de sus etapas más concurridas. Desde 1981 con Horacio fue aumentando una familia de muñecos hasta convertirla en una de las más numerosas del mundo. Cada cantante y grupo musical tenía sus muñecos, además de los habituales Birli y Birloque, el lobo Fortunato (que no era un perro ni un gato), una banda de músicos que acompañaba a Torrebruno y Mayra.... Y así se cambió el programa de "Sabadabadá" a "Dabadabadá" y llegaron junto a Sonia Martínez el bueno de Paco Micro, con la voz de Pepe Carabias, una banda de osos panda, otra banda municipal de muñequitos, don Pelanas y muchos otros. Sólo unos pocos colaboraron ya alguna vez en "El kiosco" pero Alejandro siguió en muchos otros programas de la Casa, como "Los sabios", donde hizo a MIM o "En la naturaleza", con un oso panda presentador y un gran buitre.

El Hada Vídeo de los Electroduendes, muñeco creado por Alejandro Milán

- Por si eso fuera poco, pasará a la historia por Los Electroduendes, que aunque no eran diseño suyo sí que los fabricó.

Yo entiendo que la realización del diseño, de Miguel Ángel Pacheco, fue llamativa y sorprendente y es digno de valorar. Pero siento que se valora más ese punto que la realización real de los muñecos. Ni los Electroduendes eran exactamente como se dibujaron y poco tienen que ver con los diseños de las últimas etapas de "La bola de cristal", que ya no eran de Alejandro  y que pierden toda su gracia. Los de Alejandro, los originales, los que ha cuidado hasta el último día de su vida, eran bonitos, modernos, poperos, ochenteros, alocados y estrambóticos. Los sustitutos eran mazacotes hinchados que se alejaban tanto del original que apenas nada tenía que ver la bruja Truca con su primer diseño. Alejandro Milán fue el responsable de los Electroduendes, el que utilizó los materiales, el que les dio vida, movimiento, gracia y salero. Y al que no nombraban en un anuncio con Alaska y Pacheco que se realizó hace pocos años. A través de mis libros quise rendirle el  homenaje que yo creo que él sentía que no se le hacía y del que nunca se quejó. 

Isabel Bauzá junto a Quim y Tana de "El espejo mágico"

- Para "Espejo mágico" (con parte del equipo de La Bola) creó una pareja de críos muy modernos.

Aquellos muñecos eran Quim y Tana, que jugaban con el apellido del director del programa, Ernesto Quintana, absolutamente entregados a la moda ochentera, galáctica y hasta con un toque de la jet set. Combinaba diferentes elementos que estaban en boga por entonces y que resultaban muy simpáticos en el contexto de la tele infantil que se hacía entonces. El programa tuvo corta vida pero los personajes engrosan la larga lista de "Telemuñecos" dignos de recordar en la historia de la tele. 

El marionetista acompañado de algunas de sus creaciones, entre ellas la muñeca Inés del programa "Con vosotros" y la gaviota Blasa del concurso "Operación Torpedo" 

- En esos 80 hasta diseñó una yegua para un programa de hípica, personaje que parece que quería especialmente..

Doña Trote necesitaba muchos manipuladores para manejar patas, cuerpo, cabeza, boca... Un trabajo muy elaborado para dar vida a esa yegua, muy popular en la primera etapa de "Al galope" porque hablaba con sus presentadores, Marisa Abad y Daniel Vindel. Su diseño era especialmente bonito y es una de sus obras que mejor se ha conservado. En estos tiempos en los que se ha perdido tanto material de la tele antigua, comprobar que estaba vivita y coleando me ha ilusionado especialmente. 

- Tú que has tenido contacto directo con él quizás nos puedas explicar cuándo y por qué se va de España.

Se fue de España cuando se jubiló porque sintió que la vida en Miami era mucho más acogedora para esa tercera edad, una especie de regalo después de tantos años de oficio, y cercano a su familia, ya que la tenía repartida por Cuba y varios países de América Latina, de los que he sabido con motivo de su muerte. Se marchó en los 90.

En una fotografía reciente junto a su popular Horacio Pinchadiscos 

- En los últimos años ha vivido en Miami, ¿cómo era en el trato a través de las redes?

Facebook le abrió un mundo nuevo en el último lustro. Le sirvió para conectar directamente con sus antiguos compañeros y con tantos fans de sus creaciones, bastante jóvenes, que tenían entre sus buenos recuerdos a sus "hijos" televisivos. Él aportaba fotos, vídeos y muchos recuerdos, realmente impagables, de sus años de trabajo. Fotos inéditas de grabaciones del "Un dos tres" que me cedió para mi libro con la historia del concurso. Por eso, mi libro "Telemuñecos" estaba muy dedicado a él, contaba su vida y sirvió para que le llegara a más gente toda esa historia tan interesante que tenía. Por la diferencia horaria, cuando me sonaba el Messenger a las tres de la madrugada yo sabía que era él. Siempre tan cariñoso, con tanto halago por mi trabajo y por los recuerdos que le dedicaba. Me decía que era la persona que más se había interesado por su trabajo. Cualquier referencia que yo encontraba en mis archivos, bibliotecas, etc. se lo enviaba y respondía extasiado, muy gracioso, que necesitaba tomarse un válium para superar el momento de felicidad que le había provocado. Le sorprendí muchas veces con fotos rarísimas y vídeos y no olvidaré nunca lo agradecido que era. Porque, por encima de un gran  profesional de los muñecos, era una grandísima persona. 

domingo, 28 de julio de 2019

Agatha Christie y la televisión



Muchos lectores se inician en la lectura detectivesca en verano, llevando esas socorridas ediciones de bolsillo de autores clásicos (pero inmortales) como Conan Doyle, Hammett, Chandler, Poe, Leroux y, por supuesto, Agatha Christie. Además, en el caso de la famosa autora británica, las múltiples adaptaciones fílmicas han ayudado a la continua regeneración de su público y a la actualización de su obra incidiendo en aspectos que quizás en la versión original sólo podían intuirse. Si a eso sumamos que varias de esas películas transcurren en cruceros por el Nilo o en recogidos hotelitos en escondidas calas donde convergen lujosos huéspedes no es de extrañar que refresquen las cálidas temperaturas estivales. Pero aquí estamos para hablar de televisión y un reciente libro editado por Diábolo, "El universo de Agatha Christie" dedica un importante apartado a la multitud de versiones que de su obra se han realizado para la pequeña pantalla en todo el mundo, desde su Reino Unido natal a, cómo no, Estados Unidos, pasando por Francia, Alemania, Rusia e incluso Japón. Repasamos con su autor, Juan José Montijano Ruiz, los hitos televisivos agathachristianos. 


