Se cumple medio siglo del primer debate televisado entre dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, un momento histórico que cambió la forma de entender la política en todo el mundo porque una vez que Kennedy y Nixon se atrevieron ya no había marcha atrás y los políticos no tenían muchas excusas para no hacerlo sin que se les tildara de cobardes, ya había un precedente. Siempre se dice aquello de que los que escucharon por la radio el encuentro consideraron a Nixon ganador al contrario que los que vieron al bronceado y atractivo americano medio de familia de rancio abolengo por televisión y fueron seducidos por su carisma pero en realidad esto no tiene mucho sentido si pensamos que no se produjo un debate solamente sino cuatro. El primero (y el que conmemoramos) tuvo lugar en los estudios de la CBS en Chicago.
El productor de aquel primer enfrentamiento fue Don Hewitt, el hombre que reinventó los informativos en televisión, que trabajó con Walter Cronkite y que inventó "60 minutes" y se puede afirmar que fue él quien desarrolló las reglas para un debate limpio, con el reparto equitativo de tiempos, las mismas condiciones de realización para ambos candidatos...
Nixon y Kennedy se atrevieron a ponerse frente a frente en un plató y desgranar sus programas electorales ante sus posibles votantes y más tarde el debate se convirtió en algo casi obligatorio a pesar de que el siguiente no se produjo hasta mediados de los 70. Hoy en día, este tipo de encuentros han perdido toda su sentido inicial, se utilizan para echar por tierra el prestigio del contrario con tretas que podrían considerarse juego sucio y el papel del moderador lo podría ejercer hasta una cajera de supermercado con un cronómetro.
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