domingo, 11 de octubre de 2020

"Llamada al corazón", el primer reality de TVE

El jueves 16 de abril de 1964 un breve anuncio en la página de la programación de la revista "TeleRadio" anunciaba el estreno de un nuevo programa. Título: "Llamada al corazón". Dirigía Reynaldo Tettamanti, presentaba el gran Federico Gallo y se anunciaba un equipo de "informadores" de campanillas: Julio Camarero, Manuel del Arco, Enrique Rubio y Marino Gómez Barrios. Según la revista, órgano oficial de TVE, "se inicia hoy un programa quincenal que logrará atraer la atención de todos los espectadores". Nada sobre su contenido, sus propósitos, su temática. Nada. Tenemos que esperar dos semanas para que el televidente que se perdiera la primera emisión tuviera alguna pista sobre su materia. Para empezar, se retrasa media hora su comienzo por culpa del resumen de la Vuelta Ciclista a España. "Un programa espectacular, montado para remediar una oculta necesidad". 

En otra página de la citada revista (única en la que se informaba sobre televisión en aquel momento), se da cuenta del triunfo de la primera entrega con no poca grandilocuencia: "La maestra del pueblecito serrano de Horcajuelo de la Sierra vivió otra vez el cuento de "La Cenicienta", en esta ocasión en beneficio de sus alumnos, niños y niñas con ansias de aprender cosas nuevas y maravillosas. Una han aprendido ya: Televisión Española hizo el fabuloso milagro de, en menos de sesenta inutos, dotar prodigiosamente, en virtud de la generosidad de toda España, de toda suerte de comodidades y beneficios a estos niños privados de casi todo. Buen principio". En definitiva, se trataba de adaptar (sin reconocerlo) el radiofónico "Ustedes son formidables" de Alberto Oliveras y llamar a la solidaridad del espectador con personas que buscaban una ayuda. De hecho, comenzó emitiéndose el mismo día que su referencia de la radio y ante las críticas de prensa y espectadores, se decidió trasladar a los martes "por no perjudicar a terceros. Y ello a costa de tener que suprimir dicho espacio durante algún tiempo" según se decía en la citada publicación. Ahí también se aclaraba que no copiaba el "Formidables" sino que era una versión de un formato argentino del que se habían comprado los derechos hacía tiempo. 

En la segunda emisión el protagonista fue Plácido, un torero que había perdido una pierna en un accidente de automóvil pero que se empeñaba en seguir toreando a pesar de eso. El programa puso su historia como ejemplo de otros "inválidos" (sic) y, según contaba la prensa, el propio matador se enteró de que el espacio reclamaba ayuda para una asociación y un homenaje para él en el bar de Vallecas al que solía ir por la noche. Unos días después, el estadio del Rayo Vallecano albergaba un festival en su honor en el que participaron famosos como Arturo Fernández, Torrebruno o la cantante yeyé Rosalía. Una cámara de cine grabaría un reportaje que se vería en la siguiente entrega del programa. Las ayudas se canalizaban a través de seis líneas telefónicas de las que se ocupaban "hombres que trabajan en cargos públicos, cara a sus convecinos, en favor de ellos". Ocupaban su lugar en el plató, en vitrinas de cristal insonorizadas, un elemento de atrezzo muy eficaz usado en los telemaratones de todo el mundo.

En el número 335 de "TeleRadio" una crítica de Ramírez Pastor con el título de "La caridad en imágenes" comparaba la Gala especial a favor de la Asociación Española contra el Cáncer con este programa. Mientras que el primero tenía, según él, una intención loable pero pecó de "un exceso de "amateurismo", con evidente monotonía en su presentación al público (...) En cuanto a "Llamada al corazón", estoy firmemente convencido de que le hizo mucho daño el propósito de firme de abandonar toda apariencia lagrimógena. Ya en el guión se entretuvo, cosa insólita en nuestra pequeña pantalla, en proporcionar respuestas adecuadas a la mayor parta de reservas que se formularon en su día contra la edición inicial. Preocupados los realizadores por no ofrecer demasiada semejanza con determinado programa radiofónico, se dio un nuevo giro al que nos ocupa, que en esta ocasión más pretendía influir en el ánimo de los beneficiarios posibles que en el de los espectadores corrientes y molientes. Pero el salto fue demasiado brusco y sin hacer diana de manera perfecta, perdió las calidades de espectacularidad que en estos menesteres suelen perseguirse. La consecuencia fue dejar en la pantalla una sensación de frialdad excesiva, de intento malogrado, de dudas y vacilaciones en lo intencional, y hasta de no demasiado éxito en el auditorio invisible. Realmente, el espectador no sabía si se le estaba pidiendo una ayuda material a los inválidos o una palabra de aliento que moviera sus voluntades." Esta crítica es todo un documento porque el programa no se conserva y nos da una idea clarísima de lo que sucedió en sus dos primeros capítulos. Y aún añade más: "el espacio nació con unas características determinadas y el cambio de orientación ha sido excesivo en lo fundamental y demasiado rápido en el tiempo. Con ello se ha conseguido desorientar (...) De aquella abundancia de donativos y hasta de lágrimas en la primera noche, a la falta de referencias emotivas en la edición segunda". 

El programa continuó en su emisión los martes, tras la popular serie "Perry Mason", pero a las 23 H y con una periodicidad irregular, a veces quincenal y otras veces cada tres semanas. Se anunciaba como "una nueva llamada a la solidaridad". El versátil Federico Gallo compaginaba este programa con el exitoso "Ésta es su vida" que se podía ver cada domingo antes del musical "Gran Parada". De "Llamada al corazón" se ha escrito muy poco (o prácticamente nada) aunque debería ser reconocido como el primer reality-show de nuestra televisión puesto que se adelantó unos meses a "Reina por un día". La última emisión de la que tenemos noticia es del 21 de julio de 1964.

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