martes, 29 de junio de 2021

"Caliente", un verano a las órdenes de Hugo Stuven

Lunes 8 de julio de 1991. Después del Telediario 2 comienza el anunciado programa veraniego de la temporada dirigido y realizado por un veterano de los musicales, Hugo Stuven. El título dejaba bien a las claras lo que pretendía, "Caliente" quería "animar" las noches del estío del comienzo de década con ritmos latinos, fundamentalmente Salsa aunque también ofrecerían otros estilos más patrios como la Rumba y, desde luego, no podía faltar el Pop, presente en todo tipo de programas en aquella época, incluidos los matinales. En un espectacular decorado construido en el Aquópolis de Villanueva de la Cañada (Madrid), diseñado por Paco Bello, se movería un amplio cuerpo de baile acompañando a los intépretes de primera línea contratados para el show. 

Ana Obregón y Rody Aragón presentaban el espectáculo y lo hacían como era costumbre en la época: con unos guiones supuestamente simpáticos en los que se perpetuaban roles televisivos propios de los sesenta pero con unos toques más picarones. Vistos hoy resultan sonrojantes pero hace treinta años no llamaban demasiado la atención, era lo habitual. Ya en la primera cita Rody simulaba querer levantar la falda a su compañera con la ayuda de un abanico, nada más que añadir, señoría. 

Fofito, hermano del presentador e hijo de Fofó, era quien ponía la nota de humor con una serie de sketches repartidos a lo largo de la hora de programa y grabados en el propio parque acuático o sus alrededores. Solo o acompañado de Rody protagonizaba unos pequeños gags mudos (o con sonido ininteligible) y que se reproducían a cámara rápida, para dejar más patente aún su referencia cinematográfica. Fofito grabó unos años después un piloto para una serie cómica compuesta de números cómicos similares a los del programa que nos ocupa pero no consiguió venderlo a ninguna televisión. En la productora donde se grabó todavía recuerdan con mucho cariño la profesionalidad del veterano payaso y el caos que se provocaba en el plató en los episodios de puro slapstick (comedia física, esa en la que una batalla de tartas es el culmen perfecto de la escena). 

La música era la verdadera estrella del programa y grandes artistas latinoamericanos actuaron en este escenario rodeado de piscinas: Celia Cruz y Tito Puente, Rubén Blades, Thalía, Wilfrido Vargas o Carlos Mata al que Hugo Stuven conocía bien porque lo había elegido como presentador de la segunda temporada de "Pero ¿esto qué es?" en 1990 aprovechando su popularidad como coprotagonista del culebrón "Cristal" . Grupos nacionales como Duncan Dhu, La Frontera o Los Chunguitos, solistas como Miguel Bosé o Caco Senante y bandas sudamericanas como Los Rodríguez también participaron de esta fiesta veraniega que, por cierto, iba a ser grabada íntegramente en escenarios naturales de República Dominicana pero que un ajuste presupuestario radical obligó a una versión casera que después sería imitada verano tras verano en diversos parques de atracciones en todas las cadenas. 

Como era habitual en los espacios firmados por Stuven, había hueco para todo y las secciones se iban sucediendo con bastante ritmo: presentación (supuestamente graciosa), música, humor, música y luego te cascaba una entrevista de Ana Obregón a figuras de la política (lo juro), el deporte o la cultura. Por eso no era raro encontrarte a José María Aznar siendo simpático (al menos intentándolo) en un entorno para el que, claramente, no se había preparado. Acudir con traje oscuro a una charla de este tipo, rodeado de gente en manga corta y sentado en sillas terraceras de plástico... es raro. Que conste que no fue el único, José María Álvarez del Manzano (por entonces alcalde Madrid) llevaba el mismo uniforme en la primera emisión. Otro momento ridículo de estas entrevistas informales se produjo cuando la Obregón presentó a un invitado que "no es un personaje público, no es un político, no es una persona que necesite promocionarse en ningún sentido, es doctor en historia, máster en economía, cinturón negro de karate tercer Dan y el futuro marido de Ana Obregón". Hablaba de Alessandro Lecquio. 


Más momentos delirantes: la sección en 3D. Esto fue lo más publicitado en su momento y constituyó la mayor decepción para los espectadores. Se anunciaba insistentemente que el programa se emitiría con una novedosa técnica que permitiría disfrutarlo en tres dimensiones con la ayuda de unas gafas de cartón con lentes de papel celofán de dos colores que se podían comprar en kioskos a un precio no precisamente barato. Aquella noche del 8 de julio del 91 muchos ingenuos nos sentamos a ver la tele con las gafitas de marras puestas desde el primer minuto y a partir de ahí comenzaba la discusión sobre si se veía en relieve o no. Los niños nos pillamos un colocón de cuidado y hasta bien avanzado el programa (más o menos por la mitad) no llegaban "las tres dimensiones" con unas "chicas fantásticas". En resumen: el 3D (en realidad el efecto Pulfrich) se aplicaba en unos videoclips absurdos con las "chicas Caliente" bailando, paseando, nadando o buceando y en las que, de vez en cuando, una de ellas aparecía en topless.  


"Caliente" estuvo en antena en julio y agosto cumpliendo las expectativas de la dirección de TVE que, dicho sea de paso, no debían de ser muy altas. Entretuvieron a la audiencia que se tenía que quedar en casa con imágenes refrescantes, chicas en bikini, humor más bien rancio y música sabrosona. El propio Hugo Stuven repitió esquema al año siguiente pero en otra cadena, la novata Antena 3, con el programa "Quiéreme mucho" estrenado el 9 de julio (un año y un día después que "Caliente") presentado por Miguel Ortiz y Judith Castillo y del que ya hemos hablado aquí. Esta vez había una variante: la música sería también latina pero de los años 50 interpretada por orquestas y cantantes no tan conocidos. 

He aquí el programa en el que actuaron Celia Cruz y Tito Puente, canela fina. ¡Perdón! ¡Azúcar!


domingo, 13 de junio de 2021

De "Today Girl" a Catwoman


No es la primera vez que hablamos aquí de las "Today Girls", esas chicas jóvenes que ayudaban a los presentadores del matinal de la NBC, "Today Show", y que aparecían en pequeñas secciones. Estelle Parsons, a la que dedicamos un post, fue la primera de todas ellas, comenzó como ayudante de producción y poco fue ascendiendo pero en esa etapa inicial, 1952, todavía no habían recibido ese apelativo aunque hoy en día Estelle y su sucesora, Mary Kelly, se consideran las pioneras. Si nos ponemos estrictos, la primera en ser nombrada oficialmente "Today Girl" fue Lee Meriwether, la tercera mujer en ese puesto sin título hasta ese momento. Había sido coronada "Miss America" en 1955 y por esa razón fue entrevistada en el programa. Su encanto y personalidad llamaron la atención de los productores y le ofrecieron un puesto. Su labor no sería tan importante como la de sus dos antecesoras, que ejercían de periodistas y asistentes de producción, pero sí que supo sacarle rendimiento. Meriwether se encargaba de los pronósticos meteorológicos (cosa que le venía al pelo porque en inglés su apellido rimaba con "weather", tiempo) y de lo que en el programa llamaban "tea-pouring segments" literalmente "segmentos (secciones) para verter el té", es decir, esos contenidos "amables" e intrascendentes que ayudaban a rebajar el ritmo informativo: moda, espectáculos, inventos curiosos, temas familiares... 

Lee apenas estuvo un año en el programa pero le sirvió para curtirse ante las cámaras. En los años siguientes su bello rostro y su dulce (pero profunda) voz aparecieron en decenas de series televisivas. 1966 fue un gran año para ella, debutó como protagonista en la serie de ciencia ficción "El túnel del tiempo" y sustituyó a Julie Newmar en el icónico papel de Catwoman de la mítica serie "Batman" en su paso al cine. Es decir, por si no ha quedado claro, Lee es una de las Catwoman de la popularísima ficción sesentera (la tercera fue la cantante Eartha Kitt) pero no en la serie televisiva sino en la película que generó tras la primera  temporada. Su siguiente rol importante fue en una curiosa ficción por capítulos, "Barnaby Jones", que podemos considerar la primera en tener un detective maduro como protagonista. Entre 1973 y 1980 la coprotagonizó junto a Buddy Ebsen ("Los Beverly Ricos") y consiguió un Emmy y dos nominaciones a los Globos de Oro. Entre 1988 y 1991 encarnó a Lily Munster en el anémico revival de Los Munster al tiempo que intervenía periódicamente en el culebrón matinal "All my Children" hasta su final en 2011. Sería pesado respasar sus trabajos televisivos pero, para resumir, se puede decir que ha intervenido en todas las series importantes desde de los 60 hasta los 90, desde "El Fugitivo" hasta "Se ha escrito un crimen" pasando por "Star Trek", "Perry Mason", "Misión imposible" y "Vacaciones en el mar". Para finalizar, un dato curioso. Lee Meriwether sí apareció en la serie "Batman", en concreto en dos capítulos, pero no como la Mujer Gato sino como Lisa Carson, un ligue de Bruce Wayne. 

En 1992 el Batman Adam West se reunió en un programa de TV con sus tres Catwoman:

domingo, 6 de junio de 2021

"Trazos. Revista de arte"

Ramón G. Redondo (segundo por la derecha), primer director de "Trazos"

Los espectadores habituales de la Segunda Cadena vieron como uno de sus programas favoritos se dividía en dos en marzo de 1977: "Encuentros con las artes y las letras" se convertía en "Encuentros con las letras" por un lado (del que hemos hablado aquí) y en "Trazos. Revista del arte" por el otro. Sus respectivos títulos dejaban claro que el primero se centraba en los libros (en todas sus vertientes) y el segundo en las artes plásticas. "Trazos" se desprendió al poco tiempo del subtítulo y en una sola temporada consiguió su propio público, hoy es un espacio mítico de la historia de La 2. Su primer director, Ramón G. Redondo, fue relevado a los seis meses por Paloma Chamorro, también proveniente del programa "padre": "En realidad, cuando Ramón aceptó la dirección del espacio sabía que lo haría por poco tiempo. Estaba previsto que comenzara una serie de capítulos sobre la vida y obra de Larra que, por unas u otras causas, se ha ido aplazando. Ramón dejaba el programa para dedicarse más a fondo a esta nueva tarea y yo le sustituía en la dirección" explicaba Paloma a la revista "TeleRadio" en febrero de 1978. En la misma entrevista aclaraba que la sucesión en el cargo no era una sorpresa: "Estaba previsto. Ramón es un hombre que confiaba mucho en mí. Yo ya tenía experiencia trabajando con él. Por otro lado, mi labor en otros espacios de este tipo dentro de televisión creo que había dado una medida de mi capacidad para desarrollar un trabajo como este. Los responsables pudieron ver que la cultura me interesaba y me dieron su voto de confianza".

Paloma Chamorro al frente de "Trazos"

