sábado, 5 de mayo de 2018

José María Íñigo, el bigote que modernizó la tele


El anuncio de que este año José María Íñigo no retransmitiría Eurovisión causó sorpresa pero aún más llamativo fue que el propio comunicador aclarara que fue él mismo quien decidió renunciar a la tarea. A eso se sumaba un evidente cambio físico en sus recorridos gastronómicos en "Aquí la tierra" y sus intermitentes ausencias del programa del fin de semana de RNE "No es un día cualquiera". Precisamente ha sido la directora Pepa Fernández quien ha informado esta mañana del fallecimiento de su "maestro, amigo y cómplice". 


La primera vez que lo vimos en un programa de televisión fue en un invento de Pedro Olea e Iván Zulueta emitido en la UHF en 1968 con el poderoso título de "Último grito". Aquello era lo más revolucionario que se podía ver en una pacata televisión, los grupos más modernos eran presentados a la audiencia juvenil que lo seguía casi a escondidas de una manera totalmente rompedora. Aquella primera experiencia ante las cámaras, tras una larga etapa en la radio que incluso le llevó a "la BBC de Londres", fue premonitoria: sus siguientes programas fueron agitadores de fórmulas anquilosadas.


Podemos obviar su siguiente programa, "Ritmo 70", porque fue simplemente un paso previo sin apenas repercusión pero que le permitió practicar en un plató porque su anterior proyecto se grababa en formato cine y en localizaciones. "Estudio Abierto" fue su verdadero bautismo para el público general... y eso que se emitía en la por entonces (eso no ha cambiado mucho) marginal Segunda Cadena. Nunca la UHF había tenido tanta audiencia y posiblemente nunca más la tuvo. Se calcula que en aquellos primeros setenta alcanzó la increíble cifra de los 15 millones de espectadores y eso que ni siquiera se podía ver en todo el territorio nacional. Él fue quien trajo a España un formato clásico de la tele mundial, el talk show. Entrevistas y música, nada más... y nada menos. Lo importante era cómo hacerlo y el bilbaíno supo encontrar el punto perfecto de cocción. Aunque las nuevas generaciones puedan encontrarlo muy sobrio al revisar las viejas grabaciones en la web ArchivoRTVE hay que ponerlo en contexto. Era la primera vez que en un estudio de TVE se unían en un mismo espacio famosos con anónimos y estos eran mucho más naturales que los primeros. Eso, señores, se hacía en directo y en esos días te ponían una multa o te suspendían de empleo y sueldo a la mínima.


A Íñigo eso le afectaba lo justo, forzó la máquina hasta la máxima potencia, engañó continuamente al censor y se hacía el ingenuo cuando algo se salía de madre. A pesar de los "disgustos" que ocasionaba a los jefes con tanta libertad autoconcedida (pero conociendo muy bien los límites que no podía cruzar), enseguida se hizo evidente que había nacido una estrella. Hubo un "ascenso" a primera división con "Hoy 14.15", un magazine matinal previo al TD1, también en directo pero ya en la 1. Funcionó y le dieron el prime-time de los sábados en 1975, "Directísimo". Sólamente una temporada en antena sirvió para pasar al ideario colectivo. El día que Uri Geller dobló cucharas y arregló a distancia miles de relojes en todo el país supuso un hito para la historia de TVE. Por cierto, ese programa no se conserva, las imágenes que hemos visto mil y una veces son de un informativo. 


En sus programas siempre había famosos, de hecho, consiguió llevar al Estudio 1 de Prado del Rey a los más populares y prestigiosos actores, escritores, cantantes y hasta astronautas del mundo entero. Por primera vez el español medio podía ver en directo a personajes de renombre internacional y algunos hasta chapurreaban en español para deleite de todos. La lista es interminable así que mejor no citar a nadie pero es muy posible que si piensas en alguien importante de los últimos 50 años haya sido entrevistado por José María. 


