viernes, 31 de diciembre de 2021

Navidad con Dean Martin, Sinatra y familia


No es habitual que la reposición de un viejo programa navideño sea noticia, en EE.UU. es frecuente que los especiales se repitan una y otra vez, bien en sus cadenas originales o través de las locales a través del sistema de sindicación pero este año la prensa ha dado cierta relevancia a la recuperación de un clásico de la NBC. "Christmas with The Martins and The Sinatras" fue un episodio emitido el 21 de diciembre de 1967 del exitoso "The Dean Martin Show" y a pesar de que en su momento tuvo una gran audiencia y sus imágenes se han visto mil y una veces a lo largo de estos 54 años nunca se había repuesto al completo. El 29 de octubre (fecha curiosa para un programa de este tipo) la televisión pública estadounidense, la PBS, reemitió el especial precedido de una campaña publicitaria considerable y de unos cuantos artículos en prensa que se felicitaban por la iniciativa. Allí la nostalgia vende y si es de los viejos tiempos en los que el "Sueño Americano" todavía era una fantasía creíble, más. 


Dirigido por Greg Garrison, responsable de toda la serie que se inició en 1965 y finalizó en 1974, era una reunión de las familias del propio Dean Martin y la de su gran amigo Frank Sinatra. Allí estaban la mujer de Dino con sus siete hijos (de dos matrimonios) y los tres de Frankie. A lo largo de la hora de programa Dean y Frank hacen duetos, solos, cuartetos y, finalmente, todos se unen para interpretar una combinación de villancicos clásicos y otros más modernos. Como curiosidad, Nancy Sinatra se lanza con una versión navideña de su popular "These Boots Are Made for Walking". 


El programa era una hábil combinación de música y humor y Garrison tenía un equipo creativo que funcionaba como un reloj. Harry Crane ya había escrito guiones para Laurel y Hardy y Abbott y Costello así que sabía perfectamente cómo encajar diálogos con cierto sarcasmo en la boca de dos amigos. Paul Keyes tenía también mucha experiencia con cómicos y en su currículum encontramos especiales de los mismísimos Lucille Ball y Bob Hope, considerados Reyes de la risa en TV y su firma era visible en "Laugh-In", irreverente y novedoso programa de humor de la misma cadena. Rich Eustis era el más joven de los tres y durante los setenta escribiría para otros variety shows, con la decadencia del género se paso a las series y este mismo año ha escrito guiones para "Head of the Class", reboot de la serie que él mismo creó en 1986. 


Dean Martin era un valor seguro para la NBC y sus especiales navideños acaparaban atención año tras año, incluso cuando el género ya daba sus últimos coletazos. El Rey del Cool todavía resistía ante las cámaras a pesar de que su vida personal se iba desmoronando poco a poco. En su última temporada aún seguía entre los 50 programas más vistos e incluso había subido siete puestos con respecto a la anterior. En este especial todavía su sonrisa triste tenía razones para ser esbozada y nos ofreció una hora de pura magia navideña. 


viernes, 24 de diciembre de 2021

Shirley MacLaine y Miguel Bosé brindan juntos en Navidad


En 1983 el anuncio de Freixenet ya se había convertido en una tradición navideña. Desde que en 1977 una Liza Minnelli en pleno apogeo de fama protagonizara el primer anuncio estelar de la firma de cava catalán, otras grandes estrellas internacionales y patrias habían intervenido en estos fastuosos spots que, en cuanto a televisión se refiere, marcaban el inicio de las fiestas. Aunque en el 78 y 79 fueron las Burbujas, las chicas doradas, las que nos felicitaron (como también sucedió en 2008 y 2009, coincidiendo con la crisis internacional) lo cierto es que los anuncios que daban que hablar eran los de los famosos. ¿Quién será este año? Ah, pues me gustó más el del pasado... Los comentarios de este tono se sucedían a partir de diciembre. Varias fórmulas se utilizaron desde entonces: estrella internacional sola o con acompañante nacional, distintos anuncios en un mismo año con la misma estrella o cuatro anuncios con otros tantos protagonistas. En 1983 se optó por el sistema mixto: una de allá junto a otro de aquí. Los elegidos fueron Shirley MacLaine y Miguel Bosé. 


"Desde Broadway Freixenet presenta el Dorado Show de Carta Nevada" anunciaba un locutor mientras veíamos una botella sobrevolando Nueva York. Se produjeron nada menos que tres carísimas versiones e incluso había alguna más acortando duraciones o alterando ligeramente el montaje. Los tres escenarios principales eran unas larguísimas escaleras de un teatro, un algodonoso cielo sobre el que volaba lentamente un aeroplano de los años treinta y el hangar en el que había aterrizado.


Shirley bajaba la doradísima escalinata rodeada de Burbujas con peinados con ondas típicas de las comedias sofisticadas de, por ejemplo, Lubistch. La banda sonora era la canción "Bye, bye, Love" (fundamental en la película "Empieza el espectáculo") pero con la letra diciendo absolutamente lo contrario: en vez de despedir un amor y dar la bienvenida a la soledad, se saludaba a un romance y se abrazaba la felicidad. En esa versión Miguel Bosé daba paso a la gran actriz vestido de chaqué y ante un enorme micrófono radiofónico. Finalmente bailaban brevemente mientras el plano se ampliaba y nos dejaba ver al público de la sala de fiestas en la que transcurría el número al tiempo que un lujoso coche llegaba al escenario. 


La segunda versión nos presentaba a Miguel y Shirley sobre las alas de un aeroplano interpretando el mismo tema pero con un ritmo entre country y soft jazz. Como la verdadera estrella era ella, se marcaba un breve baile sobre las nubes demostrando su excepcional forma física. Tenía 49 años pero en aquel tiempo ya era considerada una veterana e incluso una superviviente de los grandes musicales de Hollywood que, eso sí, había sabido reconducirse hacia otros géneros con gran éxito. 


El tercer spot transcurría en un glamouroso hangar en el que el aeroplano convivía con un zeppelín y un coche que bien podría ser un Rolls. Shirley aparecía con un body de bailarina complementado con una falda roja llena de dorados (cómo no) y un pañuelo al cuello del mismo tejido. La canción tenía esta vez un ritmo más lánguido, romántico. 