- La obra de la Christie ha sido tan popular que era lógico que el cine, la radio y el teatro se interesaran por adaptarla. En el caso de la tele nos tenemos que remontar ya a finales de los años treinta. Desde entonces y hasta los sesenta nos encontramos con versiones realizadas para antologías patrocinadas por grandes marcas. Un poco al estilo de lo que aquí después encontraríamos en Estudio 1. ¿Qué títulos fueron los más codiciados para esas adaptaciones y qué respuesta tenían en el público?

Sin lugar a dudas los títulos más clásicos de la autora, aunque con todas las consecuentes limitaciones que un estudio de televisión (porque casi todas aquellas producciones se hacían en estudio sin exteriores apenas) podía tener en las mismas. Algunas emisiones eran grabadas y otras emitidas en directo, lo mismo que se hacía en España con nuestro teatro televisado (por cierto, yo soy el único investigador que ha llevado a cabo un estudio general de todos los dramáticos de TVE en mi libro “DE LA ESCENA AL PLATÓ. Estudio 1 y los dramáticos (teatrales) de Televisión Española –Ediciones Ende, 2018). Aquellas primeras emisiones de obras de Agatha Christie contaban con un acierto y es que la mayoría de sus intérpretes procedían de la escena y ello se dejaba notar indudablemente ante la cámara. ¿Cuál fue el problema con el que se encontraban estas producciones? Pues con los inconvenientes y limitaciones espacio-temporales de un programa televisivo de hora u hora y media donde adaptar clásicos como “Asesinato en el Orient Express” o “Diez negritos” es todo un esfuerzo titánico para los guionistas. Claro que si las emisiones eran en directo había que contar con los clásicos imponderables del mismo: aquel micro que se ve en cámara o no se oye, una salida tardía de un intérprete, un cruce indebido en mitad de una escena… pero el público disfrutaba enormemente. 

La portada del libro de Juan José Montijano Ruiz

- La propia Agatha no podría ver las versiones que se realizaban en EE.UU (en directo durante las primeras décadas) pero sabemos que la versión de 1949 de Diez negritos para Gran Bretaña no gustó mucho a la autora... 

Claro. Y es que para un autor como Christie ver su producción adaptada al medio televisivo y que no le gustase tuvo que ser bastante fastidioso, de ahí que estuviera un tanto reacia a que continuaran haciéndolo. Ella misma, si hubiese querido, podría haber hecho el guión, pero por entonces estaba más centrada en su faceta como novelista y dramaturga adaptando sus propias obras, figúrate que sólo hubiera tenido que hacer algunos retoques para el medio televisivo. 

- Aquellas eran emisiones únicas, resumidas y adaptadas para una tele primigenia. En realidad tenemos que esperar hasta los 80 para las primeras series... 

El auténtico “boom” de Agatha Christie, como casi siempre suele suceder, ocurrió tras su muerte donde las ventas de sus novelas se dispararon considerablemente. De ahí que su propia hija, como una forma más de perpetuar el legado de su madre, permitiese la adaptación de su obra siempre y cuando ésta fuese lo más fiel y rigurosa posible al espíritu ideado por aquélla, tal y como sucedió con “Trayectoria de boomerang” en 1980. 

"Trayectoria de boomerang", primera gran miniserie británica basada en la obra de Christie

- Es curioso que la primera gran miniserie (como tú la defines), Why Didn't They Ask Evans? ("Trayectoria de boomerang" aquí), no esté basada en una novela más popular... ¿Había algún problema con los herederos de Christie en este sentido? 

Siempre hay “problemas” con los herederos de Christie cuando se trata de adaptar algunas de sus obras. En esta que me citas, por ejemplo, su elección fue motiva únicamente por la adecuación a un medio como el televisivo, con un lenguaje diferente al cinematográfico pero cercano a éste y mucho más reducido y limitado. Pese a no ser una de sus obras más conocida, considero que fue un acierto ya que supuso el pistoletazo de salida para toda una horda de nuevas series y adaptaciones posteriores que vieron en sus novelas y relatos un auténtico maná para guiones que, bien adaptados, conseguirían, sin lugar a dudas, aumentar más si cabe la grandeza de toda su producción. Fue un riesgo, qué duda cabe, llevar a cabo esta adaptación desconocida, precisamente por eso, porque pocos lectores, salvo los acérrimos de Christie, la conocíamos. Ello conllevaba cierta laxitud a los productores ya que, si no cuajaba entre el público no pasaba nada. Una producción más y punto. Pero, ¿hubiera sido mejor arriesgarse con un título más exitoso y clásico de la autora? Desde mi punto de vista no, porque todas las miradas se hubieran centrado más en ello. La miniserie en ese aspecto pasó más desapercibida hasta que se emitió y pudo comprobarse que, bien hechas, las adaptaciones de Christie era un auténtico filón. 


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"La hora de A.C" se nutría de episodios independientes basados en relatos de todo tipo, no sólo de misterio

- La siguiente serie británica, "La hora de Agatha Christie", tampoco se basaba en ninguno de sus dos grandes personajes. Sin embargo, a pesar de las malas críticas, se emitió en varios países (incluido el nuestro)... 

Los espectadores españoles asociábamos y, aún lo seguimos haciendo, a Agatha Christie con crímenes. Simple y llanamente. Hablar de Agatha Christie es hablar de novela policíaca con mayúsculas y en grado sumo. Pero es que Christie es más, mucho más que eso. Es novela y relatos de misterio, románticos, teatro… Y la llegada a la televisión española de esta serie permitió conocer otra faceta más de esta celebérrima autora con relatos, no sólo policíacos sino también de suspense, misterio o románticos. Con una mítica y atrayente cabecera, la serie creo que aún puede verse con enorme satisfacción para todos los amantes de la autora británica. 

Francesa Annis, que ya había participado en "Trayectoria de boomerang", regresa al universo Christie con "Compañeros en el crimen" basada en las novelas "Matrimonio de sabuesos"

- Fue quizás "Compañeros en el crimen" la primera que tuvo una cierta repercusión peculiar en toda Europa... 