Su siguiente proyecto fue también una innovación total. Sacó las cámaras de la comodidad del plató a la sala de fiestas Florida Park del Retiro madrileño para montar un espectáculo de variedades en el que no se sabía si eran mejor mirar al escenario o a las mesas del público. Cada martes se congregaba allí la "beautiful people" para disfrutar de la música, la magia y el humor más populares en 1976/77 o para arropar a su hijo en su debut televisivo, caso de Lucía Bosé y su ex marido Dominguín reunidos para morbo de la audiencia para ver a su hijo Miguel cantando. Allí pasó de todo, desde que Lola Flores perdiera un pendiente a que un torero se liara a bofetadas con los que había por allí indignado por una actuación de Raffaella Carrà que él consideraba una burla al flamenco. Por cierto, no era la primera vez que en uno de sus programas, un matador la montara gorda. El año anterior, en "Directísimo", Sebastián Palomo Linares y Paco Camino terminaron en comisaría tras un enfrentamiento ante las cámaras.


En esa época comenzó su colaboración con Hispano América. Su programa se emitía en varios países de EE.UU., Centro América y Sudamérica y además viajaba cada semana a Puerto Rico para presentar allí "Estudio 2" en el Canal 2 de Telemundo. En 1978 dio un paso más en su carrera al encargarse de la larga tarde del domingo con "Fantástico", un ómnibus en directo, cómo no, que duraba horas y horas y que se mantuvo cuatro años en emisión. Y después, vuelta a su formato más popular, "Estudio Abierto" en una nueva etapa ochentera que dio una vez más en la diana y que le afianzó como uno de los presentadores más populares. Pero no se acomodó, implantó algunas novedades a la vieja fórmula, la más impactante en el momento fue la incorporación de las preguntas de los espectadores a través del teléfono... sin censura. El invento nos dejó momentos impagables como la cara de Rocío Jurado al escuchar que una señora le decía que "a veces parece tontita". Mención aparte merece su afeitado de bigote, del que ya hemos hablado aquí. 


Íñigo también fue un pionero de los autonómicas, tuvo su propio programa a mediados de los ochenta en una primitiva ETB. El porqué fue apartado de la primera línea es un tema un tanto oscuro. Tuvo que ser precisamente en plena libertad democrática (o eso parecía) cuando le prohibieron, por ejemplo, un debate entre el fachoso Blas Piñar y el comunista Santiago Carrillo que ambos habían aceptado mantener ante las cámaras. Ser de Bilbao marca carácter y eso ayudó a que supiera reconvertirse. Aunque tuvimos que esperar a 1993 para verlo de nuevo a nivel nacional con las mañanas de Telecinco y después en Antena 3, dedicó esos años a escribir libros, editar revistas sobre viajes y gastronomía y presentar mil y un proyectos a varias cadenas. 


La radio volvió a su vida y se convirtió en la mano derecha ante el micrófono de Pepa Fernández durante lustros. Su aparición como invitado en la nueva década en "El Show de Flo" demostró que aún estaba en forma y en 2003 copresentó con Jesús Vázquez "Vivo cantando" en Telecinco. Al año siguiente regresó a la pública con "Carta de ajuste", una revisitación a sus clásicos programas de entrevistas pero con un puntito más canalla y un toque nostálgico muy autocrítico. 


En 2006 apareció con la cabeza totalmente descubierta en "Supervivientes: Perdidos en el Caribe" encargándose de la parte de la Isla, parece ser que a petición de Jesús Vázquez que presentaba desde plató. De nuevo sorprendía a sus seguidores, no había registro que no fuera capaz de asumir. También regresó a las autonómicas en 2012, en concreto a la Castilla -La Mancha y lo veíamos en "¡Qué tiempo tan feliz!" junto a la Campos por citar sólo dos de sus últimos trabajos ante las cámaras. 


Con José María Íñigo se va un rebelde, un innovador, un entrañable gruñón pero sobre todo, un profesional honesto que en una época en la que la tele era en blanco y negro consiguió sacarle los colores. Él, siempre tan realista y pragmático, decía que uno en la tele vale lo que su último programa. No, maestro, usted vale mucho más.


3 comentarios:

  1. "el fachoso Blas Piñar y el comunista Santiago Carrillo". A esa diferencia de tratamiento se le llama ser objetivo. Máxime cuando el segundo representó a una ideología responsable de más de cincuenta millones de muertos, y él mismo... en fin, obviemos Paracuellos, en aras de la objetividad.

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  2. Un maestro, una leyenda de la televisión en España. Mis recuerdos primeros de él son el Estudio abierto de los 80 en la segunda cadena. Su nombre queda para la historia

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  3. Cuando se afeito el bigote perdió su personalidad

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