Todos los anuncios finalizaban en el camerino de la actriz con los dos anfitriones brindando por la Navidad. Entre el anecdotario relatado por la prensa de la época rescatamos un dato curioso, Shirley no bebía alcohol así que brindaba con ginger-ale. 


domingo, 19 de diciembre de 2021

La serie con la que Hanna-Barbera dio un paso más


1962. La productora Hanna-Barbera está saboreando su quinto año de triunfos televisivos. Tras una brillante carrera en los cortos cinematográficos de Tom y Jerry (Oscar incluido) tuvieron que buscarse otros negocios tras el despido de la Metro Goldwyn Mayer en 1957 y el cierre de su sección de animación. La TV está viviendo una etapa de oro en muchos aspectos pero no en los dibujos animados y estos dos socios deciden lanzarse al nuevo medio, asumiendo sus limitaciones como una virtud. "The Ruff and Reddy Show" debutó en la NBC el 14 de septiembre de 1957 y su éxito sirvió de entrada a un nuevo mundo en el que H-B reinaría durante décadas. La siguiente serie, "The Huckleberry Hound Show", se estrenó sólo un año después e incluía las aventuras de un perro azulado que en España no caló tan hondo como los cortos de sus compañeros, Pixie y Dixie y, sobre todo, el oso Yogui que se independizó y triunfó con su propio programa. Volvemos a 1962 para hablar de un nuevo contenedor de cortos para TV que supuso un hito para la propia productora pero también para la pequeña pantalla. 


Aquel año se estrenó "The Hanna-Barbera New Cartoon Series", con tres series protagonizadas por nuevos personajes. No estaba destinada a una cadena en concreto, se vendería con el sistema de la sindicación, es decir, eran distribuidas en las cadenas locales que así no tenían que atenerse al horario de emisión de la costa Este o la Oeste. Además, podían emitir el programa completo, con los tres cortos, o bien "trocearlo" a su antojo y colocar cada una de las breves historias en huecos de programación o dentro de espacios infantiles producidos por ellos mismos y que incluían otros contenidos. Esto suponía que, en teoría, los personajes podrían adquirir la misma relevancia, sólo dependería de la respuesta del público. La audiencia decidió enseguida quiénes eran sus favoritos pero... no fue igual en todos los países. 


Las tres series en cuestión incluidas bajo el amparo del nuevo título de la productora (ya el cuarto directamente producido para la tele) eran el Lagarto Juancho, Leoncio el León y Tristón y La Tortuga D'Artañán y su perro Dum Dum. Juancho (Wallygator) era un lagarto (más bien un cocodrilo o un caimán, a saber) que vivía en un zoológico, como Yogui pero a diferencia de su primo de pincel éste quería escapar de allí y regresar a su entorno natural. El Sr. Horacio, el guardia del zoo, conseguía impedirlo en cada capítulo. Leoncio (Lippy) era un león aventurero y muy seguro de sí mismo al que le acompañaba una hiena siempre quejumbrosa, Tristón (Hardy Har Har). Ambos eran vagabundos y mientras el primero siempre estaba dispuesto a lanzarse a cualquier andanza, el segundo intentaba convencerlo para quedarse quietecitos, propósito que nunca conseguía. En la tercera serie una tortuga espadachina solía rescatar a princesas secuestradas por malandrines o dragones al grito de "¡Al ataqueeee!". Nada tenía que ver con el personaje de Dumas excepto el nombre que le impusieron los traductores al español y digo español y no castellano porque se doblaban en Sudamérica para distribuirse por todos los países de habla hispana, incluido el nuestro. Touché Turtle era su nombre original. 


A España llegaron años más tarde y por separado y se estuvieron emitiendo hasta bien entrados los ochenta. Si me retrotraigo a mi infancia diría que el Lagarto Juancho y Leoncio el León sí tenían una presencia constante en TVE, no tanto D'Artañán. He de confesar que mi favorito, a pesar de su soberbia, era Leoncio porque mi hermano se llama así (herencia familiar) y nos parecía tan raro que un hombre tan peculiar apareciera en la tele y nada menos que fuera el de un personaje de Hanna-Barbera que jugábamos continuamente a sus aventuras. Durante muchos años pensé que en inglés Leoncio se decía "Lippy" y ya os adelanto que no. Confesiones personales aparte, os había dicho al principio que este título fue importante tanto para la productora como para la propia TV y no mentía: fue la primera estrenada en color aunque no en todas las cadenas podían emitirlo en este sistema y, desde luego, sólo una parte de los espectadores tenía un monitor adecuado en esa época. ¿Y Yogui no era en color? Sí, lo era y por eso se continuó distribuyendo por todo el mundo durante más de medio siglo pero... en su andadura original las copias que se repartían a las cadenas eran en blanco y negro por razones lógicas: eran más baratas y prácticamente nadie tenía a finales de los 50 una tele en color. 

En definitiva, quizás esta serie se encuentre en el olvido (o casi) y pocos sean conscientes de su importancia para la historia de la tele pero la tiene y es justo que la reivindiquemos por su valor.

domingo, 5 de diciembre de 2021

Pequeña comedia


Víctor Ruiz Iriarte fue un autor fundamental en la TVE de los sesenta y setenta, sus comedias se adaptaron una y otra vez en espacios como "Estudio 1" pero, y esto es más importante, fue un autor de reconocido éxito teatral (el ejemplo más notorio es, quizás, "El landó de seis caballos") que supo intuir enseguida que la televisión ofrecía muchas posibilidades y la abrazó como medio perfecto para sus ideas. En 1966 debutó como autor de su propia serie, "Pequeña comedia" que se mantuvo tres temporadas entre el 1 de enero de 1966 (buena fecha para iniciar algo) y el 12 de julio de 1968. 

