domingo, 29 de noviembre de 2020
Su turno
domingo, 22 de noviembre de 2020
"Las claves de..." El regreso de Balbín a TVE
Balbín con Gorvachov en el primer programa de la serie |
A finales de septiembre de 1998 La 2 de TVE recuperaba a uno de sus periodistas más reconocibles, José Luis Balbín iniciaba nueva etapa en la pública con un programa de entrevistas. El que fuera director y presentador del debate "La Clave", espacio que desde 1976 a 1985 se emitió en esa cadena (y de 1990 a 1993 en Antena 3), retornaba con un formato distinto pero que desde su título llamaba a la complicidad de sus viejos espectadores: "Las Claves de...". Cada jueves el veterano comunicador se asomaba al prime-time con una entrevista de una hora a "grandes figuras del siglo XX" de campos tan distintos como la política, el arte, la moda, la cocina, la música o el periodismo. La lista de invitados era ambiciosa y sorprendente: el expresidente de la URSS Mijaíl Gorvachov (con el que inauguró la serie), el modisto Giorgio Armani, el chef de chefs Paul Bocuse, la mítica editora del Washington Post Katherine Graham, la ex primera ministra de Pakistán Benazir Bhutto, el famoso periodista televisivo de la CBS Walter Cronkite (recordad su imagen dando la noticia del asesinato de J.F. Kennedy)... todos personajes de primerísimo orden y, habitualmente, inalcanzables para un programa español. Junto a ellos otros mucho más accesibles para la producción pero igualmente interesantes: Albert Boadella, Carlos Cano, Nati Mistral, Carmen Cervera, Compay Segundo, Julio Anguita... Una hora de charla bien documentada y realizada con mimo fuera de plató, en escenarios elegidos por los invitados, una hora de pura televisión pública que, sin embargo, sólo se mantuvo hasta abril de 1999. El maestro Balbín ha recordado la génesis de este regreso a la primera línea televisiva y su ardua preparación en una entrevista vía mail.
- ¿Cómo surgió este proyecto después de tantos años fuera de TVE?
De una manera muy natural. Me ofrecieron regresar de nuevo a la Casa. Yo propuse una serie de entrevistas biográficas a grandes figuras del siglo XX y fue aceptado.
El siempre irreverente Albert Boadella recibió en su casa a Balbín |
- Su regreso a la pública fue llamativo porque tras su abrupta salida trece años antes esto sonaba a reconciliación, ¿fue algo así?
Durante una parte importante de mi vida profesional, RTVE ha sido mi casa. Soy defensor a ultranza de la Televisión Pública. Pero pública de verdad, sin injerencias políticas. Durante el periodo de emisión de La Clave en RTVE tuve que lidiar con ocho Directores Generales lo que indica la inestabilidad que el Ente vivió durante la Transición. Sabía que un programa de entrevistas no iba a crear ningún problema y por eso regresé.
- En esa misma temporada se emitió un especial de "La Clave" por el aniversario de la Constitución, ¿se negoció este programa como un complemento al programa de entrevistas o se planteó quizás como un posible regreso del debate?
Antes del programa de entrevistas, un alto cargo del Gobierno de aquel momento me llamó y me dijo: "Ahora que estamos gobernando nosotros, podrías volver a hacer La Clave". Yo le contesté: "No, no se puede hacer y te lo voy a demostrar. Si vuelvo ¿qué te parece si comenzamos con un debate sobre el "Pacto del Majestic" entre Aznar y Pujol y seguimos con un debate sobre la Monarquía y la figura de Juan Carlos?" Con una sonrisa que intentaba ser cómplice me dijo: "Hombre, José Luis, ¿qué necesidad hay de tocar esos temas"?, a lo cual le respondí: "¿Ves cómo no se puede volver a hacer La Clave?". El especial sobre la Constitución a los 20 años lo hice porque me pareció interesante y oportuno pero sin contraprestaciones futuras de ningún tipo.
Rodeado de buenas viandas, escenario perfecto para la entrevista a Paul Bocuse |
- Volviendo a "Las claves de...", imagino que la producción fue complicada porque entre los invitados había varios de primer orden internacional.
No más de lo que fue la producción de "La Clave" por el que pasaron 2.710 invitados, más de una tercera parte extranjeros. Desde Theodore C. Sorensen, asesor del Presidente Kennedy, a Olof Palme, primer Ministro de Suecia, o Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. Para "Las Claves de..." me rodeé de parte de mi equipo de "La Clave". Ya estábamos acostumbrados.
Con la editora de "The Washington Post" Katherine Graham en su despacho |
- Me da la impresión de que algunos fueron casi como un lujo para usted, un capricho que se permitió. Por ejemplo, las charlas con compañeros de profesión como Cronkite o Katherine Graham...
Tanto Cronkite como Graham o Indro Montanelli, que estuvo en uno de los debates de "La Clave", siempre fueron referentes de buen periodismo para mí. Personalidades que han vivido y contado importantes hechos de la Historia del siglo XX. El ejercicio de esta bendita profesión a la que he dedicado mi vida, me ha dado la oportunidad de conocer a personas realmente interesantes de las que he aprendido mucho.
