domingo, 24 de enero de 2021

"Todo queda en casa", el concurso de Pedro Osinaga


Pedro Osinaga, veteranísimo actor del teatro y la televisión, protagonista de decenas de "Estudio 1" tan celebrados como "Doce hombres sin piedad" y "Carlo Monte en Montecarlo", regresó en 1986 a la que había sido su casa habitual en los setenta para afrontar un reto inédito en su carrera: presentar un concurso. "Todo queda en casa" era una adaptación del "Family Feud" que había comenzado en 1976 en la ABC norteamericana y que había sido adaptado por la ITV británica en 1980. Llegaba a TVE, pues, con la garantía de ser un éxito en ambos países que se había alargado en el tiempo. La pinta de galán maduro de Osinaga encajaba con la de los presentadores originales, Les Dawson y Bob Monkhouse respectivamente, y además también coincidía en su profesión puesto que los dos dos eran conocidos actores, especialmente en el terreno de la comedia, campo en el que Osinaga llevaba años triunfando en los escenarios españoles con distintos vodeviles. 


El formato era sencillo: dos familias con cinco representantes competían semanalmente por 350.000 pesetas como premio máximo y un coche. Osinaga formulaba preguntas simples que previamente habían sido realizadas a un grupo de encuestados. "Un ingrediente que se utilice para hacer un pastel" (una de las cuestiones de la primera emisión, por cierto). Si el concursante respondía azúcar dependía de cuántos encuestados habían contestado eso en primer lugar para que tuviera más puntuación, por lo tanto no había respuestas incorrectas, sino coincidencias con los entrevistados. Si alguien decía "anís" pero no aparecía en la encuesta... no puntuaba. 


El concurso tenía dos partes: en la primera se enfrentaban las dos familias, la "ganadora" regresaba la siguiente semana y la perdedora elegía "a dos de sus miembros para luchar por el Gran Premio, que para ganarlo deben conseguir un mínimo de puntos establecidos, si esa cifra no se alcanza, se van sumando puntos que les permiten llevarse otros regalos" (Anuario 1987). 

El programa se inició el 2 de junio de 1986 y se mantuvo hasta el 11 de febrero del año siguiente. En su primera temporada (hasta septiembre del 86) estaba ubicado en la noche de los lunes, oficialmente a las 21.45 h, después del Telediario 2, pero los ajustes de la programación a los que llevó la emisión del Mundial de Fútbol desde México lo retrasó puntualmente a las 23 H en varias ocasiones. En la siguiente se colocó los miércoles a las 20 H, horario que es el que más recuerdan los chavales de la época. 


"Todo queda en casa" no alcanzó el éxito de sus precedentes norteamericano e inglés pero tampoco fue un fracaso. De hecho, no fue la única vez que TVE intentó adaptar este formato. Entre 1994-95 Joaquín Prat presentó "¿Cómo lo veis?" de lunes a viernes antes del TD2. El concurso se siguió emitiendo por deseo de su mujer mientras Prat luchaba por la vida en un hospital tras su infarto, clausurarlo hubiera sido como dar por muerto a su conductor. 

En 2001 Carlos Lozano, entonces en su pico de popularidad gracias a "Operación Triunfo" condujo una versión titulada "¡Vaya peña!" en la que las familias eran sustituidas por agrupaciones, asociaciones o peñas. Sólo tuvo una emisión, nada más que añadir. 

En la web Archivo RTVE está colgado el primer programa de "Todo queda en casa" en el que, para explicar las normas, se recurrió a dos familias famosas, la de Manolo Escobar y la de Paco Fernández Ochoa. El premio en metálico se destinó a obras benéficas. Atentos a la sobrina del equipo del cantante: Ana García Lozano, unos cuantos años antes de convertirse en la reina del talk-show. 

domingo, 17 de enero de 2021

Romeo y Julieta en el Barrio Gótico de Barcelona

La versión más original, y posiblemente más ambiciosa, de "Romeo y Julieta" realizada por TVE pasó prácticamente desapercibida para el público de la época. Todo apuntaba a que podría ser un éxito de público y crítica: adaptación literaria del que más tarde se convertiría en un insigne escritor, cuidada realización en espectaculares escenarios naturales, actores jóvenes y talentosos rodeados de veteranos eximios, vestuario y ambientación creíbles, escenas con caballos, luchas de espada, cientos de extras... 

