Lo advertíamos en nuestra entrada anterior: Dick Clark no tiene rival la Nochevieja, su programa especial desde Times Square celebró sus cuarenta años con revalidación del liderazgo y ayer por la mañana sucedió algo similar con una tradición netamente europea, el Concierto de Año Nuevo desde Viena tuvo una media del 27,9% de share en la Uno.
En este año en el que nos perdimos otra de las grandes tradiciones de la pública, los saltos de esquí, al menos pudimos disfrutar con la exquisita realización de la televisión austríaca y su delicadeza a la hora de "vestir" con imágenes los dulces valses de la familia Strauss y compañía. Un año más los ballets (coreografiados por una española) se interpretaron en directo desde distintas localizaciones, dando una mayor emoción al asunto.
No me canso de repetir que un comienzo de año más animado es imposible, aquellos que no sean aficionados a la música clásica deberían vencer sus prejuicios y disfrutar con este espectáculo netamente televisivo.Por cierto, uno de los pasatiempos de los espectadores es descubrir qué celebrity se encuentra entre el público asistente. Este año distinguimos a la gran Julie Andrews aplaudiendo durante la Marcha Radetzky.
Es siempre mi primera cita al empezar el año. Por la tele, claro. Ya me gustaría estar en la Musikverein.
ResponderEliminarEsta vez he notado algunas novedades, entiendo que debidas tanto a la nueva realizadora como a los avances tecnológicos.
Había cámaras ubicadas en puntos hasta ahora inéditos, probablemente teleoperadas, algún objetivo gran-angular me pareció que daba mejor resultado que en años anteriores (menor distorsión), planos más puntuales, por ejemplo, de partituras, legibles gracias al HD. Y por supuesto, la cabeza caliente, de la que, en mi opinión, se llegó a abusar un poco. Ese pequeño exceso y un par de encadenados bastante feos, por el parecido de los dos planos mostrados (y un barrido de cámara que se escapó) no hacen que la transmisión haya sido menos digna de elogios.
En cuanto a celebrities, sospecho que pasará a la historia el tipo al que sorprendieron bostezando, «con entusiasmo realmente encomiable», en palabras del comentarista J. L. Pérez de Arteaga.
Pérez de Arteaga siempre suelta perlas de ese estilo. Ya en los últimos años la situación de las cámaras robotizadas sorprendía y, efectivamente, la nueva realizadora titular mostró un buen trabajo aunque quizás abusó de los planos generales y, especialmente, de los cenitales. En todo caso, dejemos que busque su estilo :)
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