domingo, 27 de septiembre de 2020

"The Brady Bunch Hour" o no todo vale


"La Tribu de los Brady" es una sitcom eterna o así lo parece a tenor de sus múltiples reposiciones en medio mundo incluso hoy en día. No sólo eso, con la serie original todavía en antena se estrenó su versión animada y posteriormente generaría varias tv-movies, un spin-off que sólo duró un mes en 1990 y dos adaptaciones fílmicas a mediados de esa misma década que se movían entre la parodia y el homenaje. "The Brady Bunch" se emitió originalmente en la ABC entre 1969 y 1974 pero los que hoy tienen unos 30 años recordarán su reposición en las mañanas de Antena 3. Su cabecera ha sido imitada, recreada, plagiada y homenajeada cientos de veces y sus edulcoradas historias en las que la unión de la familia es la solución a todos los problemas parece apta para cualquier época (o no, si somos críticos con ciertos aspectos que demuestran que ha pasado medio siglo). Sin embargo, hubo un programa derivado de esta ficción que no sólo fue un fracaso de audiencia sino que es considerado, unánimamente, como uno de los peores de la historia de la televisión. 


"The Brady Bunch Hour" se presentó en la misma cadena que la serie original el 23 de enero de 1977. Estamos en el momento en el que los "variety-show" comienzan a decaer y los directivos más modernos van apartándolos de sus parrillas para centrarse en ficciones realistas. El formato de música y humor está íntimamente ligado a la televisión estadounidense desde sus inicios pero a finales de los setenta parecía agotado por puro abuso. Con estos precedentes era absurdo que este espacio viera la luz pero esa manía de exprimir la gallina de los huevos de oro hasta que incluso quede desplumada se ve perfectamente reflejada en este ejemplo. Para justificar el surrealista hecho de que esta familia protagonizara un musical en televisión el padre decidía abandonar su carrera como arquitecto (ejem) para permitir al resto de la prole que pusiera en marcha este show. Se trasladarían a una playa californiana y las dificultades para sacar adelante cada emisión serían motivo de ji ji ja ja en las presentaciones y sketches que aparecían entre canción y canción. Además de los cantantes y grupos invitados, el propio clan mostraría sus "habilidades" canoras con desastroso resultado. Si bien no era esa la pretensión, hoy en día esas "actuaciones" son las que producen carcajadas y no los supuestos chistes preparados por un equipo de guionistas. 


En principio se emitiría sólo cada cinco semanas, en rotación con las series "Nancy Drew" y "Hardy Boys Misteries" los domingos a las 19 h pero finalmente deambuló por otros horarios (menos familiares) como los lunes a las 20 y los miércoles a la misma hora. En realidad, daba igual, no funcionó en ninguna ubicación y el 25 de mayo de ese mismo año los jefes decidieron (ya era hora) cancelarlo. El más afectado de todo el reparto con el cierre era el menos esperado a priori, Robert Reed, el padre. Con una amplia carrera en teatro y televisión, Reed llegó a "The Brady Bunch" tras varios años de éxito en "The Defenders", una serie de abogados que planteaba temas polémicos, por ese motivo tuvo problemas con varios anunciantes (asunto que se recrea en un capítulo de "Mad Men"). Reed fue, además, uno de los fundadores del Actors Studio así que no es de extrañar que se quejara continuamente a los productores de la sitcom familiar de que sus tramas eran demasiado blandas y que debían apostar por seguir el camino de la productora MTM ("La chica de la tele", por ejemplo) en vez de permanecer inmutables a los avances de la sociedad. Curiosamente, cuando le llegó la propuesta del variety la abrazó con alegría sorprendente. Según su compañera Florence Henderson (la madre), una veterana cantante a la que este programa le encajaba perfectamente, él quería demostrar que, además de actuar, podía cantar y bailar. Al menos lo intentó...


domingo, 20 de septiembre de 2020

La accidentada inauguración del 44º Festival de Cine de San Sebastián

La 44ª edición del Festival de Cine de San Sebastián se iniciaba el 19 de septiembre de 1996. Canal Plus emitiría la ceremonia de apertura en directo, por eso su magazine "Lo + Plus" había comenzado un poco antes y duraría menos de lo habitual. Ese año el programa había trasladado su plató a la ciudad (como ya hemos contado aquí), la cadena se había volcado en la promoción del veterano certamen cinematográfico y sus cámaras se repartían por los puntos de interés. Máximo Pradera y Fernando Schwartz cedían la palabra a Ana García-Siñeriz, encargada de los estrenos y noticias del séptimo arte en el propio espacio y presentadora de "Magacine", para introducir a los espectadores en la transmisión. Allí estaba ella, en la primera planta del Teatro Victoria Eugenia, cerca de los palcos donde se habían instalado varias cámaras. Lo que no se podía imaginar es que, apenas unos minutos después, la señal tendría que irse a negro. 

