Querido Constantino:
Todavía no me puedo creer que te hayas ido, así, de sorpresa, sin avisar. ¿Es por eso que anunciaste tu retirada hace unos meses? Aquello me pareció raro, todavía estabas en plena forma, para un actor de doblaje retirarse a los 65 es absurdo. En cuanto a tu faceta como presentador y actor de teatro, aún podías aportar mucho a ciertos papeles de edad y lo cierto es que la tele y la radio te echan de menos. En fin, hablar de eso ahora no tiene sentido pero no puedo evitar estas hipótesis, no en vano escribí sobre eso aquí mismo unos meses atrás.
No exagero si digo que para toda una generación eres una referencia ineludible. Formas parte de ese grupo privilegiado de comunicadores que aceptamos en un divulgativo y en un gran show. Joaquín Prat era el maestro de todos y trabajaste en varias ocasiones con él, incluso cantasteis juntos en un Telepasión ("C'est magnifique!") y en "Un, dos, tres" (una divertida lucha con Estadella para dilucidar quién de los tres era el mejor).
Muchos te relacionan directamente con "El tiempo es oro", normal, fue tu primer gran programa, tu primer gran éxito televisivo y era un concurso cultural modélico. Pero yo te recuerdo del que fue, en realidad, tu debut en TVE, "Ya sé que tienes novio", un concurso surrealista en el que Carme Conesa hacía de chacha vestida con uniforme y todo. Debía tener yo unos 9 años y no entendía muy bien de qué iba aquello pero me gustaba la forma en la que revestías de dignidad el desaguisado. Supongo que ese fue tu gran secreto, la dignidad. Hiciste buenos programas, sí, pero algunos, reconozcámoslo, no había por dónde cogerlos, aún así tú siempre les aportabas un no sé qué, un cierto halo de respetabilidad que disimulaba el contenido. Eso lo puede hacer muy poca gente, Constantino.
Cuando pasaste a ser imagen de Antena 3 reconozco que te seguí menos. "La parodia nacional" fue un éxito pero yo no le encontraba la gracia, ¿qué le vamos a hacer? Aún así, te veía de vez en cuando. "Alta tensión" no estaba mal pero "Tele-risa" y "Tierra trágame" no iban conmigo, definitivamente. Después de eso una decena de concursos en las autonómicas que tampoco me convencían pero... ahí estabas tú y esa era razón más que suficiente para echarles un vistazo. Precisamente por eso que decía antes, esa pátina de dignidad que aportabas a cualquier cosa. ¡Acabo de recordar que me tragué entera una serie documental aburridísima sólo porque tú la narrabas!
¿Y ahora? Nos quedan tus doblajes, sí, y algunos programas que he conservado pero... ya sabes, te echaremos mucho de menos.
Suscribo hasta la última coma, GRANDE, pero que muy GRANDE Constantino Romero.
ResponderEliminarNo soy mucho de admirar a nadie, sólo a Elvis y a él, el domingo cuando Pepa Fernández puso un corte suyo me temí lo peor y me jodió el desayuno.
Yo también soy escuchante y también se me amargó el desayuno.
EliminarSe nota en tus palabras que lo admirabas enormemente. Tal vez, esta sea tu entrada más sentida, al menos desde que te vengo siguiendo y recuerde de todas las leidas hasta ahora. Me ha parecido hermoso sobre todo esa admiración le profesabas ya con sólo 9 años. Yo, también lo admiraba pero sobre todo era un gran seguidor de El tiempo es oro, su programa. Cuando se emitía los domingos a última hora de la tarde, recuerdo que llegaba su hora y dejaba a mi grupo de amigos y hermano y volvía corriendo a casa para ver el programa con unas ganas e ilusión tremendas.
ResponderEliminarNo sé si es la más sentida pero desde luego es muy personal porque me ha indignado el ninguneo.
EliminarPor cierto, me ha gustado mucho recordase aquel número realizó para Telepasión, emulando a Lee Marvin de La leyenda de la ciudad sin nombre, a mi me impresionó mucho y sin duda también es uno de mis favoritos.
ResponderEliminarYo también le conocí en "Ya sé que tienes novio", que iba los sábados por la tarde en la 1. Maravillosos recuerdos de "El tiempo es oro" y "Alta tensión", mis programas favoritos de Constantino.
ResponderEliminarUna leyenda de la televisión en España.
Un maestro.
Magnífico homenaje si señor... hoy contaba una concursante de "El tiempo es oro" en el Hoy por hoy, como Constantino intentaba ayudarles cuando la dirección del programa no se daba cuenta... je je.
ResponderEliminarNo lo escuché, qué pena... tendré que buscarlo en la web ;)
Eliminarel mejor repaso a su trabajo y el que desprende más admiración y respeto de todos los que he leído estos días
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Si he conseguido transmitir mi admiración por él me quedo satisfecho.
EliminarEl recuerdo que en su momento hizo Miguel Herrero en su web al maestro
Eliminarhttp://miguelherrero.mybesthost.com/hablemos/personajes/constantino_romero.htm
Alejandro, te paso otro punto de vista sobre Constantino. El texto que yo publiqué...
ResponderEliminarCONSTANTINO
Antonio / Sempere | Actualizado 18.05.2013
CONTABA Francis Gallardo en el obituario de estas páginas que Constantino Romero logró al final de su carrera un muy buen contrato con la televisión autonómica de Castilla-La Mancha. Un contrato que duró prácticamente una década. La verdad es que por encima de otras consideraciones acerca de su voz, que ya han sido relatadas hasta la saciedad por los cronistas, de Constantino siempre me llamó la atención su capacidad para hacer caja, para rebañar dinero de aquí y de allá. No es que yo sea descortés ni perverso. Sólo austero. Y es esa austeridad la que me hizo escuchar mentalmente el sonido de caja registradora cada vez que veía su icono, su emblemática efigie.
Poniendo voz a la publicidad televisiva, money, money. Poniendo voz a los actores más célebres, a tanto el frame, money, money. Poniendo voz a los Juegos Olímpicos, a la radio pública, a la televisión pública, a la televisión privada, a la televisión autonómica, clinc, clinc, clinc. Siendo la voz corporativa de la tele de la tierra que le vio nacer, haciendo caja, siempre haciendo caja (el bueno de Francis Gallardo dijo, eufemísticamente, que con un buen contrato). Pronunciando un par de palabras, tipo "Filmax presenta", a tanto por sesión, que el tiempo es oro.
Yo también fui uno de los concursantes de Constantino hace veinticinco años. Hago cuentas, y los números no fallan. Entonces él tenía 40. Esos 40 años cuyo Rubicón crucé yo hace más de diez, como tantos compañeros de viaje (me acuerdo ahora de los directores de largo operaprimistas que han competido en Málaga, algunos con los 40 en los talones, y todavía en precario). Constantino pertenecía a la bohemia, como a mí me gusta llamar al artisteo. Pero a una bohemia Vip. Qué sabría él a los 40 de pisos patera compartidos por seis actores, de áticos cochambrosos tras 85 escalones sin ascensor, de las estrecheces de la bohemia y del pueblo que ahora le aplaude.