viernes, 24 de diciembre de 2021

Shirley MacLaine y Miguel Bosé brindan juntos en Navidad


En 1983 el anuncio de Freixenet ya se había convertido en una tradición navideña. Desde que en 1977 una Liza Minnelli en pleno apogeo de fama protagonizara el primer anuncio estelar de la firma de cava catalán, otras grandes estrellas internacionales y patrias habían intervenido en estos fastuosos spots que, en cuanto a televisión se refiere, marcaban el inicio de las fiestas. Aunque en el 78 y 79 fueron las Burbujas, las chicas doradas, las que nos felicitaron (como también sucedió en 2008 y 2009, coincidiendo con la crisis internacional) lo cierto es que los anuncios que daban que hablar eran los de los famosos. ¿Quién será este año? Ah, pues me gustó más el del pasado... Los comentarios de este tono se sucedían a partir de diciembre. Varias fórmulas se utilizaron desde entonces: estrella internacional sola o con acompañante nacional, distintos anuncios en un mismo año con la misma estrella o cuatro anuncios con otros tantos protagonistas. En 1983 se optó por el sistema mixto: una de allá junto a otro de aquí. Los elegidos fueron Shirley MacLaine y Miguel Bosé. 


"Desde Broadway Freixenet presenta el Dorado Show de Carta Nevada" anunciaba un locutor mientras veíamos una botella sobrevolando Nueva York. Se produjeron nada menos que tres carísimas versiones e incluso había alguna más acortando duraciones o alterando ligeramente el montaje. Los tres escenarios principales eran unas larguísimas escaleras de un teatro, un algodonoso cielo sobre el que volaba lentamente un aeroplano de los años treinta y el hangar en el que había aterrizado.


Shirley bajaba la doradísima escalinata rodeada de Burbujas con peinados con ondas típicas de las comedias sofisticadas de, por ejemplo, Lubistch. La banda sonora era la canción "Bye, bye, Love" (fundamental en la película "Empieza el espectáculo") pero con la letra diciendo absolutamente lo contrario: en vez de despedir un amor y dar la bienvenida a la soledad, se saludaba a un romance y se abrazaba la felicidad. En esa versión Miguel Bosé daba paso a la gran actriz vestido de chaqué y ante un enorme micrófono radiofónico. Finalmente bailaban brevemente mientras el plano se ampliaba y nos dejaba ver al público de la sala de fiestas en la que transcurría el número al tiempo que un lujoso coche llegaba al escenario. 


La segunda versión nos presentaba a Miguel y Shirley sobre las alas de un aeroplano interpretando el mismo tema pero con un ritmo entre country y soft jazz. Como la verdadera estrella era ella, se marcaba un breve baile sobre las nubes demostrando su excepcional forma física. Tenía 49 años pero en aquel tiempo ya era considerada una veterana e incluso una superviviente de los grandes musicales de Hollywood que, eso sí, había sabido reconducirse hacia otros géneros con gran éxito. 


El tercer spot transcurría en un glamouroso hangar en el que el aeroplano convivía con un zeppelín y un coche que bien podría ser un Rolls. Shirley aparecía con un body de bailarina complementado con una falda roja llena de dorados (cómo no) y un pañuelo al cuello del mismo tejido. La canción tenía esta vez un ritmo más lánguido, romántico. 


Todos los anuncios finalizaban en el camerino de la actriz con los dos anfitriones brindando por la Navidad. Entre el anecdotario relatado por la prensa de la época rescatamos un dato curioso, Shirley no bebía alcohol así que brindaba con ginger-ale. 


3 comentarios:

  1. "Bye Bye Love" NO es una canción de Simon & Garfunkel, ellos simplemente la versionaron. La versión original fue de los Everly Brothers (que tampoco eran los compositores de la canción).

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  2. El locutor es Rogelio Hernández, una de las grandes voces del doblaje.

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