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A la izquierda José Luis Coll (presentador), en el centro Camen (azafata), a la derecha Ignacio Salas y, agachado, Guillermo Summers. Equipo de lujo para un programa raro, raro. |
Quizás gracias a este artículo consigamos desbloquear uno de esos recuerdos televisivos lejanos y muy confusos. En realidad, no está muy distante en el tiempo porque vamos a hablar de un programa emitido en 1988 pero es posible que ocupe un lugar remoto en nuestra memoria, quizás a unos cuantos les sonará alguna imagen pero no consiga ubicarla exactamente. "La hora del TPT", ese era su título, se presentó como una de las grandes apuestas del primer trimestre del año: formato novedoso, caras muy conocidas en la presentación, famosos concursando (algo casi inédito en ese momento) y la interacción directa de los televidentes desde su casa eran los grandes atractivos de la propuesta. O eso parecía...
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La mascota del programa, Bulby |
José Luis Coll presentaba el invento e Ignacio Salas y Guillermo Summers se encargaban de unos microespacios diarios, los "TelePasaTiempos" (TPT) destinados a los espectadores y que había que ir resolviendo día a día. El domingo a las 19.30 h y por TVE1 se emitía el concurso de plató de una hora de duración en el que no sólo se daba la solución a esos "tepetés" sino que, además, ocho familias apoyadas por famosos competían en otros tres juegos: el videograma, el TPT de las tres caras y el TPT-film. Carmen Carrasco era la azafata (sin voz) y la mascota que protagonizaba unos brevísimos fragmentos animados era la bombilla Bulby. El premio gordo era de un millón de pesetas (unos seis mil euros).
Cuando apenas llevaba un mes en emisión fue portada de la revista TP, un honor reservado a los que triunfaban... o a los que suponía que iban a hacerlo. La redactora del reportaje (una tal María Teresa, sin apellido) incluso hacía referencia a la similitud (sospechosa) entre el nombre del espacio y la propia revista. También aclaraba (y os aseguro que era necesario) los horarios de los brevísimos concursos diarios que permitían la participación directa del público desde casa: "Pone a prueba la agudeza visual de los telespectadores y se les ofrece la posibilidad de tomar parte en el sorteo de importantes premios. Se trata de un microespacio de 90 segundos de duración que se da da de lunes a viernes y tres veces al día: a las 9.30 h durante "Por la mañana", a las 16.30 h después de "Falcon Crest" y a las 21.10 h después de "El Tiempo"".
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Ignacio Salas juega con el zapato de Carmen (azafata) ante la mesa de los concursantes famosos: Chumy Chúmez, Conchita Montes, Alfonso Ussía y Chelo Vivares (Espinete). José Luis Coll es testigo impetérrito de la escena. |
Nada menos que cinco páginas dedicadas a hablar del formato y también a una entrevista a su presentador aunque en realidad del programa no decía prácticamente ni mú. Eso sí, ya se dejaba entender cuál sería uno de los problemas que sentenciaría al concurso: "Como hemos podido comprobar, un solo visionado no suele ser suficiente para solucionar los TPT. De manera que, aparte de "estar al loro" las tres veces que son emitidos, los hay que ya utilizan el vídeo para verlo repetidamente hasta dar con la solución. Además, está previsto que el programa vaya incrementando su dificultad en sucesivas semanas de emisión".
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José Luis Coll con la mascota Bulby |
Y es que la cosa era bastante complicada. ¿Cuánta gente podía estar pendiente de la tele tres veces al día para resolver una especie de adivinanza? En cuanto a la parte realizada en el estudio resultaba bastante confusa y, desde luego, Coll no era el indicado para un concurso de estas características. Apenas un par de años después fichó por Tele 5 y encajó a la perfección en "Hablando se entiende la gente" (1990-93) y "Este país necesita un repaso" (1993-95) pero aquí... no conseguía animar al respetable y daba la sensación de que él mismo tenía dudas sobre la mecánica de los juegos. El humorista sería sustituido al poco tiempo por Andrés Caparrós que ya había presentado en la misma cadena el concurso infantil "Los sabios". Tampoco él duró mucho en el TPT.
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Carmen, azafata, rodeada por Salas y Summers
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Dirigía el asunto un recién llegado a la tele, Rafael Calvo, y no se entendía muy bien cómo le habían ofrecido este caramelito que, además, había costado un pastizal. Desde luego, era un hombre con una carrera, cuanto menos, curiosa: tras estudiar Filosofía y Derecho fue responsable de formación de unos conocidos grandes almacenes. Fundó su propia consultoría de formación y más adelante se lanzó a la creación de material interactivo. En 1986 (a saber por qué) creó una productora de televisión, TYVE, que en 1995 se reconvirtió en una empresa de ingeniería televisiva. Ya en el nuevo milenio fue fundador de una web y de una editorial religiosas.
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El decorado del programa dominical |
En su día hubo cierta polémica por la cantidad de patrocinadores de algunos premios y secciones. Varios miembros del Consejo de Administración del Ente manifestaron su oposición a esta fórmula (que se estaba usando ya en otros concursos como "El precio justo") porque se desdibujaba claramente una línea que, hasta entonces, separaba con mucha claridad los contenidos de un programa con la publicidad. Cuando se anunció su final, el 17 de abril de 1988, se publicó que, precisamente, la inclusión del patrocinador en cada uno de los TPT había sido uno de los motivos del cierre aunque se valoraba la posibilidad de un regreso con cambios unos meses más tarde. El programa nunca regresó a la parrilla y parece que nadie lo echó de menos.
Si tenéis curiosidad podéis ver su primera emisión pinchando aquí pero, lo advierto, bajo vuestra propia responsabilidad.