El siempre magnífico José Orjas en el capítulo "El presidente y la felicidad", segundo de la serie

Con una duración que variaba entre los 30 y los 40 minutos, esta serie ofrecía breves historias autoconclusivas, cada episodio era independiente y sus personajes no tenían continuidad a lo largo de los capítulos. Solían transcurrir en la época actual (actual en aquella época, entiéndase) y mezclaban la crítica social humorística con un cierto sentimentalismo y algunos toques de romanticismo. Todo era rubricado con una pizca de moralina. 

Gemma Cuervo en el episodio "En el tren", emitido en mayo de 1966

Una pléyade de actores participó en las 42 entregas de esta comedia sin grandes pretensiones, todos ellos habituales en los dramáticos de la época. Algunos eran primeras figuras del teatro como José Bódalo, Mary Carrillo o Carlos Lemos; otros, grandes secundarios del cine como José María Caffarell, Juanjo Menéndez, José Orjas o Tomás Blanco y también intervenían los jóvenes intérpretes que ya habían alcanzado la popularidad gracias a las cámaras de TVE como Tina Sainz, Ana María Vidal, Fiorella Faltoyano, Manuel Galiana o Jaime Blanch. A mediados de los sesenta era muy habitual verlos varias veces a la semana, un lunes en una comedia, un miércoles en un clásico del Siglo de Oro y un viernes en un dramón decimonónico, el trabajo era constante y su memoria debía de ser increíble... 

Pedro Amalio López fue el realizador habitual de la serie con su solvencia y elegancia habituales. Su segunda temporada llegó tras la pausa veraniega y las críticas fueron positivas. Resulta raro que la tercera se postergase prácticamente un año, comenzó el 31 de enero de 1968 y la segunda se había despedido el 31 de diciembre de 1966. Entre una y otra, dos premios importantes, el Nacional de TV y la Antena de Oro. La tercera entrega ya dejó entrever síntomas de repetición y los críticos lo hicieron notar. Ruiz Iriarte regresó a TVE en 1971 con "Juegos para mayores" (sólo siete capítulos, algo inusual) a la que continuó "Buenas noches, señores" protagonizada por Julia Gutiérrez Caba. "Pequeña comedia" fue recuperada en los 90 por Cine-Classics, de la plataforma Canal Satélite Digital y más tarde por Canal Nostalgia, de su competidor Vía Digital. 

lunes, 29 de noviembre de 2021

Gran Teatro: La alondra


El domingo 11 de octubre de 1964 era un día importante para varias personas en TVE. A las 22.30 h se emitiría una obra grabada unas jornadas antes en los flamantes Estudios de Prado del Rey inaugurados en julio.  La obra en cuestión era "La Alondra", adaptación de la obra de Jean Anouilh sobre Juana de Arco. Durante hora y media el espacio "Gran Teatro", precedente de "Estudio 1" que se estrenaría la temporada siguiente, contaría la historia del proceso a Juana. Los tres profesionales preocupados por el devenir de aquella emisión eran Gustavo Pérez Puig, Concha Velasco y Carlos Larrañaga. Para ellos esta versión televisada suponía un auténtico reto. Ninguno de ellos era famoso por su trabajo dramático si bien todos tenían experiencia en ese campo, inolvidable Velasco en la película "El indulto" de 1961. Gustavo era el adaptador, director y realizador; Concha y Carlos los protagonistas.


Decía Pilar Miró, por entonces redactora de la revista "TeleRadio" en un reportaje anunciando el programa: "La figura de Juana de Arco, de la Doncella de Orleáns (sic), de la Alondra en este caso, ha sido, es, en la historia, en la literatura y en el arte, algo así como la elevación de lo humano a lo divino. Juana es, al mismo tiempo, mujer de extraordinaria fortaleza y criatura sumamente débil. Es un poco del cielo y un poco de la tierra. Es sumisa y orgullosa. Tiernamente femenina y varonilmente dura. Es una mujer que gusta idealizar y comprender de una época inidealizable (la Francia de los Delfines) y de una circunstancia incomprensible (el milagro)". Curioso comprobar cómo aquella jovencísima Miró ya dejaba claras muestras de sus intereses, esos que formarían parte de su posterior trabajo como realizadora. 


Pérez Puig reconocía en aquel reportaje que "es, sin duda, la obra más importante que llevo a TVE. Importante y difícil porque era difícil encontrar el enfoque exacto para que, sin que la obra perdiera el espíritu de Anouih, quedara expuesta de una forma sencilla y clara. He tratado de que, por medio de una realización sencilla, quede de relieve una mayor belleza plástica." En cuanto a lo de atreverse con una "obra seria" que le obligaba a una "planificación desacostumbrada en el género que le hemos visto realizar hasta ahora" respondía: "Es difícil hacer, tratar el humor de una forma sin importancia pero me ha interesado ahora tratar sin importancia una obra que no es precisamente de humor". El decorado del tribunal quedaba reducido a unos pocos elementos escenográficos con un gran espacio central donde aparecía aislada la protagonista al tiempo que una iluminación repleta de claroscuros servía  para remarcar aún más la intensidad dramática del texto. En cuanto a la Velasco, el propio director agradecía públicamente su trabajo que había ayudado a dar credibilidad a la adaptación. Una curiosidad más: el tercero en discordia en aquel reparto era Paco Morán, popularísimo años después por sus continuos éxitos en las carteleras barcelonesas con comedias como "La extraña pareja" junto a Joan Pera. En aquellos años todavía era Francisco y su trabajo en TVE era eminentemente dramático con éxitos en su haber como "Otelo". 

La obra no se conserva en los Archivos de TVE o, al menos, no ha sido localizada aún.  

domingo, 14 de noviembre de 2021

El nacimiento del UHF


Era un 15 de noviembre, año 1966. Martes, día raro para comenzar algo pero fue precisamente en esa jornada cuando comenzaron las emisiones regulares y oficiales del UHF, la Segunda Cadena de TVE. Pasarían décadas hasta que adquiriría el nombre de "La 2" y durante bastante tiempo era conocida simplemente como "el canalillo" por aquello de que era como la versión pobre de la Primera Cadena. Pobre en cuanto a medios y difusión, sí, pero mucho más rica o, afinando más las palabras, enriquecedora que su hermana mayor. Desde el principio quedó claro que aquel "apéndice" de la programación del "Primer Programa" (como también se denominaba entonces) tenía su propia personalidad y eso fue fundamental para su desarrollo y para encontrar su público, ese que en los 90 recibió el orgulloso apelativo de "una inmensa minoría". 


