En 1968 la BBC puso su empeño en producir una serie "definitiva" sobre Sherlock Holmes y para ello no escatimó esfuerzos, sería la primera serie producida en color por la cadena británica y se cuidó especialmente la ambientación para que los más exigentes no pudieran quejarse de nada.
Continuando con esa gran apuesta contrataron a una de las estrellas del cine y la televisión británicos, el gran gran gran Peter Cushing (sí, no oculto mi admiración por él) que ya lo había interpretado en una magnífica adaptación cinematográfica de los 50 producida por la Hammer y basada en la novela "El perro de los Baskerville".
Cushing es uno de los tres mejores Holmes de la escena (los otros dos a destacar serían Basil Rathbone y Jeremy Brett) y consiguió contentar a los adeptos a las novelas de Conan Doyle. No en vano el actor era un gran aficionado a ellas y tomó nota de todas las descripciones físicas y psíquicas que el escritor desperdigó en sus textos para armar un personaje creíble y televisamente atractivo.
El actor Nigel Stock secundó a Cushing como su eterno compañero de piso e investigaciones, el doctor Watson. La serie es la primera en profundizar en la relación entre ambos aunque no de manera tan profusa como la de la ITV protagonizada por Brett.
Este trabajo consiguió audiencias de 15 millones de espectadores y a pesar de su tremenda popularidad se consideró desaparecida desde 1970 hasta 2004 en que se encontraron 6 capítulos que la BBC editó en dvd inmediatamente.
Mucho mejor este Sherlock Holmes que el nuevo moderno que se han inventado... No hay color.
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