sábado, 31 de mayo de 2014

Sylvie Vartan y su polémico play-back en "Gran Parada"


Febrero de 1964, Sylvie Vartan es "la más bella del baile" como decía una de sus canciones más exitosas de la época. Su noviazgo con Johnny Halliday y su éxito en la música y el cine en Francia la convertían en una atracción en toda Europa y por eso fue invitada al programa estelar de TVE en Madrid, "Gran Parada", una de esas exclusivas por las que el equipo pugnaba contra sus rivales en Miramar (Barcelona), "Los amigos del lunes". Su llegada al estudio 3 de Sevilla Films para actuar en el programa fue ampliamente reflejada por la prensa de la época que la trató con cierta displicencia y sin valorar demasiado su valor como artista.


El programa lo realizaba Ramón Díez (a la derecha de la foto señalándole a Silvie dónde debía moverse en el escenario) y lo presentaba Carmina Alonso. No era su mejor época, la competencia del show presentado por Franz Johan y dirigido por Arthur Kaps desde Barcelona era ya muy fuerte y además la falta de un presentador con carisma para introducir a los artistas era ya motivo de crítica en las revistas especializadas. Aún así, cada semana los productores conseguían a los artistas que más fuerte pegaban en la época.


La visita de Vartan fue especialmente polémica porque cantó en play-back, algo que podían hacer los chicos de "Escala en HI-FI" pero que el espectador no aceptaba bien en los cantantes reconocidos. Los periodistas se encargaron de hacer crecer la bola, se burlaban de la razón (según ellos excusa) ofrecida por la cantante: una fuerte afonía. Además, para rematar la faena, se filtró la alta cantidad que cobraría la francesa y eso sirvió para alimentar los comentarios de cierta prensa que criticó que no se rebajaran los honorarios a pesar de no haber cantado en directo, como se esperaba de una "chica pop" de fama.
   No sería la única en sufrir críticas por este tema, poco a poco la audiencia se acostumbraría al play-back y lo que antes habia sido norma, la música en directo, se convertiría en género en extinción.

   No se conserva este "Gran Parada" en el que Sylvie interpretó 4 canciones pero tres años más tarde volvió a TVE ¡y cantó en directo!


viernes, 30 de mayo de 2014

Tiempo de magia


El verano de 1975 un programa modesto, sencillo pero sorprendente (ese era sin duda su ánimo principal) consiguió un éxito inesperado para los programadores. Era la primera vez que se ofrecía un espacio con la magia como único contenido, hasta ese momento, los trucos habían sido parte de los shows de variedades como "Gran Parada", "Noche del sábado" o "Amigos del lunes" que invitaban a grandes ilusionistas europeos pero nunca se habían atrevido a dedicarles su propio programa. "Tiempo de magia" fue el evidente título elegido y para presentarlo se seleccionó a dos profesionales de la prestidigitación, uno veterano y otro joven. El primero era Julio Carabias, actor y showman conocido por los espectadores de TVE por sus intervenciones en multitud de espectáculos, incluso llegó a presentar la Nochevieja de 1967. El segundo era Juan Tamariz, que ya había aparecido en televisión colaborando en "Buenas tardes" en la etapa presentada por Raúl Matas pero al que todavía no le había llegado su momento de gloria.
   "Tiempo de magia" es muy valorado entre los aficionados a este arte por ser el pionero, además el humor que impregnaban a las presentaciones el dúo Carabias-Tamariz ayudó a que toda la familia disfrutara del asunto. En la temporada siguiente Tamariz sería seleccionado por Chicho para interpretar a Don Estrecho en la vuelta del "Un, dos, tres" y un año más tarde sería integrante del grupo de "El Recreo" comandado por Torrebruno. Abandonaría la televisión temporalmente para triunfar en el mundo entero con su show de magia y humor (o viceversa).
Carabias se reencontraría con su socio a principios de los 80 en otro programa similar pero con más medios, "Por arte de magia".

   La web del Archivo de RTVE ha colgado recientemente la grabación de su piloto, una ocasión excelente para ser testigos de cómo se hacía tele en los setenta. Podéis verlo pinchando aquí

sábado, 24 de mayo de 2014

El farsante de Occidente


A finales de los 70 TVE quiere comenzar a regularizar la emisión en color aunque aún tardará un tiempo en conseguirlo y no hablemos ya de los espectadores, que siguieron con televisores en B/N hasta bien entrados los 80. En realidad ya se había comenzado a experimentar con este sistema mucho antes, a mediados de los 60 se grabaron varios programas especiales pero no sería hasta una década más tarde cuando se comenzó a normalizar la grabación en colorines. En 1976 se emitió uno de los primeros "Estudio 1" grabados con el nuevo sistema. "El farsante de occidente" de John Millington Synge. No era la primera adaptación de esta obra irlandesa, ya en 1967 y 1969 los espectadores habían podido disfrutar de su intensidad.


Tan sólo había un par de estudios en color, hoy en día cancelados por contaminación por amianto y allí se probaba la nueva técnica con el método error-ensayo, la ropa que tan bien quedaba en tonos grises era demasiado llamativa en colores, los decorados que antes parecían realistas ahora semejaban una atracción de disneylandia, la iluminación era demasiado exagerada... todos los profesionales técnicos intentaban adaptarse lo mejor y más rápido posible. Esta versión estaba dirigida y realizada por Juan Guerrero Zamora, todo un especialista en dramáticos del que ya hemos hablado aquí. El reparto estaba encabezado por Manuel Galiana pero un amplio elenco lo secundaba, Javier Loyola, Manuel Mejuto, Inma de Santis, Álvaro de Luna...


La otra gran protagonista, junto a Galiana, era Nuria Torray,  musa y esposa de Guerrero Zamora en su etapa televisiva (en la previa teatral lo había sido su primera mujer, Maruchi Fresno). Con ella trabajó en repetidas ocasiones, a destacar "Fuenteovejuna" o la serie "Los mitos".
   "El farsante de occidente" no es de los "Estudio 1" más recordados pero fue importante por ser de los primeros en color y por eso hoy ocupa lugar de honor en este blog. Diez años más tarde, en verano, se repuso con todos los honores aunque los dramáticos ya no vivían aquella etapa de oro. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Las supersabias

"Club del sábado", "Gran Parada", "Concertino"... ya hemos comentado en este blog los inicios de Torrebruno en TVE y habíamos prometido hablar de un programa que marcó un antes y un después en su trayectoria, lo que se debe calificar con todos los deshonores de fracaso se convirtió, sin embargo, en el inicio de una nueva (y longeva) etapa en su carrera. "Las supersabias" era una ambiciosa (en lo conceptual) apuesta de la Casa para la temporada 72/73 pero no llegó a completar ciclo, en diciembre del 72 fue cancelada su emisión.

Era un concurso de media hora semanal programado para los miércoles a las 15.35, después del Telediario. En esa misma franja se emitía un concurso distinto cada día de la semana, los jueves, por ejemplo, "De la A a la Z". Ninguno de esos programas pretendía ser un exitazo pero se trataba de no despertar críticas furibundas como las que sufríó éste.
   En las primeras semanas Torrebruno estaba acompañado en las presentaciones por la actriz Josele Román en el papel de catedrática seria y circunspecta. A ella los espectadores la conocían de sobra por sus papeles de pilingui o criada en decenas de pelis de la época. Josele escapó pronto del invento y sería sustituida por una especie de azafata con frase de la que su nombre no pasaría a la posteridad.

El formato era sencillo: preguntas y respuestas, juegos de pistas y poco más. La diferencia estaba en que a este concurso sólo podían presentarse mujeres y eso, en principio, fue saludado con alegría por los críticos que se lamentaban de que las féminas no solían ser tenidas en cuenta en la programación en general y en los concursos en particular. Lo que en principio contaba como el mayor mérito se transmutó en un lastre, el programa ya comenzaba con un prejuicio y no supo liberarse de él.

El otro objetivo de los ataques fue el mismísimo conductor. Lo que antes hacía gracia ahora ponía nervioso al espectador, sus italianismos, sus continuos errores y una flagrante falta de dirección (y por lo tanto de ayuda en plató) condenaron al concurso al fracaso casi inmediato.
  Años después, en una entrevista en la revista "TeleRadio", el propio Torrebruno decía: "No era culpa mía. Un extranjero al que le daban unas preguntas que no ha leído nunca, en un sobre cerrado, no es responsable de no pronunciar un acento que falta o de cometer errores sintácticos estando el texto mal puntuado"

En la noticia sobre su cancelación, el periódico ABC destacaba la simpatía del romano pero confirmaba que el programa estaba mal planteado desde el principio. Al respecto, Torrebruno aseguraba que "aquel programa tuvo mala suerte. Era un tema delicado y hacía agua por demasiados sitios".

Todo parecía indicar que la carrera del showman en nuestro país había acabado de forma fulminante pero en realidad tomó un nuevo impulso. Tras una breve experiencia en el ómnibus dominical "Todo" ese año pasó una etapa de barbecho hasta que en 1975 TVE le dió una nueva oportunidad que él definió como la última, el programa infantil "La Guagua" (del que hemos hablado aquí). Fue un éxito y significó la reconducción de su carrera hacia el público más joven, que ya conocía por su trabajo en los parques de atracciones de Madrid y Barcelona. Este cambio supuso que continuara en pantalla hasta los 90 y se convirtiera en un icono para los chavales de los 70-80.

jueves, 15 de mayo de 2014

Los inicios de Torrebruno en TVE


Para los niños de los 80, Torrebruno es aquel señor bajito, con pelo extrañamente negro a pesar de las arrugas de su cara, que se encogía de hombros cuando cantaba "Tigres y leones" en el programa que él mismo presentaba junto a Mayra Gómez Kemp, Rosa Otero o Sonia Martínez, "Dabadabadá" (o su variante sabatina "Sabadabadá"). Algunos incluso habían visto su película "Rocky Carambola". Para los padres de estos chavales, Torrebruno era un señor que llevaba apareciendo en la tele prácticamente desde sus inicios, famoso por sus canciones románticas y sus chistes malos.
   Este romano del 36 llegó a España para participar en el Festival de la Canción Italiana celebrado en Barcelona en 1958 y aquí se quedó. Venía de ser vedette del Moulin Rouge donde ejercía de showman y animador pero anteriormente había debutado como presentador en la RAI, por eso no es de extrañar que después de haber intervenido como invitado en varios programas cantando y demostrando su simpatía, TVE decidiera contratarlo como "estrella extranjera". Su primer contrato fue para "Club del Sábado" a finales de esa década pero ya en 1962 presentó uno de los programas más populares de la época, "Gran Parada", en sustitución veraniega de Pepe Iglesias "El Zorro". La cosa no le fue mal porque al poco tiempo le ofrecieron un programa dominical, "Buenas tardes con música".

 

En esos inicios de los 60 Torrebruno no paraba, junto a sus bolos y participación en festivales como el de San Remo vuelve a TVE con idea importada de la RAI, su famoso "Il Musichieri" (a su vez basado en "Name that Tune" de la NBC) se convirtió aquí en "Concertino". Era un concurso en el que había que adivinar canciones populares y, por lo tanto, permitía la interacción del público en casa. Se emitió en la temporada 63/64 y tuvo éxito a pesar de (o gracias a) las críticas por los "italianismos torrebrunianos". Sin embargo, no se sabe muy bien por qué, el programa no continuó. 
   Hasta los 70 no volvió a tener programa propio aquí, regresó con "Hoy también es fiesta" y dos años después le ofrecieron un regalo envenenado, "Las supersabias", pero de eso hablaremos próximamente. 

En este "Con las manos en la masa" de 1989 Torrebruno habla de sus primeros programas en España. No es una entrevista alegre a pesar de sus intentos, vista hoy destila cierto patetismo, su decadencia es evidente, ya no tiene trabajo y esa pregunta a cámara "¿Me echabais de menos?" despierta tristeza más que nostalgia. Un par de años después presentaría en TVE Canarias su último programa "El show canario de Torrebruno". Moriría en 1998 a los 62 años. 

http://www.rtve.es/alacarta/videos/con-las-manos-en-la-masa/manos-masa-pierna-cordero-torrebruno/2479449/

Siento no poder colgar el vídeo directamente pero la función de "embeber" de rtve funciona cuando quiere.

martes, 13 de mayo de 2014

The Honeymooners

Es considerada una de las series clásicas de la televisión norteamericana, padre de las sitcom (si consideramos que la madre es "I love Lucy"), con frases que quedaron para la historia y personajes que se convirtieron en arquetipos... Sin embargo, "The Honeymooners" sólo tuvo una temporada, la de 1955-56, 39 episodios que marcaron época... pero los datos, a veces, esconden la verdad. Efectivamente, esta serie liderada por el genio de la comedia Jackie Gleason, inició una temporada regular aquel 1955 pero, y aquí está el truco, llevaba ya 4 años como sketch fijo en dos shows de variedades precedentes que había presentado el propio Gleason, "Cavalcade of Stars" (en la extinta DuMont) y el programa con el nombre del humorista en la CBS. La sitcom de 25 minutos no tuvo el éxito esperado, comenzó en el segundo puesto de las listas de audiencias pero bajó hasta el 19 en los siguientes meses. No obstante, ese no fue el fin de los Honeymooners, el actor recurrió a estos personajes en sketches y especiales de una hora hasta 1978, por eso son clásicos de la comedia de EE.UU.

Y hay algo más importante en esta serie, fue la primera en presentar personajes totalmente alejados del sueño americano. Estos dos matrimonios vecinos de un edificio de humildes apartamentos de Brooklyn tenían problemas para llegar a fin de mes, no eran cariñosos (más bien lo contrario), ellas no cocinaban exquisiteces sin despeinarse y ellos eran mezquinos, vagos y egoístas, es decir, eran personajes reales y el público los aceptó entre risas de autocrítica.
A Gleason le acompañaban Audrey Meadows como su mujer y Art Carney (ganador de un Oscar por "Harry y Tonto") y Joyce Randolph.
En 1997 TVE adaptó los guiones originales y presentó "Contigo pan y cebolla" protagonizada por Anabel Alonso, Violeta Cela, Ángel de Andrés y Guillermo Montesinos. Javier Elorrieta dirigió aquel desaguisado que no renovó.

Aquí tenéis un capítulo memorable en el que el prota acude a un concurso televisivo:

martes, 6 de mayo de 2014

El debut de Juan Diego y Julián Mateos

La temporada 1962/63 vivió el debut de dos jóvenes prometedores: Juan Diego y Julián Mateos, ambos se estrenaron en TVE con distinta suerte aunque fue precisamente el que tuvo menos éxito en esa primera ocasión quien se dedicó a la actuación con mayores triunfos. Ambos coincidieron en una obra de teatro, "La enemiga" a las órdenes de Federico Ruiz, Mateos como protagonista y Diego como secundario. El segundo tuvo la oportunidad de protagonizar su propia serie al poco tiempo, "Mi hijo y yo" junto a María Fernanda Ladrón de Guevara, madre de Carlos Larrañaga. La serie fue un fracaso total, tanto de crítica como de público. Su mayor problema radicaba en que era moralista hasta extremos ridículos Juan interpretaba a un chaval de 18 años que ponía a prueba la paciencia de su santa madre que, finalmente, siempre encontraba la mejor manera de hacerle entender cuál era el buen camino en la vida. A pesar de ese rotundo descalabro, el actor sevillano siguió trabajando en la tele, el ciney el teatro hasta demostrar que es uno de los actores más capacitados de este país. No en vano ha conseguido todos los premios que puedan otorgarse a un actor español, incluidos 3 Goyas y la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.

En cuanto a Julián Mateos, con la obra "La enemiga", estrenada en el espacio "Primera fila", obtuvo un gran reconocimiento. Aquella emisión fue muy seguida por la entonces incipiente audiencia con televisor y la crítica (también incipiente, dicho sea de paso) alabó las virtudes del debutante. Mateos fue un actor de potente personalidad, exigente con sus elecciones pero que en los 80, y tras haber alcanzado un gran prestigio, abandonó la profesión para dedicarse exclusivamente a la producción. En esa faceta alcanzó la gloria con títulos como "Los santos inocentes" o "El viaje a ninguna parte". Desgraciadamente falleció en 1996 con tan sólo 57 años de un cáncer de pulmón. A Julián hay que reinvidicarlo como un actor moderno y un productor valiente.