En realidad el UHF (o la UHF, que en esto no había lenguaje inclusivo y se decía una cosa u otra indistintamente) llevaba emitiendo en pruebas y sólo para Madrid desde enero de 1965. Al principio redifusiones de los programas de la Primera, series extranjeras que ya se habían emitido anteriormente y la conexión con el Telediario, emitido por lo tanto, en las dos cadenas. En este recorte de la revista Teleguía de septiembre de 1966, dos meses antes de la inauguración, se puede apreciar que su programación comenzaba a eso de las 21 h y finalizaba en torno a la medianoche. Ya en esa época podía verse en Barcelona, Zaragoza y alrededores y había comenzado la producción de programas propios y no refritos. "Aquí el Segundo Programa" fue su primer musical, presentado por Joaquín Soler Serrano y realizado desde los estudios catalanes de Miramar, como la mayor parte de los espacios originales del canal en esos primerísimos tiempos. 


Cuando el dictador Franco le dio al botoncito que daba inicio a la emisión de TVE-2 (otro de los nombres usados) aquel martes de mediados de noviembre, la estructura del canal estaba bastante clara gracias a su primer director Salvador Pons. Este profesional, poco valorado hoy en día, fue fundamental para nuestra tele por diversas razones. Desde la nueva cadena dio oportunidad a talentos recién salidos de la Escuela de Cine como Claudio Guerín, Josefina Molina, Antonio Mercero, Luis Enciso o J.L. Borau y también a otros provenientes del teatro como Jaime Azpilicueta o Miguel Narros. Encargó documentales rodados en cine y títulos como "Conozca usted España", "La víspera de nuestro tiempo" o "Fiesta" que lograron prestigio para la Segunda. Además estrenó en nuestro país un tipo de documental que hoy podríamos asimilarlo al género "docu-show", mezcla de reportaje, testimonio y documental. "Luz verde" (presentado por Natalia Figueroa) y el sorprendente por su audacia "Cuestión urgente" (al que ya hemos dedicado un post) son claros ejemplos. Años después Pons encargaría a Chicho Ibáñez Serrador un concurso, desde su puesto de Director de Programas de TVE. El resto es historia porque aquel juego fue el "Un, dos, tres... responda otra vez". 
    El Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, fue testigo de aquel "encendido" en manos del Generalísimo no en vano, él fue el principal instigador desde el Gobierno de este "otro canal" a imitación de la inglesa BBC 2 y la francesa RTF 2, en marcha ambas desde 1964. Fue en julio de ese mismo año cuando se anunció la creación de la española pero no fue tarea fácil ni rápida. 


Para empezar había que emitir desde otra frecuencia distinta a la de la Primera para no alterar su señal. El UHF fue esa frecuencia y de ahí el nombre por el que empezó a ser conocida. Eso implicaba comprar un adaptador, en el mejor de los casos, o directamente otro televisor y eso en una España de sueldos bajos donde todavía era un lujo disponer de este electrodoméstico. Además no se consiguió una difusión casi completa en el territorio nacional hasta 1982 y tenemos que darle las gracias al Mundial de Fútbol organizado en España que obligó a tener disponibles horas de programación en La 2 para emitir todos los partidos. Además, el Pirulí (que no olvidemos que es una gran torre de telecomunicaciones y no unos estudios de TV) permitió ampliar la señal. 


En esta muestra de la programación del sábado 7 de septiembre de 1968, rescatada de la revista TeleRadio, podemos observar ya algunos de los programas clásicos de la primera etapa de TVE-2: "Cine-Club", que permanecería en antena décadas, el documental "En busca de...", el primer intento de informativo propio "Crónica 2" (muy ambicioso porque pretendía conectar diariamente con las ciudades donde había delegaciones informativas) y un dramático, "Estudio en negro". La programación se inicia una hora antes, tras la consabida Carta de Ajuste. De esa misma época datan "Aquí España" (que después se emitiría en Alemania a través de la ZDF para nuestros emigrantes), "Concierto", el automovilístico "A todo gas", "Autores invitados", "Ateneo", "Mundo del deporte", "Dichoso mundo" con la actriz Conchita Montes y las series extranjeras "Aventuras en Alaska" con Roger Moore, "Sospecha" y los dibujos animados de "Mr. Magoo". 


Pero si algo llamaba la atención en el UHF era la ficción. Para empezar, Pons decidió que se creara un equipo de directores y realizadores propio. Algunos, muy pocos, de los veteranos se atrevieron a dejar la Primera para unirse al nuevo proyecto. Entre ellos Marcos Reyes, Federico Ruíz y el también actor Fernando Delgado. El resto son prácticamente todos recién llegados de la Escuela de Cine, tal como hemos comentado anteriormente, y del teatro y eso marcó una personalidad diferencial. Desde Miramar, Barcelona, Esteban Durán, Gerardo N. Miró y Ramón Solanes que además sería delegado de la cadena allí. Poco después se sumaron Clara Ronay (pionerísima en realización) y Sergi Schaaff (todavía en activo como director de "Saber y Ganar"). "Teatro de siempre" es un título básico y llegó a competir con "Estudio 1" a pesar de su menor presupuesto y difusión. "Electra" con María Asquerino y Berta Riaza dirigida por Azpilicueta y realizada por F. Delgado fue un excepcional inicio para esta serie de adaptaciones de textos clásicos. "Medea", "Ollanta" y, muy especialmente, la Celestina dirigida por F. Ruiz, realizada por Eduardo Fuller y protagonizada por Lola Gaos, consiguieron generar buena reputación para la cadena. En abril de 1967 llegó el espectacular "Ricardo III" de Claudio Guerín con José María Prada que incluso se repitió en su hermana mayor, la Primera, y nada menos que bajo el auspicio de "Estudio 1". Una clara muestra de que "el canalillo" le estaba "comiendo las papas" al poderoso Primer Programa. El otro gran dramático de esa etapa inicial es "Hora 11", un taller de experimentación en lo formal y un divulgador de la obra de autores menos conocidos en nuestro país. 

