Era miércoles, 24 de octubre de 2001, TVE no tenía previsto celebrar su 45 aniversario a pesar de lo significativo de la fecha. Habían preparado una gran gala cinco años antes y organizarían otra un lustro después pero tampoco querían que el asunto pasara sin pena ni gloria así que pensaron que podrían festejarlo en su magazine "Tiempo al tiempo" presentado por Concha Velasco, que había comenzado como un programa nostálgico pero que fue adentrándose en temáticas mucho más escabrosas.
Aquel día, se había hablado de violencia doméstica, abusando del morbo del testimonio de dos afectadas, y de los tejemanejes del certamen Miss España. Rozando la medianoche, tras una pausa de publicidad, Concha daba paso a un reportaje sobre el cumpleaños de nuestra tele y tras él... Marisa Medina en primer plano daba la bienvenida al programa "Todo es posible en domingo".
La mítica locutora era interrumpida por otro no menos veterano presentador, la primera cara de TVE en Barcelona, don José Luis, de apellido, la mismísima ciuda condal. Él aclaraba que en realidad estaba allí para conducir el recordado "Reina por un día".
Pero él también veía cómo su discurso era cortado por Elena Santonja y ésta por Ramón Sánchez Ocaña...
... él por el Padre Mundina y, finalmente, llegaba Paco Costas para recordar que todos merecemos una Segunda Oportunidad, como su famoso programa sobre seguridad en la conducción.
Un grupo de presentadores de diferentes épocas y géneros que celebrarían con cuatro días de antelación el aniversario del medio que les había hecho famosos y que había constituído su pico profesional. Todos juntos en el sofá del plató de Sant Cugat del Vallés durante Concha Velasco luchaba contra su propia ética al presentar un programa que no era lo que le habían prometido.
Sin embargo aquella noche, la gran actriz pudo sentirse cómoda en el último tramo del espacio. Además de los comunicadores que se sentaron con ella también estaban presentes dos concursantes que alcanzaron la popularidad en los 60, Secundido Gallego de "Las diez de últimas", y Mercedes Carbó, la "mamá del millón" de "Un millón para el mejor". Todos juntos soplaron simbólicamente la tarta cumpleañera.
De esta forma tan sencilla TVE quiso sacar pecho en un momento difícil, recordando que su experiencia era un grado y que en el corazoncito de cada espectador habría un hueco para un programa, un personaje, un momento de la cadena pública.
Posiblemente, la corporación esté viviendo uno de sus peores épocas pero prefiero pensar en todos los instantes de felicidad que nos ha proporcionado, por eso levanto mi copa y digo bien alto ¡FELICIDADES Y GRACIAS!
martes, 28 de octubre de 2014
miércoles, 22 de octubre de 2014
Visto y oído
1972 ha pasado a la historia de TVE como el año del debut de su concurso más recordado, "Un, dos, tres" pero no era el único juego que salpicaba la parrilla. Aquel mismo año, en verano, se estrenó "Visto y oído", un modestísimo programa realizado desde los estudios de Miramar en Barcelona y que, por primera vez, aprovechaba la sapiencia de los espectadores más fieles, algo que mucho más tarde sirvió de base para otros concursos.
Presentaba el galán Mario Beut, conocido fundamentalmente por el exitoso (y perdido en el archivo) "La unión hace la fuerza" pero también por el benéfico "Club Mediodía" y sus grandes magazines radiofónicos. Su voz y su indudable apostura lo convertían en el típico presentador que nunca perdía la elegancia y que solía ayudar al concursante.
La dinámica era muy sencilla: dos participantes se enfrentaban en una sana competición por saber quién había visto más la televisión durante la semana pasada. Todas las preguntas estaban relacionadas bien con la programación de TVE bien con los contenidos de sus programas, series, actores y presentadores. De esa forma también cabían cuestiones sobre un cantante que había presentado su último éxito en cierto programa de la cadena así que no todo era tan estrictamente televisivo.
"Visto y oído" se emitió los martes a las 15.35h, tras la primera edición del Telediario, hasta diciembre. Fue un programa de breve permanencia pero cuyo formato es un claro precedente de otros concursos posteriores como "Locos por la tele", "Zip Zap" (presentado por Belén Rueda) o "Soy el que más sabe de televisión".
Presentaba el galán Mario Beut, conocido fundamentalmente por el exitoso (y perdido en el archivo) "La unión hace la fuerza" pero también por el benéfico "Club Mediodía" y sus grandes magazines radiofónicos. Su voz y su indudable apostura lo convertían en el típico presentador que nunca perdía la elegancia y que solía ayudar al concursante.
La dinámica era muy sencilla: dos participantes se enfrentaban en una sana competición por saber quién había visto más la televisión durante la semana pasada. Todas las preguntas estaban relacionadas bien con la programación de TVE bien con los contenidos de sus programas, series, actores y presentadores. De esa forma también cabían cuestiones sobre un cantante que había presentado su último éxito en cierto programa de la cadena así que no todo era tan estrictamente televisivo.
"Visto y oído" se emitió los martes a las 15.35h, tras la primera edición del Telediario, hasta diciembre. Fue un programa de breve permanencia pero cuyo formato es un claro precedente de otros concursos posteriores como "Locos por la tele", "Zip Zap" (presentado por Belén Rueda) o "Soy el que más sabe de televisión".
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domingo, 19 de octubre de 2014
Montand chante Prevert
Han pasado 46 años y su calidad e inventiva siguen despertando admiración. Música, poesía e imagen en perfecta armonía.
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viernes, 17 de octubre de 2014
Cantares
Era un viernes, 3 de febrero de 1978, 21.45h. Había finalizado el capítulo correspondiente de "El hombre y la tierra" y en vez del "Un, dos, tres" los espectadores se encontraron con un nuevo programa en antena. Kiko Ledgard había despedido etapa y comenzaba algo nuevo... o no tanto. La cabecera mostraba imágenes de la España más cañí. El título del flamante espacio era "Cantares", sólo estuvo en pantalla 8 meses pero el éxito y la repercusión lo convierten en uno de los programas emblemáticos de TVE.
El barroco Lauren Postigo era su guionista y presentador pero no su director (como solía dar a entender años después). Miguel de la Hoz, un profesional muy vinculado a los espacios infantiles, dirigía y realizaba esta reivindicación de la copla, de la canción tradicional española. Al día siguiente del estreno las críticas fueron terribles, se acusaba a la tele de reaccionaria, de querer volver al franquismo más exacerbado... Poco tiempo después "Cantares" había sabido vencer prejuicios y el público comprendió que si bien la dictadura se había apropiado del cante popular español, éste era libre y ya triunfaba antes de la asunción de Franco del poder. Las folklóricas y los autores respiraron tranquilos.
Juanita Reina fue la primera invitada, Lola Flores la segunda, en la tercera cita se apostó por una joven tonadillera que ya jugaba con otros géneros, Rocío Jurado. Paquita Rico fue la siguiente y en el quinto capítulo encontramos a un hombre, Rafael Farina. Y así hasta casi los cincuenta, de Isabel Pantoja al último invitado, Manolo Escobar, encontramos cantantes de distintas épocas y estilos: Estrellita Castro, Gracia Montes, María Jiménez, Joselito, Mikaela, Antonio Molina, Marifé de Triana, La Niña de la Puebla, Concha Márquez Piquer (con entrevista exclusiva a su madre retirada), Conchita Bautista, Lolita Sevilla...
El Corral de la Pacheca, un conocido tablao flamenco de Madrid era el escenario. Las cámaras captaban el ambiente real de un lugar donde se amaba la canción española y el público jaleaba a sus artistas. Miguel de la Hoz jugaba especialmente con los planos generales desde todos los ángulos posibles: derecha, izquierda, cenitales y un travelling interrumpido por las vigas de madera cada pocos segundos.
Pero además del concierto de media hora del cantante de la semana, uno de los momentos preferido por la audiencia era la entrevista que realizaba Lauren. Delirante a más no poder, la conversación podía ir del halago sobresaturado de azúcar al sarcasmo más cruel. Con pose de galán francés de los 50 (o eso pretendía), Postigo era al periodismo lo que la Cantudo al teatro.
El programa comenzó sus grabaciones meses antes así que sus responsables se hicieron conscientes del éxito un poco tarde. Dudas hubo sobre su emisión, cuatro meses de retraso con respecto a lo previsto, y también sobre si sería más adecuado colocarlo en la 2. Finalmente, los directivos decidieron apostar a lo grande por la reivindicación de un género denostado en aquella España democrática que quería romper radicalmente con lo anterior. Era un órdago... y salió bien.
La orquesta situada a la izquierda del escenario (desde la visión del artista) era parte fundamental. Daba empaque a unas canciones que muchos habían escuchado sólo con el acompañamiento de una guitarra. El Corral cambiaba cada semana el decorado pero manteniendo siempre la esencia de "lo español": mucho patio andaluz, mucha maceta con geranios y hasta utensilios de la cocina tradicional.
Con el tiempo el programa se fue sofisticando y homenajeaba a autores de letras y compositores ante un público en el que también había alguna celebridad, imitando el formato de "Esta noche... Fiesta" de Íñigo aunque con un nivel inferior.
"Cantares" finalizó el 1 de diciembre de 1978 pero en Fin de Año una parte del Especial fue realizada por el mismo equipo, desde el mismo lugar, con Postigo de anfitrión y con unas cuantas folklóricas peleándose por el micro.
Gracias a este programa, el archivo de TVE atesora actuaciones de Estrellita Castro:
La impagable entrevista exclusiva a Concha Piquer, ego contra ego:
El barroco Lauren Postigo era su guionista y presentador pero no su director (como solía dar a entender años después). Miguel de la Hoz, un profesional muy vinculado a los espacios infantiles, dirigía y realizaba esta reivindicación de la copla, de la canción tradicional española. Al día siguiente del estreno las críticas fueron terribles, se acusaba a la tele de reaccionaria, de querer volver al franquismo más exacerbado... Poco tiempo después "Cantares" había sabido vencer prejuicios y el público comprendió que si bien la dictadura se había apropiado del cante popular español, éste era libre y ya triunfaba antes de la asunción de Franco del poder. Las folklóricas y los autores respiraron tranquilos.
Juanita Reina fue la primera invitada, Lola Flores la segunda, en la tercera cita se apostó por una joven tonadillera que ya jugaba con otros géneros, Rocío Jurado. Paquita Rico fue la siguiente y en el quinto capítulo encontramos a un hombre, Rafael Farina. Y así hasta casi los cincuenta, de Isabel Pantoja al último invitado, Manolo Escobar, encontramos cantantes de distintas épocas y estilos: Estrellita Castro, Gracia Montes, María Jiménez, Joselito, Mikaela, Antonio Molina, Marifé de Triana, La Niña de la Puebla, Concha Márquez Piquer (con entrevista exclusiva a su madre retirada), Conchita Bautista, Lolita Sevilla...
El Corral de la Pacheca, un conocido tablao flamenco de Madrid era el escenario. Las cámaras captaban el ambiente real de un lugar donde se amaba la canción española y el público jaleaba a sus artistas. Miguel de la Hoz jugaba especialmente con los planos generales desde todos los ángulos posibles: derecha, izquierda, cenitales y un travelling interrumpido por las vigas de madera cada pocos segundos.
Pero además del concierto de media hora del cantante de la semana, uno de los momentos preferido por la audiencia era la entrevista que realizaba Lauren. Delirante a más no poder, la conversación podía ir del halago sobresaturado de azúcar al sarcasmo más cruel. Con pose de galán francés de los 50 (o eso pretendía), Postigo era al periodismo lo que la Cantudo al teatro.
El programa comenzó sus grabaciones meses antes así que sus responsables se hicieron conscientes del éxito un poco tarde. Dudas hubo sobre su emisión, cuatro meses de retraso con respecto a lo previsto, y también sobre si sería más adecuado colocarlo en la 2. Finalmente, los directivos decidieron apostar a lo grande por la reivindicación de un género denostado en aquella España democrática que quería romper radicalmente con lo anterior. Era un órdago... y salió bien.
La orquesta situada a la izquierda del escenario (desde la visión del artista) era parte fundamental. Daba empaque a unas canciones que muchos habían escuchado sólo con el acompañamiento de una guitarra. El Corral cambiaba cada semana el decorado pero manteniendo siempre la esencia de "lo español": mucho patio andaluz, mucha maceta con geranios y hasta utensilios de la cocina tradicional.
Con el tiempo el programa se fue sofisticando y homenajeaba a autores de letras y compositores ante un público en el que también había alguna celebridad, imitando el formato de "Esta noche... Fiesta" de Íñigo aunque con un nivel inferior.
"Cantares" finalizó el 1 de diciembre de 1978 pero en Fin de Año una parte del Especial fue realizada por el mismo equipo, desde el mismo lugar, con Postigo de anfitrión y con unas cuantas folklóricas peleándose por el micro.
Gracias a este programa, el archivo de TVE atesora actuaciones de Estrellita Castro:
La impagable entrevista exclusiva a Concha Piquer, ego contra ego:
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miércoles, 15 de octubre de 2014
"Pinocho", 1972
El Pinocho de Collodi, el Pinocho de Disney y en televisión el de Comencini. Don Luigi, el director de películas tan populares en Italia como "Pan, amor y fantasía" asumió como un reto el encargo de la RAI de adaptar el mítico personaje en una serie de televisión. Y como tal reto tuvo sus críticas negativas pero también un gran éxito en su emisión original. Para él lo más importante era solucionar el problema del muñeco, ¿cómo convertir a un tronco de madera en algo expresivo y que atrajera al espectador durante varios capítulos? Tiró de recuerdos de su primera lectura, cuando niño, y se hizo consciente de que siempre se había imaginado a Pinocho como un humano y no como un muñeco de madera así que la solución visual estaba en su memoria: convirtió a su protagonista en un ser real que interactuaba puntualmente con el muñeco como si fueran dos versiones del mismo individuo.
El siempre eficaz Nino Manfredi interpretaba a Geppetto y decía por aquel entonces de su personaje: "Es muchas cosas a la vez, la paternidad frustrada, la poesía creadora, el instinto, la evocación de un amor que no pudo ser fecundo y la preocupación educativa". La verdadera estrella de la serie, y así se anunció convenientemente, era la otrora diva del cine italiano y también del hollywoodiense Gina Lollobrigida que encarnaba a la Hada de los cabellos azules. "Es una película destinada más a los grandes que a divertir a los pequeños. La pregunta que cada uno se hará al final es ¿cómo me comporto yo con mis hijos" aseguraba la Lollo, curiosas declaraciones teniendo en cuenta que se vendió como una serie familiar pero especialmente dirigida a los infantes.
El niño Andrea Balestri encarnó con mucho desparpajo al protagonista y parece ser que no hizo el rodaje nada fácil a sus compañeros. Cuentan las crónicas de la época que tan solo la temperamental Gina consiguió parar los pies al niño... y sus padres. Balestri ha vivido desde entonces de las rentas. Intentó dedicarse a otras cosas ajenas al mundo del espectáculo pero finalmente claudicó y ha intentado ser cantante y actor. Publicó un libro recordando el rodaje de "Pinocho" y dirige su propia compañía teatral pero no ha conseguido cumplir las expectativas que su innato talento había creado en los 70.
Dos conocidísimos cómicos italianos, Franco Franchi y Ciccio Ingrassia se encargaron de los papeles del Gato y el Zorro, los primeros timadores que se cruza el niño de madera en su camino y el pater del cinema popular italiano de los 50, Vittorio de Sica interpretó el rol del juez.
La serie se vió en España en la Navidad de 1973 en el formato original de 6 capítulos de una hora. Por aquel entonces TVE emitía en blanco y negro y se tuvo que esperar a la Semana Santa de 1977 para verla en color. En esa ocasión se programó tres días seguidos a las 17h y con capítulos de dos horas. También se estrenó como película en cines y se distribuyó en ese formato en vídeo en los 80.
miércoles, 8 de octubre de 2014
30 años de "Spitting Image"
1984, Margaret Thatcher gobierna Reino Unido con mano de acero (no en vano hizo fortuna aquel sobrenombre de "La Dama de hierro en la prensa internacional) y en EEUU otro acérrimo conservador, Ronald Reagan, aprovecha su carisma (escasamente usado en el cine) para hacer lo propio. Era inevitable que ambos fueran cómplices y con ese caldo de cultivo la prensa satírica vivió una edad dorada. El "Sunday Times" encargaba frecuentemente a los artistas Peter Fluck y Roger Law esculturas en plastilina que servían de portada a sus críticas a ambos gobiernos. A alguien se le ocurrió que aquellas figuras podrían cobrar vida y ser protagonistas de un programa de televisión. Se contrató como guionista al director de la revista "National Lampoon" y como productor (que allí tiene también funciones directivas) al responsable de "Estas no son las noticias de las 9" (con Rowan Atkinson como uno de los presentadores). Había nacido "Spitting Image" aunque su periplo por productoras y televisiones fue largo hasta que Central Independent Television se animó a poner el dinero y la ITV a emitirlo. Han pasado treinta años y unos cuantos meses de aquello y sus guiones siguen sorprendiendo por su acidez y descaro.
"Las caricaturas son geniales pero los guiones horribles". Esa fue la crítica generalizada tras la emisión de los primeros programas. El propio equipo era consciente y la diferencia de caracteres entre sus integrantes llevaron al despido del guionista original y al cambio de planteamiento. Si a eso le sumamos que la audiencia iba bajando semana tras semana parecía evidente que no llegaría a una segunda temporada. Los sketches sobre la familia Real generaron además tantas ampollas que comenzaron los rumores de que la autocensura de la cadena ITV prevalecería.
Sin embargo, cuando todo estaba en contra, el programa fue sorprendemente renovado y comenzó su verdadera edad de oro, con audiencias superiores a los 15 millones de espectadores. La mayoría de los políticos se quejaban pero otros pedían su propia caricatura. La Thatcher vestía traje y corbata y acudía al urinario masculino, a Reagan le insertaba su cerebro cada mañana uno de sus colaboradores, el príncipe Carlos era un pelele y así ad infinitum... Varios países comenzaron a comprar la serie y el éxito fue global. En España se emitía dentro del programa de tarde con el doblaje de actores profesionales y no de imitadores (no tendría sentido de otra forma, aquí no conocíamos las voces de los políticos extranjeros).
TVE intentó su propia versión, el encargó lo recibió Lolo Rico, la directora de "La bola de cristal" y llevaría por título "Los Pepones" pero el proyecto no fructificó y los muñecos fabricados para el piloto se reaprovecharían en la última etapa de Los Electroduendes, mucho más politizada. Más tarde llegarían "Los Muñegotes" como sección de "¿Pero esto qué es?" y "Los Gugucús" en el "Tutti Frutti" de Tele5 pero en realidad sus verdaderos herederos españoles serían "Los Guiñoles de Canal Plus".
Con la llegada de John Mayor al 10 de Downing St. el programa perdió a su verdadera musa, Margaret Thatcher. Mayor era representado en gris y un nueva generación de guionistas, menos interesada en política, introdujo personajes del cine, la televisión y la música. En febrero de 1996 "Spitting Image" cerró sus puertas con un saldo de 10 BAFTAS y 2 Emmy.
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domingo, 5 de octubre de 2014
El olvidado primer capítulo de "Historias para no dormir"
Música de suspense, libros de reconocidos autores del terror, una
enorme tarántula... y el disco que ponía la banda sonora a estas
imágenes se ralla... Así es imposible crear ambiente, diría Narciso
Ibáñez Serrador en su presentación de su mítica serie "Historias para no dormir". Era 4 de febrero de 1966 y se iniciaba una etapa dorada en nuestra tele, comenzaba su andadura una serie que enseguida caló entre el público y que ha pasado al ideario colectivo como una de las mejores de todos los tiempos. Cuando las nuevas generaciones se acercan hoy a los capítulos que se conservan no son tan complacientes como sus espectadores originales, no contextualizan y critican la escasez de medios, el ritmo...
A las generaciones que la vieron en su día eso les da igual, el recuerdo del terror que les infundía en una televisión tan pacata que la calificaba con nada menos que dos rombos (¡altamente peligrosa!) es más que suficiente. Chicho ya advertía en aquella primera introducción que la audiencia debía ser benevolente si no encontraban sus marcianos tan monstruosos ni sus tramas tan terroríficas. De hecho, afirmaba que si por problemas de producción no llegaban a tiempo para la emisión se emitirían (bajo el mismo epígrafe) telefilmes de otras televisiones enmarcados en el mismo género.
Lo cierto es que el comienzo fue inmejorable, el primer capítulo es ejemplar. "El cumpleaños" se rodó íntegramente en formato cine 16mm, el único de todas las temporadas y uno de los primeros (sino el primero) de los productos periódicos de TVE en no usar el vídeo. Esto implicaba más tiempo y presupuesto pero el resultado final merecía la pena. Al no tener que realizar con tres cámaras no había límite con los encuadres, la colocación de la cámara, todo era más atrevido, menos "formal".
El protagonista era Rafael Navarro, reconocido actor de las dos primeras décadas televisivas y con una prestigiosa carrera en el doblaje. Suya era la voz de Humphrey Bogart en todos sus películas relevantes (pero en su doblaje original para cine, no el que se conserva, el redoblaje para televisión posterior sin censura) o de Charlton Heston (en "El Cid", "Ben Hur" o "Los diez mandamientos"). Era un protagonista que narraba en primera persona y con voz en off sus planes para el día de su cumpleaños, planes muy elaborados... y tétricos.
Su mujer, a la que no escuchamos, era Josefina de la Torre, una polifacética artista, escritora, poetisa, actriz y cantante lírica. Casi suena a chiste interno que su voz (también presente en doblajes de los años 30 a actrices de la talla de Marlene Dietrich) no pueda oirse aquí
Este capítulo es, posiblemente, el más elaborado de toda la serie y poco tiene que ver con el resto, de mayor duración y grabados en vídeo (excepto algunos insertos de exteriores). A pesar de su calidad no se incluyó en ninguna de las dos ediciones en DVD. Incomprensible. ¿Es quizás porque el propio Chicho era consciente de que lo prometido en aquel primer capítulo no se cumplió? No debería importarle mucho (si así fuera) porque el cariño del público prevalece en el recuerdo de "Historias para no dormir". Afortunadamente, el episodio fue reemitido en los 90 en Cine Classics (Canal Satélite Digital) y más recientemente en Popular TV así que no está perdido y los aficionados podemos revisarlo con deleite preguntándonos qué habría pasado si don Narciso hubiera podido mantener el nivel de esa primera cita, ¿la serie se hubiera exportado más allá de América Latina?
Disfrutadlo:
Lo cierto es que el comienzo fue inmejorable, el primer capítulo es ejemplar. "El cumpleaños" se rodó íntegramente en formato cine 16mm, el único de todas las temporadas y uno de los primeros (sino el primero) de los productos periódicos de TVE en no usar el vídeo. Esto implicaba más tiempo y presupuesto pero el resultado final merecía la pena. Al no tener que realizar con tres cámaras no había límite con los encuadres, la colocación de la cámara, todo era más atrevido, menos "formal".
El protagonista era Rafael Navarro, reconocido actor de las dos primeras décadas televisivas y con una prestigiosa carrera en el doblaje. Suya era la voz de Humphrey Bogart en todos sus películas relevantes (pero en su doblaje original para cine, no el que se conserva, el redoblaje para televisión posterior sin censura) o de Charlton Heston (en "El Cid", "Ben Hur" o "Los diez mandamientos"). Era un protagonista que narraba en primera persona y con voz en off sus planes para el día de su cumpleaños, planes muy elaborados... y tétricos.
Su mujer, a la que no escuchamos, era Josefina de la Torre, una polifacética artista, escritora, poetisa, actriz y cantante lírica. Casi suena a chiste interno que su voz (también presente en doblajes de los años 30 a actrices de la talla de Marlene Dietrich) no pueda oirse aquí
Este capítulo es, posiblemente, el más elaborado de toda la serie y poco tiene que ver con el resto, de mayor duración y grabados en vídeo (excepto algunos insertos de exteriores). A pesar de su calidad no se incluyó en ninguna de las dos ediciones en DVD. Incomprensible. ¿Es quizás porque el propio Chicho era consciente de que lo prometido en aquel primer capítulo no se cumplió? No debería importarle mucho (si así fuera) porque el cariño del público prevalece en el recuerdo de "Historias para no dormir". Afortunadamente, el episodio fue reemitido en los 90 en Cine Classics (Canal Satélite Digital) y más recientemente en Popular TV así que no está perdido y los aficionados podemos revisarlo con deleite preguntándonos qué habría pasado si don Narciso hubiera podido mantener el nivel de esa primera cita, ¿la serie se hubiera exportado más allá de América Latina?
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jueves, 2 de octubre de 2014
"Ahí te quiero ver", el programa de la Sardà
Humor y música combinados con entrevistas. Nada nuevo, sólo depende de cómo se envuelva el contenido y ahí es donde radicaba la diferencia de "Ahí te quiero ver" que se estrenó en octubre de 1984 con las garantías de ser un formato probado con éxito en el circuito catalán de TVE bajo el nombre de "Per molts anys" (Por muchos años). El mismo equipo trasladaba sus pretensiones de entretenimiento al ámbito estatal pero se seguía realizando desde los estudios de Barcelona.
Su presentadora, Rosa María Sardà, era ya muy popular en Cataluña pero en el resto del país su cara apenas sonaba por sus papeles en algunos espacios dramáticos como "Novela" o "Estudio 1". Mientras que en su tierra ya había protagonizado series de todo tipo, demostrado su valía en el drama y la comedia y hasta en las "varietés", este sería su primer gran "papel" a nivel nacional, porque en realidad ejercía de actriz cuyo rol era el de presentadora. Realizaba Miquel Fortuny y entre los guionistas destacaba un debutante Xavier Sardà.
Cada semana el programa se dedicaba a un tema monográfico, su decorado cambiaba y las entrevistas se ajustaban al asunto. Si se hablaba de la jet-set acudía, obviamente, Gunilla Von Bismark en un entorno playero, si se abordaba el mundo de las noticias veíamos a Manu Leguineche, Manuel Campo Vidal y Cristina Gª Ramos en una redacción...
Bertín Osborne, Rocío Jurado, Montserrat Caballé, Antonio Gala... los 80, época dorada para los programas con entrevistas, grandes personajes con mucho que decir acudían a los platós sin cobrar un duro y además participaban con su ingenio en unas entrevistas muy poco convencionales. Y esa era una de las principales gracias del programa, se desacralizaban materias muy respetables, los intelectuales se reían de sí mismos y la gente del espectáculo se tomaba en serio. La comunicadora contagiaba a todos con su peculiar sentido del humor y por eso, enseguida, "Ahí te quiero ver" fue en realidad "el programa de la Sardà.
Y por primera vez también en nuestro país, la presentadora y entrevistadora, en realidad la actriz que encarnaba ese papel, aparecía en multitud de sketches que salpicaban el espacio entre las entrevistas y las actuaciones musicales, todas de actualidad, todas en pleno éxito, desde Vicky Larraz (todavía en Olé, Olé) a Mecano.
Sin duda el gag más celebrado, recordado e imitado en la época fue aquel protagonizado cada semana por un matrimonio aburrido, ajado por el tiempo... y muy realista. ¿Quién no recuerda aquello de "Honoraaaatoooo"?
¿Y cómo se llamaba ella? Lo ignoro pero da igual, aquella señora insoportable que acosaba psicológicamente a un marido con evidentes síntomas de Parkinson y de alguna demencia podía ser cualquier vecina que hubiera convertido a su pareja en un calzonazos. Sus interminables peroratas eran caústicas a más no poder y una crítica a cierto sector de la España de los años 80.
Enric Pous encarnaba al sufrido Honorato que, puntualmente, demostraba leves atisbos de lucidez. Pous era también el actor comodín, aparecía en la presentación del programa (cada día distinta) esperando a la estrella del show e intervenía en buena parte de los sketches.
La primera temporada del programa finalizó triunfante en 1985, premio TP a la mejor presentadora incluido, pero no se renovó inmediatamente. Hubo una segunda etapa en 1986/87 con ciertos cambios. Ya no había temas monográficos y sólo acudía un invitado por programa. Tenía más peso el humor y se eliminaba el personaje de Alvarito, un muñeco con el que charlaba la actriz y que criticaba el programa continuamente. De nuevo el público respondió positivamente pero... no volvió.
Rosa María Sardà era ya una estrella en todo el país y años más tarde interpretaría a una actriz harta de su encasillamiento en un programa de humor de gran éxito en la tele en la película de Ventura Pons "Actrices". ¿Quizás se basaba en su propia historia?
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