Así es. Hasta entonces, las adaptaciones más o menos fieles de obras y relatos escritos por Agatha no habían gozado del prestigio que sí poseía su obra. “Compañeros en el crimen” consiguió otorgárselo. La fascinante recreación de un pasado, para algunos de entonces no demasiado lejano, permitía al espectador adentrarse en una época fascinante de la reciente historia de Europa. Y, por supuesto, las interpretaciones de James Warwick y Francesa Amis, son de lo mejorcito de entonces.

 - Y llegamos a Miss Marple, rodada en cine, en exteriores... todo un lujo que se mantuvo en antena 8 años. ¿Qué destacarías de esta adaptación? 

Sin lugar a dudas dos factores: la fidelidad de las adaptaciones y ambientes y, como no podía ser menos, a la gran Joan Hickson, la mejor Miss Marple de todas cuantas la han encarnado en la gran y pequeña pantalla, sin lugar a dudas. Fue una serie que, vista hoy, más de treinta años tras su estreno, se deja ver con agrado y no pierde un ápice su interés, manteniéndote en vilo desde el primer fotograma. Y qué decir, por supuesto, del preciosismo interiorista de paisajes, habitaciones, vestuario…

Joan Hickson, la actriz a la que Christie había dicho tras verla en el teatro que le gustaría que encarnara a Miss Marple

- En este caso, además, podemos estar casi seguros de que la autora la aprobaría porque su protagonista, Joan Hickson, era muy de su agrado... 

Totalmente, y no sólo eso sino que, recordemos, Hickson había participado años antes en un pequeño papelito como ama de llaves en El tren de las 4.50 (Murder She Said, 1961), una película de aquella celebrada tetralogía que protagonizase la encantadora Margaret Rutherford como Miss Marple. Lo cierto es que Agatha y Joan mantuvieron la amistad a lo largo de los años y me atrevería a aventurar incluso que, de haberla visto encarnando a la ancianita detective de St. Mary Mead durante los años 80, Christie hubiera disfrutado enormemente. Y es que Joan tenía una dilatada carrera sobre los escenarios y eso se dejaba notar a la hora de encarnar a Miss Marple. Hizo una caracterización, a mi juicio, la más lograda de todas cuantas actrices se han acercado a mencionado personaje. 

David Suchet, eterno Poirot

- El caso de Poirot es especialmente destacable, por su longevidad, por lo ambicioso del proyecto y por la perfección del trabajo de David Suchet... Indudablemente, la imagen que muchos teníamos de Poirot, hasta la llegada del impagable Suchet era la de Albert Finney o Peter Ustinov (cuyas caracterizaciones son mucho mejores que la llevada a cabo por el estático y demasiado grandilocuente y teatral Kenneth Brannagh en la última versión de “Asesinato en el Orient Express”). 

Mientras Finney componía un sugestivo y en ocasiones estridente detective, Ustinov lo humanizaba y daba el toque de humor pertinente (lástima que tras “Muerte en el Nilo” y “Muerte bajo el sol”, el resto de cintas que interpretó no estuviesen a la altura de su acertada interpretación). Claro que entonces llegó Suchet y “revolucionó” al detective belga proporcionándole un cuerpo, una forma de andar, hablar, expresarse, moverse, respirar, sentir y vivir, en definitiva que era la mismísima imagen del personaje ideado por Christie. De haber llegado a verlo no me cabe la menor duda de que lo hubiera aplaudido como así llegaron a afirmar su hija Rosalind y su nieto Matthew. Suchet es un actor metódico y se imbuyó tanto en su personaje que ya es enormemente difícil verlo aparecer por la pantalla o sobre un escenario y no imaginarse olisqueando cualquier pista mientras da vueltas a sus pequeñas células grises. Fue fantástico. Y qué decir de esos hermosos títulos de crédito a lo “art decó” con esa banda sonora o las recreaciones de época, ambientes y vestuario. Una joya de la televisión británica que merece un repaso cada cierto tiempo. ¿Poirot es Suchet o Suchet es Poirot?

Geraldine MacEwen junto a Geraldine Chaplin en un capítulo de una Miss Marple bastante cuestionada por los fans

- Y en 2004 regresa Marple a la pantalla y se da el curioso caso de que en esta etapa una actriz releva a otra y además se cambia el tono. 

A mí, francamente, me pareció del todo innecesario la realización de esta serie. Ya contábamos con la Marple de Hickson y no había necesidad de echar mano de dos actrices. Con una de ellas hubiera bastado siempre y cuando ésta hubiera sido Julia McKenzie y no Geraldine McEwen que más bien parecía un personaje de la Hammer o de la Amicus que la ancianita de St. Mary Mead. Es más, las adaptaciones también se tomaron muchas licencias y no creo que recreasen el espíritu clásico que sí tenía la producción de Hickson. 

Los protagonistas de la primera etapa de "Los pequeños asesinatos de A.C." emitida aquí en la 2

- No sólo las cadenas británicas han aprovechado el tirón de la Christie. En el nuevo milenio Francia ha tomado importantes iniciativas al respecto. 

Así es y, además, con algunas adaptaciones muy buenas. De hecho, la serie “Los pequeños asesinatos de Agatha Christie”, goza de una enorme aceptación popular en el país galo, no sólo por su ambientación sino porque, pese a las licencias que muchos episodios poseen respecto a las novelas originales en que se basan, la idiosincrasia del “estilo Christie” flota en todos ellos. Y con un toque de humor muy acertado, desde mi punto de vista. 

- Y tan lejos como a Japón ha llegado la impronta de Agatha. Es muy reseñable la serie de animación que une a Poirot y Marple. 

Así es. Lástima que en nuestro país aún no hayamos podido disfrutar de ella, si bien en Youtube aparece y puede verse. Sería un acierto total su edición en DVD o Bluray pero tal y como está el mercado en estos momentos dudo mucho de que aquí llegue a editarse, si bien podía doblarse para que pudiéramos disfrutar en nuestro idioma o incluso en inglés de la excelente calidad de la misma.

- En realidad teles de todo el mundo se han interesado por sus novelas... 

Afortunadamente así es, ha sido y continuará siendo. Sus argumentos nunca pasarán de moda; si bien algunas producciones deja mucho que desear pero lo importante es que se sigan haciendo. Agatha Christie nos dejó todo un legado de entretenimiento que la industria visual habría de saber aprovechar mejor. 

Jessica Raine y David Walliams en la miniserie "Partners in crime" retomando los papeles de Francesca Annis y James Warwick. Una de las potentes adaptaciones de la BBC por el 125 aniversario de su nacimiento.

- Aprovechando el último aniversario redondo, la BBC se puso las pilas con versiones lujosas y muy cuidadas.

Hacía tiempo que los seguidores de la escritora lo demandábamos, como demandamos un universo cinematográfico en condiciones. La BBC ha estado muy acertada en sus últimas producciones y creo que ése es el camino a seguir. El preciosismo, la ambientación y la fidelidad a la novela son factores claves para engrandecer aún más si cabe una mastodóntica producción literaria que uno no se cansa de leer nunca. 

"...And Then There Were None", miniserie de 3 episodios emitida en las Navidades de 2015 en la BBC

  - Como especialista en A.C., ¿cuál es tu versión televisiva preferida? 

Me fascinó …And Then There Were None protagonizada por Sam Neill por ser la versión más fidedigna del original de “Diez negritos” y no la edulcorada versión que Agatha hizo para la escena. La ambientación claustrofóbica se palpa en el ambiente: la mansión, la isla… incluso los propios intérpretes están bien. La considero una pequeña obra maestra de la televisión actual.

domingo, 21 de julio de 2019

El regreso a la Luna de Hermida


Eran las 3.56 de la madrugada del 21 de julio de 1969 (tengan en cuenta la diferencia horaria) cuando los espectadores de TVE que habían decidido trasnochar (o madrugar mucho) aquella noche mágica escucharon la emocionada retransmisión de Jesús Hermida desde Houston narrando el alunizaje del Apollo XI. Cuarenta años más tarde, con unas horas de adelanto, lo celebró reencontrándose con su audiencia en un programa con un título muy apropiado para él: "Regreso a la Luna". 


Era aquel también un retorno a su Casa, la tele que le dio fama pero también amargos momentos, como cuando regresó de su corresponsalía en Nueva York y se sintió ninguneado y rechazado por sus jefes durante una temporada. Hermida era (y es) un icono de nuestra pantalla y tres años antes había demostrado estar en plena forma con su inesperado fichaje por TVE para conmemorar el 50 aniversario de la propia cadena en los programas "La imagen de tu vida" y su spin-off "La tele de tu vida". El anuncio de que el presentador aliviaría los calores del 20 julio de 2009 a las 22 h recordando la historia de la Misión Apollo (y de paso su propia historia) fue recibido con alegría por sus admiradores (entre los que me cuento) y con cierta expectación por saber qué nos ofrecería en aquel especial. 


Hubo mucha nostalgia, por supuesto, pero también un alto contenido divulgativo. En esmerados reportajes narrados por David Cantero (entonces presentador del Telediario Fin de Semana), se explicaba el contexto en el que se desarrollaron las sucesivas misiones de las naves de la NASA y cómo se consiguió la proeza del Apollo XI, todo eso trufado con las breves declaraciones de personajes de la política, la cultura, el deporte y la comunicación de nuestro país. Y también hubo espacio para descubrir la aventura de un jovencísimo periodista que no había pensado en dedicarse a la tele ni por asomo y que apenas llevaba un año en EE.UU.


En el plató, diez compañeros de Hermida escuchaban con atención lo que se contaba y también compartían sus recuerdos y vivencias relacionados con el momento histórico. Algunos de primera mano, como el comunicador científico Manuel Toharia o la eterna corresponsal Rosa María Calaf y otras de oídas porque ni siquiera habían nacido como la meteoróloga Mónica López o la periodista Ana Pastor. Aunque los verdaderos receptores de las palabras de Hermida aquella noche eran los "40 hijos de la Luna", jóvenes veinteañeros que llegaron al mundo sin que la llegada a nuestro satélite fuera algo primordial ni, probablemente, importante. A ellos se dirigía Don Jesús, contándoles un cuento y usando su hipnótico poder de comunicación. Al final del programa supimos que cuando su retransmisión concluyó aquel día de verano de 1969, se fijó en cómo las banderas de la NASA y la Misión Apollo chocaban contra los mástiles y hacían ruido de arpa, en que había luna llena y que cuando la miró se dio cuenta de que dos humanos la estaban pisando en ese preciso momento. Al llegar a su hotel, se dirigió a la piscina, dejó sus papeles en una silla y se lanzó vestido. Pura poesía hermidiana. 

domingo, 14 de julio de 2019

60 años de la Escuela de Barcelona

Los estudios de Miramar, segundo centro de producción de TVE

Era el 14 de julio de 1959 cuando los barceloneses escucharon aquello de "¡Buenas tardes! Desde Miramar, Barcelona, saludamos por primera vez a los espectadores de Madrid y su área de influencia." Lo verdaderamente noticioso de aquel evento era que, por primera vez, TVE abría comunicación con Cataluña y, por lo tanto, se ampliaba ostensiblemente la difusión de las pocas horas horas de programación diaria realizada (fundamentalmente) desde el pequeño chalet del Paseo de la Habana que servía de cuartel general para una emisora en desarrollo que ni siquiera había cumplido los tres años de emisiones regulares. El antiguo hotel de Miramar (construido para una exposición internacional en la montaña de Montjuïc) es cedido por el Ayuntamiento para ser utilizado como el segundo centro de producción de nuestra tele. Curiosamente ya existían miles de aparatos en en funcionamiento en Cataluña porque gracias a lo caprichoso de las ondas hertzianas se recibía con cierta calidad la señal de la italiana RAI y el rumor de que pronto habría un repetidor propio en la comunidad se había extendido en el último año. 

El equipo de pioneros que puso en marcha Miramar

Una veintena de personas formaba el equipo inicial de Miramar. En esta entrañable foto encontramos a un jovencísimo Forges (en el centro de la fila de abajo, con pajarita) que estaría los primeros meses como encargado de tele-cine (labor que ya había desempeñado en Madrid como ayudante) y el  locutor José Luis Barcelona (justo debajo de la cámara, todavía sin sus después características gafas) que sería el encargado de pronunciar las palabras inaugurales. Lo más importante de aquel estreno ante toda la audiencia de TVE (muy escasa por entonces y limitada a Madrid y alrededores, Zaragoza y poblaciones cercanas y desde ese momento la Ciudad Condal y sus afueras) es que se iba a descongestionar la producción del estudio de Madrid que ya en aquel entonces era incapaz de asumir el progresivo aumento de horas de programación y que estaba alquilando espacios como el Teatro del Fomento de las Artes para programas espectáculo. 