¿Y qué pasó para que con todos estos ingredientes no funcionara? La razón es muy simple: se emitió en la Segunda Cadena en una época en la que ni siquiera tenía difusión en todo el territorio. Era el 22 de diciembre de 1967, apenas un año después de que comenzaran sus emisiones, y aquellos que tenían tele en aquellos tiempos necesitaban un adaptador para "el UHF", la frecuencia por la que se transmitía el nuevo canal, y no todos estaban dispuesto a pagar más para ver unas emisiones que sólo duraban unas horas al día y que eran, sobre todo, culturales. Tanto esfuerzo para que este dramático apenas tuviera repercusión.

Una de las escenas exteriores grabadas en el Barrio Gótico

El Barrio Gótico de Barcelona sirvió de escenario para la tragedia escrita por Shakespeare. No había decorados en plató, cada secuencia se grabó en lugares reales de este entorno medieval que tan bien se conserva en la Ciudad Condal. La adaptación literaria era de Antonio Gala que ya había llamado la atención cuatro años antes con su obra teatral "Los verdes campos del Edén". Su relación con TVE sería estrecha y fructífera, a principios de los setenta su peculiar "Si las piedras hablaran" (una especie de ensayo sobre la historia de España a través de sus monumentos presentado por Natalia Figueroa) sería un éxito inesperado y su "Paisaje con figuras" en 1976 fue interrumpido con escándalo y reanudado años después. 

Los protagonistas eran Enriqueta Carballeira y Federico Illán. Ella era ya conocida por sus intervenciones en cine y televisión. Tenía sólo 23 años y había debutado en 1962 en la pantalla grande. Su papel en "La tía Tula" fue muy bien valorado por la crítica (como todo el elenco en realidad) pero además había intervenido ya por entonces en decenas de ficciones en TVE: "Estudio 1", "Primera fila", "Novela"... En cuanto a Illán, es casi un misterio. Trabajó, al menos, con tres nombres diferentes, además de éste, se le puede ver como Federico Iyán o como Fed Conors en alguna coproducción europea. En IMDB aparece acreditado en dos películas bélicas de 1967 y 68 respectivamente y poco más se puede encontrar de él. Si juzgamos su actuación en este programa no era, desde luego, un novato. Además de un atractivo bastante moderno para la época (muy alejado de los galanes habituales), su dicción y presencia ante las cámaras denota experiencia pero... ignoro cuál. 

Enriqueta Carballeira y Federico Illán como Julieta y Romeo en esta producción de 1967

Tanto él como Enriqueta defienden con mucha eficacia papeles difíciles porque, no lo neguemos, Romeo y Julieta son personajes poco profundos, bastante tontorrones y con unas frases que hacen sonrojar hoy en día (y también en los sesenta). No pretendo criticar al insigne William, ni mucho menos, pero si bien la trama sigue emocionando, estos dos jovencitos son bastante petardos y cualquier actor puede sacar mucho más jugo a cualquiera de sus otras eternas creaciones, hasta de las más odiosas, como el celoso Otelo. 

Mayrata O'Wisiedo y Estanis González interpretaban a los padres de Julieta, los Capuleto

Secundando a los enamorados, estaban actores de fuste como Mayrata O'Wisiedo, Estanis González, Andrés Mejuto o Ana María Noé y otros más jóvenes pero ya con cierto nombre como José Luis Pellicena. Como dato curioso, Pedro Meyer es aquí el mejor amigo de Romeo. Unos años más tarde sería presentador del infantil "La casa del reloj" y en los ochenta... ¡del Telediario! (lo hemos contado aquí así que no me extiendo sobre esto). Sin embargo, en esta década estaba intentando abrirse camino como actor y aquel verano había aparecido también en la serie de más éxito del momento, "¿Es usted el asesino?" con Narciso Ibáñez Menta. 

Pedro Meyer, en el centro de la imagen, cuatro años antes de llegar a "La casa del Reloj"

De la dirección de actores se encargó Ricardo Lucia y de la realización Ramón Solanes, pionero del centro de producción de TVE de Miramar (Barcelona). Un caso peculiar de versatilidad profesional el de Solanes, por cierto. Aunque su formación era la de perito mercantil, ejerció enseguida de periodista y y llegó a ser profesor de la Escuela de Periodismo de Barcelona. En la TVE de finales de los cincuenta y los sesenta hizo de todo y dirigió y realizó algunos de los primeros (y más originales dramáticos) de Miramar como "Los últimos cinco minutos". Más adelante sería Jefe de Realización y de Programas además de otros cargos directivos. Y todo eso en apenas once años porque abandonó las cámaras para volver a la prensa. 