- Combinaba sabiamente entrevistas a artistas como Nati Mistral con otras a políticos como la ex primera ministra de Pakistán, ¿cómo se organizó esa selección?
En reuniones con el equipo en las que había que compaginar el interés periodístico del personaje a entrevistar con el presupuesto del que disponíamos para la realización de la serie que no era muy boyante, todo sea dicho de paso.
Benazir Bhutto, primera mujer en alcanzar el cargo de Primera Ministra de Pakistan, asesinada en 2007 |
- ¿Qué entrevistada/o le sorprendió más y por qué?
No podría definirme por uno. Todo ellos tuvieron o han tenido una vida sumamente interesante. Me impactó el asesinato de Benazir Bhutto pocos años después de hacerle la entrevista.
- ¿Por qué sólo hubo una temporada?
Nunca me lo dijeron. Supongo que por una cuestión presupuestaria. Se acabó la serie que habíamos contratado y no se renovó. No soy de pedir explicaciones. Si no renovaron, sus motivos tendrían.
En la web del Archivo de RTVE podemos encontrar dos emisiones (por ahora), las dedicadas a Nati Mistral y a Compay Segundo
domingo, 15 de noviembre de 2020
Escala en HIFI: Cuatro mujeres
domingo, 8 de noviembre de 2020
Julio César Fernández, de "Estudio Estadio" a "Estudio Estadio" (2ª parte)
Julio César Fernández (dcha.) con el árbitro Ortiz de Mendíbil en la portada de TP |
El plató de "Estudio Estadio" con Julio César (izda.) con Ortiz de Mendíbil y Rafael Marichalar con el otro árbitro del programa, Antonio Camacho durante la sección La Moviola |
"Entonces el programa era el lunes, los montadores se pasaban toda la noche cortando cine y vídeo. Cuando jugaba la Real Sociedad venían en moto con el partido filmado desde donde fuera para revelar por la mañana y montar por la tarde. Más adelante, cuando se fueron creando los centros territoriales los llevaban allí (y los enviaban por enlace)."
Durante tres años Julio César fue la cara visible de uno de los formatos estrella de la parrilla pero en 1976 tuvo que dejarlo. “Juan Antonio Fdez. Abajo era el director de deportes y una vez que estaba lanzado ya “Estudio Estadio” me dijo que quería hacerlo él pero que no me dejaba sin trabajo. Yo le respondí que no se preocupara porque tenía la posibilidad de volver al TD, “no me parece lógico que siendo tú el jefe te pongas en mi lugar, que pongas a otro, vale…” Que conste que nunca me llevé mal con él pero no me gustó eso y se lo dije.”
"Mundo deporte", claro antecesor de "Estadio 2", horas de retransmisiones deportivas para el sábado |
“Me explicó: los sábados por la tarde hay muchos acontecimientos deportivos que no cubrimos. Me gustaría que hilvanaras algo para que pudiéramos atender a todo eso. Entonces llegué con un programa casi para que me dijera que no. Tenemos tantas unidades móviles, tantas PEL, tantas personas en los centros… si en un sitio hay un partido muy interesante hasta de hockey sobre patines, podemos conectar y así lo mismo con otros sitios. Él me respondió que eso se iba a cinco horas y eso era lo que precisamente estaba proponiendo, algo que al verlo, los aficionados dijeran: ya tengo aquí chupete para pasar la tarde tranquilamente con una copita. En realidad era lo que yo quería hacer con el fútbol, un carrusel deportivo, pero no era posible técnicamente. Creo que como me había hecho la faena de quitarme de “Estudio Estadio”, aceptó. Algunos sábados superábamos las cinco horas, conectábamos con baloncesto, fútbol, natación… la gente se entretenía y la audiencia subía como la espuma. Yo estaba muy satisfecho y los realizadores ayudaban muchísimo, eran fundamentales en un programa como este.” El invento se llamó “Mundo Deporte” y fue un clarísimo precedente de “Estadio 2”. A pesar de la buena acogida sólo permaneció en antena una temporada, quizás porque resultaba demasiado complicado técnicamente para la época, posiblemente nació demasiado pronto.
Sin embargo los jefes de la tele ya tenían pensado cuál sería su siguiente destino y no sería en deportes. En 1977 regresaba al género del magazine con un título que fue uno de los mayores éxitos de la época: “Gente”. Acompañaría en pantalla a Isabel Tenaille y sería el subdirector. “Maruja Callaved (la directora) confiaba en mí a ojos cerrados, nos organizábamos con el realizador y era una tarea complicada. Cuando la gente aprieta el botón y las cosas salen en la tele como churros (y más en programas como los de ahora que metes a cinco a hablar sin importar si hiere o mata) no es consciente de eso.”
