domingo, 22 de junio de 2014

Andy Williams en La hora de Raffaella... lo que no se vio


En estos días en los que Italia (y también España, para qué engañarnos) celebra el cumpleaños de la gran Raffaella Carrà (antes de su nombre siempre hemos de usar ese calificativo) vamos a ampliar información sobre un programa del que ya hablamos aquí, "La hora de... Raffaella" con Andy Williams como invitado estelar. Un reportaje aparecido en el número 950 de la revista "TeleRadio" escrito por Jesús María de la Calle en marzo de 1976 nos aclara aspectos de aquella grabación que desconocía hasta ahora.


El norteamericano, famoso por sus shows en la CBS y la NBC desde finales de los 50 hasta finales de los 70, acudía al show de Raffaella porque ambos compartían casa de discos. El director y realizador, Enrique Martí Maqueda, sólo disponía de cinco horas para completar la grabación de cuatro canciones, las presentaciones y la breve entrevista con la italiana. Poco tiempo para un bloque importante de uno de los programas estrella de la temporada y más teniendo en cuenta los habituales cortes por problemas técnicos. De hecho, por culpa de tanta interrupción a punto estuvo de irse sin repetir varias veces la última canción.


El reportaje nos aclara uno de los aspectos que más sorprende al ver el programa, el porqué de la interacción del público con un artista prácticamente desconocido en nuestro país, ¿cómo era posible que la audiencia cantara con él?. En realidad, no eran españoles sino compatriotas que estudiaban en la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Cultura Hispánica, reclutados hábilmente por los productores. Williams estuvo pendiente de ellos en todo momento, contándoles chistes, entonando sus canciones más populares... y preguntándoles la hora, preocupado de perder su vuelo a Londres donde también intervendría en varios programas de radio y televisión.


No tuvo la misma atención con los periodistas a los que respondía que no le gustaban las entrevistas y que tenía que concentrarse en lo que estaba haciendo en las pausas de grabación. De la Calle le acusó directamente de divo aunque el director Martí Maqueda me contó hace tiempo que había sido "todo un profesional" que se plegó a sus exigencias con paciencia.
   Tres veces se cambió de vestuario antes de que la discográfica lo aceptara. Además del smoking el espectador español lo vió con camisa blanca de amplio cuello, jersey oscuro y vaqueros pero antes había lucido unos pantalones más formales con camisa morada que sus representantes no aceptaron por "hortera" y después se probó un pantalón caqui con camisa estilo country que tampoco obtuvo el visto bueno.
   La Carrà le enseñó ante las cámaras un poco de castellano pero la única palabra con la que se quedó fue "beso" que posteriormente solicitaba entre risas ante todo el personal femenino que se cruzaba en el plató.
   Williams se fue de España tal y como vino, en avión, y sin poder visitarla. El programa, eso sí, fue un exitazo en el panel de aceptación que se manejaba en la época.



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