Herta Frankel y Juan Viñas, dos de las primeras estrellas de la tele realizada en Barcelona

Las primeras pruebas se realizan en febrero de aquel año. El equipo dirigido por el ingeniero Joaquín Sánchez Cordovés (verdadero responsable de las instalaciones de TVE también en en la capital) consiguió poner en marcha un enlace por microondas automatizado y, atención, reversible, es decir, que permitía la emisión desde cualquiera de los centros de producción aunque (todavía) no simultáneamente. Los barceloneses que tenían aparato televisor comprobaron que las imágenes que se podían ver aquellos días de invierno tenían una calidad más que aceptable y se fue corriendo la voz de que el 15 de aquel mes se emitiría un Madrid-Barça. La expectación fue tal que entre el jueves y el sábado se vendieron nada menos que 6.000 monitores. Decía el historiador Baget-Herms que si no se compraron más fue, simplemente, porque se agotaron las existencias. El resultado fue de 1-0 y durante la primera parte se perdió la imagen y se tuvo que conectar con el sonido de RNE para que los 400.000 televidentes catalanes no perdieran ripio. La segunda parte sí que se vio y los espectadores quedaron encantados. Por eso, aquel día de verano en que comenzaban las emisiones regulares, había muchos nervios ante la responsabilidad pero también ilusión. No sería el fútbol la primera estrella de la programación, sin embargo. Herta Frankel, antigua vedette reconvertida en marionetista, y el radiofónico Juan Viñas serían dos de las primeras caras que adquirieron popularidad. Ella con sus programas infantiles y él con el concurso "X-0 da dinero". 

Franz Johan durante uno de los sketches de "Amigos del martes", show realizado en directo

Frankel pertenecía al Clan de los Vieneses, una compañía de revista que había hecho las delicias de los teatros de la ciudad durante los años 40 y 50. Su director, Artur Kaps, supo ver en la recién nacida televisión unas posibilidades extraordinarias para ampliar su negociado. Y en la coqueta sede de Miramar se planta ante Enrique de las Casas, director, para exponer sus proyectos. Su "Amigos del martes" (después del lunes) será el primer espacio que alcanza un éxito indiscutible desde Barcelona. Estrenado en 1961 consiguió batir al buque insignia de la programación de aquellos primeros 60, "Gran Parada", realizado desde Madrid, cómo no. Con cambios en el título, en día de emisión, ligeras variaciones en la fórmula...  el austríaco Franz Johan se mantuvo en la brecha junto a su inseparable compañero de sketches Gustavo Re (italiano) hasta finales de los sesenta. El espectador se acostumbró a los fuertes acentos de estos profesionales que trajeron aires renovadores y con aire de gran show a una tele todavía muy constreñida por sus evidentes limitaciones. Kaps aprovechó sus múltiples contactos por toda Europa para traer a los estudios de Miramar (y en exclusiva, nada de aprovechar promociones) a estrellas internacionales como Marlene Dietrich. 

Carmen Amaya se emociona durante "Ésta es su vida", uno de los mayores éxitos de Federico Gallo

Otro nombre a tener en cuenta en aquellos primeros años es el de Jorge Leman (pseudónimo del publicista Jorge Garriga Puig) que fue quien introdujo el concepto de patrocinio. Su vinculación profesional con Nestlé hizo que la compañía "pagara" al modo americano por horas de emisión (algo similar se había probado ya desde Madrid con "La hora Philips", "Festival Marconi" o el propio "Gran Parada" organizado por Movierecord). La novedad es que para poder competir con los espacios del Paseo de la Habana, Leman viajó por todo el mundo en busca de los mejores y más exitosos formatos y así llegaron a Miramar concursos como el mencionado "X-0" o "Adivine su vida". No obstante, el mayor acierto lo tuvo con la importación de "This is Your Life" que, con el título de "Ésta es su vida" y con el polifacético y siempre competente Federico Gallo al frente, repasó la trayectoria de grandes personajes a los que se sorprendía con un emotivo homenaje ante las cámaras. Desde 1962 hasta 1968 (aunque con un breve parón antes de la última temporada) se mantuvo entre los preferidos por el público. Ricardo Fernández-Deu lo recuperó (ya desde la nueva sede de Sant Cugat) en 1993. Gallo fue también pionero de los programas informativos y de actualidad. Junto a Enrique Rubio no sólo conectaba con el Telediario de la capital en un primitivo dúplex sino que se encargaba de "Panorama"¡desde 1959, espacio con reportajes que marcaría estilo. Casi una década después, viendo las grandes posibilidades que ofrecían las corresponsalías, puso en marcha "Hilo directo", clarísimo precedente de programas que vinieron después. Federico se adelantó en décadas y supo aprovechar las mejoras técnicas en las conexiones con otros países vía Eurovisión para ofrecer un programa básicamente informativo pero al tiempo vibrante y entretenido. Pasó de ser espacio mensual a trisemanal.

"Reina por un día", programa lacrimógeno a más no poder presentado por Mario Cabré y José Luis Barcelona

Otro formato traído de EE.UU. y que consiguió enorme audiencia fue "Reina por un día", lacrimógeno precedente de los reality en el que se cumplía el deseo de una mujer (los hombres no debían de tener deseos en aquella época). Versión semanal para los domingos por la tarde de un daytime de bajo presupuesto de la NBC en antena desde 1957 (después se pasaría a la ABC donde finalizaría en 1964). Aquí llegó cuando el original terminaba su andadura por puro agotamiento pero las emotivas historias que servían de excusa para colmar de agasajos a la invitada y el magnífico tándem formado por el torero poeta Mario Cabré y el presentador pionero J.L. Barcelona dirigidos férreamente por de las Casas (que además de encargarse del propio centro de producción también comandaba casi todos los programas salidos de allí) fueron un pelotazo de dimensiones considerables. Tan sólo dos años sirvieron para convertirlo en programa mítico... del que sólo se conservan unas pocas imágenes de los reportajes rodados en cine. Buena parte de la parrilla de los primeros cinco años está prácticamente perdida.  