La ceremonia estaba presentada por los actores Rosana Pastor y Nancho Novo (en plena fama ambos) y la periodista Edurne Ormazabal, clásica del festival y que, tres años más tarde, sustituiría en la retransmisión de los Oscar a la Siñeriz por su baja maternal. Entre la audiencia estaban presentes Diego Galán, director del festival; el alcalde de la ciudad, Odón Elorza; el lendakari José Antonio Ardanza y la ministra de cultura, Esperanza Aguirre. Los conductores del acto daban paso al homenaje al director Eloy de la Iglesia, al que se le dedicaba una retrospectiva y... zas, el protocolo se fue a la porra. 

Apenas le dio tiempo al famoso creador a iniciar su discurso cuando el espectador televisivo comenzó a escuchar unos ruidos lejanos, el realizador pinchó un plano general y vimos que unos manifestantes habían invadido el escenario con unas pancartas. Era difícil leer lo que aparecía escrito en ellas pero lo que sí quedaba claro es que el público del teatro no apoyaba aquella protesta. Se escuchaban pitadas, pateos y unos gritos que, desde casa, parecían decir "¡Fuera, fuera!".


Primer plano de Eloy de la Iglesia desconcertado y mirando hacia los regidores entre bambalinas, como preguntando qué debía hacer. En esa imagen se colaban los intrusos y, de repente, imagen en negro con el logo de Canal Plus (una C acompañada del signo +, muy discreto, apenas visible) en la parte superior izquierda unos segundos y, a continuación, promociones de las películas programadas para los próximos días durante varios minutos. Vuelve la señal de la ceremonia y, de nuevo, se recibe al director reconocido con un aplauso atronador. Sus primeras palabras fueron "Me va saliendo mejor, ¿no?" con las que consiguió romper la tensión previa. Tuvimos que esperar a los informativos para saber qué había sucedido y, al día siguiente, la prensa lo explicaba pero brevemente. Decía el diario "ABC" que la fiesta había sido "únicamente interrumpida por la presencia de un grupo de apoyo a los presos etarras que hicieron el más grande de los ridículos al subir con sus pancartas y octavillas al escenario e intentar boicotear el acto". En aquellos años noventa esto no era raro y los medios intentaban no permitir la publicidad de la banda terrorista o la difusión de sus "reclamaciones", de ahí que evitaran explayarse sobre lo había sucedido al retomar la retransmisión. Posiblemente a Eloy, uno de los más afamados representantes del "cine quinqui" de los 80 y autor siempre atento a las marginalidades, este altercado le podría inspirar un nuevo film.

martes, 15 de septiembre de 2020

Katharine Hepburn y Cukor reunidos gracias a la tele

Katharine Hepburn y George Cukor formaron una de las parejas más estables de Hollywood. No me refiero a una relación sentimental, ni mucho menos, sino a su connivencia artística. Juntos, como director y actriz, tuvieron grandes éxitos como "Mujercitas" o "Historias de Filadelfia" (también algunos fracasos que no merece la pena mencionarlos) así que cuando la CBS los reunió en 1979 para una tv-movie, fue noticia. El proyecto era interesante y ambicioso porque suponía rodar en Gales durante varios meses. Se trataba de la adaptación de "El trigo está verde" de Emlyn Williams que en 1945 ya había sido llevada al cine con Bette Davis como protagonista. 

   Hepburn, por entonces con 71 años y aquejada ya por la enfermedad de Párkinson (temblores evidentes, por ejemplo, en "Adivina quién viene a cenar esta noche" en 1967) aceptó la propuesta, en parte por la historia pero, sobre todo, por el hecho de volver a trabajar con su querido amigo George. 

