Menos de un año en antena fue suficiente para convertir "Al cierre" en uno de los programas informativos más importantes de la Transición. Aquel espacio con el que se cerraba (literalmente) la programación de la Primera Cadena de TVE y que duraba entre cinco y quince minutos era una especie de cita obligada entre los españoles que querían una traducción sencilla de los cambios que se estaban produciendo a toda velocidad en la España de 1981/82. El éxito radicaba, sin duda, en sus dos presentadores, Victoria Prego y Joaquín Arozamena que, por primera vez en nuestra tele, no leían las noticias, las contaban. Por eso fueron portada de varias revistas de la época, entre ellas, "TP" y eso era todo un símbolo. Decía la revista en julio de 1981, apenas cuatro meses después de la puesta en marcha del programa:"Su Al cierre encanta a todo el mundo, tanto por la habilidad del resumen de noticias como por el desparpajo y al mismo tiempo la seguridad con que lo presentan. Aquello del "si breve, dos veces bueno" es sentencia que se cumple con creces en el caso de Victoria Prego (las señoras primero) y de Joaquín Arozamena. La concisión con que él presenta en resumen el tema del día y la facilidad con que ella cuenta las cosas sin mirar casi nunca al papel, nos encanta al personal, que esperamos hasta el final de la emisión para saber "de qué ha ido la guerra" y cómo nos la explican ellos". Y de eso iba el asunto, de explicar y no de recitar, nada más y nada menos, por eso crearon escuela. Aquella pareja fue el reflejo ante las cámaras de lo que se estaba viviendo en la sociedad, una nueva personalidad, más natural, menos encorsetada, más liberada estaba dirigiendo el país, dejando en el camino lo más carpetovetónico de los años precedentes. Ambos no sólo presentaban sino que además él era director y ella subdirectora y además... los únicos integrantes de la redacción del programa.
Un mínimo decorado, con un par de paneles de madera delante de un ciclorama. Dos mesas de profesor de colegio. Arozamena y Prego. Lo preciso, lo indispensable. Con un horario que variaba entre las 23.30 y las 00 h se presentaban cada día con unos medios mínimos pero con unas ganas tremendas de hacer su trabajo. "La mayor dificultad con la que nos encontramos para elaborar Al cierre se debe a la infraestructura técnica de los informativos, que creo que es insuficiente. Las satisfacciones que obtenemos son, al mismo tiempo, fruto de los problemas que atravesamos a diario. Siendo un equipo tan reducido de personas, sólo nos queda una posibilidad, ser como un matrimonio. O te llevas bien o terminas a bofetadas. De momento, nos llevamos estupendamente. La pena es que, dada la cantidad de trabajo que tenemos que realizar, apenas si tenemos tiempo para comunicarnos personalmente. Son pocos los momentos que tienes para reflexionar sobre tu propio trabajo, y esto puede conducir a perder un poco la perspectiva de conjunto. Tanto Victoria como yo tenemos un sentimiento numantino y autónomo. Los errores los podemos repartir y tocamos a más en las alegrías. La escasez de tiempo con la que trabajamos repercute en la falta de planificación. Somos un comando que todos los días da un golpe de mano. Tengo mi planteamiento teórico sobre cómo debería hacerse este trabajo pero volvemos a chocar con el escaso tiempo que tenemos. ¿Cómo vamos a planificar una gran batalla si tenemos que estar todo el día corriendo?" confesaba Joaquín en el número de "TP del que era portada.
Y continuaba Victoria con la autocrítica en la misma revista: "Nosotros damos noticias que no se han dado en otros informativos, porque las noticias que se producen a última hora de la noche no las podemos cubrir si tenemos que realizar los 15 minutos del programa, seleccionando imágenes, dejando tiempo para el maquillaje y la elaborando las informaciones. A este respecto se podría decir que estamos desprotegidos". La mayor preocupación del director estaba muy clara: "Encontrar el equilibrio entre precisión, exactitud y sencillez para que nos entiendan todos, sobre todo aquellos a quienes sólo les llega la información televisiva. Para conseguirlo, me preocupa la selección de las noticias, su valoración y su ordenamiento. Hay que respetar las exigencias de la audiencia. A esa hora, el espectador está muy fatigado, lo cual disminuye su capacidad de atención. Hay que darle un crucigrama de noticias resuelto". Tanta profesionalidad y empatía con el televidente dieron como resultado que el espectador, por fin, entendiera la actualidad y eso se reconoció en premios, artículos y portadas como la de la revista "Antena TV" que lo definía sin rubor como "El mejor informativo". Ojo, el mejor en unos años en los que el horario de late-night no existía y para un espacio de un cuarto de hora. Posiblemente esto escociera a los compañeros que contaban con más presupuesto, equipo y duración.
El por qué un espacio que estaba siendo tan popular y acaparando un prestigio inusual para los informativos de la Casa no continuó tras el cese de Fernando Castedo como director general de RTVE (fue él quien lo puso en marcha) es incomprensible. Quizás los nuevos gerifaltes querían revolucionar con otras armas pero la medida fue un error, a tenor de lo que vino después. Meses más tarde se anunció que la pareja repetiría pero ya como responsables del noticiario de la Segunda Cadena y a las 22 h. De ese proyecto nunca más se supo. A Joaquín le tocó volver al Telediario y a ella compaginar el cultural "El arte de vivir" y las entrevistas de "Españoles" en la siguiente temporada. Nunca más volvieron a presentar juntos pero sí que se reencontraron en los estudios de TVE en dos memorables ocasiones ante las cámaras. La primera en 2004 en el "Carta de Ajuste" de José María Íñigo. Allí Prego reconoció que si tuviera que elegir un compañero de andanzas televisivas sería Arozamena por lo mucho que se había reído con él.
En 2016 volvimos a verlos al alimón. Fue en la "Gala 60 años juntos" que celebraba el aniversario de TVE y que presentaba Raffaella Carrà. Durante ese especial se fueron sucediendo unos breves vídeos paródicos recordando la actualidad de cada década recreando los Telediarios de cada época con presentadores actuales. Para el último reapareció esta mítica pareja en el estudio actual del informativo de la 1. Fue un momento especial que nos recordó que la honradez con el espectador es el mejor instrumento para un periodista.
Elijo para finalizar este artículo la inteligente (y humilde) reflexión que dejó Arozamena en el libro"Las cosas que hemos visto. 50 años y más de TVE" (Manuel Palacio (Ed). IORTV 2006): "Los que hacíamos televisión y el mundo periodístico en general se atribuye una función trascendental en la transición democrática más allá del tradicional cuarto poder atribuido a la información. Quizás tendemos por una entrañable solidaridad corporativa a exagerar nuestro papel. En el caso de televisión creo que se jugó un doble papel: ansiolítico para las mareas sociopolíticas que se ponían en marcha y pedagógico para transmitir conceptos elementales y a través de ellos valores fundamentales. Se contó (algo que se tiende a ignorar) con la receptividad de la sociedad española que era un campo sediento, abierto y bien dispuesto a la lluvia de conceptos y valores".
Revivamos su reencuentro en "Carta de Ajuste":
Agradezco a @ColeccionTV la cesión de las portadas de las revistas Antena TV y TP y el reportaje de esta última
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