lunes, 3 de agosto de 2015

Luis Miravitlles, el primer divulgador científico de TVE

Foto Gabriel Sendra. Todos los derechos reservados

Fue el primer gran divulgador científico de nuestra televisión y eso, en una España que presumía de desarrollismo ante Europa pero que se enfrentaba a un índice de analfabetismo amplio, no era fácil. Luis Miravitlles se asomó a la pantalla en 1959 y permaneció casi dos décadas en pantalla. Algunos de sus programas crearon vocaciones y cuando hemos hablado de él en este blog muchos han manifestado el cariño con el que se le recuerda: espectadores anónimos que seguían sus explicaciones sobre ciencia y tecnología y que se sorprendieron al ver (literalmente) cómo era el mecanismo de un microscopio o al  comprender cómo era posible que el hombre viajara al espacio. Pero también nos ha escrito gente cercana a él, uno de sus nietos lo hizo hace tiempo y más recientemente una de sus cinco hijas, profesional muy reconocida en Barcelona en el ámbito médico. Con María José hemos querido descubrir una faceta más íntima de este comunicador y nos ha abierto la puerta de sus recuerdos de forma entusiasta. Sus efusivas palabras nos demuestran que Luis Miravitlles era tal y como aparecía en televisión, un divulgador siempre dispuesto a explicar a cualquiera cómo funcionaban las cosas.


- Tu padre era un hombre de ciencia, profesor de Universidad pero a principios de los 60 comenzó a colaborar en TVE y no precisamente como divulgador, ¿cómo surgió ese primer contacto con Miramar?

Eran los inicios de la TV y papá tenía buenos amigos periodistas, entre ellos Federico Gallo y Felipe Vila San Juan. Sé por mi madre que iba allí después del trabajo a buscar a sus amigos y allí les surgió la idea.

- Si no me equivoco su primer trabajo en la tele fue como “panelista” en un concurso de la temporada 1959-60, “Adivine su vida”, formato americano que también tuvo mucho éxito en aquella TVE primigenia, fue una toma de contacto con el medio un tanto peculiar, ¿cómo la recordaba él?

Según mi madre (yo no recuerdo esos inicios porque era muy pequeña), empezó directamente en un programa como invitado, por aquel entonces papá trabajaba en el laboratorio municipal de aguas de Barcelona y daba clases como Profesor adjunto de la cátedra de Geología Aplicada de la facultad de Farmacia.


- Su primer programa como director y presentador fue en 1962, “Nueva época” y aquí ya comenzó su verdadero “yo televisivo”. Es un espacio del que nunca se suele hablar cuando se recuerda su trayectoria y del que, por supuesto, no hay nada grabado. ¿Os habló alguna vez de ese programa o precisamente por el éxito de los siguientes él mismo lo olvidaba?

¡Sí que hablaba de él! Fue su primer programa y el que le lanzó a ese mundo. No hay nada grabado porque se hacía en directo. 

- En la temporada siguiente estrenó su primer gran éxito popular con el que además consiguió el premio Ondas, “Visado para el futuro”. Fue el primer divulgador científico en obtener este galardón. ¿Qué supuso para él este programa y este reconocimiento?

Supuso realmente la posibilidad de dedicarse a algo que le apasionaba, lograr llevar la ciencia a todo el mundo. Estaba orgullosísimo de su trabajo y más que la recompensa de premios personales le encantaba la posibilidad de que eso le permitiera a él o a otros difundir materias a las que en aquel momento no tenía acceso todo el mundo (recordemos que muchos jóvenes no pasaban por la universidad en aquel momento y aún había analfabetos en España)

- De este programa saldría un libro con una tirada millonaria y que fue traducido a varios idiomas…

¡Siiiiií! ¿Lo has leído? Te lo recomiendo, te sorprenderá su visión.


- Parece que tu padre era un hombre inquieto porque tras dos años con “Visado para el futuro” estrena otro programa bastante ambicioso, “Las fronteras de la ciencia” (1966) y que quizás era un proyecto más personal, que se acercaba más a su propia profesión…

Era farmacéutico y profesor titular de la Facultad de Farmacia de Barcelona, así que la profesión en realidad fue la de divulgador… Digamos que fue creciendo como comunicador y que en cada nuevo programa podía poner nuevos medios necesarios para hacer lo que le gustaba. ¿Inquieto? ¡Jajaja! ¡Eso es poco! No paraba. Además de farmacéutico tenía dos años de Biología, Económicas, Física y creo que Química. Hubo una época que hasta le dio por estudiar ruso por el tema de la carrera espacial. Nosotros (y hablo en plural porque somos cinco hermanos y todos lo adoramos) creíamos que ya tenía ese don para la comunicación, la TV fue un medio fantástico para que lo pudiera hacer llegar a más gente, pero en su entorno a todos les gustaba escuchar a mi padre. Además era tremendamente creativo, estaba continuamente innovando.


- Ese mismo año comienza otro gran éxito, “Misterios al descubierto” que permanecería en pantalla cuatro años, algo increíble para un divulgativo en una España que todavía sufría un índice de analfabetismo elevado, ¿a qué crees que se debía el éxito de sus programas?

Como él decía siempre, hay que aprender un poco cada día… de cualquier cosa. Así que sí, Misterios al descubierto fue el programa por el que más se le recuerda, la cumbre de su carrera como divulgador científico. Su éxito… clarísimo, tenía un don. Un don impresionante para lograr que cualquiera pudiera entender los conceptos más difíciles de química, física, matemáticas o cualquier otra ciencia compleja. Su creatividad a la hora de buscar ejemplos era impresionante. Recuerdo estar en casa un fin de semana 
y oír a papá gritar “Niños, mamá venid por favor (eso siempre prometía ser divertido) coged todas las formas esféricas que encontréis, pelotas de todos los tamaños. Nena (era como llamaba a mi madre) ¡una manta!” Y allí en medio del comedor, nos hizo estirar la manta para explicarnos cómo, al poner una bola en el borde, ésta (por mucho que estirásemos la manta) siempre iba hacia el centro. Así explicó la ley de la gravedad en uno de sus programas.  

Y ese era su éxito, su imaginación a la hora de saber contar algo a priori “tan aburrido” como la ciencia.


- Al mismo tiempo continuaba con su trabajo en la universidad, ¿cómo conseguía compatibilizarlo?

Eso es una pregunta que deberías hacerle a mi madre, ¡jajaja! Imagino que con una mujer como ella al lado, podía compatibilizar cualquier cosa. Mi madre fue su mejor apoyo, su amiga, su crítica, su ayudante… su TODO con mayúsculas. Y también con una enorme capacidad de trabajo e ilusión por todo lo que hacía. Era la persona más optimista que he conocido en mi vida.


- Tras un parón regresa a TVE con “La prehistoria del futuro”, poético título para un programa en el que se hablaba de la “nueva ciencia”. Tu padre fue el primero en explicar, por ejemplo, la nanotecnología, ¿realmente su curiosidad era tan amplia o se debía más bien al trabajo de los guionistas?

¡Qué va! Los guionistas debían ir locos con él, jajaja. Era así, no paraba de leer, de aprender. Si hubiera tenido la posibilidad de vivir en el mundo actual, acceder a internet, ¡le habría encantado!

Foto Gabriel Sendra. Todos los derechos reservados
 
- Una de las características de los programas de don Luis era su estética, ¿hasta qué punto él ofrecía ideas a los realizadores o decoradores? ¿era iniciativa suya que sus espacios fueran tan visuales?

Lo que te comentaba antes, tenía ideas en todas partes y una mente prodigiosa que le permitía “ver” antes de hacerlo como podía transmitir esa idea genial a todo el mundo sin excepciones. Su preocupación por lo que llamas estética, era más la puesta en escena perfecta para que la gente de la calle entendiera lo que era un agujero negro, como funcionaba un microscopio o como en el futuro las nanopartículas dominarían la ciencia…

- Eras muy pequeña en su apogeo televisivo pero ¿cómo se vivían sus apariciones en la tele desde casa? ¿Lo veíais todos juntos?

¡¡¡Siiiií!!! Claro que sí. Lo veíamos todos en el salón con mamá y con los abuelos y los tíos en verano. No nos perdíamos ni uno. Imagínate si ya vivíamos la preparación desde casa. Además el programa se emitía antes de Viaje al fondo del mar (una serie americana que transcurría en un submarino), ¡así que todos pegados a la tele! La verdad es que nos encantaba, aunque sufríamos por si se equivocaba o algo salía mal, recuerdo una vez en la que se confundió con el valor de ley de la gravedad (en lugar de 9.81 m/s² creo que dijo 98 m/s²) y lo llevamos fatal… la realidad es que nadie se dio cuenta ¡jajaja! sólo sufríamos nosotros.

 Luis con su mujer y sus hijos

- No sé si has podido ver recientemente alguno de sus programas, en ese caso imagino que tu visión actual no tiene nada que ver con la que tenías cuando eras una niña, ¿qué sensación te produce ahora?

He podido ver fragmentos, ningún programa entero, creo que muchos se destruyeron en el incendio de Miramar y hemos intentado recuperar alguno, pero no hemos podido. La sensación, uffff, increíble, aún me asombro ahora de su capacidad, del timbre de su voz, de lo que se avanzó a en su tiempo en algunos conceptos… soy poco objetiva, era mi padre y era un dios para mí.

- ¿Te sorprende de alguna manera ver lo gran divulgador que era y, sobre todo, lo moderno que resulta incluso hoy?

La verdad... ¡¡¡no!!!


- ¿Sus nietos son conscientes de su importancia en la historia de la divulgación científica en TV?

Todos los hermanos adorábamos a nuestro padre y hablamos mucho de él, continuamente, entre nosotros y con nuestros hijos. ¡Saben perfectamente que su abuelo era un crack!

- ¿Alguno de sus hijos/as ha seguido su labor?

El legado que dejó va más allá de su faceta como divulgador científico. Y aunque ninguno ha tenido la oportunidad de seguir su carrera en TV, sí que de alguna forma nos desenvolvemos bien ante medios y cada uno en su profesión hemos llegado a tener un papel que le hubiera hecho estar orgulloso.

- Sin querer entrar en intimidades, ¿cómo era personalmente?  

Ten cuidado que si empiezo, te lleno 20 folios, jajajaja. A nivel personal, papá era exactamente igual que a nivel televisivo, magnífico padre y marido, un excelente amigo de sus amigos, creativo, divertido, exigente consigo mismo antes que con los demás, educador de excelencia, un jefe con enorme liderazgo… atractivo, con una voz inigualable… ¿sigo?

 

- Él fue uno de los que explicó a las españoles la carrera espacial y por eso retransmitió desde Prado del Rey y junto a Jesús Álvarez la llegada del hombre a la Luna, apoyando los comentarios de Hermida, ¿qué supuso para él aquella jornada?

Fue genial y recuerdo muy bien aquel día porque aunque fue Hermida el que ha quedado para la historia, fueron Jesús y mi padre los que mantuvieron a toda España levantada de madrugada con el programa que se emitió para hacer esa conexión. Para él fue un sueño, participar aunque fuera con un pequeño granito de arena en el proyecto del siglo, ¡imagínate!
Su relación con la NASA empezó con el programa Apolo, allá por los principio de los 60. A él siempre le apasionó el programa espacial, de hecho muchos de sus programas trataron este tema. Viajó a Houston varias veces, no recuerdo si de forma especial a preparar en concreto ese evento, pero sí que tenía una buena relación con Wernher von Braun (responsable del equipo que desarrollaba los cohetes Saturno, los que impulsaban a los Apolo).

 Luis con Jesús Hermida y Pérez de Rozas, fotógrafo de La Vanguardia, en Houston

- Su última colaboración habitual para TVE fue para el informativo cultural “Hora 15” de Martín Ferrand, ¿se apartó de la tele o le apartaron?

 La verdad es que si hubiera habido propuestas que le hubieran ilusionado, seguro que habría seguido. Tenía cinco hijos y buscó la manera de mantener la familia a flote con otros proyectos. Eso es todo.

- ¿Echaba de menos su función como divulgador televisivo?

Si lo hacía nunca lo manifestó. Ya te he comentado que era tremendamente positivo, nunca le oí quejarse de nada. Todo en lo que trabajaba le gustaba y le ilusionaba. Pero imagino que sí le hubiera gustado seguir haciendo llegar la ciencia a todo el mundo

 

- ¿Tenéis la impresión de que su figura ha sido olvidada o, al menos, poco reconocida por la propia televisión?

La verdad es que sí. Es cierto que hay poca documentación gráfica de aquellos tiempos, pero cuando en ocasiones hablan de la TV de esa época y recuerdan algunos programas, echamos en falta que no salga su nombre.

9 comentarios:

  1. Gracias por dedicarle el tiempo, el post y estas cariñosas palabras a mi abuelo. Para mí fue un placer disfrutar de él 5 años de mi vida.

    Bea Carrillo Miravitlles

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  2. Si no fuera por apasionados de la televisión como tú mucha información caeria en el olvido y desconoceriamos a estos auténticos pioneros. Enhorabuena por la entrevista !!!

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  3. Muchísimas gracias por este magnífico post que me gustaría hicieras extensivas a Gabriel Sendra por la cesión de las fotos. Has emocionado a toda la familia, en especial a mi madre, recordando al que para muchos fue el mejor divulgador de ciencia de la historia de televisión. Mª José Miravitlles

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  4. Gracias a todos por vuestras palabras, estoy realmente emocionado. Ojalá consigamos que TVE tenga en cuenta a Luis Miravitlles en sus próximos aniversarios.

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  5. Maginífico!!!
    Le recordamos perfectamente y, aunque éramos pequeños, nos atraía cuanto decía!
    Hace falta gente como él para que otra Tele sea posible: formativa, seria, motivadora,
    Gracias!

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  6. Mi satisfacción es total al recuperar a uno de los ídolos de mi infancia..., al que seguía...., con fervor¡¡¡¡
    Me enorgullece haber conocido a su hija, a la Dra. María José con la que he compartido tareas de comunicación de mil maneras distintas....
    Luego, antes, siempre..., yo he combinado mi CV profesional con mi parte de comunicador y divulgador en radio, TV, en directo, grabados........, cierto...., pero nadie como el admirado Dr. Miravitlles¡¡¡¡
    Un saludo cordial y cariñoso desde http://www.neyro.com, solo un aprendiz¡¡¡¡

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  7. Yo también le recuerdo muy bien, fascinante, quedaba impresionada en cada programa, buen profesional, sabía transmitir su sabiduría a todo el público, no importaba la edad del telespectador. Gracias!

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  8. Gran persona, amigo incondicional de sus amigos.
    Yo soy hija de un gran amigo suyo y le recuerdo en casa visitando a mi padre.
    Mi padre le idolatraba.

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