El primer Festival del Mediterráneo conducido por Federico Gallo, Laura Valenzuela y Alberto Closas

Desde el principio Miramar sacó las cámaras a la calle. Su privilegiada situación permitía la realización de programas desde las terrazas con sus impresionantes vistas. Desde el propio espacio inaugural, "Balcón del Mediterráneo", se aprovechó aquella enorme ventaja con respecto a la sede madrileña para convertirlo en característica propia. "Club Miramar", primer programa semanal, tenía como decorado el cielo nocturno para envidia de los compañeros del Paseo de la Habana. Por eso no es de extrañar que la propia emisora participara activamente (por primera vez) en la creación de un festival de la canción a imitación del de San Remo en Italia y apenas un par de meses después de la inauguración del de Benidorm. El invento recibió el nombre de Festival del Mediterráneo y su primera gran final se celebró el 27 de septiembre de 1959 desde el Palacio de los Deportes así que el tiempo de organización fue de récord. Participaban intérpretes de Italia, Francia y España y sus primeros presentadores fueron Laurita Valenzuela (que ya había dejado la tele por el cine), Alberto Closas y Federico Gallo, el verdadero guía de todo aquello y que fue habitual durante los convulsos 9 años que duró la cosa. La TVE desde Miramar empezaba a diferenciarse de su hermana madrileña y esa personalidad iría acrecentándose con el tiempo hasta hacer muy reconocibles a los profesionales de la "Escuela de Barcelona". 

Joaquín Prat en la primera temporada del popularísimo "Un millón para el mejor"

De nuevo es Enrique de las Casas quien, en connivencia con Fernando García de la Vega (pionero del Paseo de la Habana, creador de "Escala en HI-FI" y posteriormente de "Galas del Sábado), consigue un nuevo éxito para Miramar con uno de los primeros "concursos de gran formato": "Un millón para el mejor". El debut televisivo de Joaquín Prat (bregado en los micrófonos de RNE y la Cadena Ser) supuso un revulsivo no sólo en la forma de presentar sino en la de la puesta en escena de los juegos de la pequeña pantalla. Los anónimos participantes que aceptaban el reto de concurrir al plató sin saber a qué se iban a enfrentar para conseguir esa mayúscula cantidad de dinero se hicieron famosos a fuerza de ir superando pruebas semana tras semana. Cuando García de la Vega se llevó a Prat a Madrid para su "Galas del sábado", otro radiofónico, José Luis Pécker (aunque éste ya había conducido varios concursos desde el Paseo de la Habana) toma el relevo en la temporada siguiente.

"Hamlet", primer dramático en color producido en 1979

Desde principios de los 60 Miramar se empeñó en marcar su impronta también en los dramáticos. Quizás la primera serie realizada (en directo, por supuesto) desde allí que llamó la atención de los espectadores del resto del país fue la adaptación de un clásico de la televisión francesa, "Los últimos cinco minutos". Sergio Doré en el papel del inspector Bourrell tenía que resolver un caso cada semana con un planteamiento muy original. Bien pronto comenzó el interés de los profesionales de aquella emisora por emitir en catalán y en 1964, en pleno franquismo, consiguieron convencer a los jefes para presentar al público de Cataluña y Baleares "La ferida lluminosa". Fue el primer paso de una larga serie de ficciones amparadas bajo distintos títulos como "Lletres Catalanes" o " "Novel.la". Pero también se proveía periódicamente de contenido a "Estudio 1" o "Novela" para toda España. En ocasiones en doble versión (grabada en catalán pero doblada al castellano o viceversa) como "La dama de las camelias" o "Salomé" con Nuria Espert o el "Hamlet" protagonizado por Enric Majó y Montse Carulla, el primero en color (1979). Las dos últimas obras, por cierto, fueron adaptadas por Terenci Moix. Para "Novela" fue especialmente celebrada "El conde de Montecristo" dirigida por Pedro Amalio López y que incluía, por primera vez, escenas acuáticas. Del mismo director y realizador es la primera gran superproducción de TVE (en general, no de Miramar) rodada en cine, "La saga de los Rius", a la seguirían otras como "La plaza del diamante" ya en los 80. Y mientras tanto, series en catalán, como la popularísima "Doctor Caparrós" (primera sitcom con público en directo, año 79) o "Mare i fill, SL" (con Mary Santpere y guión de T. Moix) o "Vídua... però no gaire" con guión de Benet i Jornet. 

J.J. Castillo al frente de "Sobre el terreno", uno de los múltiples programas deportivos de Miramar 

Otro género en el que brilló Miramar (y las siguientes sedes de TVE Cataluña) fue, sin duda, el deporte. Figuras como las de Juan José Castillo, José Félix Pons, Josep María Casanovas, Sergio Gil, Pere Barthe, Eduard Berraondo, Joaquim María Puyal, Frederic Porta, Olga Viza o Muntsa Ballfegó demostraron sus amplios conocimientos sobre mil y una disciplinas en "Polideportivo", "Sobre el terreno", "Miramar esportiu" o el eterno (en horas en pantalla) "Estadio 2". Precisamente ese último (y mítico, 20 años en antena no son para menos), es el ejemplo perfecto de lo que ofrecía Barcelona con respecto a Madrid: diversidad. No todo era fútbol, había deportes minoritarios a los que la pública debía no sólo acoger sino, sobre todo, proteger y difundir. 

José Luis Barcelona e Irene Mir, los dos locutores más veteranos y longevos de TVE desde Barcelona

Poco a poco la red de emisores de TVE se va ampliando y las imágenes producidas en Miramar o en los estudios complementarios de Esplugues y Hospitalet de Llobregat son reconocibles para el espectador de Soria, Murcia, Mérida o Córdoba. La Escuela de Barcelona tiene un estilo propio (e intransferible). No sólo porque la audiencia sepa que locutores polivalentes como José Luis Barcelona o Irene Mir no están en Prado del Rey sino que el televidente más atento va fijándose en los créditos y descubre nombres como los de Mercè Vilaret, Sergi Schaaff, Antoni Chic, Esteve Durán (aunque en los 60 tenía que firmar como Esteban Durán) o Lluis María Güell, todos ellos insignes directores y realizadores. Ya con la inauguración en 1983 de las instalaciones de Sant Cugat del Vallès, que permiten unir toda la producción en un mismo lugar, perfectamente adaptadas a las nuevas tecnologías y con más estudios y de mayor amplitud, la nómina crece y otros directores y realizadores como Roger Justafré, Xavier Manich, Josep María Vidal o Luis López Doy se apuntan nuevos triunfos. No nos olvidemos de los decorados de Luis Gracia y la iluminación de Pere Pocurull (por citar sólo a dos pero muy representativos) y tenemos un cóctel perfecto. Secuencias largas con eficaz uso del travelling, escenografía con un exquisito gusto, presentadores y actores con una personalidad definida de la que como característica general y unitaria podríamos citar la elegancia en su sentido más amplio... La Escuela de Barcelona se asienta. 

