En 1976 la grabación de espacios dramáticos había disminuido considerablemente en los estudios de TVE. Recién estrenada la Transición (con mayúsculas) los programas de debate y entrevistas habían copado el interés de los programadores y, sobre todo, del público. El famoso "Estudio 1" había perdido su periodicidad y por eso cada vez que se emitía una nueva adaptación teatral se adscribía a epígrafes tan generales y simples como "Teatro". Este es el caso de "Las entretenidas", uno de los escasos ejemplos que encontramos en el último trimestre del año junto a "El burlador de Sevilla". Además, otro cambio se estaba produciendo en Prado del Rey, la utilización progresiva del color en los programas de entretenimiento y más paulatina en los informativos. Esta versión de la obra de Mihura fue una de las primeras grabadas ya con este sistema.
Julia Martínez era Fanny, la protagonista, una "entretenida", o sea, la amante de un respetable médico o, más bien, su mantenida puesto que el hombre ni siquiera estaba casado. Después de cuatro años juntos se enfrenta a una desagradable noticia, Pepe quiera dejarla y eso ella no puede permitirlo. Las argucias de él para romper la relación sin escándalo y de ella para evitar la ruptura forman el grueso de la trama pero la cosa aún se complica más cuando aparecen el futuro suegro (o no) de Pepe y otras mantenidas. Además, la doncella de Fanny está dispuesta a levantar al vecindario (parece ser que lleno de "entretenidas") en armas ante la injusticia. ¿Acaso no es su señorita una mujer mona, divertida y cumple con lo que se espera de ella? ¡Pues entonces con qué derecho la va a abandonar!
Este texto es un perfecto ejemplo del desbordante talento de Miguel Mihura para la comedia más disparatada partiendo de la más fina observación de la realidad. Es testimonio veraz (aunque exagerado hasta el absurdo) de unas costumbres muy arraigadas en la España de 1962, fecha en la que se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid. Y precisamente por eso hoy quizás resulte complicada para el público más joven. Es una obra tan coyuntural que difícilmente se puede convertir en "universal".
A pesar de que es tremendamente graciosa, no es uno de los clásicos indiscutibles del maestro y resulta sorprendente su elección para ser representada ante las cámaras precisamente en plena Transición.
El otro gran protagonista de la obra es Ricardo Merino, un habitual de los dramáticos televisivos que debido a su prematuro fallecimiento en 1994 con tan sólo 59 años no es muy reconocible hoy en día. Siempre eficaz, con una voz inconfundible (en sus últimos años también se dedicó al doblaje) y con una habilidad especial para la comedia, consigue en esta adaptación una perfecta sincronía con su compañera Julia Martínez sin llegar a la exageración habitual en las representaciones mihurianas. Como secundarios de lujo nos encontramos a dos excelentes actores, de esos que cada vez que aparecían en un dramático televisivo sabías que iban a clavar su papel al tiempo que su arrolladora personalidad iba a estar muy presente, o sea, lo que en la profesión se llama "robaplanos". Hablo de Julia Trujillo y Valeriano Andrés, prestigiosa actriz de teatro ella y pionero de la tele él. No me resisto a recordar un dato bien conocido, fue la voz de Herman Munster en el doblaje realizado para "La bola de cristal".
Otro atractivo para los espectadores de TVE era el reencuentro ante las cámaras de dos miembros de famosísima "La casa de los Martínez". Mari Carmen Yepes, la doncella, había interpretado durante 4 años a la hermana de Julia, por entonces Julita. Otra pequeña sorpresa era la intervención en un brevísimo papel de Elena Fernán-Gómez, hija de María Dolores Pradera y Fernando Fernán-Gómez que tan buenos (y surrealistas) momentos nos ha brindado en las Galas de los Goya al recoger los premios en nombre de su padre.
Luis Calvo Teixeira dirigía y realizaba "Las entretenidas", que se emitió el lunes 27 de diciembre de 1976 a las 21.35 h entre "Estudio Estadio" y el informativo "Última hora".
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