martes, 31 de diciembre de 2024

"Benvido 88", el fin de año de Navarrete para TVG


La Nochevieja de 1987 iba a suponer un cambio en la historia de la Televisión de Galicia. Tras el modesto primer especial que daba paso a 1986 (lógico en una emisora que apenas contaba con cinco meses de vid), y el del año siguiente, realizado en directo desde una sala de fiestas con desigual resultado, tocaba impresionar a la audiencia. Para ello se decidió contratar como director y realizador a un experto en estas lides, Fernando Navarrete. Desde sus inicios en TVE en 1970 en el "Estudio abierto" de Íñigo hasta aquel diciembre de 1987 su currículum se había llenado de éxitos como "Esta noche... fiesta" y "Fantástico" con su eterno amigo y colaborador y, dato importante, los especiales de fin de año de TVE1 desde el 83 al 86. 

Rocío Durcal

En 1988 se producía un relevo en la pública nacional, Pilar Miró dirigía y Hugo Stuven realizaba "Súper 88" y TVG se apresuró para hacerse con los servicios de Navarrete. Eso sí, la gala se grabaría con antelación en el Hotel Finisterre de A Coruña en distintas jornadas para encajar las complicadas agendas de todos los artistas contratados, una auténtica pléyade de estrellas de géneros bien distintos: Rocío Dúrcal, Mari Trini, Mocedades, Juan Pardo, Gabinete Caligari, Nacha Pop, Barón Rojo, Vicky Larraz, Cantores de Híspalis, Paolo Salvatore y la orquesta Los Satélites, entre otros. 

Macario y J.L. Moreno, tanto monta...

El humor estaba representado por Bigote Arrocet, Manolo de Vega y José Luis Moreno con sus muñecos. Hoy ninguno de ellos pasaría el filtro de la corrección política y el tercero está en libertad condicional en espera de juicio acusado de estafa, blanqueo, asociación ilícita... Entonces triunfaba con sus programas televisivos y sus giras. Macario, Monchito y Rockefeller eran personajes queridos y, entre risas, nos criticaban. A saber qué dirían hoy de su "jefe" si fueran tan cáusticos como en los ochenta. 

Eva Veiga

El gigantesco show montado por Navarrete y producido por Hilario Pino se alargó hasta más allá de las 6 de la mañana, primera vez que la TVG se atrevía con un macroprograma de este calibre. Quien se encargó de conducir este trasatlántico fue la siempre eficaz Eva Veiga. Galardonada este año por la Academia Galega do Audiovisual con el Premio de Honra Fernando Rey, Eva ya estaba el día de la inauguración de la cadena. Allí desarrolló todo tipo de programas hasta que una leucemia la apartó de los platós (tal y como contamos aquí). Hoy dedica todo su esfuerzo y pasión a la escritura. Se echa mucho de menos en la televisión autonómica gallega a profesionales comprometidos como Eva Veiga. Aquella larga madrugada que daba la bienvenida a 1988 demostró su dominio de las cámaras, animando al público, presentando a los artistas, charlando con ellos, preguntando por el futuro a Rappel o sorprendida ante el gallego de José Luis Moreno (en eso de la facilidad para los idiomas parece que no mentía). Con toda razón confiaron de nuevo en ella los dos años siguientes. 

Además del poderío exhibido en el espectacular salón de fiestas del hotel coruñés, aquella gala será recordada por dos partes grabadas allende los mares exclusivamente para este programa: una en la sala Scala Rio de Brasil y otra la mítica Tropicana de La Habana. Tal y como cuenta Arturo Maneiro en su libro "25 anos de Televisión de Galicia" esto se debió a los acuerdos firmados con el Instituto Cubano de Radio y TV y la cadena O Globo de Brasil para la colaboración e intercambio de programas. La media hora grabada en Scala Rio con público fundamentalmente de gallegos emigrantes nos dejó imágenes tan bizarras como la que precede a este párrafo. 

Alberto Comesaña al frente de Semen-Up

Otra curiosidad es que fue en esta grabación donde se conocieron Cristina del Valle y Alberto Comesaña. Actuaban por separado, ella como solista con canciones como "No soy Cruella de Vil" y él con su grupo Semen-Up. Aquella noche se entendieron, más tarde formaron el dúo Amistades Peligrosas y el resto es historia. 

Juan Pardo cantando "Caballo de batalla", uno de sus emblemas musicales

Unos datos curiosos más para finalizar: el último anuncio del año fue el Cuponazo de la ONCE. Esos 70 segundos reportaron 3,5 millones de pesetas a las arcas de TVG (dato aportado por Maneiro en su libro). Las campanadas se retransmitieron desde la Iglesia de la Peregrina de Pontevedra. Esta noche fue la primera Navidad de Juan Pardo en esta cadena y no sería la última, poco después se apropiaría de la Nochebuena convirtiéndose en un clásico ineludible. 

El público canta extasiado eso de "Ondiñas veñen e van" bajo la batuta de un ex futbolista

Y, por último, el show finalizó con el ex futbolista paraguayo Lobo Diarte, reconvertido en cantante y que se atrevió con la Rianxeira acompañado del público y la propia presentadora. Todo un espectáculo. 

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