Julia Otero en "La Luna", su despegue definitivo en el prime-time

Y con los 80 llega una Edad de Oro, con éxitos indiscutibles en todo el territorio nacional y nuevos talentos que emergen como estrellas rutilantes de una tele moderna y muy cercana a lo que se estaba haciendo en otros países europeos. Julia Otero, descubierta en toda España gracias al original concurso-magazine "3x4", fue uno de los baluartes. Supo pasar del mediodía al prime-time con gran habilidad y con "La luna" (de nuevo bajo la batuta de Schaaff) o "La ronda" (ya dirigida por ella) se confirma como un valor en alza del periodismo audiovisual de la época. Los programas de entrevistas eran un clásico de la productora desde los tiempos de "Ésta es su vida" y en los 80 llegaron a su máximo esplendor. Puyal con "Vostè pregunta" sólo para Cataluña (permitiendo las llamadas en directo de los espectadores) y luego con Mercedes Milá en "Buenas noches, buena gente" marcó época. Aunque en realidad con Milá sólo aguantó una emisión y se fue a la francesa en circunstancias nunca aclaradas del todo lo que permitió que Mercedes se afianzara como gran comunicadora y fiera interrogadora (tras el experimento de "Dos por dos" en Madrid junto a Isabel Tenaille). 

Àngel Casas en "Un día es un día" que previamente había sido emitido sólo para el circuito catalán

En esa misma época, tras una etapa en TV3, Àngel Casas regresa a TVE para llevar su show al circuito catalán, es decir, a las horas de programación en las que se desconectaba de la red nacional para emitir íntegramente en catalán. La cosa había comenzado tímidamente (y casi de tapadillo) en los 60 pero no fue hasta mediados de los 70 que se desarrolló plenamente con informativos diarios como "Miramar" (haciendo honor a su cuartel general) o semanales como "Giravolt" pero también con divulgativos como "Català amb nosaltres", infantiles como "Terra d'escudella" o entrevistas en profundidad a "Personatges" seleccionados por la escritora Montserrat Roig, algo que después haría, con su estilo entre frívolo y dramático Terenci Moix en "Terenci a la fresca". Casas consiguió que su mezcla de entrevistas a personajes de actualidad con grandes ídolos del Hollywood clásico aderezados con buena música pasara a nivel nacional y "Un día es un día" amplió presupuesto y decorado para albergar tres escenarios musicales simultáneos. Sus famosos strip-teases, todos muy elegantes eso sí, también se ofrecieron en otros programas suyos como "Tal cual" que conoció varias etapas (una de ellas presentada por Marisol Galdón para suplir a Àngel que se iba a la Uno a moderar un debate). Casas ya nos había dejado joyas en el archivo con su "Musical Express" desde Cataluña y ya en el nuevo milenio regresó con "Senyores i senyors" sólo para el circuito regional.


El género del magazine se ha ofrecido mil y una veces desde Miramar / Sant Cugat con otras tantas variantes. Desde las charlas íntimas de Pedro Ruiz en "La noche abierta" con la luna como testigo a las bajadas por "La escalera mecánica" de los invitados de Jordi González. Desde las preguntas incómodas que contenía la "bombonera maldita" de las entrevistas de Ramón Miravitllas en "Cerca de ti" al Paseo por el tiempo que les ofrecía Julia Otero en su club, donde sólo se servían zumos de colores brillantes, por supuesto sin olvidar la extraña pareja de Inka Martí y M. Galdón en "Peligrosamente juntas", los juicios simulados de "Tribunal Popular" o los testimonios de "Ésta es mi historia" o "Cerca de ti" al más puro estilo del talk-show USA. 

Constantino Romero y Janine Calvo en "El tiempo es oro", uno de los concursos culturales más recordados

Pero si volvemos a aquella época dorada en la que Sant Cugat bullía de actividad, coincidiendo con el nombramiento de Sergi Schaaff como director del centro, nos encontramos con un resurgir de los concursos. Los había culturales, como "El tiempo es oro" o "La vida es juego" con Constantino Romero y la inmarchitable Janine con su dedo recorriendo las hojas de las múltiples enciclopedias del decorado del primero. También los había con infantes pero pensados para los mayores como "Juego de niños" e incluso había uno en el que el concursante exclamaba entre prueba y prueba "Si lo sé no vengo". En esos años, el sello de TVE Cataluña (después Catalunya) estaba presente en buena parte de la programación nacional, que ese era el objetivo de Schaaff, cumplir con lo que se esperaba desde el principio de aquel centro de producción, que fuera el segundo en actividad. Quizás no se llegó al ansiado 50% con Prado del Rey... pero poco faltó. 

Eduard Punset dirigió y presentó "Redes" durante 18 años

En los 90, con la llegada de las privadas, todo cambia. En Madrid no sólo funcionan las instalaciones de Prado del Rey, los Estudios Buñuel albergan grandes formatos como el "Un, dos, tres" o "¿Qué apostamos?" y, quién sabe por qué, a Sant Cugat llegan menos encargos aunque, al menos, eso sirve para que la programación del Circuito Catalán se amplíe y estabilice. Se buscan entonces nuevas fórmulas para aprovechar el potencial humano y técnico disponibles y se especializan en divulgativos, infantiles y deportes, sin dejar de lado puntuales proyectos en géneros más populares. Eduard Punset con su "Redes" (estrenado en 1996) se convierte en heredero natural de uno de los grandes divulgadores de la historia de nuestra comunicación, Luis Miravitlles que desde los 60 y hasta los 80 tradujo a una población donde todavía había analfabetismo complejos conceptos científicos en títulos como "Misterios al descubierto" y "La prehistoria del futuro". Sánchez Dragó y su literario "Negro sobre blanco", Adelina Castillejo con "Preguntas y respuestas" o el ecologista "El escarabajo verde" llegaban cada semana a las pantallas de todo el país y conseguían audiencias nada desdeñables y en los platós se cambiaban sus decorados para albergar programas para la chavalería como el "Club Disney" (sí, desde allí y de forma diaria por la 2 y cada sábado en la 1), "Pinnic", "TPH Club", "Trilocos" (dirigido por Miliki), el "Barrio Sésamo" de Bluki (en doble versión castellano/catalán)  o el inefable "Con mucha marcha" de Leticia Sabater, por supuesto en distintas temporadas. Lejos había quedado el espíritu onírico del "Planeta imaginario" o el transgesor del musical juvenil "Plastic" pero había que llegar a un público distinto al de la década anterior... y se consiguió. 

