sábado, 31 de diciembre de 2022

Feliz 1971, cotillón desde Madrid y Barcelona

José Luis Barcelona, Luc Barreto y Truss en el especial Feliz Año Nuevo desde Barcelona

¡Gran cotillón para inaugurar 1971 en TVE! Así se anunciaba el especial que daba final a la década y comienzo a la siguiente aunque, en realidad, la tele había celebrado el año anterior la llegada de los setenta (y lo comentamos aquí), algo que incluso en el cambio de milenio seguía generando debate. El caso es que se decidió repetir la fórmula que tan bien había funcionado el año anterior: repartir las grabaciones entre los dos grandes centros de producción: Prado del Rey en Madrid y Miramar en Barcelona así que la fiesta se dividía en dos "garitos". Aquel año se prepararon nada menos que tres programas distintos e independientes entre sí que comenzaban tras las Campanadas desde la Puerta del Sol de Madrid. 

Torrebruno en el primer especial de la primera noche de 1971

El primero lo realizaba Fernando García de la Vega en los estudios de Prado del Rey y lo presentaba Torrebruno antes de convertirse en el favorito de los niños y niñas. Actuaban, entre otros, Luis Aguilé, Elsa Baeza, Los Payos, Rosalía (pionera yeyé sin ninguna relación con la actual, por si acaso hay dudas), Andrés do Barro (que llevó el gallego a los primeros puestos de la lista de ventas), Elsa Baeza, Basilio y Luciana Wolf. 

José Luis Barcelona e Irene Mir

De una a dos de la madrugada era el turno de Barcelona. En el estudio más grande de Miramar se preparó una "boîte" que es como se llamaba entonces a las salas de fiestas molonas donde se reunía gente de postín para tomar una copa mientras la música sonaba de fondo y el ambiente se llenaba de humo de tabaco. El concepto discoteca, tal como lo conocemos hoy, es posterior. Allí los anfitriones eran sus dos presentadores más famosos: José Luis Barcelona (el pionero) e Irene Mir. Esta queridísima locutora ha querido compartir con nosotros su experiencia en este programa especial del que guarda un cariñoso recuerdo. Estos días he podido hablar con ella vía telefónica y su voz denotaba la emoción al rememorar un momento crucial en su carrera. "Fue una alegría que me eligieran, aquel fue un año muy bueno para mí porque además del Fin de Año hice una gira por Europa para presentar un programa de Navidad para todos los españoles que trabajaban fuera y que nos veían en esos países. Incluso estuvimos en la Embajada en Bélgica saludando a Balduino y Fabiola; la gira fue por ese país, Suiza, Holanda y Alemania. Fue muy bonito, muy emotivo. Nos recibieron con mucho cariño, fue un éxito total." 

La Terremoto canta el Achilipú en el decorado de "El último café"

Y, por último, hasta las tres de la madrugada, Madrid había montado el cotillón en el decorado de la serie "El último café" que había "robado" (esa es otra historia) el hueco en la parrilla de la famosísima "La casa de los Martínez" y parte de su popularidad. Los actores habituales de la serie eran los anfitriones de la fiesta madrileña: Antonio Garisa, Tip y Coll, Joaquín Roa, Aurora Redondo, Diana Sorel, Joaquín Pamplona... a los que se añadían otros actores invitados que interpretaban pequeños sketches que se unían a través de una trama intrascendente: Antonio Casal y Mercedes Sampietro eran dos de ellos. Valerio Lazarov fue el realizador. 