 No era la primera vez que la poderosa actriz trabajaba en televisión, era un medio que siempre había rechazado hasta el punto de que sólo acudió como entrevistada al mítico programa de Dick Cavett y hasta "ordenó" con simpatía (pero con mucha firmeza) que cambiaran una mesa del decorado. Su debut se había producido en 1973 con "El Zoo de Cristal" de Tennessee Williams para la ABC, uno de los programas de mayor audiencia de aquel año con nominación al Emmy incluida. Dos años más tarde y en la misma cadena se emitió "El amor en ruinas" junto a Laurence Olivier y esta vez se llevó el preciado premio televisivo. Cuando el 29 de enero de 1979 se estrenó su película con Cukor ya no era una debutante en la pequeña pantalla pero seguía mostrando cierto resquemor y sólo aceptaba ofertas que le parecían excepcionales. En este caso encarnaba a una maestra de escuela de gran fortaleza que era destinada a un pequeño y empobrecido pueblo minero galés para dar clases de literatura. A pesar de la dificultad del entorno encuentra un alumno con un extraordinario potencial al que anima a presentarse a una beca para Oxford pero... hasta aquí puedo leer porque merece la pena revisar este film para televisión. La obra recibió dos nominaciones al Emmy, una de ellas para Kat, y no es de extrañar. 
 
 

domingo, 6 de septiembre de 2020

"Dinamo", deporte y música en un mismo programa

  
¿Es posible mezclar deporte con música? Maria Gustafsson pensaba que sí y propuso esta curiosa mezcla de contenidos para un programa. El invento se llamó "Dinamo" y se emitió los lunes por la tarde en 1986. ¿Pero de qué manera se unían conceptos tan distintos entre sí? Atentos porque la cosa tiene miga: cada semana un grupo musical era elegido pero no sólo para actuar y presentar ante las cámaras sus últimos temas, que también, sino que además practicarían una disciplina deportiva poco habitual. Es decir, no íbamos a ver a un famoso cantante jugando al fútbol. 

Los chicos de "Olé Olé" vestidos para defender el honor de Marta Sánchez 

La propia creadora, guionista y directora, María, explicaba en marzo de aquel año en el programa infantil "Espejo Mágico" (presentado por Isabel Bauzá) que la pretensión era clara: "Es un programa para jóvenes que pretende plantearles alternativas para el tiempo libre, para el tiempo de ocio". La fórmula para unir música y deporte era, a veces un poco peregrina, en el caso de Barón Rojo o Aviador Dro era bastante fácil, ultraligeros y vuelo sin motor respectivamente, pero ¿cómo unes a Olé Olé (que presentaba nueva cantante, Marta Sánchez) con la esgrima o a Objetivo Birmania con el squash? Ahí entraba en juego la imaginación de los guionistas. Marta Sanchez respondería "naturalmente" a la pregunta de la presentadora por su supuesta práctica de esta actividad: "Porque soy muy romántica (...) Si recuerdas, la esgrima proviene del uso de la espada en  duelos y combates  para defender el amor de la bella amada y yo de pequeña me enamoré de D'Artagnan. Luego pasé a la época del feminismo  y me di cuenta de  que nadie iba a batirse en duelo por mí o sea que decidí aprender yo misma y me ha servido para muchas cosas." A ese equipo de creativos nadie les decía que algo era imposible. 

María Gustafsson y Marta Barroso, directora y presentadora respectivamente

La directora reconocía en la entrevista citada que la conexión "a veces es más remota. A veces, incluso, se basa en el ruido, por ejemplo un grupo  heavy se presta a un deporte ruidoso como algo de motos". Entre los invitados y los deportes "asignados" podemos destacar a Luz Casal y el automodelismo, Nacha Pop y el bowling, y Gary Low ("Colegiala") y el windsurf . La presentadora era la debutante Marta Barroso que ha ejercido el periodismo desde entonces fundamentalmente en el diario "ABC" y  también ha publicado algún libro. En cuanto a la ya mencionada directora, Maria Gustafsson, no es un nombre desconocido para los fans del "Un, dos, tres" porque fue una de las azafatas de la primerísima época del concurso, la de 1972 con Kiko Ledgard, pero con el pseudónimo de "Britt". Además, ya había trabajado con Chicho en "La Residencia" donde interpretaba a una de las internas de aquel tétrico lugar. En TVE también dirigió el infantil "Lápices de colores". Hace años regresó su país de origen, Suecia, donde ha publicado varios libros de intriga y suspense. El realizador del programa era su propio marido, Miguel Lluch. Hay que destacar su buen gusto en los videoclips y el ingenio para rodar (todo en formato cine, 16 mm) a los grupos esforzándose físicamente. Cada semana, y fueron 26, se montaban una película, siempre en exteriores y no sólo en la capital; el presupuesto (y la colaboración entusiasta de varias federaciones deportivas encantadas de que su disciplina saliera en la tele) les permitió viajar, por ejemplo, a Granada y Saint-Moritz. Todo esto suena hoy increíble pero en los ochenta no sólo era posible, era "lógico". 

