En enero de 1.982 TVE estrenó "Al filo de lo imposible" y desde entonces no ha dejado de emitirse cada año. La aventura, la conquista de terrenos salvajes y una visión romántica de la exploración y los propios límites humanos lo ha convertido en un espacio emitido en todo el mundo. Más de mil colaboradores han participado de una forma u otra en los triunfos de Al filo desde su creación pero, precisamente por el alto riesgo que rodea a algunos de sus reportajes, también ha habido accidentes graves y muertes.
El espíritu del programa es mostrar las dificultades que supone una escalada, un descenso o un paseo en globo en busca de territorios vírgenes, no son partidarios de ayudas como bombonas de oxígeno y sus responsables han criticado que ciertas cumbres se hayan convertido en rutas turísticas lo que supone una frivolización de las dificultades que implican este tipo de deportes.
Al filo es mucho más que una aventura, es un sentimiento, ver uno de sus programas es introducirse en la mente de sus protagonistas y vivir su pasión por la naturaleza y los deportes de riesgo. Además es un programa televisivo impecable, su fotografía es cuidadísima, la narración complementa perfectamente las imágenes y el ritmo siempre va in crescendo hasta llevarte al final.
Su director y creador, Sebastián Álvaro, ha sido obligado a prejubilarse y la corporación le ha hecho una jugada poco elegante, el programa continúa sin él pero al menos continúa, era eso o despedir una cabecera que merecía continuar. Álvaro ha sido un caballero, TVE no ha sabido comportarse con él como se merece.
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