lunes, 27 de enero de 2025

Derecho a discrepar

"Derecho a discrepar", debate en el prime time de TVE1 en 1988

El 14 de enero de 1988 el programa "Debate" dirigido y presentado por Victoria Prego mutaba en un sucesor del mismo género, equipo de redacción y franja de emisión, jueves a eso de las 22.15 h. Había unas cuantas similitudes pero también muchas diferencias. A partir de ese momento recibiría el título de "Derecho a discrepar" y suponía el regreso a TVE de Miguel Ángel Gozalo que a mediados de los setenta había conseguido cierta relevancia televisiva con el innovador informativo de la Segunda Cadena, "Redacción Noche". Aparentemente Prego abandonaba el formato por cansancio pero posiblemente había algo más. Dos hechos nos sirven como pistas de esa hipótesis: el programa pasaba a depender de Informativos tras las fricciones con el equipo de Programas y se "despolitizaba" según su nuevo director "para no agotar al espectador".

Victoria Prego en su "Debate"

En esta nueva etapa se tocarían más temas sociales y culturales, sin que ello fuera óbice para que la política también estuviera presente. "Debate" había sustituido en cierto modo a "La clave" aunque su ubicación en TVE1 hacía que se enfocara a un público aparentemente más popular y, según los directivos de la época, menos "elitista" que el del programa de José Luis Balbín. Sorprende esa calificación teniendo en cuenta no sólo el prestigio sino también la audiencia que llegó a conseguir aquel mítico espacio desde la humilde atalaya de La Segunda. El caso es que Prego consiguió cifras nada despreciables a pesar de que, precisamente desde su hermana pequeña, "Jueves Cine" hiciera mucha pupa. Gozalo se enfrentaba, pues, a un reto difícil tras el año en antena de su antecesora. 

Miguel Ángel Gozalo en "Derecho a discrepar"

Para empezar, la escenografía cambiaba radicalmente, dominada por un ciclorama negro, unos paneles azules y con una mesa protagonista, a diferencia de "Debate" donde los invitados estaban situados de manera muy similar a "La clave" y sólo con unas mesitas supletorias a los lados. El tono también era distinto, marcado por el estilo personal de dos presentadores muy diferentes. Victoria Prego no huía de los enfrentamientos pero tampoco los buscaba, Miguel Ángel Gozalo quería un ambiente de tertulia radiofónica cordial... si bien es cierto que a veces los ánimos se calentaban.

Gozalo (de espaldas) dirige la conversación en "Derecho a discrepar"

Lorca fue el centro del primer coloquio y en semanas siguientes se habló de impuestos religiosos, las relaciones entre España y EE.UU., el mecenazgo olímpico, las relaciones entre judíos y palestinos, la participación de la mujer en política... Temas realmente interesantes que continuaban una vez apagadas las cámaras en un coloquio posterior en RNE abierto a la opinión del oyente. Todo iba razonablemente bien hasta que en febrero del año siguiente el director-presentador es destituido del programa porque, según la directiva de RTVE, en un programa sobre el respeto a la intimidad de los famosos había transgredido precisamente la privacidad de Miguel Boyer. En junio una sentencia obligaba a la Casa a restituir al periodista a su puesto porque consideraba el despido nulo lo que, además, suponía que se le abonara el sueldo de esos meses. La clave (nunca mejor dicho) es que hubo una fórmula en el despido que no era la adecuada puesto que, supuestamente, finalizaban "los cometidos específicos para los que fue contratados" pero como el programa siguió en emisión con Anna Castells al frente se demostraba que eso era una excusa. TVE acató la sentencia pero Gozalo no tuvo tiempo de volver al plató porque el espacio había acabado y no regresó a antena. Desde luego hizo honor a su título y hubo muchas discrepancias, incluso fuera de cámara. 

miércoles, 15 de enero de 2025

La revista musical española en TV

Esperanza Roy en "La Comedia Musical Española" de Fernando García de la Vega

La Revista, en mayúsculas, es un género de la comedia musical española que triunfó en los escenarios desde principios del siglo XX hasta los ochenta. Argumentos divertidos, música muy pegadiza y, sobre todo, mujeres espectaculares ataviadas con estilimos imposibles son los tópicos más habituales para referirnos a títulos emblemáticos como "Cinco minutos nada menos", "Las Leandras" o "El águila de fuego". Nombres como el de Celia Gámez son puro icono de la escena patria (aunque ella fuera argentina) y muchas de las canciones de las obras más populares siguen siendo tarareadas por nuestros abuelos, quizás también por nuestros padres y, si me apuran, hasta por nosotros mismos (aunque no tengamos ni idea de dónde provienen). Hoy está casi olvidado pero el experto en teatro frívolo español Juan José Montijano se ha empeñado en dejar documentados algunos de sus hallazgos en el libro "Gracias por venir. La revista musical en el cine y la televisión." editado por Diábolo. La relación de nuestra televisión con la Revista no es tan intensa como podría parecer a priori, reflexionamos sobre ello con el autor de este pormenorizado estudio. 

- Es significativo que la Revista fuera el único género "patrio" del que TVE no se aprovechara desde sus inicios a pesar de su popularidad. Mientras que la zarzuela (e incluso la ópera), por no hablar del teatro, los sainetes, etc... eran parte habitual de la programación desde finales de los 50, de la Revista ni mú. ¿Demasiado atrevida? Entiendo que era imposible llevar a las espectaculares chicas a un plató donde se exigía el chal para evitar escotes pero ¿sabes si en algún momento se planteó hacer versiones menos "descocadas" para las cámaras? 

El teatro ha estado presente en la programación de TVE desde sus inicios y el género lírico, también. En los años sesenta comenzaron a emitirse programas musicales e incluso grabaciones de obras teatrales líricas de las que no se conserva grabación alguna, entre ellas, algunos títulos de revista como "Yola" o "Si Fausto fuera Faustina" llevados a cabo por Fernando García de la Vega de los que sólo nos queda su testimonio y la reseña de su emisión en revistas especializadas. Desde entonces, el ente público pareció olvidarse de la revista aunque no de sus intérpretes, pues Celia Gámez grabó para TVE la comedia musical "Sombrero de paja" (no se conserva tampoco) o programas especiales como "Ésta es su vida"; pero no sería hasta 1985 en que la revista tuviera su hueco en la parrilla del ente público. ¿Los motivos? Quizá la censura, quizá el puritanismo de la época, quizá el subjetivismo de sus programadores. 

"Luna de miel en El Cairo" con Teresa Rabal

- Como ya apuntas, el primer programa propiamente sobre el género es de 1985 y fue Fernando García de la Vega, precisamente el autor del prólogo, quien lo llevo a cabo. ¿Era "La Comedia Musical Española" un empeño del propio director? 

Sí. Fernando ya había tocado a la zarzuela en su mítica "Antología" y al cuplé en "Divertido siglo". Ahora tocaba dedicarle un hueco a la revista aunque en los citados programas ya había insertado también algunos números del género. En principio el programa iba a tener más ediciones, pero se acordó llegar a 12 iniciales y, al año siguiente, otra tanda de 12. Pero entró Pilar Miró...

"Las Leandras" protagonizada por Paloma San Basilio

- Aquellas adaptaciones supusieron un enorme esfuerzo de preproducción, ¿cómo fue ese proceso de búsqueda de libretos, partituras, etc? 

Fernando se encargó de bucear en los archivos públicos de la SGAE y en los privados de múltiples compositores o libretistas que por entonces aún proseguían con vida como el del médico Luis Fernando Alvarez Pérez Miravete "Arturo Rigel", autor junto a Ramos de Castro de "La hechicera en palacio" y "El águila de fuego". Ambas revistas, con abundantes números musicales (la última concretamente 25), tuvieron que ser adaptadas en libreto y recortar acontecimientos y escenas para adecuarlos al metraje de hora y media previsto para cada uno de los programas.

Paco Valladares y Concha Velasco en "La hechicera en Palacio"

- García de la Vega quiso contar con unos repartos espectaculares, ¿qué destacarías de aquellos elencos?

 Muy especialmente la enorme versatilidad escénica de muchos de ellos, provenientes, en su inmensa mayoría de la revista, lo que les hacía indudablemente aptos para el programa. Además, el buen ojo clínico de García de la Vega hizo que artistas como Massiel, María Mendiola o Teresa Rabal, quienes nunca habían realizado hasta entonces espectáculos de revista, demostrasen sus cualidades para la misma. 

- Técnicamente también fue muy innovador, ¿el chroma key fue decisivo para poder afrontar una producción de este tamaño? 

Por supuesto, así como los mastodónticos decorados que se levantaron. Hay que tener en cuenta que revistas como "Luna de miel en El Cairo" tenía partes que transcurrían a bordo de un barco o en Egipto por no hablar de "Las leandras" en un teatro, "El águila de fuego" en un bosque, "La cuarta de A. Polo" en el desierto... Trasladar aquellos exóticos parajes al lenguaje televisivo era enormemente costoso, por lo que se decidió por dicha técnica para abaratar los costes. 

Concha Velasco en "El águila de fuego"

- ¿Cómo respondieron público y crítica a este programa? 

En principio bien, si bien hubo múltiples críticas porque si al teatro se le quita público se pierde parte de  su magia, y más si es revista donde la reciprocidad con aquel era fundamental. También Concha Velasco recibió sus críticas pues acababa de terminar "Teresa de Jesús" cuando acometió la grabación de "El águila de fuego". La gente no pensaba que una actriz ha de ser versátil y heterogénea y acometer cualquier papel que se le ponga por delante. La pena fue que no hubo más programas y se echaron de menos títulos inolvidables como "La Blanca doble", "Yola", "S.E. la Embajadora"... y otros tantos que ya se estaban preparando para su grabación pero... cambió la dirección del ente. Pero el público reaccionó favorablemente y aún se le recuerda con enorme cariño y nostalgia. 

- Tenemos que esperar otros diez años para encontrar otro programa específico sobre el género, este titulado directamente "La Revista" y producido por J.L. Moreno. ¿Era el momento adecuado para rescatarlo? 

En un momento de cambio político en España, coincidió precisamente el trasvase de papeles de la nueva dirección de RTVE, lo que convino en un nuevo contrato para José Luis Moreno quien decidió rescatar títulos de revista y hacer un gran programa habida cuenta de que por entonces ya habían desaparecido los espacios dramáticos en el ente público. Fue una gran idea aunque en su praxis no resultó lo suficientemente atractiva. Sí, para el público, pues a la vista está que se emitieron nada menos que 30 programas. La guerra de las audiencias con las privadas no le benefició a esta nueva serie sobre la revista si bien tras ser emitida después de "Hostal Royal Manzanares", remontó en audiencia. Siempre es adecuado emitir teatro en televisión en cualquiera de sus parcelas. 

Escena de "Cinco minutos nada menos" para "La Revista"

- En este caso se contó con unos medios espectaculares pero no se tuvo mucho cuidado en el respeto a las propias obras... 

Ese fue uno de los errores en esta serie. Cambios de libretos, números musicales que no aparecían en la obra, nuevos títulos escritos expresamente para la serie por los sobrinos de Moreno... No hacía falta. El canon de libretos revisteriles es inmenso y muchos títulos pudieron haberse rescatado entonces. Tampoco ayudó el "tatachunda", es decir, las nuevas orquestaciones de muchos de los números musicales que vieron acrecentados sus ritmos.

- Algo que a ti te rechina especialmente es que, a pesar de tener cuerpo de baile, gigantesco decorado y medios prescindieron de la apoteosis final.

Efectivamente, en no pocos títulos emitidos el apoteosis final consistía en salir a escena y saludar, cuando a esta forma de espectáculo si le quitas el apoteosis se queda cojo. Como cojo quedaron todos los títulos emitidos cuando, mientras salían los intérpretes, se sobreimpresionaban los títulos de crédito sin que pudiéramos disfrutar de aquellos. Un error garrafal, sin lugar a dudas. 

Lina Morgan en "Vaya par de gemelas", récord de audiencia de 1983

- Amén de estos dos espacios concretos, desde los 80 la Revista y la Comedia Musical tuvieron presencia en la programación. Sería imperdonable no recordar las retransmisiones desde La Latina de varias obras protagonizadas por Lina Morgan. El éxito fue indudable pero ¿era la mejor forma de presentar el género en televisión? 

No sé si la mejor pero de lo que no cabe la menor duda es de que a todas las personas que no podían viajar a Madrid les enseñó el buen hacer interpretativo de su máxima baluarte. Emitir teatro por televisión es un intento de educación maravilloso. Son lenguajes diferentes pero la grabación de una obra con público permite observar reacciones que no podríamos ver en obras sin aquel. Fue un gran acierto haberlo hecho. 

- A lo largo de sus muchas temporadas el mítico "Un, dos, tres" también tocó el género, ¿se notaba en Chicho un respeto especial hacia la Revista? 

Sin lugar a dudas. Chicho venía de una familia de cómicos de la legua y él amaba el teatro. Fue director, autor e intérprete teatral y eso se nota en los montajes finales del mítico concurso. Amante además del musical en todas sus vertientes, zarzuela, ópera, opereta, revista, cuplé, sainete lírico... Hoy en día gracias al archivo de RTVE podemos disfrutar de muchos de sus programas donde, si bien es cierto que recicla mucho, nos permite observar el amor que tenía hacia el mundo del espectáculo. 

Sara Montiel, estrella de "Ven al Paralelo" en La 2

- Es justo mencionar también el programa "Ven al Paralelo", a mayor gloria de Sara Montiel. ¿Qué aspectos de la Revista estaban presentes en él? 

Por lo pronto que estaba grabado en un teatro de revista del Paralelo barcelonés como el Teatro Arnau y, en segundo lugar muchas de las atracciones y números insertos en el mismo. Fue un magnífico programa que contó con algunas intervenciones de intérpretes de revista como Joan Gimeno, Lita Claver, los hermanos Calatrava y otros tantos. Un programa de music-hall que debería ser repuesto en RTVE-Play para poder disfrutar de él en su totalidad. 

- Hay una rara avis en 1993, la "Gran Gala de la Revista. Homenaje a Celia Gámez"? ¿Tiene algo que ver el fichaje de Concha Velasco por la cadena en esa época? 

Por supuesto. Concha, muy amiga de Fernández Montesinos y gran amiga de Celia intervino como gran maestra de ceremonias en esta maravillosa gala, pues nadie se acordó de homenajear a la extinta estrella bonaerense tras un año de su fallecimiento. La gala, además de reunir a grandes amigos de Celia como Pedro Osinaga, Pedrito Cano, Licia Calderón o Arturo Rigel, contó con la intervención de artistas que trabajaron en sus filas y representaciones de algunas de sus grandes producciones. Fue repetida un año más tarde y hoy en día el espectador puede hacerse una idea de cómo fue la revista y de cómo debería montarse un espectáculo de estas características, pues la fastuosidad, el buen ritmo, el color, la soberbia y respetuosa orquestación y la impecable intervención de todos los artistas permite ver la buena mano de Fernández Montesinos quien, además, había dirigido y escrito una obra para Celia en los años sesenta. 

- ¿Sería muy insensato adaptar hoy Comedias Musicales a la televisión?

¿Por qué no? Sería una forma maravillosa de educar a esta generación de cristal, de dar oportunidad a veteranos intérpretes hoy olvidados y a nuevos a la par de dar a conocer la impresionante nómina lírica de nuestro país. Ojalá pudiese ser así, pero la televisión pública de nuestro país está muy politizada y las privadas perdieron el esplendor de sus inicios. 


La retransmisión de "Vaya par de gemelas" para TVE está disponible en la web del Archivo RTVE

La serie "La comedia musical española" podéis verla al completo pinchando aquí

De "Ven al Paralelo" hay, por ahora, tres programas publicados en Archivo RTVE. 

De "La Revista" de José Luis Moreno se ha publicado en esa misma web "Cinco minutos nada menos".

martes, 7 de enero de 2025

Los Wuzzles y los Osos Gummi, las primeras series de Disney

Aunque parezca increíble, hubo un tiempo en que la todopoderosa Disney no producía series animadas para televisión. Es cierto que Walt Disney había abrazado el medio desde los cincuenta (con el "Mickey Mouse Club"), sobre todo como una forma relativamente sencilla y barata de producir contenido a cambio de suculentos ingresos que se podían reinvertir directamente en su sueño más costoso: el primer parque Disneyland. Fue en 1984 cuando el nuevo CEO (máximo responsable de la estrategia de la empresa) Michael Eisner decidió expandir la marca a otros campos y la televisión llevaba muchos años demandando sus servicios. Se creó el Disney Television Animation encaminado a crear directamente para las grandes cadenas o para la sindicación y también para nutrir al nuevo canal inaugurado en 1983 para el cable, Disney Channel. Las dos primeras series que se produjeron no corrieron la misma suerte y es que, sorprendentemente, se estrenaron el mismo día, a la misma hora en dos canales distintos. 

Los Wuzzles es la menos recordada de ambas, sobre todo porque sólo tuvo una temporada. Se estrenó el sábado 14 de diciembre de 1985 a las 8.30 de la mañana en la CBS. En esa década todavía era importantísimo el bloque matinal sabatino, ahí era donde se estrenaban los grandes productos televisivos infantiles y la permanencia era un lujo que sólo unas cuantas tenían la suerte de alcanzar. La de Disney no lo consiguió a pesar de que tuvo buenas audiencias. Tras 13 capítulos fue cancelada el 7 de diciembre pero enseguida vino la ABC al rescate y la repuso en la temporada siguiente pero media hora antes para no competir con el otro producto Disney en antena. A TVE llegó a la tarde de los sábados en 1986, cuando ya era un éxito en Reino Unido. Estos seres híbridos de dos animales vivían en la isla de Wuz y enseguida tuvieron productos de merchandising en el mercado: cartas, juegos, libros y, por supuesto, peluches. Si en lo más oculto de vuestro cerebro resuenan nombres como Abeleón, Focalce, Hiponeja, Cangufante, Osaposa o Monorrino ahora ya sabéis de dónde vienen.

El caso de los Osos Gummi tiene el mismo origen pero muy distinto final. Su estreno el mismo día a la misma hora que sus hermanos de estudio pero en la NBC fue un éxito que la cadena quiso mimar y proteger hasta que en la quinta temporada fue adquirida por la ABC, que siempre estaba al quite. Su última temporada se emitió de forma sindicada dentro del programa "The Disney Afternoon". Su andadura original finalizó el 22 de febrero de 1991, las reposiciones son incontables y desde hace poco se puede ver también en la plataforma Disney Plus (no así Los Wuzzles). En TVE pudimos disfrutarlos a partir de 1987 y, junto a "Patoaventuras" (que llegó un par de años más tarde pero en la franja de sobremesa antes de "Sesión de Tarde"), fue una avanzadilla del "Club Disney" en 1990 y del resto de series del Disney Television Animation que se incluyeron en ese macroprograma: "Chip y Chop, rescatadores", "Los aventureros del aire" o "El Pato Darwin". 

Parece ser que la idea inicial fue del propio jefazo Michael Eisner al ver que su hijo pedía las famosas gominolas con forma de osito. Hasta ahí su idea. Pidió a sus creativos que idearan un programa con "eso"... y así fue. Tras varios conceptos fallidos se aceptó esa idea de unos ositos que vivían en una Edad Media fantasiosa en la que los humanos los han convertido en leyenda. Un chaval que cree en ellos los encuentra de forma casual y surge una amistad entrañable en la que se protegen mutuamente. Los ositos, por cierto, son los últimos herederos de una antigua civilización muy avanzada con grandes conocimientos de tecnología (se nota por sus instalaciones) y magia. Además, tienen un secreto que les permite dar enormes saltos: el jugo de la gummibaya que debe ser protegido de los humanos a los que daba una fuerza sobrehumana (aunque de rápida caducidad, como la poción mágica de Panoramix). En nuestro país no se emitió al completo pero su tiempo en las tardes sabatinas de la tele (antes de la llegada de las privadas) fue suficiente para que nos aprendiéramos su canción: "¡Osos sooon! Que afrontan sin vacilación, aventuras sin comparación, ¡los osos Gummi son!".