domingo, 24 de abril de 2022

50 años del primer "Un, dos, tres"

Kiko Ledgard con algunas de sus secretarias en la primera emisión de "Un, dos tres". Todavía no se usaba el mítico atril para las parejas concursantes. A la izquierda asoman los Cicutas. 

Kiko Ledgard, Don Cicuta con sus Cicutillas y las secretarias con sus enormes gafas, ninguno de ellos podía imaginar que aquella noche del lunes 24 de abril de 1972 su carrera iba a catapultarse a la fama. Todo cambió gracias a un concurso que se estrenaba con el peculiar título de "Un, dos, tres... responda otra vez", todo cambió gracias a su creador y director, Chicho Ibáñez Serrador. El presentador, Kiko, había llegado de Perú y sólo  había presentado un programa infantil en TVE, "Hoy también es fiesta"; el actor Valentín Tornos tenía 71 años y en su larguísima carrera (había comenzado en el teatro en los años veinte) no había conseguido ningún papel protagonista de relevancia pero había trabajado en las "Historias para no dormir" de Chicho unos años antes. En cuanto a las jovencísimas chicas seleccionadas para el papel de Secretaria venían del mundo de la moda fundamentalmente aunque una de ellas ya había intervenido en la película "La residencia" (1969) del mismo director (Maria Gustafsson, "Britt" en el concurso, que en los ochenta dirigiría el original programa juvenil "Dinamo" para TVE). 

Las primeras seis secretarias del concurso, de izquierda a derecha: Aurora, Yolanda, Britt, Pilar, Cira y Ana Ángeles

Pero esas fueron las caras visibles y en la historia de este programa mítico de la televisión europea hay tres nombres clave que son desconocidos por el gran público, tomen nota: Salvador Pons, Eugenio Pena y Enrique del Corral. Pons, directivo de RNE y TVE en distintos cargos y etapas y fundador-director de la UHF, fue quien encargó un concurso a "Chichet", que era como él llamaba a Chicho usando el apelativo cariñoso valenciano. El propio director lo contó mil y una veces, aceptó el encargo, que nada tenía que ver con su trabajo como director y guionista de ficción, por el aprecio que le unía a Salvador y también como un pequeño reto que además le llevaba a recordar sus primeros tiempos en la tele argentina donde tocó todos los géneros. Gracias a esa experiencia era consciente de que había tres tipos de juegos en la pantalla: los de preguntas, los de pruebas físicas y los de "psicología", donde había que tomar decisiones siguiendo una estrategia pero en los que el azar también era una parte fundamental. Decidió unirlos y crear un cocktail perfecto. Así nació el programa que tenía tres secciones bien diferenciadas, el título estaba claro.

Eugenio Pena explicando a Kiko Ledgard algún asunto relacionado con la realización ante dos azafatas muy atentas, Pilar y una rubísima Ágata Lys (teñida para que no le reconociera su padre, no funcionó)

El padre de Chicho, el prestigioso y popular actor Narciso Ibáñez Menta le había aconsejado que no aceptara la propuesta porque sería un demérito a su creciente carrera como director-autor. Tras el éxito de "Historias para no dormir" había estrenado en salas "La residencia" y ya estaba trabajando en nuevos proyectos cinematográficos. Le hizo caso a medias, puso en marcha el proyecto, eligió al elenco, escribió los guiones pero dejó en manos de otro la realización... y no en manos de cualquiera, las de un experto y pionero, Eugenio Pena. Su nombre había figurado como director y realizador de programas de enorme tirón facturados en los estudios de Miramar de Barcelona donde fue pionero. "Ésta es su vida" y "Reina por un día" fueron los más populares pero tenía un amplio bagaje en el que se incluían programas de entrevistas, espectáculo, divulgativos... ¡y concursos! Eugenio se encargó del espacio que nos ocupa posiblemente durante sus primeras quince entregas. En esas semanas el "Un, dos, tres" había ido ganando en popularidad y también en prestigio. La crítica lo aplaudía por su originalidad, por su ingenioso desarrollo y por las continuas sorpresas que mantenían al televidente pegado a la pantalla. Fue precisamente un crítico, Enrique del Corral del ABC, el que exigió que diera la cara el responsable de aquello, ¿quién era el inventor? Se sabía quién realizaba, sí, pero... ¿quién dirigía?

Chicho acompañado de tres de las primeras Secretarias y Valentín Tornos (ajustándose la corbata) sin maquillar en una presentación ante la prensa

Narciso "Chicho" decidió entonces que era hora de firmar como director y, a pesar de las advertencias paternas, lo hizo. ¿Que el chico ese de las historias de terror es quien hace esto? ¿Cómo es posible? ¡Loas al creador absoluto! Y también las primeras críticas furibundas porque en este país somos así. Pero los juicios de la prensa daban igual, el público estaba encantado e Ibáñez Serrador les dio más de lo que pedían. A partir de la entrega nº 16 empezó a dedicarse cada semana a un tema, con cambio de decorados, vestuario, humor ad hoc, música. 

Kiko Ledgard fue clave para el éxito del concurso, su naturalidad era una gran novedad en la TVE de 1972. Aquí aparece con los concursantes y el actor Roberto Mosca (Filetto Capocómico en Los Chiripitifláuticos). Atención a la mesa de la subasta.

Efectivamente, hasta ese momento el programa tenía un formato fijo, un decorado blanco (otra innovación) lleno de columnas en el que había tres puertas de las que salían los regalos. Una mesa negra muy historiada servía de apoyo durante la subasta, las gradas tenían como fondo un ciclorama. En la primera parte los concursantes respondían a las tandas de preguntas del tirón y no había tres atriles, sólo uno en el que se iban turnando. Por cierto, en esos primeros tiempos había cuatro parejas de concursantes y no tres... 

Don Cicuta (Valentín Tornos) y sus Cicutillas. Parodia de la censura desde dentro de un programa que tenía su propio censor designado

El programa fue ganando en espectacularidad, Chicho iba incorporando más y más elementos espectaculares, los famosos hacían cameos, bien como humoristas o llevando regalos a la mesa. Ángel Nieto, por ejemplo, apareció desde una fotografía gigante suya que rasgó saltando con su moto. Hay un ballet pero no son las secretarias las que cantan y bailan (aún tendrían que pasar unos diez años para que eso pasara). Y hoy resulta complicado explicar lo distinto que era eso a lo que se podía ver en la tele en aquel 1972. Kiko era un presentador libre, nada encorsetado, no era perfecto en su dicción, se equivocaba, se iba fuera de foco pero eso es lo que le hacía atractivo para la audiencia, era "distinto". Además, en Perú ya había presentado "Haga negocio con Kiko", versión del americano "Let's Make a Deal" que Antena 3 convertiría en 1999 en "Trato hecho" con Bertín Osborne. Aquel programa era muy similar a la subasta así que esa experiencia como tahúr pilluelo fue importantísima. Don Cicuta, por su parte, era un personaje negativo que recordaba claramente a la censura, era una parodia cruel y patética desde la propia TVE que tanto la sufría. Las Secretarias eran chicas jóvenes, guapísimas pero también "normales", mujeres que se podían ver en la calle. Además sabían hablar, eran simpáticas, tenían una función en el programa ¡y usaban minifalda! Algo prohibidísimo hasta entonces en la tele. 

La primera despedida del "Un, dos, tres". Aquel día se iniciaba una tradición.

Casi un año después, el 30 de abril de 1973 el "Un, dos, tres" se despedía de la pantalla. El mismísimo Chicho aparecía en la pista de circo montada para la ocasión para interpretar la primera de sus muchas despedidas ante la cámara. El director se iba porque ya estaba preparando su nueva película, "¿Quién puede matar a un niño?" de verdadero culto en varios países, pero había disfrutado tanto (y tan inesperadamente) con este puro entretenimiento que no quería dar por zanjada definitivamente esa etapa laboral. El 19 de marzo de 1976, apenas un mes antes de que su nuevo film llegara a las pantallas españolas, volvía el "Un, dos, tres" a la Primera Cadena pero esa es otra historia que ya hemos contado aquí, como también las de otras etapas posteriores porque este programa es, sin duda, un emblema de la televisión en España y merece nuestra atención periódicamente. 

Durante años sólo había tres programas localizados en el Archivo de TVE de esa primera etapa, las entregas dedicadas al terror, los toros y el circo (la última). Con la digitalización sistemática de las cintas ha aparecido valiosos fragmentos que podéis ver pinchando aquí, aquí, aquí y aquí. Son breves, sí, pero nos sirven para hacernos una idea de cómo era el programa en sus inicios. 

Ahí fuera hay un grupo de fans entusiastas que, unido al público nostálgico, hubiera agradecido que TVE organizara un homenaje a la altura de las circunstancias. No ha sido así pero, como diría Chico, en el futuro ¡quién sabe!
 

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