Comenzaron mandando a los niños a la cama en 2003 y desde entonces han actuado junto a Robbie Williams y protagonizado su propia película

Sant Cugat ha demostrado siempre una capacidad innata para renovarse y ofrecer, con su reconocible estilo, formatos novedosos. En esa reinvención continua para demostrar cuál es su papel en nuestra tele pública, de repente aparecen sorpresas para los jefes como el eterno éxito entre los niños de los Lunnis que incluso han llegado al cine y que llevan más de 15 años enseñando mientras entretienen. Los platós han acogido en los últimos años grandes programas espectáculo como "¡Mira quién baila!" o varias de las etapas de "Órbita Laika" aprovechando al máximo la belleza de un estudio vacío (o casi). Ha habido temporadas en las que parecía que TVE Catalunya era quien producía todos los espacios de la 2 o de Teledeporte. En definitiva, nunca han dejado de funcionar (quizás no siempre a pleno rendimiento) y aunque aquella sana competencia entre profesionales de Madrid y Barcelona instaurada desde 1959 y que se mantuvo hasta los 90 ya no parezca posible porque la propia Corporación no está viviendo su mejor momento, los espectadores de ayer que siguen siéndolo hoy no pueden evitar la sonrisa al pensar en los grandes momentos televisivos que nos ha dejado este centro de producción. 

El incombustible "Saber y ganar", concurso más longevo de la historia de la televisión en España

Son muchos los programas que no he mencionado y los profesionales que no aparecen en este recorrido entrañable. Es absolutamente imposible hacer un repaso a 60 años de historia y este, desde luego, no es el lugar adecuado y, seguramente, yo no sea la persona idónea para escribirlo. Pero en este homenaje faltaba un programa que es historia de nuestra tele y por méritos propios. Fue en 1997 cuando comenzó un nuevo concurso a eso de las 15 h, en una franja que había inaugurado "Cifras y letras" y en la que reinó cinco años Elisenda Roca. Aquel récord parecía difícil de batir y no sería hasta la llegada de "Saber y ganar" que se demostró que esa hora (ahora un poco más tarde para no coincidir con el Telediario) era de Jordi Hurtado, de Juanjo Cardenal, de Pilar Vázquez, de todos los concursantes y, por supuesto, de su factótum, el gran Sergi Schaaff que sigue al pie del cañón y que encarna lo mejor de la historia de esta Casa. Él es pasado y también fulgurante presente porque su programa sigue siendo cada día el líder de la cadena y con una enorme diferencia. Quizás si permitieran que Sant Cugat tuviera más presencia en la programación algunas cosas cambiarían a mejor en nuestra televisión pública (sin que eso sea un demérito para Prado o Torrespaña). Esa combinación del trabajo de Madrid y Barcelona era la mejor forma de crear una programación diversa y plural. Por todo lo que hemos aprendido, como espectadores y como profesionales, de TVE Cataluña, moltes felicitats!

jueves, 4 de julio de 2019

El nuevo estudio de Miramar en 1961


En julio de 1959 se inauguró el centro de producción de Barcelona que venía, no sólo a ampliar el radio de emisión de TVE, sino también a aliviar las necesidades de producción de los saturados estudios de Madrid. El antiguo hotel de Miramar cedido por el Ayuntamiento a la emisora fue realmente el primer edificio de nuestro país reformado de forma adecuada y específica para albergar unos platós televisivos. El chalecito del Paseo de la Habana no cumplía esos requisitos ni de lejos y finalmente se tuvo que recurrir al salón de actos de un instituto cercano para los programas de variedades y más tarde, antes de construir Prado del Rey, alquilaron uno de los estudios de Sevilla Films. Cuando Miramar comenzó a funcionar lo hizo con las instalaciones técnicas listas pero con un plató provisional. Fue en octubre de 1961 cuando se puso en marcha el primero realmente preparado para los requerimientos de una tele que ya daba pasos agigantados en su evolución. 


El plató ocupaba 230 metros cuadrados (así que superaba ampliamente el de la sede oficial de Madrid) y tenía más de 9 metros de altura. A unos 5,50 m. se habían colocado unas pasarelas para los equipos de iluminación mediante perchas telescópicas. Novedad absoluta en nuestra tele: el cableado eléctrico y las cajas de enchufes estaban instaladas de tal manera que el personal encargado de esa función no interfería en los de otros servicios y viceversa. Pero además, desde esas barandillas también se podían colgar micrófonos, monitores y hasta elementos de decoración. ¡Todo eran ventajas! La revista TeleRadio daba cumplida cuenta de estos avances a unos lectores que, probablemente, no entendieran ni papa de cuestiones técnicas. 


200 cajas de tomas eléctricas repartidas por todo el espacio facilitaban las conexiones de microfonía, intercomunicación para regidores y hasta de los teléfonos usados en algunos programas. La energía necesaria, especialmente para la iluminación, era suministrada por una nueva estación transformadora de 250 kilovatios. Y por si esto fuera poco, los iluminadores tenían su propia control desde el que poder encender y apagar de forma automática los focos y, además, controlar su intensidad. ¡No se vayan todavía, aún hay más! También se había instalado un "sistema de refrigeración a baja presión que compensa las calorías producidas por la iluminación y controla la temperatura y el grado de humedad, normalmente muy elevado en Barcelona, aún en las condiciones más desfavorables y sin producir ruidos apreciables por los micrófonos" (TR nº 203, Noviembre 1961). Durante el primer mes se usó la unidad móvil nº 1 para la realización pero enseguida se puso en marcha un control propio para este plató que trajo aires nuevos a una tele primigenia. 

Fotos de Sáenz-Guerrero para TeleRadio.