viernes, 20 de octubre de 2023

Melgar, el plano que mira al alma


Ignoro cuántos realizadores en el mundo han conseguido que su apellido defina un tipo de plano. En España el único que ostenta ese honor es Luis Tomás Melgar. En realidad era mucho más que realizador, fue un creador televisivo en toda regla, guionista y director, a veces solo y otras a dúo pero siempre dejando patente su enorme personalidad. También fue escritor y teórico del audiovisual pero, ante todo, era un curioso, un intelectual de vastísima cultura que hasta el último día seguía estudiando. Su curiosidad fue clave en su carrera, cualquier cosa le resultaba interesante y conseguía adaptar temas complicados a las necesidades televisuales. A veces era poético (como en "Cancionero") y otras absolutamente radical, cámara al hombro que desaforaba. Si la acción lo requería, no le importaba "salirse de foco" porque comprendía que el contenido era fundamental, las cámaras estaban a su servicio pero, ojo, tenían que mostrarlo con eficacia y de la forma más elegante posible.

Presentando "Cancionero" en 1970

Luis Tomás falleció el pasado 16 de agosto con noventa años y su muerte pasó prácticamente desapercibida en medios, incluso en la que fue su casa durante décadas, TVE. Este artículo pretende ser un homenaje y para entender mejor la personalidad de un creador tan complejo y versátil como éste he acudido a varios de sus compañeros (y amigos) en distintas épocas. Gracias a las presentadoras Nieves Herrero y Concha Galán, que comenzaron con él en "Por la mañana"; Vicente Torres, su ayudante de realización y posteriormente sucesor en ese cometido en el mismo programa; y Sergio Mena, que trabajó con él en la Universidad Antonio de Nebrija, descubriremos a un hombre de fuerte carácter pero también tierno, un realizador de enorme gusto y, al mismo tiempo, irreverente. En definitiva, uno de los grandes de la historia de nuestra televisión. 

En un control de realización a mediados de los setenta

Resumir una carrera tan inabarcable como la de Luis es imposible en unas cuantas letras, baste decir que antes de llegar a TVE en 1964 ya había sido autor y director teatral, ayudante de dirección cinematográfica, crítico de cine y teatro, redactor y articulista en prensa... Es decir, cuando consiguió ser el número 1 de su promoción como realizador de TV en 1965 ya tenía un importantísimo bagaje profesional y artístico. Tocó todos los palos: divulgativos, musicales, debates, documentales... En informativos destaca su trabajo en "Datos para un informe" y, sobre todo, su absoluta innovación en "Noticias en la Segunda" antes de que muriera Franco. Rompió el techo de lo noticiable y fue castigado por ello, tal como contamos hace tiempo aquí

Buscando el plano perfecto para la cantante María Lalanne para el programa "En román paladino"

En los 70 firmó, como responsable absoluto, espacios que rompían la dinámica imperante como "En román paladino", tan indefinible que es necesario revisionarlo para entenderlo. En 1980 comienza su larga asociación con Jesús Hermida en "De cerca", un modesto espacio de entrevistas para la sobremesa que consigue gran éxito. Ahí se hace famoso el "plano Melgar", desde la frente a la barbilla, expresivo, íntimo... imposible mentir en esa imagen. A continuación llega "Su turno", primer tertulia "moderna" de nuestra televisión, tan libre y desprejuiciada que los gritos estaban a la orden del día, la gente quería hablar sin miedo y los ánimos se calentaban enseguida. Jesús y Luis lo permitían y eso fue muy criticado por la prensa. A la audiencia, por su parte, le encantaba. 

Hermida y Melgar al frente del equipo de "Por la mañana" en 1988. Entre el impresionante elenco vemos a Nieves Herrero, detrás de Luis Tomás y María Teresa Campos.

Cuando Jesús Hermida recibió el encargo de dirigir un magazine que completara la programación matinal que se había inaugurado en 1986 con "Buenos días" el periodista lo tuvo claro, necesitaba la complicidad de Melgar. Sería su codirector y realizador y así comenzó la apasionante aventura de "Por la mañana" que cambió la tele tal y como la entendíamos. "La primera persona que retrata las tripas de la TV, mostrando lo que hay detrás de las cámaras, introduciéndose en pasillos y enseñando lo que nunca se ve, fue Melgar. Allí llevábamos un pueblo entero, un circo o un avión y nos íbamos fuera del plató mientras nos seguían las cámaras. A Luis no le importaba que la gente saliera del lugar donde hubiera mejor luz, siempre en función de que sucediera algo, que hubiera movimiento en el programa. Los verdaderos pioneros en ese tipo de TV fueron Jesús y él" nos cuenta Nieves Herrero que debutó en pantalla en ese espacio ya mítico.

Concha Galán (con jersey verde) llegó a "Por la mañana" cuando Nieves Herrero (jersey rosa) codirigía

Un par de temporadas más tarde aterrizó en el equipo Concha Galán que incide en esa ruptura continua de la cuarta pared: "Era un realizador muy novedoso y atrevido. Le gustaba provocar y los días de desfile de moda lo conseguía, con planos de detalle de los vestidos con los que ningún otro se atrevería." De hecho, llegó a colocar cámaras cenitales (desde arriba) tras los biombos para retratar el jaleo en los cambios de vestuario. En redacción Melgar nunca ponía pegas a las locuras que proponían Hermida y su equipo: "Siempre fue un hombre terremoto, que cazaba las ideas al vuelo. Codirigía, al igual que yo misma, que siendo muy jovencita me ascendieron, así que compartí eso con él. Lidiar con ellos dos era fácil porque no se fijaban en la edad, veían al profesional y qué podías aportar al programa, da igual que fueras jovencísimo o un poco mayor. Ambos te escuchaban como si fueras la persona más sabia del mundo, si tu idea era válida daba igual quien la propusiera y eso sólo lo he visto en Melgar y Jesús" asegura Nieves. "Él se ilusionaba con lo que proponíamos, en un plató tan pequeñito, con tantas cosas que ocurrían y él no ponía impedimentos, todo lo contrario. Ya lo captaré, vosotros traedlo y yo encontraré una cámara para mostrarlo. Ese era Melgar. He tenido a lo largo de mi vida realizadores que siempre ponían pegas, esto no puede ser, se sale de foco, de luz… Melgar decía 'arma la marimorena que yo tendré que una cámara para recogerlo'". 


Luis Tomás tenía 55 años cuando asumió el reto de "Por la mañana" junto a Hermida pero según Nieves Herrero: "Era una persona muy joven de cabeza, dispuesta a que le perturbáramos y le complicáramos la existencia los que éramos más jovencitos y queríamos traer al plató de todo. Una vez monté una carrera popular y no sé cómo lo hizo pero consiguió mostrar a esas 6.000 personas que participaron". 

Luis Tomás da órdenes en realización, a su derecha Vicente Torres. Foto cedidad por el propio Vicente

En la cabina de realización tenía a su lado a Vicente Torres, uno de sus ayudantes de realización: "Fue mi gran maestro, junto con Hermida. Él fue quien me dio la oportunidad de realizar. Su fallecimiento me ha producido una gran pena y también que su muerte no haya tenido apenas eco en los medios porque además de tener prestigio, llegó a ser muy popular." Torres es hoy un importante productor ejecutivo pero no ha olvidado las enseñanzas de sus maestros: "¿Cómo era trabajar con él? ¡Qué te voy a decir, maravillas! Era fácil y difícil. Entonces la jerarquía era impepinable, el respeto que teníamos al realizador era grande pero él también dejaba que te acercaras a él. Yo era el más joven de su equipo de siete ayudantes de realización, todos fijos de la Casa menos yo. Al cabo de un año ya me dejaba realizar muchas partes del programa y al final me propuso como realizador. En aquel momento se enseñaba el oficio y es un trabajo que se 'transmite' por transferencia directa. Él me enseñó muchas partes y trucos del oficio y yo lo hice con mis ayudantes posteriormente, había una cadena. Esa cadena se rompió en algún momento."

Vicente Torres aparece sonriente en la parte inferior, junto a Hermida. Melgar lo designó su sucesor en "Por la mañana".

Luis era extremadamente exigente pero también sabía recompensar a su equipo, según recuerda Vicente: "Trabajar con él era muy atrayente, yo presumía de la suerte de estar con una figura de la realización como él. Posiblemente aproveché bien esa suerte pero él fue profundamente generoso conmigo y me dio la gran oportunidad de mi carrera sin lugar a dudas." Sobre el famoso "plano Melgar", no hay dudas, no fue el primero en utilizarlo pero sí quien mejor supo aprovecharlo: "Luis tenía un sello evidente. Su famoso plano no dejaba de ser un primerísimo primer plano. Durante muchos años, y con esa fórmula, realizaba sus programas y toda la profesión conocía ese sello. Era uno de esos realizadores estrella, como también lo fue Lazarov, que además eran subdirectores o directores de sus programas. Melgar representa esa TV en la que el realizador es una pieza clave en la construcción y el desarrollo de los programas y el respeto que se tenía por su labor era absoluto. El aspecto de los programas dependía del realizador, incluso por encima del director."

Metatelevisión: Melgar en un plano Melgar

Concha Galán resalta ese gusto por el plano detalle pero también por el cuidado de su gente: "Era un amante de la imagen y de los primeros planos. Mi objetivo los primeros días era aprender de Hermida y como había tanta presión, Melgar te lo ponía muy fácil." Nieves Herrero coincide: "humanamente era un hombre muy cercano, se hacía querer, nos trataba con el mayor respeto y cariño". Destaca, además, su elegancia visual: "Luis era el que mejor retrataba, hacía los mejores planos que yo he visto. Consiguió que la gente se enamorara de nosotras y nos quisiera como personajes cercanos. Fue muy bonito, él hizo que las chicas Hermida fuéramos una familia y lo seguimos siendo."

Hermida retratado con el "plano Melgar" en "De cerca", 1982. 

Nos explica Torres: "Todo eso de sacar a los personajes lo más frontal posible para favorecer al personaje, me enseñó que lo que más muestra cómo es un personaje es su rostro y la mejor forma de enseñarlo es la frontal. Hoy prima la TV egipcia, los perfiles y tres cuartos. No existe ese cuidado a pesar de tener muchísimos más medios". Para Nieves "su famoso plano Melgar es el que va más allá del primer plano, te está cogiendo el alma". 

Melgar y Hermida en el pequeño estudio de Torrespaña donde se realizaba "Por la mañana"

En Hermida Melgar encontró el "socio" perfecto, "hicieron un buen tándem. Eran igual de exigentes y perfeccionistas" opina Concha Galán. Para Nieves fue una suerte "trabajar con estos dos monstruos y empaparme de ese espíritu de revolucionarlo todo." Vicente añade algo más, su relación era íntima pero también podía ser tempestuosa: "Jesús y Luis trabajaron mucho tiempo juntos y eso hacía que a veces tuvieran sus enfrentamientos pero siempre se volvían a encontrar. En buena medida eran dos estrellas, tenían los dos el ego muy grande. No olvidemos que Luis también hacía pantalla y presentaba algunos de los programas que dirigía. Al final de la mañana tuvieron un enfrentamiento que hizo que Luis abandonara el programa. Se retroalimentaban el uno al otro perfectamente. Hermida, a pesar de su estrellato, siempre le dio su espacio a Luis, si ves sus programas comprobarás que hacía referencias a la realización constantemente. Se necesitaban el uno al otro pero esa similitud de caracteres les llevaba a enfadarse a veces. Luego se reconciliaban." Durante una temporada Luis Tomás dirigió y presentó "Buenos días", que se emitía justo antes de "Por la mañana". Ese período de "separación" entre ambos fue breve, se reencontraron en Antena 3. 

"Buenos días", 1990.

En la cadena de San Sebastián de los Reyes realizó los debates nocturnos de su amigo y colega (con distintos títulos: "Hermida y compañía", "La hora H"...) donde llevó al límite su talento, al colocar cámaras en sitios impensables y conseguir no saltarse el eje a pesar de tener a los invitados en una tarima circular, es decir, en todo momento sabíamos dónde estaba colocado cada contertulio y a quién miraba. Pero no sólo eso, con más de sesenta años quiso probar la ficción y aceptó dirigir varios capítulos de una teleserie diaria (la primera, antes de "El Súper" de Tele 5), "Vecinos". En 1996 asumió un nuevo reto.

"Hermida y compañía"en Antena 3, 1995

Aunque siempre había compaginado su labor diaria en televisión con la formación, aquel año abandonó las cámaras definitivamente para centrarse a fondo en una propuesta muy atractiva para él, ser profesor de realización televisiva en la Universidad Antonio de Nebrija en Hoyo de Manzanares, a pocos minutos en coche de su casa en Torrelodones. Allí fue donde tuve la suerte de conocerlo, fui uno de los alumnos de su primera promoción. No sólo fue un docente para mí, fue un maestro en muchos aspectos profesionales y también vitales. He acudido a la memoria de otro compañero, Sergio Mena que actualmente es profesor en la Complutense. Así rememora su aparición en nuestra facultad, en medio de un bosque: "Luis Tomás estaba a punto de jubilarse, pero parecía más mayor por aquello del pelo blanco y menudo que tenía.  Desde el principio dejó huella. De la enseñanza muy técnica que nos había empezado a dar el anterior profesor, pasamos de la noche a la mañana a la impartición de clases de Melgar que eran todo lo contrario. Era tan grande su experiencia y su conocimiento del medio que para todo ejemplo tenía una historia guardada de su trayectoria para ilustrarlo. Cuando explicaba los diferentes tamaños de plano, al llegar al más concreto, se paraba y te explicaba con cierta sorna y orgullo que el que iba de la frente a la barbilla lo había inventado él. Y, al principio, te quedabas con cara de 'sí, anda ya' porque teníamos 21 años y aún arrastrábamos la negación irracional de la adolescencia. Pero Melgar te lo explicaba con su particular manera tan vehemente a veces y te quedabas parado diciendo 'ostras, pues va a ser verdad'. Y lo era."

Melgar presentando una de las partes de "Buenos días" en 1990
 
"Cuando Melgar llegó a la Nebrija se estaba cocinando la puesta en marcha de la licenciatura de comunicación audiovisual, cosa que ocurrió dos cursos después y bajo su supervisión. En la facultad era, casi sin dudarlo, el que más sabía de televisión de todos los profesores. Y no se limitó a dar clases y después irse a casa. Aunque nunca tuvo ningún cargo oficial en ninguna carrera, como era un culo inquieto no paró de montar cosas. Así, cuando vino Pepe Navarro a la facultad toda la puesta en escena y su realización la hizo él (con alumnos como equipo técnico), montó los primeros festivales de cortometrajes, sirvió de enlace con el Ayuntamiento de Torrelodones para que nos cedieran equipos audiovisuales y para poner en marcha un canal 'experimental' de televisión local, escribió un manual sobre televisión con el material de sus clases, incitó a que se pusiera en marcha un rodaje de cine hecho por los alumnos… Vamos, que no paraba. Te incitaba a que experimentaras y a que aprendieras haciendo."

Luis Tomás Melgar en 1981

Sergio continuó como alumno suyo en Comunicación Audiovisual y, además, fue becario en los estudios de radio y TV de la Universidad y  "como dábamos servicio a las necesidades de los profesores y nos metían en todos los fregados que se montaban (clases, conferencias, actos, eventos, celebraciones, etc.) tuve una relación muy cercana con él. Cuando acabé periodismo y durante el año siguiente, en medio de mi meditación sobre si seguir estudiando comunicación audiovisual, un día me llamó por teléfono y me propuso trabajar en los mismos estudios de la facultad, pero en esta ocasión como coordinador de todo el cotarro, cosa que hice entusiasmado. Entre el 2000 y el 2004 estuve allí y, aunque Melgar no tenía más cargo que el de profesor de la facultad, en la práctica hacía de supervisor del funcionamiento de los estudios más allá de estar involucrado en todos los saraos del campus. Melgar como 'jefe en la sombra' fue siempre un tipo fácil en el trato, sabía reconocer y valorar los esfuerzos por hacer bien tu trabajo, era consciente de las enormes limitaciones técnicas y humanas que teníamos por lo que siempre nos animaba con soluciones imaginativas que, en más de una ocasión, nos salvaron el pellejo. Luego, con los años y la experiencia, me he encontrado con auténticos ególatras insoportables en los pasillos de los medios de comunicación donde he trabajado y, sin embargo, Melgar, que había sido una estrella indudable, que había escrito alguna de las más importantes páginas de la historia de la televisión en España, era una persona cercana, accesible, llena de energía, con la determinación de hacer llegar su sabiduría a un grupo de inconscientes más verdes que un melón. Tenía su genio, ojo, pero nunca le vi humillar a nadie ni pasarse de frenada echando alguna bronca a alguien."

Luis Tomás Melgar dejó huella en muchas personas a lo largo de su dilatada vida profesional. Su inquietud cultural, su mirada curiosa, su vitalidad, su sorna... nos marcaron a muchos. Efectivamente, Melgar (con cámara o sin ella), sabía mirar el alma.