Telepasión

En la Nochevieja de 1990 la gran Julia Otero inauguró un programa que se convertiría en un formato anual durante 3 lustros, Telepasión. Según ella misma lo definió era una función de fin de curso y convenció a los presentadores de la casa para cantar, actuar o simplemente hacer cameos. Aquel primer Telepasión es mítico y aún hoy, a pesar de tener casi 20 años de antigüedad sigue siendo un especial impecable, cosa que no se puede decir de todos los que le siguieron.
El año siguiente Constantino Romero, Elena Sánchez, Joaquín Prat y doña Adelaida tomaron el relevo con un especial dedicado a los musicales y se emitieron actuaciones inolvidables como la de Jordi Estadella cantando Si yo fuera Chicho (y no rico), Carlos Herrera y Mercè Conesa remedando a Astaire y Rogers o Constantino como Lee Marvin en La leyenda de la ciudad sin nombre.
Algunos como Ramón García o Ana Obregón eran inevitables, aparecían cada año haciendo el numerito y la verdad es que era mucho mejor ver a los hombres del tiempo de humoristas, para qué engañarnos.
Y por supuesto, al final, canción coral con todos los intervinientes con la emoción a flor de piel y entonando un himno a la esperanza, a la fé y a la caridad.
Vale, los últimos años, esos en los que eran una gala sin ningún tipo de ficción implícita, eran un pestiño de mucho cuidado pero hoy echo de menos un Telepasión.

¡Que no se acabe el mundo!