 
El UHF era, además, irreverente. Su menor audiencia y su escasa penetración en el país le permitía pisar terrenos impensables para la familiar TVE-1. Espacios como el musical "Último grito" dirigido por Iván Zulueta y Pedro Olea y presentado por Judy Stephen y José María Íñigo era, literalmente, una locura llena de creatividad. Se emitió entre 1968 y 1970 y ese año supondría un enorme cambio para su conductor, Íñigo, y por ende para la cadena. Su "Estudio Abierto" supuso la primera vez que en nuestro país se mezclan las entrevistas con las actuaciones musicales al estilo americano y, además, en directo. Este talk-show fue el primer gran éxito popular de La 2 pero... esa es otra historia y ahí comenzó la primera etapa de oro de un canal que hoy sigue cautivando a una audiencia exigente, un público que busca algo más en la televisión. 

En 1994 La 2 celebró sus diez mil días de emisión con varios programas especiales, esta fue la primera entrega en la que hablaron de sus inicios:

domingo, 24 de octubre de 2021

"Operación Triunfo", 20 años de un fenómeno social


"Operación Triunfo" no nació como el éxito que hoy todos recordamos. El último fenómeno social despertado desde la pantalla de La Uno (por entonces La Primera) había sido rechazado por las tres grandes cadenas generalistas durante año y medio. Finalmente fue TVE la que se hizo con el formato con la idea de tener un reality (pero blanco) en su parrilla y, de paso, seleccionar al representante patrio para el Festival de Eurovisión. Quizás TVE no lo tenía muy claro y decidió confiar en el buen hacer de Gestmusic, la productora creadora del formato, pero había dos personas que sabían que esta idea podía ser un bombazo e iban a apostarlo todo (aunque fuera sin la aquiescencia total de los gerifaltes de la cadena) para que el programa no pasara desapercibido. 


Toni Cruz y Josep María Mainat (hoy famoso por otras cuestiones ajenas al mundo artístico) eran el dúo creativo que había formado Gestmusic, una compañía que en aquellos años producía más horas y para más cadenas que ninguna otra en nuestro país. La audiencia ya los conocía bien desde finales de los setenta gracias al trío humorístico-musical La Trinca (el tercero era Miquel Àngel Pasqual). En los ochenta montaron su propia productora para sacar adelante sus primeros programas televisivos: "No passa res!" (No pasa nada) en TV3 y su versión nacional "Tariro Tariro". En 1989 La Trinca desaparece pero Cruz y Mainat siguen unidos para dedicarse plenamente a la televisión. A mediados de la década siguiente Gestmusic es ya una productora indispensable en el entretenimiento con programas de gran audiencia y premios como "La parodia nacional" y "Crónicas marcianas" en su cartera. ¿Cómo es posible entonces que no consiguieran convencer a ningún canal para emitir su nuevo proyecto? Así es la televisión, nada está asegurado y durante mucho tiempo sólo escuchaban frases del tipo "La música ya no vende en la tele". Otros pensaban que eso era algo similar al ochentero "Gente joven" y les sonaba a rancio. Todos esos jefes verían con estupor cómo el share de aquello que habían rechazado iba subiendo semana a semana. 


La tercera pata de este banco fue el director, Tinet Rubira. El público lo conocía como presentador por el irreverente (y a ratos perturbador) "Plastic" en TVE2 (primero en el circuito catalán y luego para todo el país), "Clip, clap vídeo" (en su primera etapa como programa de videoclips) o, ya en 1997, en el late veraniego de Tele 5 "El puente" junto al humorista Mariano Mariano y al inefable Padre Apeles (esta vez con traje blanco por aquello de los calores). Además de su trabajo ante las cámaras, Tinet había ido desarrollando una carrera paralela en la dirección de espacios de todo tipo. Por poner un ejemplo, el mismo año en que presentaba el citado programa veraniego (en pantalones cortos, por cierto) había dirigido el talk-show "Sinceramente Ana Rosa" (con la Quintana) para Antena 3. En 2001 le tocó en suerte comandar un equipo (afortunadamente) muy bien engrasado para modernizar el género musical. "Operación Triunfo" fue un aldabonazo en su carrera y también supuso un hito en la historia de la productora además de, por supuesto, para la cadena que acogió el arriesgado proyecto (aunque fuera sin demasiadas expectativas). Rubira demostró tener muy claro qué quería hacer y aquí alcanzó una cota difícilmente superable. Más adelante demostró su buen hacer en otros talents (con menor éxito, lógicamente) y volvió a sorprender con "Tu cara me suena" otro formato que consiguieron exportar a medio mundo, tal y como había sucedido antes con "OT". 


¿Y quién podría presentar un programa totalmente novedoso en la tele del momento y dirigido a un público eminentemente juvenil? Gestmusic tenía sus propios candidatos/as pero TVE impuso (o eso dicen) a Carlos Lozano. Este ex modelo había debutado en la tele pública como locutor de continuidad de La 2 en 1993 (un curioso experimento del que hemos hablado aquí). En 1996 fue fichado por Tele 5 para conducir "La ruleta de la fortuna" durante una breve etapa pero llamó la atención por su morro y evidente apostura así que Telemadrid lo recuperó del paro para hacerse cargo de los concursos de "Con T de Tarde", el magazine vespertino de Terelu Campos. Durante un par de temporadas presentó otros juegos de la cadena mientras probaba suerte en el cine con pequeños papeles; eso le sirvió para ser fichado por Antena 3 para la serie "Ada Madrina", un vehículo para lucimiento de Carmen Sevilla que fue un sonadísimo fracaso. Sin embargo tuvo la suerte de ser reclamado por José Luis Moreno para un par de episodios de "La Revista" para La Uno y, posteriormente, para "Noche de fiesta". A TVE le hizo gracia el muchacho y lo recuperaron para el género de los concursos y fue el elegido para la revitalización de "El precio justo", que funcionó muy bien en las tardes. Pero ¿era el adecuado para un megamusical como "Operación Triunfo"? Había muchas dudas y hoy sería injusto juzgarlo sin contextualizar, lo que es indudable es que Lozano forma parte del éxito del programa. Dato curioso: en el CD de prensa de la temporada 2001/02 que recibimos los periodistas había una carpeta con el nombre "Operación Triunfo" con siete fotos: dos de Carlos Lozano, tres de él con Hugo de Campos y Jennifer Rope y otras dos de ellos por separado. Todas realizadas sobre el fondo de una sábana gris. Ellos eran los presentadores de "Música Sí", programa que sería el primero en albergar a los "triunfitos" que iban saliendo eliminados y además presentarían los resúmenes diarios de la actividad en la Academia que se emitirían en La 2.  


Otra persona fundamental en esta primera etapa fue la cantante Nina, directora de la Academia en la que los concursantes recibirían una preparación y, además, la profesora de técnicas de canto. Los niños ochenteros la recordábamos como una de las últimas azafatas del "Un, dos, tres" de la etapa de Mayra Gómez Kemp. Su presentación en el programa fue uno de esos momentazos que Chicho sabía crear con mucho pulso: el mítico director de orquesta Xavier Cugat (famosísimo en los 40/50 por sus papeles en musicales de la Metro) la apadrinaba ante las cámaras asegurando que era su último gran descubrimiento y que era la nueva cantante de su orquesta. No era del todo cierto pero daba igual, Nina cantó "Georgia" y la audiencia quedó sin palabras. Durante aquella temporada 1987/88 nos regaló números musicales fantásticos y al año siguiente fue nuestra representante en el Festival de Eurovisión. Desde entonces desapareció de la primera línea televisiva para dedicarse de lleno al teatro musical. Buena parte de la audiencia no la conocía cuando apareció en "Operación Triunfo" pero su enorme personalidad la convirtió en personaje, algo que la agotó enseguida. 
   Un par de meses antes de que comenzara la emisión me la encontré en Santiago, mochila a cuestas, recién llegada de la Ruta Jacobea. Yo estaba haciendo un reportaje sobre peregrinos para Localia, la reconocí y pedí permiso para entrevistarla, accedió con su enorme sonrisa pero un poco desconcertada. Cuando le pregunté por sus nuevos proyectos hubo un momento de silencio y después se arrancó: "No te puedo adelantar nada pero sí te puedo decir que estoy preparando algo que va a pegar muy muy fuerte". Tenía razón.  


El 22 de octubre, en prime time, inició su andadura "Operación Triunfo". Una sintonía que no se parecía a las que estaban en boga nos ponía en antecedentes de que algo iba a pasar. La primera visión del decorado impactaba, para empezar era enorme y parecía más bien el escenario del concierto de un cantante estadounidense. Aquellos bailarines dándolo todo en las celdas podían recordar al del Comeback de Elvis en la NBC en 1968 pero el recurso seguía funcionando en 2001. El ballet sería también importante, arropaba a los cantantes pero, ojo, nada que ver con el de "Noche de fiesta". Aquí el baile estaría perfectamente integrado en la actuación y los participantes también formarían parte de la coreografía, los bailarines y bailarinas no serían simplemente un fondo "bonito". 


Frente al escenario estaba el set en el que el presentador se movería yendo de la mesa del jurado a las bancadas de los concursantes. Colores pastel que contrastaban con la oscuridad de la parte de las actuaciones musicales. Grandes fotos se repartían por aquella estructura, una idea muy inteligente para ir conociendo poco a poco a los concursantes y tratarlos, desde el primer día, como estrellas. Los dos extremos de la escenografía estaban comunicados por una pasarela que sería parte integrante de la narrativa del concurso: "Cruza la pasarela" significaría a partir de entonces la salvación. 


Aquella fue la gala 0 y quizás algunos han olvidado que no fue precisamente un éxito de audiencia. 2.734.000 espectadores parecen mucho hoy pero era un 22,1% de share, más de dos puntos por debajo de la media de la cadena. Los nervios se apoderaron de los jefes, si aquello no subía podría ser considerado un fracaso en toda regla. La gala 1 apenas tuvo 50.000 espectadores más. Los nervios daban paso a la desesperación. Fue la siguiente entrega la que marcó la diferencia, casi cinco millones se sentaron aquel día en el salón porque el boca-oreja comenzaba a hacer efecto, en la sexta semana se superaban los seis millones de televidentes y en noviembre la segunda parte del programa, la que transcurría en la Academia analizando las actuaciones del día y que se emitía a partir de la medianoche, superaba a "Crónicas marcianas" (y eso era noticia), de la misma productora. El show de Xavier Sardà no se amilanó y comenzó a interceptar el bus que llevaba a los artistas del estudio al centro de estudios aprovechándose del tirón y consiguiendo incrementar su número de seguidores. Por primera vez el boom de una cadena se contagiaba a otra provocando, por cierto, unas cuantas reprimendas de TVE hacia Gestmusic. 

La gala final de "OT 1" 12.873.000 espectadores, un 68% de share, datos que se repitieron en Eurovisión 2002 en el que la ganadora del concurso, Rosa López "Rosa de España", actuó como premio junto a otros triunfitos como coristas (Chenoa, Geno, Bisbal y Bustamante). Aquella primera edición hizo historia y, precisamente por eso, era difícilmente repetible algo similar. Ahora celebramos que hubo un día en el que un musical (talent sí, pero musical al fin y al cabo) revitalizó a una TVE que empezaba a anquilosarse. 

miércoles, 6 de octubre de 2021

"Mano a mano", el cara a cara polémico

A la derecha Susana Estrada, a la izquierda José Luis Martín Vigil. Ella, artista que empujó al español a la liberación sexual con sus espectáculos a costa de denuncias, insultos, procesos y presiones de todo tipo. Él, sacerdote jesuita y escritor de novelas de enorme éxito popular durante los sesenta y setenta dirigidas al público juvenil en las que abordaba la sexualidad, la delincuencia o la drogadicción. Esta imagen apareció tal cual la veis ahora en la Primera Cadena de TVE el lunes 13 de julio de1981. Una pantalla partida sin margen, un decorado que desdibuja los límites y que, en su momento, era toda una modernidad. Cuarenta años después la tele sigue utilizando este recurso, con más grafismos, con más adornos, pero con la misma intención: ver la reacción de dos contendientes verbales durante un debate acalorado. Eso es lo que se esperaba de esta conjunción Estrada vs Martín Vigil en el programa "Mano a Mano" pero, para sorpresa de todos, no hubo enfrentamiento, ambos estaban de acuerdo prácticamente en todo... y eso que hablaban de sexo.

