Sereno, gentil, sonriente. Esas eran las tres armas principales de José Luis Barcelona ante la cámara pero tenía muchas más. El pasado día 9 fallecía a los 84 años el pionero de la televisión desde Cataluña, aquel que supo ser cercano pero no pesado, el profesional polivalente al que nunca se le dio la gran oportunidad pero que aprovechó cada encomienda para destacar. El eterno secundario que se convirtió en estrella aunque sus jefes no se dieran cuenta. El público le quería, era el yerno perfecto para las señoras, el tío simpático y cómplice para los más pequeños, el amigo que nunca te falla para los hombres. Y si la audiencia lo miraba con cariño, sus compañeros no sólo le respetaban, le veneraban. Quienes han compartido plató con él sólo tienen palabras buenas para recordarle y quizás eso es lo que quede: era un hombre bueno y eso es mucho decir.
Aunque era zaragozano de nacimiento, en concreto de Borja, fue la ciudad de su apellido la que se convertiría en su hogar desde que finalizó los estudios y se trasladó allí para trabajar en banca mientras hacía sus pinitos como actor aficionado. Aquella pasión por las tablas fue la que le permitió entrar en Radio Miramar en su cuadro de actores para los famosos radio-teatros. Ante los micrófonos descubrió otro amor: la comunicación y se apuntó a Radio Juventud para prepararse, más tarde ése fue su primer medio ya como profesional. Un anuncio de la apertura de los estudios de TVE en Miramar le llevó a aventurarse en algo totalmente desconocido. Superó las pruebas pertinentes y de golpe fue nombrado el primer presentador oficial de la cadena en Barcelona y eso tenía su premio, un curso acelerado en Madrid a cargo de las grandes estrellas del momento, Jesús Álvarez, David Cubedo y Matías Prats.
Barcelona aprovechó muy bien aquella oportunidad y el 14 de julio inauguró los flamantes estudios de Miramar, un antiguo hotelito remodelado en platós de lujo desde donde competir en buena lid con el Paseo de la Habana primero y Prado del Rey después. Aquel día de verano José Luis presentó "Balcón del Mediterráneo", el primer programa realizado desde ese centro de producción, todo en exteriores aprovechando la terraza y sus excelentes vistas a la Ciudad Condal. De esa emisión en directo sólo se conservan fotografías (que se pueden ver aquí) pero gracias a la memoria prodigiosa de nuestro homenajeado, 50 años después se pudo recrear esa escena con las mismas palabras que había utilizado antes. Fue entrañable verle junto a Ana Blanco en el Telediario exactamente a la misma hora pero medio siglo después. La diferencia es que en 2009 pudimos ver a don José Luis micrófono en mano y en el 59 sólo escuchamos su educada voz que, por cierto, se convertiría en uno de sus sellos junto a esa media sonrisa permanente que sólo podía significar que íbamos a pasar un buen rato viendo sus programas. En aquellos primeros años se bregó en todos los géneros: variedades, musicales, retransmisiones, informativos. Gracias a eso su carrera fue larga y aunque no fue una gran estrella sí que fue una presencia constante durante más de tres décadas.
Su mayor éxito fue, sin duda, "Reina por un día" (más información aquí), uno de los espacios más exitosos de la primera época de nuestra tele. Adaptación de un programa norteamericano (del que también hemos hablado aquí) con unas cuantas diferencias y mejoras con respecto al original, tiene el dudoso honor de ser el primer reality emitido en España pero yo diría era un programa escapista de una realidad demasiado dura como para ser contada. A Barcelona le pusieron un acompañante, Mario Cabré, torero, poeta, actor y seductor al que siempre le dedicó cariñosísimos recuerdos. Lo que podía haber sido una lucha de egos fue el nacimiento de una amistad que duró hasta la muerte del polifacético matador. Pero esta pareja se había estrenado casi un lustro antes en un programa veraniego realizado en el exterior de los estudios catalanes, "Club Miramar". La conexión entre ambos fue inmediata y cuando repitieron al frente del "Reina" pudieron afinar aún más esos dos personajes contrapuestos pero perfectamente complementarios que ya habían ensayado aquella primera ocasión.