Julio César con Isabel Tenaille, Tico Medina y el realizador de "Gente" recibiendo a Anthony Quinn |
“Gente” podría ser definido (con todas las reservas) como el primer programa “feminista” de nuestra tele. Por primera vez una mujer dirigía el magazine de mediodía que además tenía también a una mujer como conductora principal: “No éramos conscientes de eso y ni siquiera lo soy ahora. Los ismos no estaban presentes entonces, Maruja Callaved tenía un prestigio fenomenal y eso era lo que contaba. Yo era su subdirector y “hombre de choque” y me encargó que buscara una presentadora. Hice pruebas a bastante gente y nos quedamos con Isabel. Todavía tenemos mucha relación, fíjate las raíces que tienen las cosas. Quería una chica que entrara en las casas y que fuera como nuestra vecina pero que tuviera clase y carisma y eso lo encontré en Tenaille.”
Desde luego Isabel supo aprovechar la oportunidad porque creó una nueva forma de dirigirse al espectador, mucho menos encorsetada. “No sé si fue un modelo a seguir pero sí que alcanzó una gran popularidad y hasta fue musa de Umbral, que hablaba mucho de ella. Después me la “robaron” para el “Dos por dos” con Mercedes Milá.”
La demostración de un buen menú de Navidad en una emisión de "Gente" |
“Mari Cruz Soriano (su sucesora) también era muy natural, se hizo muy amiga mía. Era completamente diferente de Tenaille, yo la llamaba “la vasca que ríe”. Nos hemos tenido mucho aprecio. Tenaille era la pura sencillez y la Soriano, sin querer, tiraba a la sofisticación. Además, era una mujerona.”
En cuanto a Teresa Álvarez, sustituta de verano, ya la conocía previamente. “Ramón Sánchez Mariscal, realizador, me dijo que quería que hiciera la prueba del color y tenía que buscar compañera. Como conectábamos a diario con los centros pensé que la chica de Asturias podía dar bien y ahí fue cuando la conocí en persona.”
A Julio César siempre le ha gustado dar oportunidades a profesionales en los que veía potencial: “Pedro González (que en los 80 sería el rey del Ciclismo en TVE) y José Ángel de la Casa (años después narrador de los partidos de la Selección Española de fútbol y Director de Producción de Deportivos) me preguntaron si podían hacer algo y les encargué un reportaje sobre el aniversario del fallecimiento de Joaquín Blume. Gustó mucho y como ellos estaban en RNE les podíamos ir encargando otras cosas. Promovimos a mucha gente como ellos.”
En 1979 le llegó un nuevo reto, sustituir a Manuel Martín Ferrand al cargo del informativo cultural que se emitía justo después del Telediario 1, “Hora 15” que se rebautizó como “Gaceta Cultural”: “Yo intenté hacerlo próximo. Acercar la cultura a la gente, por eso también tocaba temas como lo del que ha comprado un chalé aprovechando las ruinas de un monumento. Martín Ferrand era un maestro pero yo quería acercar las cosas a la gente.”
“Intentábamos promocionar la cultura y eso también me dio disgustos en Gaceta Cultural. Me llamaron al orden porque decían que había publicidad de las galerías y yo aclaraba que no, hacía cultura. Llamaba a las galerías para saber qué artistas tenían esa temporada que fueran interesantes y me organizaba para ver qué podíamos sacar. He de decir que en ese momento las galerías tampoco lo valoraban hasta que me prohibieron hacerlo y entonces sí pusieron el grito en el cielo. Esto se lo comentaba mucho a Miguel Ors, en deporte se hacía publicidad de todo y a mí me echan la bronca por sacar una exposición. Además, había mucha incultura, un jefe me pregunto si Canaletto, del que iba a sacar un reportaje, era amigo mío y por eso lo sacaba.”
“He entrevistado a filósofos en directo y eso no se había hecho antes y luego recibía cartas, por ejemplo, hubo quien protestó porque hablábamos de Picasso porque era comunista. ¡Y eso qué tiene que ver! ¿Pintaba bien o no? También había gente que escribía por cualquier cosa. Una vez salí sin corbata y se veía que llevaba una crucecita. ¡Pues hubo uno que escribió para decir que a ver cuándo salía con la hoz y el martillo para compensar!”
“En Gaceta también hacíamos denuncia por el destrozo de patrimonio artístico, llamaba a Javier Tusell que entonces dirigía Bellas Artes, y le avisaba de que estuviera pendiente del programa porque íbamos a emitir un reportaje sobre algo así y de esa manera se enteraban. Y esas cosas también las hemos hecho en TVE pero de esto no se acuerdan y si te pregunta alguien no es sobre esto si no sobre si la Soriano estaba buena.” En el espacio cultural su copresentadora era Jana Escribano. "Una SEÑORA. Era perfecta como acompañante, una gran locutora.” No sería la única vez que compartirían plató pero eso lo contamos más tarde.
Grabando unas declaraciones de Manuel Fraga para la radio |
A principios de la década de los ochenta, Julio César ya era un presentador reconocido, había presentado programas de gran calado popular. Sin embargo seguía comportándose como un humilde profesional que tan pronto hacía una retransmisión deportiva como dirigía un cultural, presentaba un telediario o animaba un magazine. Su sempiterna sonrisa amable era ya uno de sus gestos reconocibles pero… “Algunos de mis entrevistados tenían miedo cuando me sonreía. Recuerdo un político, por ejemplo, que se enfadó porque le pregunté por algo de su sobrino y yo me sonreía. Los que me conocían ya sabían que eso significaba que, antes o después, se la soltaba.”
A nuestro protagonista le pilló la Transición en el lugar justo para un periodista, la televisión, el medio que más rápido evolucionaba y que, en cierto momento, tuvo que ponerse de acuerdo con el Gobierno para ir dosificando las informaciones sobre todo lo que pasaba para no aturullar al personal. Pero también había vivido la Dictadura y la constante lucha para superar el techo de lo noticiable así que era “perro viejo” en estas lides: “Era muy interesante esa época. Había muchas tensiones porque cada uno con su ideología quería colocar su noticia en un lugar óptimo. Eso lo controlaban los jefes de informativos, nosotros no decidíamos pero éramos conscientes de las presiones. Cuando me tocó dirigir y decidir estas cosas, organicé el consejo de redacción, no lo inventé yo pero sí que lo usé en todos mis programas. Por la mañana íbamos decidiendo la escaleta de manera bastante democrática.”
“En tiempos de la Transición cada uno iba con sus intereses. TVE tenía varios miles de trabajadores y había comunistas, socialistas, moderados, franquistas… y todos querían que triunfaran los suyos. Allí te las tenías que ventilar como podías ante las dentelladas que te llovían de todos los lados.”
Marisa Medina, Julio César e Isabel Borondo en "Vamos a ver" |
El comienzo de la década traería nuevas sorpresas para Fernández en TVE (y no todas agradables). En 1981 le tocó un espacio promocional de la programación, “Vamos a ver”: “Era una de esas cosas que me endilgaban. Era herencia de “625 líneas”, a la que tenía que sustituir. A mí me encargaban cosas y yo pensaba que el que estaba por encima de mí tenía derecho a elegir, cierto es que generalmente me preguntaban si me apetecía. De aquel programa era guionista y presentador. Las compañeras eran fenomenales, simpáticas y agradables. Hicimos una cosa digna.”
Sus copresentadoras eran dos locutoras de la Casa, la veterana Marisa Medina e Isabel Borondo, que había ingresado a finales de los setenta en TVE. “A Borondo le costaba más trabajo, no memorizaba tanto porque Medina es la persona que he visto en mi vida que tuviera más memoria visual. Algunas veces la veía en maquillaje leer del tirón y lo calcaba entero, lo que le pusieras. Me tenía alucinado y ella me respondía: sí pero es del momento, no me preguntes ahora qué he dicho. Era digna de estudio. Gracias a eso hacíamos “técnica de directo”. Nos daban una hora de estudio para grabar media hora de programa y con ella lo hacíamos del tirón y no había que volver al día siguiente.”
Un año después, todo cambió: “Ganó el PSOE y, de momento, nos mandaron a todos al pasillo. Lo llamé la Operación Tarta. Los directores éramos profesionales de la Casa y los subdirectores casi todos eran del partido o simpatizantes. La fresa y la nata estaban trabajando, arriba, las quitaron y se quedó la tarta sola. Cuando ganaron no es que nos dieran otro trabajo, es que nos mandaron a pasillo. Después, poco a poco nos fueron rescatando porque estábamos sin destino, ¡sin hacer nada! Un día me llama la jefa de personal y me dice que no podía estar así y yo respondí que estaba donde me habían mandado, "¿cómo que donde te han mandado? Pues eso no puede ser." Y, agárrate, me dice que hay que solucionarlo. Recibo una carta de personal que me avisa de que me ponga a las órdenes de cierta persona. Voy a hablar con él: te tienes que poner aquí a escribir lo que aparece en esta pantalla. Yo tenía la plaza ganada ante magistratura de Locutor Nivel 1 (para lo que, entre otras cosas, tenías que improvisar de cualquier tema que te preguntaran) y con un escrito que ni mi madre lo haría más elogioso. Me puse hecho un basilisco: me voy a mi casa y o me llamáis o me echáis. Poco después me llamaron para hacer presentaciones para el Internacional. Allí nos apartaron a todos por ideología, pero no por la nuestra, sino que si no eras de los suyos, adiós. En realidad no sabían qué pensábamos pero daba igual. Después, muchos compañeros que eran del PSOE me decían que había hecho bien al reclamar mis derechos.”
Cabecera del "Programa Regional", Julio César en el sillón y Jana Escribano en la mesa del informativo |
“Después ya me pusieron de responsable de los informativos de los centros territoriales. Dirigía el de Madrid y presentaba todos los que no tuvieran centro de producción propia así que yo me encargaba de los de Madrid, Extremadura, las dos Castillas, Cantabria y La Rioja. Después fueron independizándose poco a poco y algunos fui a inaugurarlos yo, por ejemplo, el de Castilla y León.”
“Nos pasaron al Paseo de la Habana para organizar la programación del territorial de Madrid, además del informativo había un magazine propio, así que al final duraba todo hora y media. El Paseo lo habían remozado, estaba bastante bien. El plató era pequeño pero piensa que los informativos los hacíamos en el Estudio 4 que también era muy pequeño así que no se notaba mucho la diferencia. Tampoco necesitábamos más espacio. Allí sudé la camiseta bastante bien, nos coincidieron elecciones y todo. Por cierto, volví a trabajar con Jana. Para un TD era excepcional.”
“De ahí pasé de nuevo a “Estudio Estadio”, fue una sorpresa. Un buen día me llamó el director de deportes para que lo volviera a presentar. Volver a Torrespaña después de que te han vapuleado por los pasillos, era apetecible aunque nunca pensé que lo del Paseo era un castigo, que conste. Mi abuelo, que era un sabio maragato, me decía “cuando seas martillo da y cuando seas yunque, aguanta”. Eso lo he llevado a rajatabla toda la vida. Cuando soy martillo, tan tranquilamente, y cuando soy yunque, aguanto bastante bien.”
Finalmente aceptó el envite y en 1988 regresó al espacio que tanta fama le había dado al comienzo de su carrera: “Hice una estructura de programa, estuvimos en la hostería de El Paular todos reunidos para organizar el nuevo E.E. con la característica de que en breve tendría que competir con otras cadenas por publicidad. De hecho, nos daban un coche para regalar y se montó bastante gorda con lo de La Liga del Millón (sección presentada por Jordi Hurtado) porque los puristas decían aquello de “Fútbol es fútbol” y lo que metas de acompañamiento es una blasfemia. Pues mira, no, porque ahora con las otras cadenas ya hemos visto que la gente también quiere entretenimiento.”
“Era un escalón bastante difícil de salvar. Cuando oíamos a los de Sudamérica narrar los partidos y meter los spots en medio, pensábamos que eran tontos y fíjate ahora."
"La liga fue criticada, yo la copié de la RAI, allí lo hacía Adriano Celentano y, de repente, te cantaba, hablaba con las chicas. Que conste que aquello era un espacio publicitario, había que participar y se sorteaba el coche pero las críticas las tuvimos hasta de dentro del programa, que no entendían la situación. A nosotros nos encargaron eso y teníamos que hacerlo. El caso es que con la Liga, con esto y con lo otro teníamos 12 millones y medio de audiencia en La 2. Y nos decían: sí, claro 12 millones pero salen unas chicas con una liga en la pierna y tal… A mí lo que me encargaron era audiencia y teníamos que pensar que, a lo mejor, se veía en familia y a uno le gustaba el fútbol pero al resto no e incluir algo de entretenimiento no era pecado."
Di Estéfano y José Luis Garci invitados para el programa del primer aniversario de la nueva etapa de "Estudio Estadio" presentada por Matías Prats y dirigida por Julio César |
"Aquella época era de pleno cambio, in fieri que dirían los italianos. Había que cambiar aquello para que no fuera pétreo a otra estructura a otra cosa que fuera más móvil, más asequible y digerible. Comprendo que alguna vez nos habremos equivocado. Yo se lo decía a mis redactores y a los tres subdirectores que tenía, que eran tres, eh. Ellos eran muy clásicos y yo tenía el encargo de hacer evolucionar eso a algo más digestivo. Tenía que buscar más y a más gente, parece que lo logramos a tenor de las audiencias.”
"Era un programa complicado. El fin de semana tenía entre 250 y 300 personas que dependían de mí. Y no sólo por el fútbol, también metíamos baloncesto y otros deportes que tuvieran campeonatos en aquel momento. El director de deportes y yo llegamos a la conclusión de que no presentara yo. Además, yo soy muy partidario de que el director no debe ser el presentador y eso lo llevo cumpliendo desde “Gente”. Una cosa es estar de subdirector, como allí con Maruja, que además teníamos una entente cordiale de toda la vida. Propuse a Matías Prats y él quería que le quitaran del Telediario porque lo veía incompatible pero yo ahí no podía hacer nada."
Junto al Campeón del Mundo de Ajedrez Garri Kaspárov |
"A pesar del éxito ya se comentaba dentro del programa que íbamos a durar tres días. A la directiva de la tele no le gustaba el fútbol. Fueron tiempos no demasiado fáciles para los profesionales”. Esa etapa duró dos temporadas y fue cancelada en pleno triunfo de audiencia y ya desprendidos de la polémica Liga del Millón. A Julio César le volvieron a destinar al Canal Internacional de TVE donde hacía presentaciones breves, como tantos otros compañeros con los que la nueva directiva no sabía bien qué hacer. Eso producía situaciones curiosas en su cotidianeidad: “Estaba en la Costa del Sol y un grupo de extranjeros me reconoció porque salía en la Internacional pero no en la nacional” mientras que los oriundos del lugar se sorprendían ante la escena.
Julio César es Caballero del Capítulo Hispanoamericano del Corpus Christi de Toledo |
Así hasta que en 1994 se produce una situación que casi roza el surrealismo y que describe así:
Me dice mi jefe directo, Pepe Rodríguez, que me llama Joaquín Tagar que era el jefe de producción de TV. Vamos los dos, un despacho descomunal, me da la mano y nos sentamos.
- Mira, ahora es buen momento (estábamos en julio) para hacer un informativo de mediodía pero más veraniego y queremos que lo presentes y dirijas tú.
Yo dejando ir la cuestión. Él seguía:
- Pepe tiene una lista de redactores que no están ubicados así que elige tú a los que quieras y prepárame algo para empezar en quince días.
- Es que me voy.
- Ah, claro, las vacaciones.
- No me has entendido, que me voy.
- Vale, no pasa nada, pues lo dejas preparado y lo pones en funcionamiento cuando vuelvas.
No me entendía porque yo por entonces ya había aceptado el ERE, poco antes me había llegado una carta diciéndome que me podía aprovechar del segundo expediente de regulación de empleo de la tele. Total, que Tagar cayó en la cuenta. Y él se cabreó: “pero qué está pasando aquí, la gente que queremos que se vaya no se va (gente quemada que ya no hacía nada) y los que queremos que os quedéis os vais”. El tío salió hasta la puerta a despedirme. Yo no sabía dónde me iba pero tenía claro que iba a aprovechar el finiquito porque eso suponía asegurar los estudios de mi hija. Esa fue mi pequeña venganza a todos los rácanos que no daban valor al trabajo de la gente”
Animada sobremesa junto a "Fórmula V", Camilo Sesto y Pepe Domingo Castaño, entre otros |
¿Has echado de menos la tele en estos años?
“Yo le decía a Pedro Macía: te equivocas al pensar que esta es tu casa porque has estado desde el principio y estos no lo tienen en cuenta. Esto es como la feria de Valverde, el que más pone, más pierde. Pedro fue perdiendo por el camino todo lo que merecía. Si me apuras hasta se fue sin percibir nada y lo echaron de mala manera. Yo no, las cosas como son, trinqué lo que me correspondía. Es una época de la vida que pasa y ya está. Yo no miro atrás, cuando tomo una decisión… la consulto, estoy tres días dándole la vuelta al coco y después, ya está.”
Fotografía reciente en su estudio últimando una de sus obras a plumilla |
Julio César posee, entre otros, el Ondas de 1970 y el premio Popular del diario “Pueblo” en 1973. Además ha sido reconocido por su labor benéfica por Cruz Roja y UNICEF. Hoy en día el dibujo y la pintura ocupan buena parte de su tiempo. Sus obras se han expuesto no sólo en España sino en lugares tan alejados como Houston o Moscú.
Su charla es divertida y motivadora. Había dejado claro que no le gusta echar la vista atrás pero gracias a la intervención de su hija Rut no fue difícil convencerle para este repaso a su trayectoria televisiva. Julio César Fernández es un profesional fundamental de la historia de TVE, no una estrella sino uno de esos versátiles periodistas capaces de enfrentarse a cualquier batalla sin esperar otra cosa que el respeto del espectador, el mismo respeto, por cierto, que él tenía por su audiencia.
Y como extra, un par de "Vamos a ver" gracias al Archivo RTVE:
Las fotografías han sido cedidas para este blog por el propio Julio César a través de su hija a la que agradecemos su inestimable colaboración.
La portada de "TP" es cortesía de @ColeccionTV, la novena foto nos la ha prestado @MiguelHerreroSJ y agradezco, además, la ayuda de otras personas (que prefieren el anonimato) para enriquecer visualmente esta entrevista.
martes, 3 de noviembre de 2020
Julio César Fernández, la sonrisa de la tele (1ª parte)
Su nombre evoca gratos recuerdos en los espectadores, su sonrisa perenne invitaba a la audiencia a quedarse ante la pantalla y su verbo directo dejaba entrelucir una sapiencia inaudita en temas muy dispares. Julio César Fernández es un hombre del Renacimiento, el público mayoritario lo conoció entre los 70 y los 90 como presentador de radio y televisión en mil y una tareas pero además es un excelente pintor que ha expuesto en medio mundo, articulista, profesor…
Tiene 82 años y su mente está tan despierta como la de alguien de 40. Sus manos mantienen el pulso firme y a diario trabaja en su estudio en detalladísimas obras a plumilla. Gracias a su hija he podido entrevistarle para este blog aunque en realidad han sido más bien conversaciones, varias y de unas cuantas horas porque con Julio César uno no debe tener el reloj delante. Su memoria privilegiada le va llevando de un lugar a otro con un ritmo de narrador sabio, dejando al interlocutor con ganas de saber más y más hasta que sorprende dándole a la anécdota el final perfecto. Cuando habla de sus ex compañeros (todos amigos) se refiere a ellos con nombre y apellidos, los dos, y además añade el apelativo cariñoso con el que regalaba a los más cercanos (una costumbre muy segoviana, dice con orgullo).
Desde su debut hasta su prejubilación se puso al frente de informativos, magazines, deportivos, retransmisiones. A todo imprimía su bonhomía y esa naturalidad que lo acercaba al espectador. No sé cómo lo hacía, pero su intelectualidad nunca fue pedante. Quizás era ese gesto afable y por su dicción relajada (pero perfecta), nada impostada. Es de esos profesionales que parece que todo le sale fácil y que hace pensar al televidente que su trabajo podría hacerlo él mismo. Por supuesto, detrás de eso hay trabajo, mucho trabajo y una constante labor de aprendizaje, a la que siempre ha ayudado su perpetua curiosidad, da igual el tema, él va a ser capaz de hablarte de la cultura hebrea o de los tipos de quesos que hay en La Mancha.
Aunque durante casi un cuarto de siglo fue una cara frecuente en TVE y una voz reconocible en distintas cadenas de radio durante más tiempo, los medios no eran su vocación inicial. Incluso hoy no aprovecha sus buenos contactos para promocionar su pintura, actividad a la que ahora puede dedicarse sin límites de tiempo: “No soy capaz de llamar a nadie para decir que hago una exposición. No busco la presencia en medios”
La televisión apareció en su vida de forma casual y se presentó a una prueba por insistencia de un gobernador que poco después llegaría a ser Presidente del Gobierno y que antes había pasado por la Dirección de la propia TVE, Adolfo Suárez. Eso sí, una vez conseguida la plaza, Julio César se entregó a fondo: “En TV he hecho desde el Concierto de Navidad desde Viena hasta la Vuelta Ciclista, pasando por “Estudio Estadio” y deportes en general, los Telediarios, he hecho hasta la Santa Misa desde Ávila, ¡para qué te voy a contar más! Estuve a punto de ir hasta Jerusalén y eso se me quedó como una espinita.”
“He tratado siempre de hacer mi profesión lo mejor posible. Cuando estaba en Magisterio empecé a leer a Marshall MacLuhan y un compañero me preguntó qué hacía. Yo le expliqué que era un comunicador canadiense, etc. Y me preguntó para qué servía eso. Sirve para que yo lo sepa, que no sabía lo que opinaba este. Años después me lo volví a encontrar en Segovia y me soltó “jo, macho, ¡qué suerte has tenido!” y le respondí: pero no te acuerdas de aquello? Pues ahora ya sabes para qué sirve, para ponerse delante de una cámara y no hacer el ridículo”.
El Rey Mago Julio César durante su etapa como profesor en Segovia |
Aunque su primer oficio profesional fue el de profesor, la radio ya ocupaba una parte importante en su vida. Antes incluso de comenzar sus estudios de Magisterio y Graduado Social había debutado ante los micrófonos pero no fue algo buscado. El delegado de Juventudes de Segovia, Enrique Serichol Aguilera, al que le unía su afición al dibujo, le dijo: “Necesitamos voces para un programa semanal que hacemos en directo en Radio Segovia, ¿por qué no colaboras tú?”. Tenía entonces 16 años y aceptó con la modestia de aprender algo. “La voz de la juventud se titulaba, ya ves qué derroche de neuronas”. Estuvo allí hasta que terminó Magisterio y se fue a Coca de profesor. Era el docente más joven de los 92 institutos. “Empecé en la radio jugando”. Durante años compaginó ambos trabajos. La radio iba comiendo cada vez más tiempo de su vida y allí coincidió con el insigne Cirilo Rodríguez (que en 1969 narraría la llegada del hombre a la Luna para RNE). Amigos entrañables, Cirilo había dejado Magisterio a medias y Julio César le animó a finalizar la carrera. A cambio, su compañero le pidió que se presentara a unas oposiciones de Radio Segovia, asociada a la SER. Por aquel entonces, Julio César era profesor de dibujo en los Maristas y de un montón de asignaturas de la Escuela Ángel Alcázar, “deja algo” le dijo Cirilo y se quedó con la Escuela de FP. Se presentó a la prueba y, obviamente, la superó. Estuvo nueve años allí, ocho los compartió con Cirilo antes de que este se trasladara a Madrid.
Fue en aquella época cuando conoció a Adolfo Suárez en un acto del Camino de San Juan de la Cruz con poetas en cada una de las paradas recitando un texto escrito ad hoc. Julio César tenía que sustituir a un autor ausente. Ante su excelente prosodia, el resto de poetas le pidió que fuera su rapsoda, un éxito, vaya. Era el primer acto como Gobernador Civil de Segovia del político, impresionado, se acercó y le dijo “usted habrá pensado en marcharse de aquí”, “yo le respondí que no, era mi ciudad, estaba a gusto en Radio Segovia y era profesor de una escuela de FP con 600 alumnos.” “Bueno, bueno, ya hablaremos” le respondió Suárez.
Sin embargo, en junio de 1969 había aceptado ser director general de hostelería de Segovia y tuvo que abandonar la emisora. Apenas duró dos semanas en el cargo porque un trágico accidente se cruzó en su camino. Pudo haber sido letal y así lo parecía en un principio porque encabezó la lista oficial de muertos durante varias horas. Me refiero al hundimiento del restaurante de la urbanización Los Ángeles de San Rafael, construida por Jesús Gil y Gil. Aquel preciso día se celebraba allí una convención de los establecimientos de ultramarinos. Hubo casi 60 muertos y unos 150 heridos. Sobrevivió milagrosamente pero su vida ya no era la misma, había abandonado la emisora y no podía volver fácilmente. Se reencontró con Adolfo Suárez ese mismo día, tras la tragedia, y le insistió en que debía presentarse a TVE. Era el momento. Aunque su idea inicial era optar a una plaza en RNE finalmente le convenció para que se presentara a las de la televisión.
“La primera prueba fue en el Estudio 4 con Carmelo Barrera de realizador. Te daban un teletipo, como llegaban entonces, sin acentos ni nada y tenías que leerlo de la mejor manera. Luego te paraba y te pedía que narraras una carrera automovilística de Fórmula 1, después una corrida de toros en Las Ventas. Y así sucesivamente… Estábamos cuarenta y tantos y entramos sólo dos”.
“Primero me llama José de las Casas, me sacan de la clase, el portero no se creía que llamaran de TVE. Subí al teléfono de Secretaría, “Hola, soy José de las Casas, director de programas de TVE. Parece ser que usted podría tener condiciones para ser locutor de TVE”. De saludo, eso. “Así que le pondrá un escrito Don David Cubedo para que se presente en Prado del Rey. Estará unos meses de pruebas en la Segunda Cadena”. A los dos días recibí el oficio, llegué a Prado y me metieron en “Noticias 2” de la Segunda Cadena para hacer imagen y, aparte, voz en off en unos telediarios que hacíamos Florencio Solchaga y yo para Guinea Ecuatorial y Canarias, ¡que se enviaban por avión! ¡fíjate qué información! Lo grabábamos por la mañana, Alfonso Sánchez era el realizador, y luego… al aeropuerto. Estas cosas las ha contado muy poca gente porque muy poca gente las ha vivido. El público se cree que aprietas un botón y salen los churros”.
“Yo soy un poco estoico, más que hedonista. Cuando vienen las cosas me digo: esto puede cuajar y aquí me puedo ganar mi pan honradamente y lo que voy a intentar es hacerlo lo mejor posible. Y esto lo sabía perfectamente Adolfo Suárez cuando me embarcó en esta historia. Efectivamente, llegué a TV y supe que tenía que ganarme la confianza que habían depositado en mí”.
En el programa "Sobre la marcha" en 1972 |
“Después de la etapa de pruebas pasé a la Primera Cadena a hacer el off de “Contra-Reloj”, una sección de “Panorama de Actualidad” que dirigía Alfredo Amestoy. Era un programa muy moderno y dinámico. La noticia iba como el título. Después se hizo “Sobre la marcha”, Alfredo seguía siendo el director y decidieron que yo debía estar haciendo pantalla, dando paso a las conexiones y si fallaban reaccionar inmediatamente, etc. Estuve bastante tiempo ahí porque después vino “Aquí y ahora” y luego “Gente”, todos en el mismo horario.”
“Las conexiones en directo eran muy complicadas, dependías de los enlaces y como fallara uno te quedabas sin comunicación, por ejemplo, con todo el Norte-Noroeste que dependía de ese enlace. La gente no tenía por qué saberlo porque para eso estamos los profesionales, para que no se note. Un día estábamos hablando del vino del Alvariño en Cambados y el realizador, Ramón Sánchez Mariscal, me suelta: ¡que no tengo conexión, improvisa! Faltaban 20 minutos para terminar y mentalmente iba pensando en cómo enlazar con el Chacolí de los vascos, luego pasar al Rioja, después al Penedés… y así hasta que llegó el momento de cerrar el programa y dar paso al Telediario. El director de los informativos, Rafael Ramos Losada, estaba esperándome para darme un abrazo. ¡Pero es que había que hacerlo!”
“Yo entraba en TV a las 10 de la mañana y salía a la una de la madrugada porque Martín Ferrand también me había reclamado para el 24 horas. Cuando algunos amigos veían que no madrugaba mucho me decían “qué suerte tienes que no madrugas” y yo respondía: por qué no me dices qué mala suerte tengo que estoy hasta la madrugada.”
Durante una entrevista en exteriores en 1977 |
En una de nuestras conversaciones telefónicas le suelto, con cierto temor a la malinterpretación, que él ha sido un “soldado de la televisión”, siempre dispuesto para el servicio, fuera cual fuera, y encima con la mejor de las actitudes. Me responde: “Está muy bien eso, ¡totalmente! De repente llegaba mi jefe, que era David Cubedo, y me decía “no te comprometas a nada el mes de agosto que quiero que sustituyas al que lleva el TD 2”, pues ahí me tienes, presentando el telediario de las nueve de la noche. Después iba a casa en coche y me decía “joé, en qué emplumado me meten para no poder irme en agosto…” pero enseguida le daba la vuelta y decía, bueno, cuando David Cubedo (que era un dios en aquella época con Matías Prats, Ángel de Echenique, etc.) me llama para que lleve el peso del telediario será que confía en mí y habrá que hacerlo lo mejor posible”
“Cubedo, jefe de locutores, sabía a quien tenía. Por eso a veces me decía: la vuelta ciclista puede tener problemas. Eso significaba que te quedabas de guardia, no salías ni nada. Si se rompía la conexión conectaban conmigo en off e ibas comentando. Confiaban en ti y ese tipo de profesionales en TV valen bastante."
Así comenzó la carrera televisiva de Julio César Fernández pero a estas alturas estaba a punto de llegar una de sus grandes oportunidades, un programa que le hizo alcanzar la fama y también el prestigio, "Estudio Estadio", pero de eso hablaremos en la próxima entrada.
Rematamos esta primera parte con una edición (incompleta) de "Sobre la marcha" recién publicada en la web del Archivo de RTVE: