En 1997 La 2 estrenó uno de sus programas más emblemáticos, toda una insignia durante 6 años y que para muchos sigue formando parte de la imagen clásica de la cadena. Algo tan sencillo como una charla salpicada de música, un formato mil y una veces repetido, consiguió su propio sello. La intimidad fue el gran secreto de este programa, su escenografía, la realización y la música ayudaban a crear un ambiente propicio para las confesiones.
Pedro Ruiz venía escaldado de "El domin... Gol", una programa deportivo de la 2 con el que regresaba a TVE y que él mismo reconoce que no salió bien. Con "La noche abierta" mostraba una faceta más de su versátil carrera, no olvidemos que había comenzado como periodista deportivo y que fue uno de los creadores de "Estudio Estadio" pero alcanzó la fama definitivamente con el esperpento y la sátira de programas humorísticos. Su papel en estas entrevistas era el de un conversador calmado, nada histriónico. Muchos le criticaron ese tono y preguntas del estilo de "¿cómo es el niño que llevas dentro?". Sin embargo, se hizo con su propio público y semanalmente más de millón y medio de espectadores escuchaban con la misma calma con la que sus invitados hablaban.
Gente del arte, el drama, la literatura, la política, la farándula, el toreo, la intelectualidad... acudieron a la llamada de Ruiz. El realizador Jordi Solanas, otro profesional de demostrada pericia, se esmeraba con un estilo especialmente móvil, con travellings y grúas, el iluminador Pere Pocurull destacaba también por su artístico trabajo, todo, por supuesto, al servicio de la charla.
Tras cada entrevista el equipo musical del programa interpretaba una canción solicitada por el invitado y en la parte final solía haber un colofón con algún cantante que previamente había charlado con el presentador. No olvidemos el concurso de estudiantes de periodismo, presentes en el estudio y que debían localizar la mentirijilla de alguno de los protagonistas del día y rubricar cada conversación con un titular. El premio era un editorial televisivo la siguiente semana.
Todo parecía muy bonito y las audiencias acompañaban, puntualmente tenían picos del 20% (¡en la 2!) pero Pedro Ruiz abandonó en febrero de 2004 asegurando que TVE no cumplía lo prometido y que no le dejaban hacer un programa de humor, que era lo que realmente quería. El periodista abandonó la comodidad de este programa semanal con polémica pero con su coherencia habitual.
Para mi el género por excelencia en televisión es el programa de entrevistas y La noche abierta cumplió con creces, realmente me entusiasmaba y Pedro Ruiz por mucho que se diga que si pecaba de egocéntrico conseguía con su estilo desnudar al entrevistado en una charla donde la escenografía y música eran magníficas.
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