Tres años de rodaje y cientos de accidentes provocados dieron como resultado "La segunda oportunidad", posiblemente el programa sobre seguridad vial más famoso de nuestra tele y el más exportado. Emitido entre 1978 y 1979, a lo largo de 26 entregas, este divulgativo consiguió concienciar al español (bueno, al europeo si tenemos en cuenta su emisión en otros países) de la importancia de tomar la decisión correcta durante la conducción, porque nunca hay una segunda oportunidad como aquella que se veía en la reconocible cabecera, los coches destrozados nunca se reconstruyen por arte de la moviola en la realidad.
El periodista gallego Paco Costas dio la cara y puso su rasgada voz para explicar (metiendo un poco de miedo) lo fácil que es, a veces, evitar un mortal accidente. Especializado desde sus inicios en prensa en temas de motor, hoy en día sigue dedicándose a ello. Sus primeras intervenciones en TVE fueron en el ómnibus "Todo es posible en domingo" a principios de los 70, como la cosa funcionó bien los jefes le encargaron el primer espacio dedicado íntegramente a los coches y su mecánica, "A cuatro tiempos". Con "La segunda oportunidad" consiguió definitivamente la fama.
El programa partía de una idea del director y realizador Fernando Navarrete, el eterno cómplice de José María Íñigo en el control"Estudio Abierto" y que a mediados de los 80 dominaría las cámaras en aquellas interminables Nocheviejas en directo con Concha Velasco con la que repetiría fórmula en pequeñas dosis en "¡Viva el espectáculo!". Paco Costas describía en un reportaje para la revista "TeleRadio" en 1977, un año antes de que se difundiera el primer episodio, cómo trabajaba Navarrete en la planificación: "Ha pasado una hora, ha dispuesto sus efectivos y todo parece estar en su sitio. El rodaje previo al accidente es muy laborioso. Planos de los pies del conductor frenando. Hay que filmar los pretendidos errores que motivaron el vuelco al producirse el reventón del neumático. Después planos de la acción correcta que dará al personaje de la historia la segunda oportunidad y la posibilidad de evitar el accidente. Pie al freno, suave el intermitente, en el momento en el que el estallido del neumático provoca una pérdida en la dirección. Una cámara en el capó del coche de Navarrete que conduce él mismo, va en seguimiento del coche protagonista. Otra, pegada con ventosas y toda clase de ingenios improvisados, filmará en planos cortos el neumático".
¿Y quién era el incauto voluntario que se prestaba a conducir esos vehículos en peligro? Aquí lo tenéis, Alain Petit, "le cascadeur", acróbata automovilístico y especialista cinematográfico francés que trabajó en múltiples ocasiones desde los 70 en producciones internacionales y que siguió en activo en este peligroso oficio hasta finales de los 90. Con su templaza (y temeridad) recorrió cientos de kilómetros de carreteras de Ávila para este programa. Esta provincia fue el principal escenario para el programa gracias a la variedad de sus calzadas, el poco tráfico y las facilidades que prestaban las autoridades. El agudo ojo del operador de cámara Paco Aguayo captó perfectamente cada uno de aquellos desastres provocados.
Las espectaculares explosiones que se veían cada semana eran un reclamo para el espectador que, de paso, se quedaba con la lección que predicaba Paco Costas entre esas impresionantes escenas narradas por Rafael Taibo, el inolvidable locutor de Radio Clásica y voz también asociada a buena parte de los documentales de Cousteau.
Aquellos efectos especiales tenían un responsable bien conocido por su excelso trabajo, el recientemente fallecido Reyes Abades. Este fue el primer trabajo que realizó con su recién creada empresa aunque por entonces ya tenía sobrada experiencia en rodajes de películas de todo tipo.
"La segunda oportunidad" tuvo un éxito considerable en su primer pase y por eso se repitió en multitud de ocasiones y horarios porque en realidad su mensaje seguía presente a pesar de que el celuloide fuera perdiendo color con cada reposición.
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