A Barcelona muchos espectadores que superan los 50 años lo recuerdan por los musicales. Él fue el que acuñó el término "Eurofestival" para referirse al concurso de la canción organizado por la red Eurovisión y presentó algunas de las primeras selecciones de artistas. "Música en su pantalla" y "Discorama" fueron otros formatos de finales de los 50 y principios de los 60 que él comandó ante las cámaras y además fue presentador de dos talent-shows aunque en aquella época no se denominaban así sino programas de noveles: "Primer aplauso" (1959-60), alternando emisión con Madrid con Uribarri de compañero, y "Salto a la fama" ya en 1964. Tres años más tarde condujo el curioso "Musical 14.30" con una jovencísima Paca Gabaldón (en la foto), un programa previo al Telediario 1ª Edición pensado para la juventud, modesto pero mucho más dinámico e informal que otros de gran presupuesto.
Fotografía de Gabriel Sendra @arxiusendra. Todos los derechos reservados. |
Con el final de la década de los sesenta, este profesional demuestra que puede pasar del espectáculo a los informativos sin ningún problema y transmitiendo la misma serena seguridad que le había hecho popular. Un día presenta el Festival de la Canción Infantil y al siguiente una nueva entrega de "Kilómetro lanzado" o conectaba con los informativos para contar la última hora desde Cataluña. Su versatilidad fue, aunque suene contradictorio, una de las razones para no haber sido la gran estrella que merecía ser, era el comodín perfecto y en Miramar se aprovecharon de ello sin darle grandes oportunidades. No tiene sentido que después del enorme éxito de "Reina por un día" no sólo no renovaran más temporadas sino que además no le ofrecieran otro espacio de prime-time con presupuesto. Barcelona fue la cara de mil y un formatos de todo tipo y a todos ellos les aportó su simpatía, incluso a los que no lo merecían.
En 1979 tuvo una de esas escasas oportunidades de destacar, fue en "Canciones de una vida" (al que también hemos dedicado un post). Junto a la exazafata del "Un, dos, tres" Aurora Claramunt recordaron grandes éxitos de décadas anteriores junto a sus intérpretes y ayudaron a revitalizar la carrera de algunos como el Dúo Dinámico. Aurora estrenó su twitter casualmente el día que se hizo pública la muerte de José Luis y le dedicó un ""Adeu amic y company" (Adiós amigo y compañero) Aquel nostálgico espacio fue un éxito muy bien valorado en el panel de aceptación de la audiencia y renovó por una segunda temporada. Podía haber sido el inicio de una segunda etapa en la carrera de Barcelona pero... no fue así.
Fotografía de Gabriel Sendra @arxiusendra. Todos los derechos reservados. |
Quizás a la Casa le interesara más tener a un profesional de esta valía dispuesto para cualquier emergencia o es posible que no encontraran un formato que se adaptara a su amable personalidad para ofrecerle después de su reciente éxito (ejem). Vuelta a las conexiones con los Telediarios, los reportajes para "24 horas" u otros programas de corte informativo hasta que le encargaron la dirección de "Tot i més", un magazine para el circuito catalán presentado por Silvia Tortosa en el que se permitió el lujo de dedicar secciones al arte y la poesía. Poco después dirigió y también presentó "Primera fila" sobre los espectáculos que se podían ver en Cataluña, de nuevo para TVE sólo en la región. Y así hasta que en 1992 le llegó la jubilación.
A partir de entonces fue maestro de presentadores, colaborador de programas en radios y televisiones catalanes y eterno invitado en todas las celebraciones de los aniversarios de Televisión Española, ya fuera en las galas de los 40 o 50 (en la foto), en el especial "Tiempo al tiempo" de Concha Velasco por los 45 años o su papel como hado madrino de "Disculpin la interrupció" de Carolina Ferre.
Siempre dispuesto a ayudar, concedía entrevistas a quien las solicitara, por ejemplo este humilde servidor, pero le gustaba hablar de sus compañeros. En una conversación radiofónica en 2006 me contaba que todavía recordaba con la ilusión de un niño las actuaciones de Marlene Dietrich y Luis Mariano en los estudios de Miramar, los dos astros que más le impresionaron por su aura estelar y su profesionalidad alejada de divismos (a pesar de lo que pudiera esperarse de la germana).
De José Luis Barcelona nos quedará precisamente eso que él admiraba en los demás: la profesionalidad y yo añado su impenitente humildad. Se ha ido un maestro al que le debemos un gran homenaje que, por cierto, su casa, TVE, no le ha dedicado estos días.
Aquí está el "Canciones de una vida" dedicado al Dúo Dinámico:
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