Secundino González y Cristina Gª Ramos en el austero decorado del TD 2 en los estudios de Prado del Rey |
El comienzo del año 1980 trajo aires renovados para la Segunda Edición del Telediario. Si Eduardo Sotillos había iniciado una nueva etapa durante la Transición al tiempo que Lalo Azcona hacía lo propio en la Primera Edición, ahora se reforzaba ese cambio, sobre todo a nivel estético y el peso del informativo no era tan personal como lo había sido hasta ese momento. Se primaba la actualidad a pesar de que la técnica no siempre permitiera que se elaboraran reportajes con una mínima calidad en la misma jornada y se daba la oportunidad a los propios periodistas de presentar las informaciones que ellos mismos habían elaborado intentando desterrar, como estaba sucediendo también en la radio, la figura del locutor, perfecto en su dicción pero demasiado frío. Joaquín Castro había asumido la labor de dirección en 1978 y aparecía ante las cámaras en ocasiones especiales como la entrevista en directo al canciller alemán Helmut Schmidt durante su visita al país. Castro reconocía que "en realidad, en los telediarios está todo inventado, no se pueden hacer innovaciones. En el terreno de la información tenemos un techo planteado de antemano, no somos nosotros quienes lo establecemos. La información es única y tiene que ser solamente información. El único cambio sustancial que se podía hacer era este porque otra cosa que se hiciera quedaría fuera. Se podrá hacer mejor o peor pero nunca más allá porque no queda nada por inventar". Así de claro se manifestaba en la revista TeleRadio en un momento en el que los jefes se daban cuenta de que el paso que quedaba por dar era el de conseguir dar la imagen del día... en el propio día.
Cristina García Ramos en su debut para todo el país tras 8 años en TVE Canarias |
"Si no damos imágenes estamos a punto de convertirnos en radio. La máxima aspiración de un telediario es que la imagen lo diga todo. El problema está en conseguir esa imagen a tiempo, sobre todo cuando se trata de noticias de última hora. Ahora no disfrutamos de los medios que hagan posibles las imágenes en el momento. Será distinto cuando lleguen las cámaras autónomas, las ENG" afirmaba Castro. Esta era una de las grandes reclamaciones de los periodistas del Ente y se miraba con envidia a países cercanos como Francia o Reino Unido donde ya se estaban utilizando, aunque no de forma general, las cámaras de vídeo portátiles. Para que entendamos hoy por qué el director se quejaba de ese incoveniente debemos recordar que todavía se usaba el soporte cinematográfico para las grabaciones en exteriores y eso suponía que había revelar el negativo. Los reporteros llegaban sobre las 19 h con el material grabado y tenían que esperar turno en el laboratorio... porque sólo había uno. El realizador, Mauricio Rico, tenía una escaleta elaborada por dirección y todos los textos escritos por los redactores pero cuando comenzaba el TD a las 21 h no sabía de qué imágenes iba a disponer. Obviamente no se podía montar un reportaje en esas condiciones rodado esa mañana o tarde y por eso había locutores en el estudio que leían las noticias en directo mientras se ponía la secuencia montada en "colas".
La presentadora en redacción junto al director y una compañera |
Cristina García Ramos era la nueva presentadora "oficial" en sustitución de Adela Cantalapiedra, la "guía" entre las distintas secciones, y se elegía una periodista y no una locutora para afianzar el "nuevo aire" del TD 2. Venía de comandar los Servicios Informativos en TVE Canarias y fue la primera isleña a la que se le permitió presentar sin disimular su acento. A Cristina le acompañaban en plató Tello Zurro y Vicente Martínez Torres como locutores principales y varios periodistas como responsables de sección en pantalla: Secundino González para Internacional, Luis Ignacio Parada en Economía y Tom Martín Benítez en Laboral (sección que más adelante se llamaría Social o Sociedad). Entre los redactores y reporteros encontramos caras como las de Alejandro Heras Lobato, Marisa Goi, Santiago González, Martínez Galán, Juan José Calleja y Aurelio Rodríguez coordinados por Carlos Hidalgo. Este equipo se mantuvo durante un tiempo y las ideas permanecieron, la evolución en los Telediarios era ya imparable, al menos técnicamente.