Olarra vs Tamames hablando de la crisis económica

Antes de nada, aclaremos qué era "Mano a mano" para entender el escándalo que supuso la entrega protagonizada por Vigil y Estrada. Cada lunes a las 20 h, Joaquim Maria Puyal organizaba un cara a cara en directo desde el Estudio 4 de Prado del Rey. El objetivo de este espacio lo definía Puyal precisamente al finalizar la entrega dedicada al Sexo: "Este no es un programa pedagógico, desde este programa no se dan consejos, en este programa no se sabe cuál es el bien ni cuál es el mal, eso es algo que corresponde, en definitiva, a la conciencia individual de cada espectador, en este programa lo que sí se pretende es tratar de abordar distintos temas cada semana desde perspectivas, desde ópticas que, se supone, que pueden resultar interesantes para llevar a cabo un diálogo entre personas que tienen una inserción, una capacitación, una documentación en torno al tema que cada semana abordamos".

Los contenidos pretendían ser del interés ciudadano, los mismos que se podían comentar en casa, en el lugar de trabajo o en el bar: la crisis económica, la alimentación, los OVNIS, machismo y feminismo, televisión privada y pública, el fútbol, la Iglesia en España, centrales nucleares, la asistencia psiquiátrica en nuestro país... El equipo del programa comandado por Puyal elegía a dos combatientes dialécticos que, no sólo fueran conocedores del asunto a tratar sino que además tuvieran garra, supieran debatir y fueran, en lo posible, bien conocidos por el público. Para hablar de la aristocracia, por ejemplo, acudieron Luis Escobar (Marqués de las Marismas pero conocido sobre todo por su trabajo como actor y director teatral) y José Luis de Vilallonga (Marqués de Castellbell pero, sobre todo, escritor, actor y bon vivant); el empresario Luis Olarra y el político y economista Ramón Tamames discutieron sobre economía,; el periodista Emilio Romero y el poeta Emilio Haro Ibars sobre juventud y nuevas formas culturales; el cantautor Luis Eduardo Aute y el compositor Juan Carlos Calderón sobre música; el filósofo J.L. López Aranguren y el sacerdote J.M. Martín Patino sobre la Iglesia y Paco Martínez-Soria y Bibi Andersen del mundo teatral (o más bien sobre la imagen pública de ambos). El casting de invitados pivotaba entre lo profundo y lo popular con bastante inteligencia. 

Puyal entrevistando en "Vostè pregunta" de TVE Catalunya al arquitecto Ricardo Bofill, que también sería invitado a "Mano a mano"

J.M. Puyal era su director y presentador y era bien conocido por el público de Cataluña pero todavía no tanto en el resto del Estado. Pionero en la retransmisión de fútbol en catalán llevaba desde 1973 trabajando en TVE desde Miramar, sobre todo en programas deportivos. En 1978, sin embargo, dio la campanada con su "Vostè pregunta", un espacio de entrevistas a gente fundamentalmente vinculada a Cataluña, que fue el iniciador absoluto de la interacción con la audiencia. Por primera vez (incluso antes de que lo hiciera Íñigo en "Estudio Abierto") se ponían a disposición del público varias líneas telefónicas para preguntar al invitado/a. El programa se mantuvo cinco años en antena y fue lo que provocó que los jefazos del Ente le propusieran lanzarse a todo el país. "Mano a mano" fue la respuesta y no le permitieron realizarlo desde Miramar, quizás por mayor comodidad para los convidados en general, así que tenía que viajar cada semana a Madrid. 

Luis Escobar y José Luis de Vilallonga, dos marqueses criticando a la Aristocracia

"Mano a mano" fue un aldabonazo en las pantallas. Cada lunes, durante una hora y precediendo al Telediario 2, se presentaban temas que terminaban siendo polémicos, contertulios que soltaban perlas que eran comentadas al día siguiente. Muy frecuentemente, la prensa criticaba el tono del programa con fiereza, por no hablar de los ataques de asociaciones de todo pelaje. Visto hoy nos parecería un coloquio de lo más cordial pero en 1981 el enfrentamiento verbal entre Juan Luis Cebrián, director del diario "El País", y Antonio Izquierdo, director de "El Alcázar", sobre el 23 F adquirió tintes de escándalo. A Puyal eso le daba igual, no buscaba la polémica pero tampoco la esquivaba, por eso invitó a Cebrián e Izquierdo para una segunda entrega. A pesar de la mala hora de emisión, el programa conseguía lo que pretendía: generar conversación, que la gente continuara la discusión en casa. Elías Andrés realizaba con sencillez pero eficacia, mismos adjetivos que podemos usar para calificar la escenografía. 

Pero si uno de los episodios de esta serie de charlas llamó la atención fue, sin duda, el dedicado al sexo que comentábamos al principio de este post. "Cuando dos personas se juntan para hacer el amor es que las dos están de acuerdo en hacer el amor" decía, con toda la razón, Susana Estrada. La artista se había hecho famosa por sus shows eróticos, la primera en realizar un strip-tease en nuestro país pero no se había quedado en eso. También fue modelo, actriz en alguna "Novela" de TVE y con la Transición ya en marcha actuó en varias películas del destape, escribió el libro "Sexo húmedo", publicó un lisérgico disco que hoy es objeto de coleccionista y además tenía un consultorio sexual por el que acumulaba varios procesos por escándalo público. Y todo eso en el momento del programa, aún le quedaba mucha lucha por delante. Además, estaba la famosa foto recogiendo un premio con el pecho fuera al lado del alcalde de Madrid Tierno Galván y que ya había dado la vuelta al mundo. Un simpático accidente de vestuario por el que le preguntó Puyal y al que ella restó importancia a pesar de las amenazas que había recibido por parte de anónimos por tal atrevimiento. 

El sacerdote y polémico escritor (en aquella época todo era polémico) Martín Vigil reconocía, literalmente, ser católico pero profundamente liberal, de ahí que sus novelas juveniles trataran asuntos tan atrevidos como el descubrimiento de la homosexualidad (aunque de forma muy sutil). La charla con Susana fue amena, cordial, llena de acuerdos y, por eso mismo, transgresora. Ambos sabían ser irreverentes pero desde el respeto. Durante el programa, Vigil propuso la teoría de que si la Estrada se hiciera monja cambiarían sus convicciones, hipótesis escandalosa, y ella entró al juego reconociendo que el humano no es inamovible y, por lo tanto, podría acabar en un convento "pero mientras no decida dar ese paso yo quiero vivir mi vida libremente sin hacer daño a los demás, sin meterme con los demás, sin sentar cátedra ni hacer apostolado pero pretendo vivir mi vida libremente y hacer uso de mi cuerpo y de mi persona como a mí me parezca que es bueno, lo que no quiere decir que sea bueno para los demás. Lo que no admito es que mi forma de vivir o de ser tenga que ser mala para los demás". 

Otras perlas del amistoso debate: "Pero cómo se explica que incluso dentro de esa moral cristiana (en este momento Susana hace una pausa y si prestamos atención a la grabación original se oye de fondo, como si lo dijera un técnico,  "ahora, ahora" mientras el zoom se acerca para quedarse en un primerísimo plano de su cara) se prohíba la utilización del sexo, cómo se explica que haya esa represión porque si Dios no quería que lo tuviéramos, pensando desde la moral cristiana, no nos lo hubiera puesto en el cuerpo". Su oponente no sólo no le quita la razón sino que  responde que se debe a una corruptela de estos tiempos porque en el Evangelio no se habla de eso y no debe confundirse con la moral católica, "es una deformación histórica", asegura. 

El programa fue un éxito. No hace falta hablar de audiencias porque en aquel momento no se medían pero al día siguiente buena parte del país hablaba de él y en la prensa se leían decenas de críticas, comentarios, alabanzas... También hubo incluso pastorales indignadas, como la del obispo de Ourense, Temiño Saiz, que afirmó: "Escandaloso e insoportable hasta enrojecer de vergüenza es el triste espectáculo (...) Si los interlocutores en este diálogo desean precipitarse por esta pendiente para revolcarse en ese fango nauseabundo, no les está permitido invitar al público español a seguir su camino con el pretexto de vivir el regalo de la libertad de que se ha visto privado en los últimos años". Un par de días después de la emisión, el secretario del Consejo de Administración de RTVE, José Ignacio Wert (posterior ministro de Educación y Cultura de infausto recuerdo) encargo al CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) una encuesta para saber si la mayoría del público desaprobaba su contenido. Tal cual. Realmente esto formaba parte de una campaña del Gobierno en contra del Director General de la Casa, Fernando Castedo, al que querían forzar a dimitir. 

El resultado de la malévola investigación se pudo ver en otro programa de la propia cadena, "Tome la palabra", un espacio de autocrítica, un antecedente del puesto del Defensor del Espectador. Para empezar se emitió un reportaje grabado con varias mujeres opinando sobre el debate y una de ellas (la segunda empezando por la izquierda de la imagen) se hizo con la palabra inmediatamente para soltar lindezas tan contradictorias como estas: "Pues no lo vi pero me lo han comentado, menos mal que lo pusieron a las 20 y lo vio poco gente, lo ponen a las 23 y otra dimisión del director. El sexo es un tema muy serio y poner a dos personas que son en plan anecdótico pues a mí no me parece bien, para hablar de un tema como el sexo hay que poner a dos personas con una base de tipo científico y moral que las ideas que te den sean buenas porque a las ocho de la noche te expones a que lo vea un niño y esté cogiendo unas ideas puramente superficiales y más bien malas sobre un tema que es muy serio (...) En TV lo que falta muchas es criterio o una escala de valores, tiene que tener unos principios por lo menos sanos que procuren formar a la gente". Para no haberlo visto tenía una opinión muy clara, la buena señora...

Esas palabras airadas no auguraban nada bueno pero cuando el presentador ofreció los datos de la investigación imagino que los miembros del Gobierno que querían a Castedo fuera se tuvieron que morder la lengua: un  20,7% de los entrevistados (1.500 personas) habían visto "Mano a mano" y gustó mucho o bastante a un 40,5%, satisfizo menos a la población mayor de 45 años. Conclusión: los entrevistados opinaban, en general, que el espacio era no informativo, no aburrido, no elegante, no inmoral, sí entretenido, no mediocre, interesante, no vulgar, no conservador y sí progresista. En definitiva, la población estaba más avanzada que aquellos que la gobernaban y no necesitaban ya nadie que les dijera lo que era inmoral y lo que no, lo que debían ver y lo que no. Ya eran libres. 

Susana Estrada en el documental "Susana y el sexo" de RTVE Play

Un magnífico documental de TVE ha rescatado del olvido estos archivos que nos dan un visión muy certera de la sociedad de principios de los ochenta. "Susana y el sexo" tiene el honor de ser el primer docu de producción propia de la plataforma RTVE Play donde se estrena hoy en este enlace. También se podrá ver esta misma noche a partir de las 00.40 h en La 2. Dirigido por César Vallejo y con guión de Valeria Vegas y Ángela Gallardo es un interesantísimo acercamiento a una figura clave de la Transición (mal que les pese a algunos). Además de la recuperación de esas imágenes inéditas durante décadas, han recreado parte de la escenografía de "Mano a mano" (especialmente su curiosa escultura) en el videoclip de la versión que Chica Sobresalto ha realizado de la canción "Gózame ya" (pepinazo de la Estrada del mismísimo año 81) para la banda sonora de este gran reportaje.