Irene Mir

Cada espacio se grabó de forma independiente y sin relación entre ellos a pesar de que los dos últimos tenían en común el punto de partida, un fiestón. Así lo recuerda Irene Mir: "Nosotros no vimos lo de Madrid hasta que se emitió, no había una comunicación directa en ese sentido. Grabamos lo nuestro sin contar con lo que se estaba haciendo allí, no veíamos imágenes ni nada de eso." Desde Barcelona se encargó Julio Herrero, un realizador con experiencia en estas lides y mucha solvencia. La grabación duró sólo dos días y eso obligaba a tenerlo todo organizado con antelación y cumplir los horarios a rajatabla. "Los primeros recuerdos que me vienen a la cabeza es que empezábamos a grabar a las tres de la tarde y acabábamos a las diez de la noche. Antes de esa hora estábamos con la preparación en maquillaje, en vestuario, hablábamos con los artistas. Eso sí, a las 15 h ya estábamos en plató con todo dispuesto para grabar y la verdad es que no recuerdo que hubiera repeticiones. En realidad, fue como si grabáramos un directo, fue muy ágil. José Luis y yo llevábamos el guión muy bien preparado." 

Juanito Valderrama y José Luis Barcelona

El plató de Miramar albergaba los dos sets del decorado, uno el que representaba una pequeña sala de fiestas y su barra servía para las presentaciones y breves entrevistas a algunos invitados. Al otro lado, un gran ciclorama con farolas festivas era el escenario para la mayoría de las actuaciones. En el caso de Madrid los artistas tenían que conformarse con la pequeña escenografía de la mencionada serie y entre el reparto, los cantantes, los bailarines y los extras allí no cabía nadie más. 

Machín y sus maracas en el decorado de Miramar

Entre los artistas invitados en Madrid destacaban Lola Flores, Carmen Sevilla, Perlita de Huelva, Donna Higthtower, Pedro Ruy Blas, La Terremoto y Peret. Desde Barcelona actuaban también primerísimas figuras como Antonio Machín, Juanito Valderrama y Dolores Abril (por separado), Maruja Garrido, Los Mismos, Los Tres Sudamericanos, Los Diablos, Conchita Bautista, Rudy Ventura y su prodigiosa trompeta y Rosa Morena que por entonces triunfaba con su pasional versión del clásico "Échale guindas al pavo" (al pavo échale). Mención aparte merece Luc Barreto que se había hecho célebre en la lucha libre y aprovechó esa popularidad para hacer lo que realmente quería, ser cantante. Aquí interpretó uno de sus mayores éxitos, "María José" y recibió la sorpresa de la cantante belga Truss que la versionaba en flamenco. 

La conga con todos los artistas que participaron en el especial realizado en Barcelona

Irene tiene vívidos recuerdos de las dos jornadas de grabación compartidas con todos ellos: "Machín era encantador, cariñoso, dulce… a Valderrama no lo traté mucho pero tenía otro carácter. Los Mismos eran también muy cercanos, agradables… nos hicimos muy amigos. Algunos guardaban más las distancias pero en general eran todos fantásticos. A raíz de esto hice mucha amistad con Rudy Ventura y le invité a mi boda y tocó la trompeta, por supuesto. Era una maravilla de persona." Aunque, posiblemente, lo más divertido para la presentadora fue la conga comandada, precisamente por Ventura. "Me animé a bailarla con los artistas. Me hizo tanta ilusión… No sé por qué José Luis no se animó, yo lo pasé pipa. Además, como era muy amiga de todos se convirtió en un fin de año muy bonito."

Mikaela en el peculiar primer plano del especial desde Madrid 

La mayoría de artistas que participaban en cada uno de los tres especiales estaban ya consagrados, a ellos se les unían otros que estaban en su mejor momento de popularidad (quizás pasajera) y, por último, también había alguno que intentaba hacerse un hueco. Está también el caso excepcional de una cantante que hoy está casi olvidada y que merece una reivindicación, Mikaela. A ella le tocó intervenir en el cotillón de "El último café". Desde hace años el filólogo Álvaro Beltrán Benjumea investiga su figura y le he pedido que nos explique qué lugar ocupaba esta gran artista en 1970: "Mikaela se encuentra en plena madurez artística tras haber abordado dos de sus mejores proyectos musicales: el primero dedicado a García Lorca y un LP con poemas de Rafael Alberti. Igualmente, cabe citar los muchos éxitos cosechados en el plano más folclórico adaptando boleros o rancheras con arreglos de rumba flamenca. Aunque, sin duda, su mayor éxito comercial lo consigue con “La luna y el toro”, alzándose con la Placa de Oro de Radio España y logrando ser el disco más vendido de 1965, permaneciendo numerosas semanas en las listas de ventas."

Imposible lucirse en una actuación tras una puerta pero Mikaela lo consiguió

Por aquel entonces ya había rodado varias películas en distintas partes de Europa y de todo tipo de géneros, no era la típica folclórica que interpretaba dramas a lo Florián Rey. Además, continúa Beltrán, "asiste habitualmente a eventos sociales y culturales, es portada en incontables ocasiones de las publicaciones más señeras de la década de los sesenta, amadrina eventos e incluso es propuesta en 1963 para representar a España en el Festival de Eurovisión. No es de extrañar que en 1967 fuera una de las artistas españolas invitadas a la Coronación del Sha de Persia y Farah Diba o que hubiese actuado por medio mundo: México, Puerto Rico, Argentina, Italia, Portugal, Grecia, Israel e incluso en Tokyo. Durante 1969 y 1970, el caché de Mikaela en Televisión Española –según los contratos conservados– es de 75.000 pesetas (por dos o varios números musicales), de ahí que su participación en la Gala de Nochevieja rondara esa cifra." 

   El porqué un realizador tan habituado al movimiento espasmódico como Lazarov decidiera enfocarla continuamente desde el exterior de la puerta de entrada de la cafetería es algo sorprendente. Esa curiosa elección impedía ver su espectacular vestido y limitaba enormemente su movilidad, además, la nieve artificial que caía continuamente delante de la cámara tampoco ayudaba a verla con nitidez. Contratar a una artista de enorme fama y prestigio para coartar su actuación es algo que me resulta incompresible. 

José Luis Barcelona e Irene Mir en 2007

En 2007 el programa de TVE Catalunya "Memòries de la tele" de Raül Díaz y Nicolás Albéndiz homenajeó al Especial Feliz Año Nuevo 1971 para su último programa del año. Recrearon una parte de la escenografía, la que correspondía a la barra de la boîte, y convocaron de nuevo  a sus presentadores, Irene Mir y José Luis Barcelona. La propia Irene nos cuenta cómo recibió aquella propuesta: "Yo pensé: qué alegría poder volver a hacerlo con José Luis. Estábamos muy ilusionados, muy contentos. Cuando entramos en el plató y vimos la reproducción en pequeño del decorado de 1970 estaba muy feliz, me sentía privilegiada por poder hacer lo que me gustaba en el momento que yo quería y cómo quería y al lado de un compañero que para mí ha sido muy importante. Sólo te puedo transmitir la felicidad. Y después de tantos años seguía la misma química de siempre. No se habían perdido las ganas, ni la ilusión ni la vocación."

Y es que J.L. Barcelona fue mucho más que un compañero para Irene: "Fue un hermano para mí. Desde el momento en que yo entré en TV, que era muy jovencita y él un poco mayor, me ayudaba, me enseñaba, me decía… Tuvimos una amistad tan bonita, tan profunda… yo le quería muchísimo y sentí mucho su muerte (el 9 de enero de 2017) porque, insisto, fue un hermano más que un amigo o compañero." Esa relación especial trascendía y en casa los espectadores lo notaban en cada uno de los muchos programas y festivales que presentaron juntos: "Teníamos mucha conexión, casi telepatía. Conectábamos enseguida sólo con una mirada, podíamos improvisar sobre la base del guión. Es que José Luis era muy buen compañero. Hicimos tantos programas juntos… En aquella época éramos muy vocacionales, teníamos tanta vocación que aunque no nos hubieran pagado, lo habríamos hecho igual."

Irene deseó a los espectadores de TVE 1971 en aquel programa especial y ahora lo hace con el nuevo año para los lectores de este blog, me sumo a sus palabras, ¡Feliz 2023!

domingo, 25 de diciembre de 2022

"Luces en la noche" especial Navidad de 1971

Los Pequeños Cantores en el Belén del decorado del especial "Luces en la noche". El presentador Pepe Antequera en primer término a la derecha.


El 23 de diciembre de 1971 la UHF (actualmente La 2) emitió en su horario estelar una edición especial de uno de sus musicales más señeros, "Luces en la noche", llena de Villancicos. Era el comienzo de la Navidad en la cadena. El programa, que había comenzado en 1967 y se alargaría hasta 1973, tenía una fórmula fija: un cantante o grupo ocupaba su media hora de duración y una voz en off los presentaba y les hacía alguna pregunta entre actuación y actuación. Se producía desde los estudios de Miramar y, aunque era un espacio modesto y con una difusión limitada (hay que tener en cuenta que la Segunda Cadena no llegó a todo el territorio nacional hasta bien entrados los ochenta), tuvo cierta relevancia y hoy en día es un documento extraordinario por la cantidad de artistas que pasaron por allí.

El locutor Pepe Antequera en uno de los dos sets de este especial 

En este caso, y de forma totalmente excepcional, contaron con un presentador que no sólo introducía las canciones y entrevistaba a los intérpretes sino que además hilaba los temas con una excusa navideña: ofrecer al telespectador un muestrario de Villancicos de distintas procedencias, del país y de fuera, y de diferentes épocas. Así se aseguraban de que el programa pudiera interesar a toda la familia. Pepe Antequera fue el elegido para esta labor. Era, por entonces, un conocido locutor que comenzó su carrera en Radio España y que después pasó por Radio Peninsular, Radio Barcelona y, finalmente, retornó a COPE Radio Miramar  hasta su jubilación en 2000. Durante muchos años, además, su grave voz se escuchó en doblajes, trailers de grandes películas, anuncios y locuciones en televisión. Sus apariciones como presentador televisivo son contadas, además de este especial navideño de "Luces en la noche", volvió a ponerse ante las cámaras en 1978 en "Escala Internacional", espectacular programa del que ya hemos hablado aquí

Perlita de Huelva preparada para interpretar su versión de "Los Campanilleros"

No era la única novedad en esta cita extraordinaria de "Luces en la noche", en vez de ofrecer un mini concierto de un cantante o banda habían reunido en el pequeño plató a dos grupos pop, una formación infantil, una folklórica, un cantautor, una poderosa voz internacional y un dúo flamenco. Nada mal para pequeño programa de escaso presupuesto y ambiciones justas. Los Diablos con su "Manda Christmas" abrieron el show y les continuaron Perlita de Huelva (famosa por su "Precaución, amigo conductor") con "La estrella del horizonte" (versión del célebre villancico andaluz "Los Campanilleros"), Los Pequeños Cantores con el "Fum Fum Fum" en catalán, el trío Altamira 3 con una lisérgica canción pop con frases en latín ("Gloria in excelsis Deo" a ritmo casi funky) y resonancias judías, "Yankel y Ruth" es el título de la simpática tonadilla; el salmantino Nino Sánchez recuperando un tema típico de su zona, la siempre potente Donna Hightower (no tenían claro cómo se escribía su apellido y la rotularon como "Hithower") con un "Merry Christmas" lleno de coros invisibles y Los Amaya con "Rin Rin" y "Los peces en el río" para rematar. 

Nino Sánchez en una actuación que no se llegó a emitir

Todo en playback, no había presupuesto para más ni tampoco espacio. Un exiguo decorado con dos sets (el salón de una casa y un gran Belén) eran escenario suficiente para estos artistas que actuaron ante tres cámaras dirigidas por Ricardo Soria. Gracias a las fotos que ilustran este post podemos certificar que el programa se grabó el 15 de diciembre porque así se apuntó en el sobre que guardaba los negativos. También sabemos que Nino Sánchez grabó más canciones y con distinto vestuario pero no se incluyeron en el programa, las fotos lo atestiguan. Ese sobrecito había sido guardado con mimo, junto con cientos más, por el fotofija Gabriel Sendra. Estas instantáneas son de formato medio y Sendra no había podido escanear estos negativos, como ha hecho con los miles que comparte en su twitter @arxiusendra, porque no tenía la maquinaria adecuada. Recientemente, tal como contamos aquí, cedió esos negativos al Museo de RTVE en Sant Cugat y su director, Nicolás Albéndiz, ha podido devolverlos a la luz. Esta es la primera vez en más de medio siglo que estas fantásticas fotos son publicadas y hoy son un gran regalo de Navidad. 