Ella, poco a poco, fue conformando la identidad propia de este divulgativo que se asentó como cita obligada para los amantes del arte. Cada jueves, a eso de las 19.30 H, Chamorro aparecía en el estudio rodeada de sus colaboradores para hablar de arte en televisión y sin renunciar a ningún espectador: "Tratamos que interese por igual tanto a un sector del público intelectualmente inquieto como a los especialistas en temas de arte. Que tenga un cierto rigor, una determinada altura en la que esos dos diferentes tipos de seguidores puedan encontrarse ante un programa que les pueda servir a ellos perfectamente." Sin embargo, era consciente de que hacer un espacio para todos los públicos era imposible porque entonces no interesaría a nadie y reconocía sin pudor que hacía un programa elitista: "Creo que sí lo es en la medida en que lo hacemos para personas con unas inquietudes intelectuales que les pueden venir, cuando menos, tras haber cursado bachillerato. Aparte, claro está,  de ese otro sector especialista en determinados temas, que también nos sigue (...) Nosotros no salimos buscando al espectador. Ya tenemos un espectador que sabe dónde encontrarnos (...) Creo también que siempre deben existir programas elitistas para un determinado sector de público. Te diré que yo misma, como persona culta, no encuentro apenas espacios que me apetezcan y, como consecuencia, no atiendo a la mayor parte de la programación. Como yo, hay muchas personas y creo que también tenemos derecho a nuestros programas ya que, como el resto de la población, pagamos nuestros impuestos" afirmaba en la citada entrevista al periodista Jesús María de la Calle para "TeleRadio". Hoy, más de cuarenta años más tarde, sus palabras tienen un gran valor documental y llevan a la reflexión. ¿La tele pública no está obligada a atender también a las "inmensas minorías"? ¿Hemos olvidado esa función?

Ramón G. Redondo y Palomo Chamorro con varios invitados en un "Trazos" de 1977

El archivo que ha dejado "Trazos" para TVE es impresionante: entrevistas y reportajes a artistas veteranos como Joan Miró (al que dedicaron dos especiales por su 85º cumpleaños) y a los emergentes, en plató o visitando su propio estudio; figurativos y abstractos, españoles y extranjeros; cubriendo eventos, congresos e inaguraciones de exposiciones. Y todo eso con unos medios ínfimos con los que ni siquiera podía contar siempre: "Cuando no falta una cosa, falta otra. Como ejemplo, te puedo citar que yo dispongo de dos unidades de filmación (en teoría), una de las cuales se dedica a realizar reportajes en la ciudad y otra se mantiene "volante", para salir en cualquier momento. Aparte, dispongo de una sección de documentales, producida por el propio programa, que se encarga de realizarnos y entregarnos una serie de ellos. Pues bien, he tenido prácticamente que prescindir de estos medios. O trabajamos con la segunda unidad de filmación o con la sección de documentales pero no he podido disponer nunca de las dos al tiempo." Durante la mitad de su existencia el programa se emitió en blanco y negro, algo que tanto Ramón como Paloma preferían porque consideraban que el sistema de color en aquella época no era fiel a la realidad y creaba una falsa idea en el espectador sobre las pinturas que aparecían en las filmaciones. Todo el mundo aceptaba que el blanco y negro era irreal pero con el color temían que no sucediera lo mismo. Sin embargo, en noviembre de 1977 tuvieron que aceptar que el programa tenía que pasar a emitirse en colorines y para "celebrarlo" reunieron a once pintores de renombre para crear un nuevo decorado ante los espectadores. 

Paloma entrevistando a Joan Miró en su estudio en 1978

El secreto de Paloma fue rodearse de un gran equipo, gente que sabía de lo que hablaba y lo transmitía con ganas de divulgar sus conocimientos: "Considero que debemos tratar de caer en un subjetivismo saturado. Creo que es mejor que cada tema lo toque un especialista, gente bien preparada en el mismo que pueda desarrollar lo que se le pida con conocimiento de lo que está haciendo. Para ello contamos con buenos colaboradores, aparte, claro está de buenos profesionales fijos en nuestra plantilla." (TeleRadio nº 1050). Buena parte de ese equipo se mantuvo cuando "Trazos" acabó su andadura y fue sustituido al poco tiempo por un proyecto más personal de la directora: "Imágenes", que se planteó como una versión mejorada y ampliada del anterior y consiguió mantenerse en la parrilla de 1978 a 1981 pero esa es otra historia. 

Dos ejemplos de "Trazos" disponibles en la web del Archivo RTVE: