María José García Molina en el Palacio de la Zarzuela en un descanso del discurso de Navidad del Rey en 2006 |
Su nombre quizás no diga mucho al espectador medio pero su firma está en cientos de programas y dramáticos de la historia de TVE. María José García Molina, también conocida como Marisé García, es una de esas profesionales cuya labor no es reconocida por la audiencia pero que es imprescindible para la televisión. Durante cuatro décadas sus decorados y escenografías han llenado la pantalla complementando a la perfección el trabajo de realización, adecuándose al guión y siguiendo las premisas de dirección. Pero resumir su trayectoría diciendo que es una decoradora sería injusto. Bailarina de formación clásica, actriz puntual, secretaria del "Un, dos, tres"... todo eso y más adorna su currículum. Esta entrevista no sólo sirve de homenaje a María José sino también a todos los decoradores televisivos, artistas que merecerían más atención. De paso, también recordaremos a su padre, Diego García Solórzano, uno de los primeros productores de la Casa, que recaló en el Paseo de la Habana (como tantos otros) desde el cine y que se afianzó en los sesenta y setenta en los rememorados dramáticos.
- Tu carrera en TV abarca 40 años y es tan versátil que no sé cómo te definirías tú…
Pues respondería que de Técnico Superior de Artes Escénicas, que es como se nos llama a los creadores y proyectistas de los decorados en televisión y oficialmente a mi carrera en el Departamento de Escenografía de TVE, que abarca exactamente desde diciembre de 1971. Una vez terminados mis estudios de Arte y Decoración me presenté en televisión con mis proyectos a pedir trabajo y se me empezó a contratar a través de una hoja amarilla, al igual que los actores y demás contratados, pero no como decoradora, sino como ayudante de ambientación de vestuario, porque Bernardo Ballester, jefe del departamento entonces, vio entre mis proyectos de decoración de la Escuela unos figurines y me dijo que le hacía falta gente figurinista que supiera dibujar. A partir del 76 hasta que me hicieron fija en el 82 estuve ya en Decoración, con contratos de un mes y con carta de despido una semana antes de terminar dicho contrato. Un suplicio porque cada mes me tenía que buscar programa para que me pudieran contratar pero, para entonces, ya conocía a mucha gente y no me fue difícil, allí me quedé hasta que finalmente entré el 1 de febrero de 2007 en un ERE.
María José (a la derecha) con la actriz María Jesús Valdés en el programa "¿Cuál es tu final?" |
Mi experiencia y presencia en televisión viene desde 1966, tiempos de la televisión en directo, en los que mi padre, que ya trabajaba en el Departamento de Producción, a veces pasaba apuros en un programa matinal del sábado, ¿Cuál es tu final?, que si mal no recuerdo empezaba a las once de la mañana, en directo y, a veces, de los tres colaboradores del coloquio, que eran chicos y chicas universitarios, alguno fallaba y mi pobre padre venía corriendo a despertarme para que le sacara las castañas del fuego y participase. Salíamos despavoridos, porque el directo no espera, e iba leyéndome el guion por el camino para saber de lo que tenía que hablar y según llegábamos, íbamos derechos al plató y me echaba "al ruedo", plantándome de repente ante las cámaras. Entramos aquella primera vez en el plató corriendo y mi padre, que apareció sin presentarme porque no daba ni tiempo, solo dijo: he conseguido suplente. A González Vergel, el realizador, que además tenía fama de hueso, le gusté de entrada porque le hice gracia al entrar muy dispuesta con mi atropellada llegada. Yo era una lanzada inconsciente de catorce años y no iba a desaprovechar, de ninguna de las maneras, la oportunidad de entrar en ese mundo que me fascinaba desde que mi padre me llevó, con cuatro años, al rodaje de la película “Zarak Khan”, donde él trabajaba. Nadie preguntó mi edad y como iba con mi padre no había ningún problema aunque fuera menor.
En "La loca de la casa", un "Estudio 1" de mediados de los sesenta en el que intervino como actriz, María José es la monja de la izquierda |
Luego Vergel le pidió que no perdiera mi teléfono porque decía que era muy espabilada y que daba mucho juego, así que me siguió llamando de vez en cuando para el coloquio hasta que me dio un papel como actriz en su programa y a partir de ahí hice diversos dramáticos con él y con Luis Calvo Teixeira, como Escuela de matrimonios y algún teatro, hasta llegar a un Estudio 1, La loca de la casa, de Pérez Galdós, con Ana María Vidal y Emilio Gutiérrez Caba entre otros. Mi padre y Vergel eran muy amigos, pero él seguía sin saber que yo era su hija, así que en la cena de celebración por la fijeza de los primeros que entraron en plantilla, entre los que estaban, Vergel le dijo a mi padre: ¿te acuerdas de aquella chiquita tal espabilada que empezó en ¿Cuál es tu final? y que me hacía tanta gracia? Sí, me acuerdo, le contestó mi padre; ¿tienes todavía su teléfono?; sí, lo tengo; pues me lo vas a dar porque voy a estrenar una obra de teatro y quiero descubrir a dos figuras jóvenes; al chico lo tengo y la chica quiero que sea ella. Pues a esa la dejas en paz porque es mi hija y quiero que estudie. FIN. Así acabó una de mis ilusiones truncadas, la de ser actriz, cosa que le agradeceré toda la vida a mi padre.
Diego García Solórzano, su padre, pionero de la producción en TVE |
- Háblame de tu padre y de esos años de producción cinematográfica en los que acudías a rodajes importantes
Mis padres vivían en Marruecos, porque mi madre, de Ceuta, era funcionaria del Estado como farmacéutica del Centro Médico de Tetuán. Allí conoció a mi padre, entonces Capitán de Ingenieros, pero no le iba el cuartel, le gustaba la acción, la guerra vaya, y lo enroló su primo Juan Solórzano, jefe de producción, en la película Puerto África, rodada principalmente en Agadir en el 56, con Philip Carey, Pier Angeli y Christopher Lee, entre otros y dirigidos por Rudolph Maté. Al finalizar esa empezaron, también en Marruecos y dirigidos por Terence Young, Zarak Khan, rodada en diferentes puntos, pero principalmente en Tetuán y Cháuen, con Anita Ekberg, Victor Mature y Michael Wilding, recién casado con Elizabeth Taylor, que acompañó a su marido al rodaje en Marruecos. Era una producción de la Columbia, productora con la que solía trabajar mi padre y, algunas veces, con la Metro Goldwing Mayer.
Nos vinimos urgentemente a la península porque por la independencia de Marruecos los trabajos del Gobierno cesaron el 1 de enero, por tanto, mi madre se quedó sin trabajo y sin casa oficial hasta nuevo destino. A los meses de llegar fuimos a Denia, porque a mi padre le salió una película con Samuel Bronston, El capitán Jones. Acudí varios días al rodaje y presencié una noche, que fue definitiva para mí, la escena de la batalla naval con la quema de galeones a cañonazos junto a Mia Farrow, que tendría doce o trece años. Su madre, Maureen O´Sullivan, y su hermano también estaban allí presenciando aquel impresionante espectáculo que me marcó para siempre, porque aquel día le dije a mi padre que yo lo que quería ser de mayor era decoradora de cine y profesora de ballet por la tarde, mi otra pasión, como así ha sido.
Diego Gª Solórzano (dcha.) junto al realizador Pedro Pérez Oliva en la grabación de "Estudio 1" a mediados de los sesenta |
Después hizo varias películas más, la primera Orgullo y Pasión, con Stanley Kramer y como actores Cary Grant, Frank Sinatra, Sophia Loren y Carlos Larrañaga entre otros. Con la Columbia Los viajes de Gulliver, Lawrence de Arabia, La India en llamas, Salomón y la reina de Saba (fue uno de los testigos de su angina de pecho que le costó la vida a Tyrone Power) y Cariño mío entre otras películas.
- ¿En qué momento tu padre comenzó a colaborar en TVE y por qué?
La inseguridad laboral del cine y sus viajes, y porque mi madre ya trabajaba de Jefe de Farmacia en el hospital del Niño Jesús y en el ambulatorio de Modesto Lafuente como analista, hizo pensar a mi padre, cuando se enteró de que faltaban profesionales del cine para la televisión, que era un trabajo más estable y así no la dejaría sola con los cuatro hijos que tenían, yo era la mayor. Así empezó en el Paseo de la Habana, cuando el personal de los equipos de cine, de donde él provenía, se empezó a reenganchar en un medio nuevo.
María José como secretaria del "Un, dos, tres" a principios de los setenta |
- Uno de tus primeros contactos profesionales con la tele fue en el "Un, dos, tres" ¡y como azafata sustituta!
Mi padre había trabajado con Chicho en Historias para no dormir, ¿Es usted el asesino?, serie de su padre y en la que él también estaba y Mañana puede ser verdad. Durante estos trabajos se hicieron muy amigos, mi padre era persona de su confianza. Chicho me conoció de pequeña y aunque estaba en Escenografía, trabajando para el UN, DOS, TRES, que fue uno de los programas de aquella primera etapa mía, me pasó lo mismo que en ¿Cuál es tu final?, volví a ser el comodín al tener cierta familiaridad con él y cuando le fallaba alguien, ya fuera actriz o azafata, ahí estaba yo vestida de lo que me tocase. Vestí el primer uniforme de cuadros blanco, rojo y verde a cuadros minifaldero con las grandes gafas de secretaria, sustituyendo en varios programas a Pilar, en la primerísima etapa en blanco y negro, con Kiko Ledgard y Don Cicuta con los Cicutillas acompañantes; ya en la segunda temporada de secretaria vestida de romana, con la actriz Blanca Estrada sustituyendo a Pilar de un modo fijo, y de valenciana y de hawaiana entregando regalos a los concursantes con la charla correspondiente al dejarles lo que debían coger o dejar. Pero antes y durante UN, DOS, TRES, hice bastantes novelas de una o dos semanas de duración, siempre de época.
- Es curioso que muchos años después tú realizaras la escenografía de "El Semáforo", uno de los últimos programas de Chicho...
Es curioso en cierto modo, porque él siempre procuraba tener el mismo equipo, personas de su confianza y con las que se entendía y le entendían, preferiblemente mujeres. Yo era una de ellas, como Ana del Castillo, su segunda escenógrafa, porque Fernando Sáez fue quién hizo el primer decorado, pero después fue Ana hasta el final. Aunque yo estaba como decoradora fija, ella seguía siendo la escenógrafa. Estuvimos en El semáforo y en el Waku-Waku, en el único que no estuve fue en Hablemos de sexo, porque estaba en Estudios Roma con otros programas.
Continuará.
En la próxima entrega: sus inicios como figurinista en "Divertido siglo", la larga etapa en "Novela", sus decorados para "Sábado Noche", los programas matinales de los noventa y culturales de La 2.
Que vida tan fascinante ha tenido Marise. Maravillosa entrevista Alejandro. ¡Tiene tanto que contar! Me enorgullece tenerla como amiga después de tantos años trabajando juntas.
ResponderEliminarGracias por la parte que me toca y tienes razón, la vida de Marisé da para un libro. No te pierdas la segunda parte de la entrevista el domingo.
EliminarEfectivamente, nuestra vida detrás de las cámaras ha sido fascinante, y cada uno de nosotros tenemos muchas historias que contar, porque cada uno de nosotros allí ha tenido sus experiencias y anécdotas en grupo e individuales.
EliminarMe alegro de que alguien como Alejandro me haya hecho esta entrevista, al encontrarme casualmente en un comentario sobre lo que él escribió sobre el Estudio 1 Esperando a Godot, porque esta entrevista nos representa a todos.
Bonita fotografia,me suena de algo.En algunas cosss de tu trayectoria profesional llegue a tener la enorme safisfaccion de trabajar a tus ordenes.Tiempos ectraordinarios
ResponderEliminarPuedo decir que para mí ha sido lo mismo con todos. Gracias a mis compañeros que me han dado esta vida tan feliz.
ResponderEliminarMuy interesante esta primera parte de la entrevista. Hoy salvo honrosas excepciones... cadenas como Telecinco basan toda su programación en minúsculos platós multiusos con nula creatividad...pues ya nada hay más allá de una gran pantalla. Nombres como el de ella...o la gran ANA DEL CASTILLO... dignifican otra televisión que ya no se hace. Una pena.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo.
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