En la web de Archivo RTVE podéis encontrar varios capítulos de la serie, aquí os dejo un par de ellos:

                       

martes, 1 de septiembre de 2020

De chica del tiempo a ganar el Oscar

Eran las "Today Girls", las "chicas" del primer programa matinal de la historia de la televisión, el "Today Show" de la NBC. Sus labores dependían de sus habilidades, podían ser redactoras, productoras, cantantes, colaborar en las presentaciones, actuar de secretarias... Parece poca cosa pero en 1952 esto supuso todo un avance, por primera vez las mujeres aparecían en un espacio informativo aunque fuera en labores secundarias. Pasarían años, décadas, hasta que una mujer, por ejemplo, pudo presentar un informativo en prime-time y, precisamente, fue una "Today Girl" pero esa es otra historia que ya hemos contado aquí. Hoy nos ocupamos de la primera de todas ellas, Estelle Parsons, una aspirante a cantante de una pequeña población de Massachusetts que se enteró por su compañera de piso de que en la NBC estaban buscando gente para un programa nuevo. Ella había llegado a Nueva York poco antes así que estaba a la caza de un empleo, aquello podía ser una oportunidad para ganar dinerín y seguir luchando por su sueño. En septiembre de 1951 fue contratada por la cadena para preparar el proyecto que se convertiría en toda una franquicia. El 14 de enero de 1952, cuando Dave Garroway saludó a los pocos espectadores que en aquel momento decidieron enchufar su televisor a primerísima hora de la mañana, Estelle estaba en el plató-redacción cortando teletipos y haciendo llamadas. Su puesto oficial era el de ayudante de producción y una de las tareas encomendadas era contactar diariamente con el Departamento Meteorológico de EE.UU en Washington para conocer las temperaturas de ciudades de todo el país y luego escribirlas en una pizarra bien visible en el decorado junto con la previsión: soleado, nublado, lluvioso... 

En realidad, era el propio Dave Garroway el que hacía una somera predicción del tiempo sobre un mapa del país pero la intervención de Estelle con los datos recabados del servicio oficial la convierten en una clara antecesora de las chicas (y chicos) del tiempo habituales en estos espacios matinales. No era esta la única función de Estelle en el programa. Enseguida fue requerida para hacer conexiones en directo desde el exterior e incluso fue la primera mujer reportera de televisión en una convención política (la Demócrata de 1952). Su entendimiento con el presentador era tal que poco a poco fue ganando papel (aunque sin títulos oficiales ni aumentos de sueldo). Eso unido a que no tenía vocación periodística la llevó a abandonar el trabajo. No obstante, unos años después regresó al plató para cubrir a Garroway en un período vacacional, lo que nos da una idea del buen sabor de boca que había dejado entre sus jefes y su habilidad natural ante las cámaras. 


En 1956 debutó en Broadway en un musical protagonizado, nada menos que, por Ethel Merman. Desde entonces continuó sobre los escenarios y no sólo en obras donde demostrar sus dotes como cantante. Con su segundo papel en el cine consiguió el Oscar a Mejor Actriz Secundaria. La película era "Bonnie y Clyde", toda una revolución en 1967. Al año siguiente volvió a estar nominada por "Rachel, Rachel". Su carrera incluye series, películas y, sobre todo, teatro donde también es una reconocida directora con varios Shakespeare a sus espaldas. Además ha sido directora artística del mítico Actors Studio. A pesar de este impresionante currículum es bastante desconocida para el público español excepto por un papel... el de madre de Roseanne en la serie de mismo nombre. A su edad sigue en activo y mantiene ese papel en "The Connors", el spin-off de "Roseanne" surgido tras el despido de la protagonista por unos polémicos tuits. En los últimos años ha regresado al "Today Show" para celebrar sus aniversarios.