En cuanto al programa, fue rescatado por @ArchivoRTVE hace dos años y podéis verlo pinchando aquí

jueves, 22 de diciembre de 2022

Los sobrinos del capitán Grant, zarzuela navideña


El viernes 21 de diciembre de 1973 TVE daba la bienvenida a la Navidad con la emisión en horario estelar, 22.10 h, de la zarzuela "Los sobrinos del capitán Grant" en una curiosísima e ingeniosa versión dirigida y realizada por José Antonio Páramo. Aunque este "teleasta" fue reconocido por dirigir dramáticos de lo más sesudos y series innovadoras como "Personajes al trasluz" o reivindicativas como "Los comuneros" (con guión de Ana Diosdado, de la que también dirigiría su primer guión televisivo, "Juan y Manuela"), también fue famoso su trabajo al frente de la antología de terror "El quinto jinete". No obstante, a pesar de este currículum, no era ajeno a la zarzuela, aquel mismo año se encargó de la adaptación de "Luisa Fernanda".

Uno de los creativos decorados de Jaime Queralt para esta versión de "Los sobrinos del Capitán Grant"

En el caso que nos ocupa, Páramo tuvo la suerte de contar con medios suficientes como para encarar una obra compleja y ambiciosa, con nada menos que 18 cuadros (escenas) con distintos decorados tan difíciles de representar como montañas o fondos submarinos. La solución fue imaginativa: no ocultar su origen teatral y hacerlo aún más evidente con escenografías absolutamente fantasiosas y tendentes al minimalismo obra del siempre eficaz (y poco reconocido hoy) Jaime Queralt. No menos llamativo era el vestuario diseñado por Rafael Borque que se atrevió a darle un puntito de originalidad y colorido a los figurines propios de la época que representa el texto, finales del siglo XIX. Páramo pudo rodar en formato cine 35 mm (¡nada menos!) y color a pesar de que prácticamente nadie tenía televisor adaptado en esa época. Aún así, ya comenzaba a ser habitual producir dramáticos en este sistema pensando en su futura reposición y con la evidencia de que, más pronto que tarde, TVE tendría que apuntarse al carro del resto de Europa en el tema de los colorines. 

En el sentido de las agujas del reloj: Pedro Osinaga, Conchita Goyanes, Pastor Serrador, Conchita Márzquez Piquer y José María Prada

Un reparto espectacular y lleno de contrastes demostró ser la perfecta elección: Conchita Márquez Piquer (aún tenía el diminutivo), José María de Prada (más habitual en obras de fuste como el famoso "Ricardo III" de Guerín Hill), Pedro Osinaga (siempre eficaz en comedias), Conchita Goyanes (niña prodigio de los inicios de la tele proveniente de una larga saga de intérpretes), el elegante Pastor Serrador (tío de Chicho), su ex cuñado Narciso Ibáñez Menta, Fernando Sánchez Polack (hermano de Tip) y Joaquín Pamplona (el primer Sancho Panza de nuestra tele). 

El anuncio de la emisión en la famosa revista TP

Las voces en la parte lírica eran de Josefina Cubeiro, Mari Carmen Ramírez (la madre de las chicas de la oscarizada película "Belle Époque"), Vicente Sardinero y Andrés García Martí en los papeles principales y los protagonistas de esta adaptación televisiva hacían play-back, incluida la Márquez Piquer, cantante profesional pero quizás no con la tesitura adecuada o... que simplemente era más práctico aprovechar una versión ya grabada en disco por la Orquesta Lírica Española y el Coro de Cantores de Madrid.

Pedro Osinaga y Pastor Serrador con el vestuario de Rafael Borque

"Los sobrinos del capitán Grant" fue denominada pomposamente en su día "novela cómico-lírico-dramática". Es una zarzuela con libreto de Miguel Ramos Carrión y música del maestro Manuel Fernández Caballero basada en el famoso libro de Julio Verne "Los hijos del capitán Grant" que  exagera las escenas más emocionantes hasta convertirlas en una parodia y además traslada el inicio de la acción a una corrala madrileña. A pesar de que se estrenó en agosto de 1877 en Madrid, se convirtió en una tradición Navideña que se ha mantenido durante décadas y que en en el nuevo milenio regresó con fuerza. Durante varios años Millán Salcedo protagonizó una versión dirigida por Paco Mir (Tricicle) e incluso en 2015 se reencontró en el escenario con Fernando Conde, su compañero de Martes y 13 cuando eran trío. 

La escena del terremoto de "Los sobrinos del capitán Grant"

La emisión en TVE entraba, por tanto, en esa tradición navideña de la misma manera que la tele había adoptado la costumbre teatral de representar el Tenorio el Día de Todos los Santos (o alrededores). Esta versión lujosa y a todo color era un regalo para los espectadores que ahora podemos seguir disfrutando gracias a que está disponible en la web de Archivo RTVE. Podéis verlo pinchando aquí

martes, 13 de diciembre de 2022

Simenon se confiesa

Cuando Bernard Pivot acudió a la casa de Georges Simenon en Lausana (Suiza) ya conocía al famoso creador del comisario Maigret. Lo había entrevistado años antes en el plató de su prestigioso (y popular, una cosa no quita la otra) programa literario "Apostrophes", toda una institución de la televisión francesa. En aquella primera ocasión el escritor belga ya estaba retirado o, al menos, aseguraba que ya no iba a esforzarse en pergeñar nuevas novelas. Sin embargo, allí estaba el periodista, esta vez en el terreno del propio creador, para hablar de la aparición de un voluminoso libro de memorias. Estamos en 1981 y el literato todavía no se ha recuperado del suicidio de su hija Marie-Jo tres años antes, cuando ella sólo contaba con 25 años. Las memorias que ahora analizaría ante la cámara están dedicadas a ella y asegura que era una deuda que tenía con su añorada hija a la que había prometido que algún día escribirían algo juntos. En el libro en cuestión se incluían textos y canciones escritos por Marie-Jo y su espíritu recorre buena parte de la conversación de forma bastante macabra. El punto álgido de ese recuerdo obsesionante es cuando enciende un magnetófono con una grabación de su hija leyendo uno de sus textos. Pivot decide mantener íntegro ese momento en el montaje y el realizador centra toda su atención en el padre traumatizado cerrando cada más el plano. Nunca antes se había mostrado a un Simenon tan frágil y esas imágenes reflejan más su verdadero estado que sus palabras. 

Esa entrevista de hora y cuarto de duración es todo un documento para los fans de Simenon (entre los que confieso encontrarme). No es un programa al uso de "Apostrophes", un semanal emitido en horario de prime-time, realizado en plató y en el que se unían varios autores para hablar de sus libros o de un tema monográfico. No me extenderé en el formato porque ya he hablado aquí de él pero también he de aclarar que la fórmula de entrevista en el hogar no era novedosa en esta serie. Por citar un ejemplo célebre, en 1979 Pivot había charlado con Marguerite Yourcenar ("Memorias de Adriano") en su casa norteamericana de Mount Desert. Este tipo de conversaciones, rodadas en celuloide a dos cámaras, permitían una intimidad imposible de conseguir en un estudio televisivo con cientos de personas presentes: invitados, público y equipo del programa. A cambio, la sobriedad de la puesta en escena es, quizás, excesiva. Varias de ellas fueron editadas en VHS y DVD hace años. 

Pivot, un extraordinario entrevistador, se encontró a un hombre dispuesto a hablar de cualquier tema, sin cortapisas y sin miedo a escandalizar. No tuvo problema en hablar de sus mujeres, las oficiales y las más de 10.000 con las que decía haberse acostado. No era una cifra contrastada ni tampoco un alarde, sólo un cálculo aproximado teniendo en cuenta que durante años había tenido relaciones con unas tres mujeres al día por "necesidad física". Por supuesto reconocía ser infiel pero aseguraba que también había sido siempre había sido honesto con respecto a este apetito. "Nunca me he acostado con la mujer de un amigo o la hija de un amigo..." El sexo, para él, era la más directa forma de entenderse: "La unión mayor que puede haber entre dos seres sigue siendo hacer el amor. No creo que para comunicarse, ahora se habla mucho de comunicación, sirvan las palabras. Con las palabras te comunicas muy mal. Las palabras sirven para todo y, en cambio, ahí realmente hay una comunicación directa." Sin embargo, este tipo de comunicación, para Simenon, sólo se daba entre hombres y mujeres (la otra cuestión en 1981 ni siquiera entraba en juego) así que hemos de suponer que nunca había conseguido una comunicación verdaderamente profunda con otro hombre. 

Un Pivot sorprendido no se amilanaba ante estas y otras confesiones y repreguntaba continuamente porque una de sus mejores virtudes es la de escuchar con muchísima atención y como, además, siempre se presentaba ante sus entrevistados con la lección bien aprendida, con toda la documentación en la cabeza, podía discutir amigablemente con ellos. "Prefiero que me critiquen o incluso que me odien por lo que de verdad soy a que me quieran o me admiren por lo que no soy" zanjaba el escritor. 

Con respecto a su obra, reconoce en esta charla que para él la escritura es una necesidad (¿como el sexo? preguntaría yo). Por eso fue tan prolífico a pesar de haber viajado muchísimo y ejercitar todo tipo de deportes. Casi doscientas novelas de todos los géneros y unas treinta más bajo pseudónimo. Pocos autores han conseguido una cifra similar y con una calidad tan alta en general. A pesar de declarar abiertamente tener mala memoria, "recuerdo hechos y, sobre todo, imágenes. Veo en imágenes los hechos, lo que se dice, pero por ejemplo no recuerdo los nombres ni las cifras", usa lo vivido para sus textos: "Ni en una sola de mis novelas hablo de personajes que no haya conocido. No siempre proceden de un solo personaje, a veces reúno 3 o 4 personajes del mismo tipo, pero los conozco y también el decorado. Jamás he inventado un decorado, un ambiente, como dicen los críticos, el famoso ambiente".

Y no tiene rubor en confesar que, buena parte de sus novelas y relatos, resultaron muy sencillos de escribir, incluidos aquellos que le dieron mayor fama. Fue más adelante cuando comenzó a esforzarse para generar lo que los críticos dieron en llamar "novelas duras" con las que alcanzó no sólo fama sino también prestigio literario. "En los Maigret, en el fondo... salvo al final o, incluso, digamos los últimos veinte años... se han ido acercando cada vez más a mis novelas-novelas. Yo no decía novela "dura", decía "novela-novela". Pero en, digamos, los treinta primeros era una pura diversión. Incluso al final escribía un Maigret sólo si estaba cansado. Como necesito escribir y no tenía fuerza física para meterme en una novela, porque se exige una resistencia física muy fuerte... En dos horas y media, escribir un capítulo de 20 páginas es cansado, en una novela de verdad. Los Maigret me distraían." Ese personaje fue, casi desde el principio, fichado por el cine y la televisión, decenas de versiones en distintos países se han emitido a lo largo de los años, la más reciente una miniserie protagonizada por Rowan Atkinson (Mr. Bean). Su favorita era la italiana de los años sesenta, de la que también hemos hablado aquí

Para finalizar me quedo con esta pregunta y su correspondiente respuesta:

- ¿En qué consiste la moral de G. Simenon?

- No tiene moral. No creo en la moral. La moral es ser sincero, nada más. 

Georges Simenon falleció ocho años más tarde y cumplió su palabra, no volvió a publicar una novela. 


La entrevista completa en su versión original: