miércoles, 29 de julio de 2015

Chicho y sus niños asesinos en Directísimo

 
En  1976 Chicho Ibáñez Serrador había regresado a televisión con la segunda etapa de su popularísimo "Un, dos, tres" presentada de nuevo por Kiko Ledgard y producida por primera vez en color. Esa temporada había comenzado en marzo pero no sería la única sorpresa que tenía preparada para el público ese año porque en abril presentaba su segunda (y desgraciadamente última) película. En apenas dos meses se le acumulaba el trabajo, había retornado a los dos medios que le habían convertido en una celebridad en nuestro país: la tele y el cine. Mientras su concurso crecía en espectacularidad y se reafirmaba como un show para toda la familia, su film suponía un nuevo acercamiento a su género favorito, el terror psicológico. Si en su primera película, "La residencia", había insistido en la estética neogótica de su serie "Historias para no dormir" realizando casi un capítulo especial con más presupuesto, en "¿Quién puede matar un niño?" se atrevía con una trama mucho más psicológica y con escenas tan audaces que fueron censuradas. En algunos países incluso fue prohibida y no se exhibió hasta hace bien poco en festivales especializados. En su día la película tuvo premios internacionales y fue un éxito considerable; dentro de su campaña de promoción, el director acudió al entonces famoso programa "Directísimo" acompañado de algunos de los inquietantes niños protagonistas de la peli. Ellos en realidad no se habían enterado de nada durante el rodaje, a pesar de lo bestial de algunas escenas todo se había planteado como un juego, descontextualizando las situaciones que después serían convenientemente alteradas gracias el montaje creando las incomodas sensaciones que agobiarían al espectador en la sala de cine. Íñigo arriesgó mucho al tener en el mismo plató a los actores que no sabían de qué iba la película y al director que tenía que hablar de la trama...

1 comentario:

  1. Chicho, Íñigo... madre mía que dos monstruos, crecí con ambos (cosecha del 71) y viendo la televisión actual las comparaciones son odiosas.

    Lo de Chicho no se explica, dos de las mejores películas de género de la historia del cine (son tan buenas que no las circunscribo al cine español) y se acabó. Recuerdo ver de pequeño ambas películas y el mal rollito que pasé (sobre todo con la residencia)... si gracias a Chicho pasé la peor noche de mi vida después de calzarme con 10 años el peliculón de No profanar el sueño de los muertos y que se fuese la luz en casa una noche de tormenta cuando nos íbamos a la cama. Gracias a esto y el un, dos, tres los viernes al acabar la semana del cole, todos los de mi generación tendríamos que tenerlo en un pedestal en casa al amigo Chicho.

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