martes, 31 de julio de 2018

"Una Televisión con dos cadenas", la enciclopedia de TVE hasta 1990


¿Había un plan de programación en los inicios de nuestra televisión? ¿Existía una censura clara en los informativos durante la Dictadura? ¿Usó el Régimen el fútbol como "el opio del pueblo"? ¿Generaba un interés especial la programación infantil durante las primeras décadas? ¿Por qué tenía TVE un empeño evidente durante la Transición por democratizar a la audiencia?¿Cómo se preparó la Casa para la llegada de las cadenas privadas? Estas son algunas de las preguntas que se responden en el enorme volumen "Una Televisión con dos cadenas" (más de 800 páginas) en el que se estudia por primera vez y de forma sistemática la historia de TVE desde 1956 hasta 1990 con un acercamiento enciclopédico. Un amplio equipo de investigadores especializados en este tema dirigidos por Julio Montero Díaz, Catedrático de Historia de la Comunicación Social en la Universidad Complutense de Madrid, han analizado a fondo todas las fuentes posibles para explicar la evolución de la tele pública desde sus inicios hasta la aparción de la competencia. Entrevistamos a Montero para ahondar en este ímprobo trabajo de divulgación.

- ¿Cómo y por qué surgió un proyecto tan ambicioso y a qué público va dirigido?

Nació de un proyecto de investigación competitivo del ministerio de innovación. Inicialmente se iba a limitar al periodo franquista, pero los editores nos animaron a extenderlo hasta la llegada de las cadenas comerciales. Hubo que ampliar el equipo de investigación. Inicialmente pareció una dificultad, pero la verdad es que ayudó a reforzar el equipo con investigadores de muy primera línea en historia de la televisión. El conjunto se situó muy por encima de las expectativas iniciales. Pienso que esta ampliación constituyó un replanteamiento muy importante y posibilitó conseguir un producto final verdaderamente impresionante: basta con ver su volumen y profundidad.

Chicho Ibáñez Serrador durante la grabación de un capítulo de "Historias para no dormir" en 1966, de sus primeros trabajos en TVE en el programa "Estudio 3", tan sólo tres años antes, no se conserva nada

- Usted y su equipo han tenido que bucear en diferentes bases bibliográficas y audiovisuales, ¿cuántos años les ha llevado esta investigación? ¿Qué ha sido lo más complicado de este proceso?

Nuestra fuente principal ha sido el archivo audiovisual de RTVE. Venía circulando el mito de que era inaccesible, de que se habían perdido muchos fondos… nada de eso es cierto. Es verdad que, como en todas o casi todas las cadenas de televisión en Europa, muchas emisiones no se conservan. Sencillamente se emitían: flotan en el aire como diría Dylan. Lo mismo ocurrió en otras emisoras mientras no hubo video registradores. El primero en TVE llegó en 1965. Hasta entonces sólo se conserva lo que se filmaba para su emisión. En realidad algo más, porque inicialmente no se utilizó para hacer copias sino para mejorar, hacer más flexible la producción de programas. El segundo nivel de documentación fue la escrita. En este caso, la más importante y abundante está en el Archivo General de la Administración, al menos hasta 1978-80. Luego está la abundantísima documentación que generaron los medios de comunicación, tanto prensa generalista en su sección de televisión, como la especializada. De esta última la inicial fue Tele Radio (precedida de Telediario, con el mismo nombre del informativo televisado del mismo nombre). Luego llegarían más, entre otras la de gran éxito popular Tele Programa (TP).
   Lo más complicado no ha sido el acceso, sino la consulta. Los estudios de televisión se enfrentan precisamente al problema de la abundancia de fuentes no a su escasez, por eso quizá resulta tan complicada la investigación académica en televisión. No faltan los “investigadores” que hablan de memoria, de lo que recuerdan… eso es otra cosa, suele ser divertido en tertulias de amigos y en programas de televisión y de radio, pero no investigación académica.

- Otorgan una especial importancia a las estrategias de programación pero en la primera época eso era algo impensable. Diferencian dos etapas bien diferenciadas: la parrilla experimental y la puzzle, ¿en qué consisten?

Por decirlo en pocas palabras: lo que diferencia la improvisación de cualquier tarea en sus inicios, de la siguiente etapa en la que ya se sabe al menos de qué se dispone y se va metiendo donde cabe dentro de una lógica que, aunque se salta con alguna frecuencia, sabe al menos donde quiere ir.

Joaquín Prat le da el relevo a José Luis Pécker en el programa "Un millón para el mejor" en 1968 ante la concursante Mercedes Carbó, "la mamá del millón". Este concurso fue uno de los más populares de los realizados en Miramar

- En esos primeros años nos encontramos con una auténtica edad de oro para los programas de variedades, realizados en condiciones heroicas pero que eran muy bien aceptados por el público, incluso se genera una sana competencia entre los centros de producción de Madrid y Barcelona…

Sí. Estos espectáculos que mezclaban canciones, bailes, contorsionistas, equilibristas y algunos otros números conectaban muy bien con el ambiente de diversión festiva de aquellos tiempos en teatros y las salas de variedades. La diversión popular se “transmitía” por televisión. Indudablemente en esos modos de hacer se mezclaba lo tradicional (que podía verse en ferias, verbenas y otras concentraciones populares festivas) con las “importaciones” a la americana: lentejuelas, cantantes de primer orden, grupos de baile que interpretaban coreografías “modernas”… lo tradicional y lo moderno. Esa mezcla llegaba al público y su organización no requería para que funcionara razonablemente bien mucha más experiencia que la que requerían las funciones musicales y de atracciones en los teatros de la época: no dejaba de ser un directo más complicado, pero directo al fin y al cabo. En mi opinión la competencia Madrid Barcelona en este tipo de producciones marcó sobre todo la superioridad de Miramar en estos programas.

José Luis Ozores y Conchita Velasco en el homenaje que rindieron al primero en "Ésta es su vida" presentado por Federico Gallo (de espaldas) en 1965. Era uno de los programas patrocinados por una importante marca y que había sido importado de EE.UU.

- Desde Miramar se trabaja con el modelo americano de programas patrocinados y por eso se importan formatos de triunfo seguro, ¿por qué se abandonó este sistema?

La producción patrocinada aseguraba los mínimos de calidad que exigía el anunciante. Era una precaución razonable en una época en la que TVE llegaba con dificultad a cumplir con su programa de emisiones. La innovación la aseguraban los promotores comerciales para destacar su marca y con no demasiada imaginación: copiaban formatos que tenían éxito en Estados Unidos o en Europa. Cuando TVE se asentó y sus profesionales pudieron empezar a trabajar con algo más de tiempo y adquirieron experiencia era lógico que fueran ellos los que cumplieran las demandas de los anunciantes. También cada vez sería más difícil que un solo anunciante cubriera los costos de un programa y que esa fuera la mejor forma de invertir en publicidad en televisión.

Marcelino Camacho (CC.OO.) y Nicolás Redondo (UGT) debatieron "Cara a cara" en TVE en 1977 bajo la moderación de Federico Ysart. Un ejemplo perfecto de esos programas que durante la Transición enseñaron a ser democrático y tolerante

- En su estudio demuestran que desde el principio hubo un cierto interés por la divulgación, bien a través de programas o bien de documentales pero es curioso que durante la Transición se produzca un cambio en la presentación de esos contenidos.

El principal problema de TVE durante la Transición fue hacerla creíble, que se viera como algo alejado del autoritarismo franquista. A la vez se conocía muy bien su capacidad de influir a la gente. Se trataba de mantener esta capacidad para liderar un cambio: de los valores de la disciplina, de la tradición, de la autoridad aceptada, hasta la valoración positiva del diálogo, del entendimiento, de la comprensión… y conseguirlo implicaba cambiar no solo el contenido sino la manera de tratarlo. Por eso se pasó (es un modo de hablar exagerado) del documental al programa de debate. Importaba no solo subrayar la importancia del diálogo sino mostrar como se podía dialogar. Subrayar la importancia del diálogo, de la conversación con puntos de vista diferentes, el manifestar libremente y escuchar a quienes sostenían otra posición, fueron algunos de esos rasgos que se presentaron como parte de una actitud democrática que había que potenciar y conseguir que asumieran los españoles. No bastaba con decirlo. TVE se propuso mostrar esta actitud. Por decirlo de algún modo: “enseñar” a ser demócrata.

- A partir de los setenta ya hay una idea clara de que la programación debe ser algo planificado y eso se nota especialmente durante la Transición, etapa que ocupa una parte fundamental del libro…

Sí. Una tercera parte del libro estudia la programación y los programas de televisión durante estos años (1975 a 1982). Parece un periodo muy homogéneo, pero en realidad no es así. Hay continuidad primero con el franquismo; luego un periodo propiamente de transición del autoritarismo a la democracia con el propósito bien definido de utilizar el medio para conseguir que se aprobara la constitución española, y continúa con lo que ha sido y es la tónica habitual de las relaciones entre TVE y los gobiernos: el intento de control del medio por los gabinetes. 

Federico Gallo en el informativo "Hilo directo" en 1968, el primero dedicado a conectar con los corresponsales

- Aunque TVE comenzó sus emisiones regulares sin informativos después han sido una clave en la programación incluso en etapas de férrea censura. Por eso se le daba una especial relevancia a la información desde el exterior, con los corresponsales o con los programas de reporteros. Ustedes han acudido a una base documental poco consultada para conocer los temas más habituales en esta primera etapa.

Hemos podido reconstruir los telediarios en buena parte merced a los partes de emisión, que eran informes que se realizaban sobre lo efectivamente emitido y con cierto detalle sobre incidencias y contenidos. En concreto, sobre los telediarios, se hace una relación de temas tratados de modo indirecto: al indicar qué cortes de película (o fotografías) se emitieron para “ilustrar” las noticias. Eso no permite saber el comentario del periodista que presentaba, pero ayuda al menos a ver qué se trató y el estudio de estas informaciones en series completas o en periodos de tiempo largo posibilita una valoración. Muchas de esas colas se conservan en el archivo de RTVE, aunque ahora mismo lógicamente no estén accesibles. En fin: hay documentación suficiente para valorar qué se emitía y qué sentido tenían estas emisiones.

- Precisamente durante la etapa final de la Transición han detectado un curioso fenómeno: se producen menos series y, para compensar, se emiten muchas extranjeras, ¿a qué se debe?

Durante la transición hubo un objetivo central: el control político del medio con unos con unos o con otros fines. También la propia TVE vivió su transición interna: de un organismo estatal al servicio del gobierno en un estado autoritario a su posicionamiento como entidad comunicativa de un estado democrático. Uno inicial fue evidente: ¿TVE sería una entidad organizada internamente de modo democrático o un servicio del estado democrático controlado por los gabinetes? En los inicios todo se subordinó al establecimiento de la democracia en España. Luego empezó la lucha de los partidos por su posicionamiento en el medio. No digo que esta disputa dejara en segundo plano la producción propia, pero sí que esta se centró en programas vinculados con el asentamiento del proceso democrático que vivía el país. Por otro lado es la época en la que comienzan las dificultades económicas de RTVE y la producción ajena resultaba más barata.

Matías Prats retransmitiendo un Madrid-Barça en 1959

- En cuanto al deporte, sorprende el dato de que TVE fue la primera televisión europea con acuerdos para transmitir semanalmente partidos de fútbol de la Liga pero también desmienten eso de que el balón ocupara un lugar destacado en la programación permanentemente.

Efectivamente: el uso del fútbol como recurso “político” probablemente haya que centrarlo mucho en momentos conflictivos. Habría que abordar el estudio de las programaciones en las fechas cercanas al 1 de mayo (los 30 de abril por ejemplo) que es cuando solían producirse las manifestaciones contrarias al régimen desde 1968 (más o menos, hablo de memoria). No fue de todos modos un recurso habitual: ni había posibilidades, porque ni las competiciones futbolísticas tenían entonces la intensidad que han adquirido después, ni se programaban casi a lo largo de toda la semana como sucede ahora.

Antonio García Ramos, pionero de la información taurina en televisión, en el estudio del Paseo de la Habana

- Algo similar sucede con los toros, existía la impresión de que hasta mediados de los 90 se retransmitían faenas continuamente pero no es así.

Con los toros menos aún por los mismos motivos: no había tantas corridas y respondían a un calendario muy tradicional vinculado a las grandes ferias o a corridas especialmente emblemáticas (la de la beneficencia, por ejemplo). Otra cosa es el uso que se hizo de la adhesión al régimen de grandes figuras del toreo. Existieron por otra parte, dificultades para establecer acuerdos generales, porque en cada coso los empresarios eran distintos y no querían que se supiera con antelación, para evitar que no se compraran las entradas. Estos capítulos dedicados a toros y deportes pienso que han sido muy esclarecedores.

José Luis Fradejas, Mercedes Rodríguez y Silvia Tortosa junto a Los Pecos en 1978 en "Aplauso", uno de los musicales más seguidos por la juventud de la época

- También analizan la programación infantil desde los inicios, ¿cuál diría que es la etapa más brillante en este sentido?

Probablemente en los años de la Transición se produjeran las mayores innovaciones en la producción propia de programas infantiles y juveniles. Se exploran nuevas ofertas y nuevos formatos aunque se mantenga aún el circo como fórmula de éxito. Las innovaciones técnicas facilitaron también esa posibilidad de innovación. Sobre todo, cambió la concepción del público infantil y juvenil. Se comenzó a ver en ellos a futuros ciudadanos y ese empeño por la transmisión de valores democráticos se trasladó también a los platós. Aparecieron programas informativos, como “La Semana” o “Informativo juvenil” (aunque durante los años anteriores se había hecho un intento que no cuajó) para públicos juveniles y comenzó a apuntarse lo que durante los ochenta sería ya tendencia dominante: los programas musicales para gente joven (como “Aplauso”). Eso sin contar una de las series de mayor éxito en España en todos los tiempos, que se ha repuesto multitud de veces años después, tanto que algunos hasta ignoran que se estrenó durante la Transición: “Verano azul”.
   De todas maneras cada etapa contó con éxitos propios. Durante el franquismo “Cesta y puntos” fue un programa perfectamente adaptado a las circunstancias del momento y lo prueba su magnífica acogida. Durante los años del socialismo la incorporación de la “movida” musical madrileña supuso una novedad importante. Lo curioso, sin embargo, ha sido la enorme dificultad para hacerse con este sector de la audiencia en todos los tiempos. Quizá porque el visionado de la televisión en España fue por entonces familiar y niños y padres (y abuelos en muchos casos) la veían juntos. Y los niños, aunque vieran sus programas específicos, con lo que disfrutaban era con lo que veían junto a sus padres, ¡vaya usted a saber por qué!

- Estudian la presencia de la publicidad y del cine, ¿por qué han querido destacarlos como una parte más de la programación?

La publicidad no solo pagó la televisión, sino que la difundió haciéndola objeto de sus contenidos durante muchos años. Por entonces la publicidad jugó, en mi opinión, un papel fundamental en la modernización básica de España: ofreció modos de vida (en realidad de consumo) a los que cabía aspirar. El paso de una sociedad de ahorradores a una sociedad de consumidores en España no se entendería sin la publicidad en televisión durante los años sesenta y setenta. Por eso el libro atiende a dos procesos de enorme interés: uno, el de la evolución de la publicidad como sector profesional vinculado a la televisión durante todo este periodo; otro, el análisis de los contenidos de los anuncios que se emitieron. Estos aspectos constituyen otra de las grandes novedades que ofrece este libro (en realidad, todos son muy novedosos, pero estas llaman más la atención, al menos la mía).
   Por lo que se refiere al cine, su presencia en la programación es muy intensa y TVE llevó a cabo una tarea cultural clave en mi opinión: la cinefilia, la capacidad de aprecio y valoración de los filmes para un sector amplio de la población española se debió a los ciclos, a los comentarios, a la labor didáctica que se llevó a cabo desde estos programas de cine, que fueron algo más (en muchos casos, mucho más) que la simple emisión de películas.

Olga Viza presentando "Estadio " desde el Estadio Olímpico de Montjuic en 1989 en una emisión especial dedicada a la preparación de los JJ.OO. de Barcelona 92
- ¿De qué manera afectó a TVE el anuncio de la llegada de las privadas? ¿Se prepararon para esa futura competencia?

Sí hubo preparación, aunque la realidad es que resulta muy difícil prever en qué va a consistir propiamente la competencia. De entrada, TVE hizo lo mejor que podía: ocupar todos espacios del día razonables para hacer más difícil la implantación de las nuevas cadenas comerciales. Por eso inauguró las emisiones matinales antes de que las comerciales comenzaran. Después hay que contar con un hecho curioso al que apenas nadie hace mención: ver la tele en España. Hasta 1990, consistía en ver TVE. Ese punto de partida no pudieron ignorarlo ni siquiera las que comenzaron a emitir, porque algo tenía que parecerse lo nuevo a lo viejo para que fuera televisión. Es un modo de decir que innovar en la programación no resultaba nada fácil: ni entonces, ni ahora.
   En mi opinión TVE no entendió, quizá no entiende, cual es su papel en el nuevo modelo televisivo. Su protagonismo en la lucha por la audiencia quizá debiera centrarse en otros objetivos más vinculados a la calidad, no a la televisión de élites (que es un contradicción porque la televisión está firmemente asentada en lo popular). Quizá la educación del gusto televisivo, de la noción de calidad, pudiera ser una de sus mayores aportaciones.

- Llama la atención que no hayan podido contar con la colaboración de TVE para las fotografías, ¿por qué?

Igual que los empleados del archivo mantuvieron una línea de colaboración con los investigadores que fue ejemplar y que quiero (queremos) agradecer todos los autores del libro, los encargados de la gestión de los derechos de las fotografías no entendieron el proyecto: una iniciativa académica que no podía enfrentarse a unos precios de las fotografías diez veces por encima de lo que costaron las de EFE. Se cerraron en banda. Lo curioso es que un fondo que pertenece a la sociedad española y que hemos sufragado con nuestros impuestos se sitúe en una postura de gestión que ignora esta realidad básica.

Todas las fotografías aparecen en el libro y han sido cedidas para este blog por la Editorial Cátedra. En su mayoría pertenecen al Archivo de la Agencia EFE.

viernes, 27 de julio de 2018

V Festival de la Canción Mediterránea


Eran los sesenta años de festivales, cualquier territorio, cualquier excusa era buena para organizar un certamen musical que llenara la población anfitriona de turistas y público de la zona ansioso de ver a famosos cantantes estrenando composiciones que, en el mejor de los casos, serían tarareadas los meses siguientes. El de la Canción Mediterránea fue uno de los que más fortuna corrió junto al de Benidorm aunque su historia fue relativamente breve, tan sólo se celebraron nueve ediciones pero la lista de ganadores y participantes incluye a algunos de los solistas más populares de la época en países bañados por el Mediterráneo, condición sine qua non para presentarse. Nos detenemos hoy en su quinta edición, celebrada entre el viernes 20 y el domingo 22 de septiembre de 1963, por varias razones que la harían única. Fue la primera que se realizaba en el Palacio de Naciones de Barcelona. Desde sus inicios el Ayuntamiento, TVE y RNE se implicaban en su patrocinio y eso permitía una enorme difusión. Los televidentes pudieron ver la primera parte de las jornadas del viernes y el sábado y la final del domingo al completo y en directo. 


Este era un festival de canciones y no de intérpretes aunque en realidad se premiaba tanto a los compositores como a los cantantes. Cada tema se presentaba en dos versiones defendida por dos solistas distintos. Aquel año, y ahí tenemos sorpresa, la vencedora fue "Se'n va anar" defendida por Salomé (en la foto), que ya había conseguido un tercer lugar el año anterior, y por Raimón, reconocido cantautor que sería azote de la dictadura a través de su música durante las décadas siguientes. Fue la primera y única vez que una canción en catalán no sólo se presentaba sino que además ganaba. El régimen se hizo el aperturista y entregó los galardones entre sonrisas pero  se cambiaron las normas para que al año siguiente eso no se repitiera; canciones en francés, griego, italiano... perfecto, pero en una lengua del país que no fuera el castellano, no. 


El segundo puesto fue también para España con "Paz" interpretada por Franciska y los TNT y el tercero para Mónaco con "Je suis là" cantada por Katia Valere y Jacques Reveauz. Es obligado destacar la participación de Frida Boccara por Francia e Israel aunque no consiguiera premio. Tenemos, por lo tanto, en este festival a tres futuros concursantes de Eurovisión: los TNT que acudirían al año siguiente por nuestro país con "Caracola" (es el famoso festival perdido del que sólo se conservan imágenes de un noticiario con la ganadora Gigliola Cinquetti), ellos tuvieron que aguantar el marrón de ser interrumpidos por un espontáneo durante su actuación con un cartel en contra de los regímenes de Franco y Salazar; la Boccara, una de las cuatro ganadoras  de la edición de 1969 celebrada en Madrid y la propia Salomé que compartió trofeo aquel mismo año.
   Federico Gallo fue, como ya era costumbre, el presentador y esta vez tuvo como compañeras a Carmina Alonso y Ana María Solsona. Gallo era pionero de los estudios de Miramar en Barcelona y por aquella época ya llevaba una temporada consiguiendo grandes audiencias con "Ésta es su vida". Carmina y Ana María presentaban programas de variedades como "Gran Parada". Decía la revista "TeleRadio" a la semana siguiente: "Empezó bien y bien ha terminado. La organización fue lo más cercana a la perfección. El ambiente grato, distinguido. Las condiciones acústicas, magníficas. Y las noches sin calor, noches de un verano que se va, frescas y hasta un poco húmedas". Tanto peloteo por parte de la revista oficial de TVE quizás pretendía compensar el escandalazo de 1962 cuando se contabilizaron más papeletas de votos que público asistente y se decidió que las diez canciones finalistas se quedarían en eso, sin más clasificación. En esta ocasión se habían curado en salud cambiando las normas de escrutinio del voto popular. Y aún así, ganó el catalán y eso a Franco... parece que no le sentó nada bien. 

domingo, 22 de julio de 2018

Kim y Kiko, la primera pareja de humoristas de TVE


Tip y Coll, Juanito Navarro y Lina Morgan, Lusson y Codeso, Martes y 13, el Dúo Sacapuntas, Cruz y Raya, Los Morancos... las parejas cómicas han sido fórmula de éxito constante en la tele. Muchos consideran que el primer dúo que triunfó en TVE fue el formado por Luis Sánchez Polack y José Luis Coll, con sus sketches surrealistas en el programa "Galas del sábado" dirigido por Fernando García de la Vega. Esta afirmación es incorrecta porque ellos comenzaron a llamar la atención del espectador en 1969 pero hubo otro par que había iniciado su colaboración con la cadena desde los mismísimos inicios en 1956: Kim y Kiko. La pareja se había creado un par de años antes pero fue con su debut ante las cámaras cuando se gestó su apoteosis. Había por aquella época otra asociación muchísimo más popular, la formada precisamente por Sánchez Polack y Joaquín Portillo, Tip y Top que llevaban lustros en Radio Madrid (Cadena SER) haciendo reír al oyente en programas como "Cabalgata fin de semana" con Bobby Deglané. En 1957 realizaron su primera aparición en la tele pero allí ya llegaron como estrellas. No era ese el caso de Kim y Kiko, que le deben a la pequeña pantalla su verdadera fama a nivel nacional aunque ya habían tenido sonoros aplausos en teatros de Madrid y Barcelona. Hay otra razón de peso por la que me atrevo a decir que puede ser considerada la primera pareja de humoristas de nuestra tele, ellos comenzaron sus colaboraciones en pleno período de pruebas. Tras una gira en Venezuela en 1955 regresaron a España a tiempo para intervenir en las primeras emisiones regulares de TVE y desde entonces fueron fijos, cada semana aparecían en espacios de variedades de los primerísimos tiempos como "Club del Sábado" (al que pertenece la foto), "Aeropuerto Telefunken" o "Gran Parada".


Rafael Quevedo "Kim" y José Luis Carbonell "Kiko" se conocieron en el Calderón de Madrid como "caricatos" (así se les denominaba) de un mismo espectáculo pero con actuaciones independientes. A la semana José Luis le propuso a Rafael unirse y fue entonces cuando su estilo se desarrolló plenamente, la compenetración era extraordinaria y ambos tenían la misma forma de entender el humor. Toledano el primero y canario el segundo, sus vidas no tenían nada que ver la una con la otra. Kiko se dedicaba al espectáculo profesionalmente desde los 16 años mientras que Kim era administrativo en la Delegación de Hacienda de su tierra. Su único acercamiento al mundo del teatro había sido a través de la ópera, en una coral de aficionados donde también estaba Alfredo Kraus antes de convertirse en uno de los más grandes tenores líricos ligeros de todos los tiempos. Fue precisamente en un homenaje a su amigo (ya profesional por entonces) donde actuó con una parodia cuando Antonio Machín se fijó en él y le contrató para su compañía. Así llegó a la península y gracias a eso pudo conocer al que se convertiría en su socio hasta la muerte. Carbonell había debutado en el Circo Price con un número de dos minutos por función por el que cobraba 10 pesetas diarias. Fue en la compañía de Mari Carmen Prendes donde se fogueó como actor y showman. Tras la quiebra de la troupe fue fichado por el Teatro Calderón en octubre de 1954 donde su carrera dio un giro al conocer al que en principio sería un competidor. 


Kim y Kiko tuvieron su propia coletilla, ¡cómo no!, signo de su enorme popularidad. Cada gag solía terminar con Kiko diciendo "¡Soy más malo...!" y aquello desataba las risas del público como perfecto chimpún final. En un amplio reportaje de la revista Tele Radio en mayo de 1961 se afirmaba que desde el inicio de las emisiones diarias de TVE habían aparecido semanalmente de forma ininterrumpida. Eso les sirvió para trabajar también en cine, teatro y salas de fiestas. Pero todo se vio truncado el 4 de abril de 1962 con la muerte de Rafael Quevedo a los 35 años por una perforación intestinal. En aquella temporada tenían su propio espacio en la noche de los sábados con el título "¡Qué disgusto más tonto!". Para su compañero aquello fue un mazazo pero no le quedó más remedio que continuar aunque sus actos televisivos se espaciaron bastante. En una entrevista en agosto de ese mismo año en "Tele Radio" se le preguntaba si su calidad había bajado con el fallecimiento de su socio y amigo: "Yo nací para el teatro y sigo siendo el mismo. He perdido la compenetración que con él tenía y que ya no volveré a tener con nadie". A Kiko podemos verlo en varias de las más películas con más recaudación de finales de los 50 y principios de los 60 como "Tres de la Cruz Roja", "El pequeño Coronel" (con Joselito), "Ahí va otro recluta" o "Sor Citröen" pero su estrella se fue apagando y el último registro cinematográfico que he podido localizar es de 1969 en una película italiana. Falleció en 2005. La historia de este número a dos ha quedada relegada al olvido porque no existe ninguna grabación de las miles de actuaciones que realizaron entre 1956 y 1962, años en los que fueron, sin duda, los humoristas de cabecera de TVE. 

martes, 17 de julio de 2018

"Punto de encuentro", el "300 millones" de Pedro Macía

 

El domingo 7 de julio de 1985 un nuevo espacio venía a cubrir el hueco que había dejado dos años antes "300 millones", aquel programa que desde 1977 se dirigía a una audiencia potencial como la que rezaba el título. Tanto uno como otro se emitían en emisoras de habla hispana asociadas a la OTI (Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica) pero también en otras en las que se hablaba nuestro idioma como Guinea Ecuatorial o las Antillas Holandesas. En el caso que nos ocupa se planteaba un programa con un formato con grandes diferencias con respecto a su antecesor y que se podría ver en su primera temporada en 25 países incluido el nuestro. 


No es de extrañar que "Punto de encuentro" quisiera diferenciarse de "300 millones", su director y presentador era Pedro Macía, un clásico de los informativos desde su llegada al Paseo de la Habana a principios de los 60. Durante la Transición ocupó puestos de responsabilidad en ese área siendo uno de los primeros editores/presentadores de nuestra tele. La temporada 1976/78 en la que él se encargaba de la última edición, Lalo Azcona del TD1 y Eduardo Sotillos del TD2 sigue siendo un referente en la historia de TVE. Para este nuevo proyecto Macía apostó por el formato de magazine informativo, con un decorado que simulaba un despacho que parecía sacado de Wall Street, con un set con un par de sofás que servía para entrevistas o bien para actuaciones musicales. Lo que tenía claro es que la fórmula anterior debía ser modernizada. 


Macía anunciaba a la prensa en el estreno que quería hacer un programa modular "que pueda evolucionar cada semana y cambiar desde el tipo de espacios previstos hasta los presentadores". Desde el principio contó con otros profesionales bien conocidos de la plantilla de la Casa para realizar entrevistas o reportajes en distintos países, como Pedro Meyer (en la foto superior). Las charlas con famosos en su propia casa fue uno de los mayores atractivos para el espectador más curioso y si encima hablaban (o chapurreaban) español mejor que mejor, como era el caso de Ana Alicia, una de las protagonistas de "Falcon Crest", muy de moda en aquella época. Otra diferencia notable con respecto al otro programa era que no se emitiría vía satélite para evitar gastos y problemas con los horarios. Cada semana se enviaban copias a todos los países suscritos para que se programaran en el lugar más conveniente para cada cadena, en España se podía ver los domingos a las 19.30 h. 


El programa se asentaba en las secciones, los módulos, que articulaban el resto de contenidos no fijos. Hubo varias que se mantuvieron durante toda su andadura como "Un día en..." en la que se aconsejaba a un turista (más bien un actor que ejercía de tal) qué se podía ver en ciudades como Valencia, Andorra, Cuernavaca, Punta del Este o San Agustín por citar algunas de la última temporada; "Punto de encuentro con lo desconocido" con el doctor Jiménez del Oso y sus misterios; "Los famosos", cotilleos con Amilibia o "Punto de encuentro con el V Centenario" sobre la preparación de tan magno aniversario, el del descubrimiento de América. Además había una cita semanal con el humor y otra con la música que, generalmente, era a través de videoclips grabados expresamente para este magazine con muy pocos medios y bastante imaginación. Mención especial merece el dedicado a "Cantinero de Cuba" con Sergio y Estíbaliz representando casi al pie de la letra la historia de la canción. Y ya que destacamos una atuación que hoy despierta la risión, conviene recordar que el debut televisivo de Gomaespuma se produjo aquí, primero como periodistas, grabando con su propio equipo reportajes fuera de España (con desastroso resultado) y más tarde con sección propia ya como humoristas con sus "Perversas encuestas", que años más tarde llevarían a la incipiente Antena 3. Pero todo esto eran pequeños apartados, el punto fuerte estribaba en reportajes sobre temas tan diversos como "El lago Atilán", "Viejos castillos irlandeses", "Gaudí en Nueva York", "Carnaval bajo cero" o "Islas Galápagos" que dejan constancia del afán internacional del espacio sin circunscribirse únicamente al ámbito latino. 
   "Punto de encuentro" finalizó el 3 de mayo de 1987, cuando se mantenía en antena en 21 países. En la última etapa Macía había introducido la colaboración de presentadores de otras nacionalidades como Lucy Pereda (de Univisión, Estados Unidos), Rosa Uribe (Panamá), Katia Crovetti (Perú), Fernando Ruiz Chamorro (Colombia), Bruno Masi (Paraguay) o Carlos Triana (Bolivia), algo que en cierto modo lo unía a "300 millones" donde este tipo de apariciones estelares fueron constantes. 




domingo, 15 de julio de 2018

Gatos en el tejado


Manolo Beltrán es un cuarentón famoso por su programa televisivo "El humor es algo maravilloso". Separado desde hace doce años, mantiene una relación más bien distante con sus dos hijos y aparentemente cordial con su ex mujer, casada de nuevo y con un hijo de 8 años fruto de ese matrimonio. Cierto día, Manolo recibe la visita inesperada de su padre, que tres décadas atrás había ido a buscar tabaco para no volver hasta ahora. Ese mismo día le informan del fallecimiento en un accidente de tráfico de su ex y su esposo así que de repente se encuentra con la obligación (al menos moral) de hacerse cargo de sus hijos y del hermanastro de estos que, además, es autista y, por lo tanto, incapaz de mostrar ningún tipo de emoción ante el suceso. Este es el punto de partida de "Gatos en el tejado" una serie dirigida por Alfonso Ungría estrenada el 7 de septiembre de 1988 a las 21.15 h antes del popular contenedor "Viernes Cine". 


Su protagonista es José Sacristán, poco habitual de la tele hasta aquel momento aunque en los 90 protagonizaría un sonado éxito con "¿Quién da la vez?" en Antena 3 (y un sonoro fracaso en la temporada siguiente con  "Éste es mi barrio"). Un extraordinario elenco le acompaña en esta serie de 13 capítulos en el que destaca Alberto Closas como su retornado padre, Emma Cohen en el papel de representante, Gabino Diego y Beatriz Santana como sus hijos, Julieta Serrano como asistente y Ferrán Rañé en el rol de guionista. El jovencísimo Francisco Valero encarnaba al hijastro y compartiría escenas y tramas con Sacristán de mucha ternura. 


Aunque en algún sitio se puede leer que esta es la primera "dramedia" de la ficción española el dato no sólo no es exacto sino que además olvida a otras series tan importantes como "Anillos de oro" o "Segunda enseñanza" (ambas con guión de Ana Diosdado que también fue su protagonista) donde el drama y la comedia se entremezclaban a la perfección, como en la vida real. No obstante, "Gatos en el tejado" es una serie muy destacable por varias razones: el regreso a TVE de Sacristán y Ungría, el guión de Joaquín Oristrell que crea una historia original, divertida pero con un punto realista y además que consiguió familiarizar al espectador con un concepto que después se haría muy popular gracias a "El club de la comedia" pero que entonces era algo totalmente inédito en nuestras pantallas: la stand up comedy, que era la profesión del protagonista. Además fue una de las poquísimas ficciones estrenadas en nuestra tele en 1988, un año especialmente escaso en este género. Fue bien recibida por la crítica y se llevó tres TP de Oro (Mejor serie nacional, actor para Sacristán y actriz para Cohen) y un Fotogramas de Plata para el protagonista además de dos nominaciones para Closas y Rañé. Quizás la breve cosecha tiene algo que ver con tanto galardón, no lo niego, pero lo cierto es que todos ellos realizan un trabajo extraordinario. A pesar de ser la verdadera apuesta de aquella temporada en cuanto a series y que tuvo una audiencia considerable, no ha permanecido en el recuerdo, posiblemente porque no ha sido repuesta. Eso sí, la tenemos al completo en la web del Archivo RTVE. 

lunes, 9 de julio de 2018

"Vídeos de Primera", lo viral antes de Internet


Mucho antes de que cualquier vídeo colgado en youtube o una red social se hiciera viral y generara (de forma lenta pero constante) millones de visitas en todo el mundo, existía un programa que, sólo en España, a principios de los noventa tenía unos 4 millones de espectadores de una tacada y si tenemos en cuenta que algunos de sus vídeos ya habían sido emitidos en Japón, EE.UU. y otros países europeos, acumulaban cientos de millones de televidentes en medio mundo. Aquel espacio recibió el nombre en su estreno el 18 de septiembre de 1990 en TVE de "Vídeos de Primera" haciendo un juego de palabras con el nombre de la cadena en la que se difundía. Este formato en el que se reflejaba la faceta más torpe del ser humano (y algunas gracietas de animales también), estaba basado directamente en "America's Funniest Home Videos" de la ABC que, a su vez, se inspiraba en otro japonés de la Tokyo Broadcasing System del que os voy a ahorrar el nombre porque posiblemente, cometería algún error en la transcripción. 
   "Vídeos de Primera" era un programa de vídeos caseros, ni más ni menos, pero se vestía de concurso para animar al televidente a enviar los suyos. Se insistía mucho en que se enviara la cinta original y no una copia porque entonces se perdería calidad. Esto hoy puede sonar a arameo a los millenials así que tendrán que preguntar a sus padres (o incluso a sus abuelos) qué era eso de una vídeo-cámara, qué significa VHS y otras lindezas que aquí nos ocuparían demasiado tiempo. 


En su primera temporada en la ABC fue Bob Saget el presentador, o sea, el protagonista de "Padres forzosos", trabajo que aparecía reflejado en la trama de la propia serie. Aquí se eligió a Alfonso Arús que ya había conducido con éxito en la 2 un concurso absurdo entre familias llamado "La casa por la ventana" (del que hemos hablado aquí) y se había hecho un nombre en la radio humorística y en el circuito catalán de TVE con "Força Barça". Arús no ejercía de simple introductor de los vídeos sino que además narraba, con mucha ironía, lo que sucedía en ellos. Su paso a "primera división televisiva" se saldó con una enorme popularidad que le permitió abandonar el programa a las dos temporadas y en pleno éxito para fichar por Antena 3. Allí presentaría su propio show, "Al ataque", un formato creado por él y su equipo en el que desarrollaba plenamente su peculiar sentido del humor o no tan peculiar en realidad porque en aquellos inicios de la década arrasó. 
   Tras su partida le sucedieron Juan Carlos Martín "Benavides", Mariano 1.85 y Nathalie Seseña (la esposa del Rancio en "La que se avecina") en la temporada 93/94; Bermúdez con Penélope Velasco en 1996 y el trío Asunción Embuena, Alonso Caparrós y Cárdenas en 1996/97 con especiales veraniegos incluidos grabados en exteriores y presentados en bañador (no comment). El éxito de los tropezones videográficos propició la aparición de imitadores más o menos afortunados como "Olé tus vídeos" en las autonómicas (1991-93) o "Vaya fauna" en Antena 3 (1992) centrado en animales. 



lunes, 2 de julio de 2018

Las chicas de hoy en día


Nada más leer el título de esta serie muchos espectadores que hoy rondan los cuarenta estarán tarareando su pegadiza sintonía, con rap incluido. Una de las composiciones televisivas más recordadas de los noventa obra de Cáelo del Río, Bernardo Fuster y Luis Mendo, los dos últimos fundadores del grupo Suburbano, autores de "La puerta de Alcalá" o "Arde París" y también de la banda sonora de "Makinavaja". Era una época en la que (todavía) las cabeceras duraban un minuto y sus músicas eran fundamentales para adelantar y reafirmar la personalidad de la serie. Y a buena fe que ésta lo consiguió. 


Nuri y Charo, barcelonesa una y sevillana la otra, ambas aspirantes a actriz, se encuentran en el Madrid post-movida, una ciudad todavía viva, luminosa, divertida y, sobre todo, sorprendente. En ese escenario en el que lo inesperado se convierte en cotidiano se hacen amigas a pesar de competir en decenas de castings y de sus caracteres totalmente contrapuestos. Es lo diferente lo que las hace complementarias y por eso sus desventuras (que superan con mucho las aventuras) son tan divertidas incluso ahora, cuando casi han pasado 30 años desde su estreno. 


Carme Conesa como Nuria Rocamora (la rubia) y Diana Peñalver como Charo Baena (la morena) encabezaban un amplio reparto que capítulo a capítulo, hasta completar las dos temporadas, 26 en total, daban brillo a unos guiones atrevidos, chispeantes y muy políticamente incorrectos vistos hoy en día. Por cierto, viva esa incorrección. María Luisa Ponte como propietaria del lujoso pero anticuado piso en el que se alojarían bajo régimen de alquiler y Juan Echanove como su mimado hijo y perpetuo vecino pesado completaban el reparto de fijos pero entre los secundarios y episódicos aparece una pléyade de estrellas del cine patrio como Marisa Paredes, Julieta Serrano, Antonio Resines, Bibi Andersen (ahora Bibiana Fernández) o Florinda Chico. 


Este fue el debut televisivo de un afamado y exitoso director de cine, Fernando Colomo que además también ejercía de productor. La mayoría de los capítulos estaban dirigidos por el propio Colomo pero también estaban tras la cámara otros como Mariano Barroso o Manuel Iborra. Los guiones estaban escritos por el omnipresente Fernando, Joaquín Oristrell (actualmente en "Cuéntame cómo pasó") y Pedro Febrero (detrás de los sketches de Martes y Trece y Cruz y Raya pero también guionista en "Un, dos, tres" o "¿Pero esto qué es?"). Aunque en principio sorprendió que se emitiera en la 2 y no en la Primera, lo cierto es que este trabajo se acercaba más a los predicamentos de la cadena de la inmensa minoría donde desde el 30 de septiembre del 91 a las 21.25 y hasta el 16 de marzo del 92 consiguió aglutinar una excelente audiencia y en sus periódicas reposiciones (incluida una en la Primera) ha mantenido el interés y, lo más importante, sorprendido a una nueva generación que la ha visto tan moderna como el día de su estreno. 

La tenéis completa en rtve.es: