El 20 de diciembre de 1991 era viernes y en aquella temporada la noche de la Primera de TVE estaba destinada al concurso de concurso, el "Un, dos, tres" que había regresado en septiembre tras casi tres años en barbecho. Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca sucedían a la mítica Mayra Gómez Kemp (una decisión de Chicho muy comentada en la prensa y en la calle) y esta sería su primera (pero no última) Navidad al frente del programa. Como el siguiente viernes caía en 27, tocaba adelantar las celebraciones unos días y su decorado se vistió de blanco nieve.
Como venía siendo costumbre desde la segunda etapa de Kiko Ledgard (1976-78) los concursantes serían niños y, por supuesto, el público también y hasta Arévalo vendría acompañado de tiernos pastorcillos. Además, había otro cambio importante del que tenéis una importante pista en la foto superior. ¿Quién preside la mesa de la subasta? Miriam y no Jordi, que era lo habitual. Como la presentadora se había hecho famosa con el infantil "Cajón Desastre" tenía sentido que fuera ella quien tuviera más protagonismo aquel día. También sería la que comandara la parte de las preguntas mientras que Jordi se encargaba de la contabilidad. Todo eso previa pregunta al numeroso público que atestaba las gradas. Eso sí, según me chiva alguien del equipo, los niños no respondieron al unísono que preferían a Miriam. Ante la respuesta aturullada y que resultaría poco comprensible desde casa se optó por pedir la complicidad del público para que el guión siguiera su camino. Por eso en la tele vimos a toda la chavalada gritar que ese día Miriam debía ser "la jefa".
En cuanto a las atracciones que nos ofrecían Chicho y su equipo para aquella cita tan especial hubo una que llamó especialmente la atención entre los infantes noventeros: La Onda Vaselina, un grupo mexicano creado en 1989 y que aquí lo petó durante los primeros noventa. Sus versiones espídicas de canciones rock y pop de los 50 calaron entre una chavalería que al día siguiente cantaría en el parque eso de "¡Qué buen reventón!" intentando imitar los movimientos de estos jovencísimos cantantes y bailarines mientras a los abuelos se les escapaba una lagrimilla de emoción porque aquellas eran las canciones de su juventud. Por cierto, la banda dejó grabada otra canción para el programa emitido el 3 de enero dedicado al Día de Reyes, "¡Qué triste es el primer adiós!" y volverían para la Nochebuena del 93 en la etapa presentada por Josep María Bachs.
Sin embargo, aunque yo también bailé aquellos temas como un poseso, con el paso de los años el número que más me gusta de aquella emisión es el protagonizado por Jordi Estadella como un Mr. Scrooge bastante más orondo de lo que había imaginado Dickens, secundado por Miriam y las azafatas. En "Maldita Navidad" ese tacaño personaje se va tornando en apenas tres minutos y medio de vecino cascarrabias a entrañable señor al que sólo le falta cariño para desplegar sus buenas maneras.
Esta edición navideña del "Un, dos, tres" congregó, atención, a 8.759.000 espectadores (un hoy imposible 57,7% de share) según las mediciones de SOFRES de la época.
Fotos @ProintelTV
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