Antonio Ozores

El actor y humorista Antonio Ozores ha fallecido esta tarde a los 81 años de edad. Para mi generación era el hombre al que mejor entendíamos precisamente porque no se le entendía nada pero antes de llegar a ese recurso cómico que le haría popularísimo en los 80, Antonio tenía una trayectoria teatral y cinematográfica que se remontaba a los años 40. En 1950 hizo su debut fílmico en una película del gran Edgard Neville. Sus intervenciones televisivas no eran tan frecuentes como las de la gran pantalla pero ya lo encontramos en viejas grabaciones de los años 60 como "Historias de la vida vulgar". En 1972 actuó en la versión para Estudio 1 de "La venganza de don Mendo" protagonizada por Tony Leblanc, a ella pertenece esta imagen.
En 1987 Chicho le ficha para la última temporada del "Un, dos, tres" presentada por Mayra y de forma inesperada se convierte en uno de sus humoristas estrella. Sus actuaciones estaban cargadas de surrealismo y provocaban entusiasmo entre el público. Revisando aquellos programas resulta curioso ver cómo un humor tan ingenuo era capaz de provocar auténticas carcajadas de forma tan eficaz.
Bien en solitario o con Juanito Navarro, Ozores se labró una fama que le llevó, por fin, a abandonar su status de eterno secundario para convertirse en protagonista de varias películas dirigidas por su hermano Mariano.
En 1990 protagonizó la sitcom "Taller mecánico" y cuatro años más tarde "El sexólogo" fue retirada de TVE por su lenguaje zafio y recomprada por una privada que la emitió sin éxito si bien no estaba precisamente en paro, por aquella época ya intervenía en "Protagonistas" de Luis del Olmo y "Este país necesita un repaso" en Tele 5. En 2004 volvió al "Un, dos, tres... a leer esta vez" pero apenas se le vió en un par de programas. Las nuevas generaciones no le encontraban gracia y posiblemente él no tenía la misma energía aunque hay que decir que estuvo trabajando hasta el final.
No paraba de recibir premios en los últimos años a lo que encontraba una sencilla explicación: era el único vivo de su quinta. Quizás no era consciente de lo entrañable que resultaba para varias generaciones.