Este "Teatro de Siempre" se emitió a eso de las 22 H (no podemos fiarnos mucho de la puntualidad en las emisiones de la época) mientras en la Primera Cadena se podía ver un capítulo de la famosísima serie de espías estadounidense "El agente de CIPOL". Ese era el remate definitivo contra una producción propia que debía haber sido mimada por los programadores. No tengo constancia de que se repitiera en la cadena hermana mayor, desde luego no fue uno de esos dramáticos que cada cierto tiempo eran repuestos en cualquiera de los dos canales y, ni siquiera, tuvo repercusión en la prensa, no he encontrado una sola crítica en los días siguientes en los diarios nacionales que solían dedicar espacio a la televisión (que no eran muchos). Hoy sigue siendo una obra prácticamente desconocida para los estudiosos del medio y que atesora más virtudes que defectos. Quizás pronto sea "desclasificada" en la web de Archivo RTVE y así nuevas generaciones de profesionales se pregunten cómo consiguieron colocar travellings y grúas en esas estrechas calles, en qué condiciones de frío tuvieron que trabajar aquellos esforzados intérpretes, en qué incómodas posturas se colocaron los sonidistas para recoger el sonido en palacetes con un eco insoportable y cómo se las arreglaron los iluminadores para que los focos crearan una luz dramática pero suficiente para que las cámaras de baja definición de la época pudieran captar algo. Mi reconocimiento y homenaje a todos aquellos profesionales. 

Agradezco la imprescindible colaboración del Museo de RTVE y de @espiralhya para la elaboración de este post. 

Actualización. Cuando todavía no se había cumplido un mes de este post, @ArchivoRTVE ha publicado el vídeo en su web y aquí lo tenéis:


domingo, 10 de enero de 2021

Alfonso Eduardo


Alfonso Eduardo ha fallecido. La noche del 7 de enero perdió la batalla contra una enfermedad que en los últimos años le había llevado a una residencia de ancianos de Madrid y que borraba sus recuerdos y su propia historia. Desgraciadamente no sólo él se estaba olvidando de sí mismo, TVE no ha encontrado hueco estos días en sus Telediarios para recordar su figura. En julio el ABC en su edición sevillana le había dado por muerto y varios medios se hicieron eco, fue entonces cuando muchos oyentes y espectadores de sus programas valoraron su aportación a la radio y la televisión a través de las redes, La noticia se desmintió a las pocas horas pero esta vez es verdad. Aquellos que veían la televisión en los setenta y ochenta lo recordarán como uno de los nombres más destacados de una edad de oro de la Segunda Cadena (hoy La 2) gracias, entre otros, a su mítico "Revista de cine".

Alfonso Sánchez y Alfonso Eduardo en "Revista de Cine" en 1976

El calificativo "mítico" se aplica hoy, quizás, con demasiada ligereza pero ese programa televisivo lo merece sin ninguna duda. Fue el pionero de los programas sobre cine y su formato, actualizado, es el mismo con el que continuaron, con mayor o menor fortuna, sus sucesores. Información y divulgación sin excluir géneros ni públicos. Otro Alfonso, Sánchez, era el redactor-jefe y se encargaba de la crítica con su habitual ironía. Fueron la pareja perfecta entre 1976 y 1981, Sánchez había sido el primero en hacer crítica cinematográfica en TVE, ya en los tiempos del Paseo de la Habana, y Alfonso Eduardo supo crear un divulgativo que era de visión obligada. En febrero de 1980 le confesaba a la periodista María Ángeles Martín-Sánchez en la revista "TeleRadio": "Estamos contentos en la Segunda Cadena porque el aficionado al cine busca nuestro programa esté donde esté. De todas formas, no va dirigido solamente al público especializado sino a espectadores de todo tipo. Queremos que pueda ser entendido por cualquier persona, sepa o no sepa de cine. En ningún momento hemos sido elitistas. Huimos de todo lo que suene a discurso de cátedra". 


El reconocido crítico cinematográfico Boquerini fue compañero y amigo y redunda en eso: "Fue la primera persona que desde un medio de comunicación masivo como la televisión, acercó el cine a la gente. Antes de Alfonso Eduardo no había información cinematográfica en TVE. Solo dos críticos, Alfonso Sánchez y Pascual Cebollada, que era el crítico del "Ya", antes de la emisión de una película solían hacer una breve introducción de ella. Con Alfonso Eduardo la información de cine tuvo un amplio y completísimo escaparate, como las revistas de la época (Fotogramas, etc). Se hablaba y se entrevistaba a directores e intérpretes, se cubría los principales festivales españoles y mundiales (Cannes, Venecia, Berlín) con programas especiales y se hacían múltiples reportajes de todos los aspectos posibles relacionados con el cine. Alfonso supo acercar como nadie el cine a un público muy amplio, pero todo tipo de cine, desde Ingmar Berman a John Ford y a los spaghetti-western. Nunca fue excluyente."

Harrison Ford, Carrie Fisher y R2D2 junto a Alfonso Eduardo

Ramon Colom, director de "Informe Semanal" en los ochenta y director general de TVE entre 1990 y 1996 coincidía con él en los más importantes festivales cinematográficos cuando los cubría para el veterano informativo y recuerda que: "tenia todo muy bien organizado, de Cannes producía material para dos meses y supongo que vivía bien. Tenía claro que no era un informativo y no le preocupaba la actualidad. Era todo un caballero, riguroso, serio y que disfrutaba con el cine y sus gentes. Nunca le pillaron en un error. No arriesgaba y era un todoterreno seguro. Sería bueno recuperar algunas de sus entrevistas". Los directores Kurosawa, Zeffirelli, Wyler, Bertolucci, los hermanos Taviani, Schlesinger, Coppola, Stanley Kramer, Robert Altman, Woody Allen, Milos Forman y actores como Michael Douglas, Harrison Ford, Dana Andrews, Dick van Dyke, Carrie Fisher o Jane Fonda le concedieron entrevistas que hoy son joyas del Archivo de TVE. John Ford le dio respuestas largas a pesar de su parquedad habitual (que se lo digan a Peter Bogdanovich que sólo le sonsacó monosílabos para un documental) y Dario Argento se confesó espectador de su programa durante sus estancias en la Costa Brava. Alfonso Eduardo explicaba por qué conseguía estas exclusivas: "Muchas veces no quieren hablar porque es les haces una entrevista de un cuarto de hora y luego solamente emiten dos minutos. Eso les molesta, ya que en tan poco tiempo cualquier idea queda confusa, en el aire. Nosotros hacemos entrevistas largas y las damos enteras." (TeleRadio nº 1.152). Era uno de los pocos periodistas televisivos que hablaba, por entonces, un inglés fluido gracias a su aprendizaje como oyente de las emisoras de las bases norteamericanas en Andalucía y las conversaciones con esos grandes cineastas no necesitaban de intermediarios. 

En "Revista de cine" entrevistando al director José Mª Forqué y su hija Verónica

"Revista de Cine" fue su magnum opus en televisión pero cuando pisó un plató por primera vez era ya un experto de los micrófonos. Alfonso Eduardo Pérez Orozco (los apellidos se quedaron por el camino y se hizo conocido por su nombre, como un artista) nació en Montellano (Sevilla) en 1940 aunque no pasó allí su infancia: "Hasta finalizar el bachillerato viví con mi familia en Huelva. Luego nos trasladamos a Sevilla, donde me matriculé en la Facultad de Ciencias Químicas. Al mismo tiempo voy conociendo por dentro la radio y comienzo un combate de tres años en el cual intento dilucidar qué camino seguir, Universidad o radio. Elegí finalmente lo segundo" le contaba a Manuel Azcona en marzo de 1980 en "TeleRadio". "Mis padres eran maestros, así que nací en el seno de una familia de clase media. Ahora podría analizar más críticamente cómo fueron los años de la posguerra. Sé que mis padres afrontaron dificultades económicas para sacarnos adelante pero a mí me fueron bien las cosas".


Con tan solo 17 años fue pionero de Radio Vida en Sevilla, cadena que más tarde se convertiría en la COPE. Un año después ya era director de "Vida deportiva" y en la misma emisoría presentaría "En marcha hacia el futuro", "Es grande ser joven" y comienza su larga relación con la música en "Hit Parade", "Esto es jazz" y "Flamenco". A primeros de los sesenta llegó incluso a dirigir la emisora. En la entrevista a Azcona contaba: "Mi formación como Disc-Jockey se debe a mi contacto con tres emisoras americanas que llegaban a Sevilla. Este nuevo concepto de los americanos. Yo escuchaba los programas musicales y con mis aportaciones personales me convertí en un elemento híbrido. Estaba, como quien dice, en medio de Illinois y allí en medio descubrí que no es lo mismo el presentador de programas musicales que el DJ. Este mantiene una relación coherente con el material que presenta, en él va implícito el concepto de showman (...) Dejé la música como campo especializado en un momento en que se empezaba a entender como una empresa, como algo comercializado. Me retiré de este mundo un poco desilusionado porque no le veía muchas salidas".

En el control de estudio de RNE donde se realizaba "Estudio 15-17"

Y llega un momento en el que surge la oportunidad de trabajar desde la capital para todo el país: "Paco de la Fuente me llama para presentar un programa musical en Madrid llamado "Explosión 68". Un programa desenfadado y más libre, con rigor crítico. Paralelamente a mi actividad relacionada con la música, me fui especializando en la crítica de cine. Una vez en Madrid me presento en Radio Nacional, en el programa "Estudio 15-18". Allí, el director, Jesús Quintero, me asignó en principio pequeños reportajes y una labor de guionista. Luego pasé a ser director del programa y, por último, compagino este cargo con el de presentador". Ese espacio de tarde sería su otro gran éxito en RTVE. Renombrado "Estudio 15-17" cuando la radionovela y otra sección dejaron de incluirse en él, se emitió durante varias años entre las tres y las cinco de la tarde (de ahí su título) y consiguió un Ondas en 1975. Tres años después sería reconocido con otro por "Revista de Cine". En enero de aquel mismo año (1978) RNE realizó una encuesta entre sus oyentes para saber cuáles eran sus programas preferidos, "Estudio 15-17" ocupó el tercer puesto, sólo por detrás de "Tiempo de vivir" de Manuel Torreiglesias y "Protagonistas: nosotros" de Luis del Olmo.

Con Carmen Maura durante un programa especial desde el XXV Festival de Cine de San Sebastián

Al mismo tiempo que compaginaba radio y televisión retransmite Festivales de cine y música, los Oscars o eventos luctuosos como el funeral de Grace Kelly. También presenta la noche de los sábados "Especial Musical" con la emisión de conciertos de estrellas como Barbra Streisand, Sinatra o Paul McCartney o Duke Ellington. "Era una persona muy culta, sabia de todo, y eso le daba una seguridad increíble cuando se ponía ante una cámara o ante un micrófono." afirma Boquerini. En los ochenta era ya un nombre muy reconocible para el público. Fue en esa época cuando una estudiante de periodismo tiene la oportunidad de conocerlo, Carmen Aniorte, hoy veterana periodista de "ABC", nos cuenta esta anécdota que deja claro cuál era el carácter de Alfonso Eduardo: "Tenía como profesora a Blanca Álvarez (una de las primeras presentadoras en los comienzos de TVE junto a Laura Valenzuela), en ese momento creo que era responsable de Infantiles en Prado del Rey y nos propuso a unos cuantos compañeros hacer una visita a Prado del Rey y RNE. Desde siempre me ha gustado el cine y durante nuestro periplo me preguntó cuál era mi programa favorito, le comenté que no me perdía “Revista de cine” todos los lunes y que tenía peleas con mi hermano y padre porque a esa misma hora en La Primera ponían el resumen de la jornada de fútbol. Me llevó a RNE donde me presentó a Alfonso. Yo cortada -mientras Blanca lo localizaba en un estudio donde estaba preparando una grabación- me oculté en unos de los laterales de una máquina de café. Cuando me vio se echó a reír, charlamos un buen rato, muy amable me dijo que cuando quisiera que le llamara y que me acercara a ver como hacía el programa de RNE y el de TVE... como en “Casablanca” fue el comienzo de una hermosa amistad. Cuando terminé la carrera, sin ningún contacto, estaba desesperada buscando trabajo. Recuerdo que le llamé y me ofreció acercarme a la revista que había montado con el mismo nombre que el programa de TVE. Me dijo: "vas a cobrar poco pero vas a aprender mucho". El ambiente era distendido y nada serio. Éramos como una gran familia. Alfonso pese a su popularidad no era nada creído sino una persona cercana y amable. Su puerta estaba abierta para todos. Siempre estaba dispuesto a ayudar a todos los que comenzábamos." 


En ese punto coincide Boquerini: "Era una persona muy generosa, siempre ayudó a quien se lo pedía. Esta generosidad era un rasgo fundamental. También su gran empatía. En cuanto hablabas un par de veces con él ya eras su amigo. Era ameno, divertido, un gran contador de anécdotas. Me viene a la memoria lo que contó alguna vez de unas tremendas inundaciones en Sevilla en los primeros 60. Él desde Radio Vida contaba como estaban. Y les llamó por teléfono el Gobernador Civil exigiendo que no dijesen eso, que Sevilla no estaba inundada, a lo que Alfonso le respondió: Sevilla no estará inundada, pero a mi me llega el agua por encima de las rodillas. Cuando trabajaba con él en la versión en papel de "Revista de Cine" a última hora de la mañana se paraba la redacción y bajábamos todos a una terracita que había en la calle, a tomar un aperitivo. Era una o dos horas de charla, en donde Alfonso hablaba contando cosas insólitas y divertidas, y los demás le escuchábamos con la boca abierta. Un hombre generoso, empático, ameno conversador y todo un pozo de sabiduría." También Carmen Aniorte recuerda con mucho cariño aquellos recesos en la redacción: "Como buen andaluz le gustaba mucho la hora del aperitivo y a la voz de “dar de mano” nos invitaba a ir al bar de enfrente a tomar una cerveza o en su caso un whisky. Esas reuniones a mediodía o por la tarde en la terraza del bar de la madrileña calle Alberto Aguilera las recuerdo como uno de los momentos más maravillosos de aquellos años". 


En 1981 su "Revista de cine" es cancelado (a saber por qué) pero continúa en RNE con programas como "Turno de tarde" o "Gran cartelera fin de semana" y dirige varios festivales cinematográficos. Es en esa época cuando su pasión por el flamenco se desborda y se convierte en uno de los grandes divulgadores del género en radio, prensa y festivales. Escribe el libro "Le Flamenco et le Gitans" para la famosa editorial francesa Hachette y es presentado en París con un recital de Camarón de la Isla, ahí queda eso. "El flamenco se aparta del folklore porque toda su riqueza nace de una aportación personal, es una creación que depende del valor del individuo que lo interpreta. Entonces el flamenco deja de ser folklore para convertirse en arte" ("TeleRadio" nº 1.158). Apunta Aniorte: "Camarón, Paco de Lucía, Enrique Morente eran su pasión y otro montón más de nombres del flamenco. Recuerdo en un viaje al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva nos invitó a una velada flamenca con el cantaor Rancapino. Al escuchar ese tipo de música parecía como que entraba en éxtasis e incluso se le iluminaban los ojos."

En 1994 presentó la serie especial "Diez mil días de La 2"

Su dominio del inglés le permite ser corresponsal en España durante varios años de publicaciones americanas como "Hollywood Reporter" pero también se maneja en italiano y francés y es colaborador de la francesa "Salut les copains". Fue el crítico de música rock de "El País" durante sus primeros seis meses de vida. En ETB 2 presentó durante cuatro años el resumen diario del Festival de Cine de San Sebastián y durante los primeros noventa tuvo varios programas en Canal Sur: "Andalucías", "Nocturno", "Te tomo la palabra", "Telecine" y "Los Topes". En 1994 regresa de forma excepcional a TVE, para connmemorar el aniversario de su segundo canal con tres programas especiales de curioso título "Diez mil días de La 2", habían pasado seis años desde la última vez que se había puesto frente a las cámaras de la Casa como presentador invitado de "La tarde" en enero de 1988. 

En 1988 fue presentador invitado de "La Tarde" en La Primera

Alfonso Eduardo se ha ido casi en silencio. Su entierro se celebró ayer en Las Rozas pero la borrasca Filomena ha impedido que muchos de sus amigos pudieran ir a despedirle en persona. Carmen Aniorte se ha quedado con una sensación amarga, llevaba varios años intentando junto a otros compañeros organizar un homenaje: "En mi sincera opinión no se ha hecho justicia con Alfonso. Una prueba de ello es que varias generaciones no han tenido la oportunidad de saber de él y lo que hizo por el mundo del cine y del flamenco y la música en general. Ha habido un vacío enorme. Ahora todo el mundo le conoce; pero se ha ido de este mundo sin un homenaje y reconocimiento en VIDA. Como siempre en este país somos de memoria floja y no hacemos las cosas cuando debe ser. Ya lo dice el refrán, el español piensa bien, pero tarde”. 


En la web Archivo RTVE se pueden ver varios de sus "Revistas de Cine" de distintas épocas, aquí os dejamos algunos:

martes, 5 de enero de 2021

¿Qué ponen hoy? 5 y 6 de enero de 1980

El 5 de enero de 1980 era sábado, víspera del Día de Reyes y último año de la década de los setenta. Teniendo en cuenta esos factores, TVE podría haber organizado una gran retransmisión en directo de la Cabalgata de SS.MM. los Reyes Magos de Oriente pero... todavía quedaban unos años para que ese evento se convirtiera en algo obligatorio en la parrilla. Sin embargo, sí que había varias emisiones especiales para celebrar la jornada, para comenzar, la carta de ajuste incluía la banda sonora compuesta por los hermanos Sherman para "Mary Poppins" en vez de la habitual música clásica. A mediodía llegaba Torrebruno con su espía "003 y medio" y a las 15 H, tras las Noticias, un nuevo capítulo de la popularísima versión animada de El Quijote dirigida por Cruz Delgado. "Sesión de Tarde" ofrecía una película destinada al público infantil, la magnífica adaptación de Tom Sawyer de 1938. Y después, "Aplauso", la revista musical que encandilaba a la juventud. 

En cuanto a la Noche de Reyes, un western clásico en la Primera, "Veracruz" con Gary Cooper, Burt Lancaster y Sara Montiel, y en la Segunda Cadena, "La Clave" con el tema "Comprar sin dinero". 

La gran apuesta que diferenciaba ese sábado de otro cualquiera, era la retransmisión (en diferido) del Festival Mundial del Circo. El Circo Ruso, comandado por Ángel Cristo cuyas carpas se habían instalado en el Palacio de los Deportes de Madrid, era el protagonista de la jornada. Eduardo Casanovas, el realizador, había preparado el programa durante varios días y lo explicaba así a la revista "TeleRadio": "Esta mañana grabamos el hielo, luego las pistas una y tres y en otra función los números nuevos. De paso aprovechamos para repetir en otras funciones los números ya grabados y coger aquellos que no hayamos podido hacer en funciones precedentes". Aunque había un margen importante para la improvisación, cosa bastante habitual en la época, Casanovas llevaba los deberes hechos: "No se puede planificar todo pero, claro, hay un orden de rodaje. Hay una grúa, una cámara autónoma, una serie de medios que hay que dirigir, darles un orden. Por ejemplo, la diferencia de luces es muy importante en el momento de sacar y meter cámaras del recinto". En aquel momento este domador era ya muy popular y su figura no estaba todavía relacionada con los sucesos que centraron su vida posteriormente. Hoy sorprende leer las declaraciones del realizador: "Quiero utilizar la gran humanidad de Ángel Cristo, meterle en cualquier sitio del circo y que hable de los artistas, quiénes son y qué hacen".


El domingo Día de Reyes, si los chavales encendieron el televisor con la esperanza de encontrar algo especial se llevaron un chasco. La mañana transcurrió con los espacios habituales: la Misa realizada desde los estudios de Prado del Rey, el concurso de cantantes noveles "Gente Joven", el deportivo "Sobre el terreno", el repaso informativo en "Siete Días". Quizás la película de "Sesión de Tarde" les animara un poco si no habían tenido muchos regalos, "La marca del Zorro", aventuras a la antigua usanza. La tarde estaba casi enteramente ocupada por el "Fantástico" de Íñigo y por la noche, "Estudio 1" con la obra "Don José, Pepe y Pepito" con Guillermo Marín, Luis Prendes, Manolo Galiana, Marisa de Leza y Concha Cuetos en los papeles principales. En la Segunda, la serie detectivesca de James Garner "Los casos de Rockford", la comedia española "Cateto a babor" (versión Alfredo Landa) y ya de noche la entrevista en profundidad nada menos que a Milan Kundera en "A fondo" de Soler Serrano. 

Más allá de la festividad, hay que reconocer que los programadores se esforzaban en 1980 por tener programas de todo los géneros, películas para públicos de distintas sensibilidades y que incluían otros espacios minoritarios que complementaban la oferta más generalista. 

El "Fantástico" de aquella jornada no está colgado en la web Archivo RTVE pero sí el del 20 de enero: