domingo, 16 de enero de 2022

Las primeras series de Tintín


Reportero intrépido aunque pocas veces le hayamos visto escribir. Propietario del tupé más famoso de las historia, con permiso de Elvis. Joven desde 1929. Tintín es, sin duda, un personaje eterno, su aparición en el suplemento de un diario belga fue un éxito casi inmediato y, a lo largo de los años, probaría suerte en otros medios como el cine, tanto en películas animadas como con actores (la segunda fue rodada en España), teatro, musicales, discos, radio... y, cómo no, televisión. La historia del periodista pelirrojo en la pequeña pantalla se remonta a 1956. Belvision, empresa creada por el editor de la revista "Tintín" (en francés y flamenco), Raymond Leblanc, llevaba dos años experimentando con primitivas fórmulas de animación para adaptar la ingente cantidad de personajes que atesoraban sus publicaciones. Había llegado el momento de aprovechar al más famoso de todos ellos para protagonizar una serie para la RTBF, la tele belga, fundada en 1953. La francesa, ORTF, se apuntó al carro y hasta se atrevió a imponer a Anne-Marie Ullman como realizadora. La idea era adaptar "El cetro de Ottokar" y "La oreja rota" en pequeños capítulos de unos cinco minutos de duración pero los planes se torcieron enseguida. Hergé, al ver la decepcionante versión televisiva de "Bob et Bobette" de la productora, decidió que todo el material gráfico saldría de sus propios estudios. En realidad aquello no era animación tal y como la entendemos hoy sino figuras recortadas que se movían por unos fondos simplones y algún efecto especial muy rudimentario. Ullman, además, se quejó de que tenía prohibido retocar de ninguna manera los dibujos supervisados por el autor. El resultado no satisfizo a nadie y la cadena francesa decidió apartarse de la producción así que este primer intento se quedó en esas dos aventuras. "El cetro de Ottokar" comenzó su emisión en Bélgica y Francia en diciembre de 1957. Serían ocho episodios de unos trece minutos. A esa primera temporada se le uniría en el verano de 1959 otra de siete de "La oreja rota". 


Leblanc no se rinde y contrata a un húngaro exiliado en Bruselas, Yvan Szücs, que había dirigido cortometrajes en su país y que además era actor de teatro y cantante lírico en la ópera de Budapest, todo un personaje que inspiraría a Hergé el piloto Szut de "Stock de Coque". Enseguida comienzan a trabajar en "Aterrizaje en la luna". Hay algunos avances con respecto a la serie anterior pero sigue siendo una animación muy primitiva. Al mismo tiempo, se han conseguido sendos contratos de emisión de las dos primeras aventuras en la BBC y Radio Canada pero todavía no había grandes beneficios que compensaran la inversión. Quizás hoy sorprenda a muchos que aquellos episodios se realizaron en blanco y negro pero teniendo en cuenta que ninguna tele europea tenía por entonces ninguna intención de emitir en color y que EE.UU. se encontraba en plenos ensayos con programas muy especiales, no tenía sentido el esfuerzo. 


Es entonces cuando se toma una decisión drástica, asociarse con una productora hollywoodiense para mejorar notablemente la calidad y, de esta forma, hacer más exportable la serie. En 1959 Larry Harmon desarrolla un piloto basado en "Objetivo: la Luna" dirigido por Paul Fennell y guión de Charlie Shows. Los estudios de Harmon eran conocidos por su serie sobre el payaso Bozo, muy popular en EE.UU. y en 1960 lanzaría una serie de cortos televisivos de Popeye que se emitirían en medio mundo. Habría dos grandes novedades: el color y que, por fin, era animación, limitada (como era habitual en la televisión) pero animación al fin y al cabo. El acuerdo entre Harmon y Belvision preveía la realización de 104 episodios de seis minutos y medio de duración y que se producirían en tres años entre ambos países. 


Se comienza con "Objetivo: la Luna" pero esta adaptación poco tiene que ver con el álbum original: el envío por error de Milú a nuestro satélite es la razón que motiva la expedición... y esa es sólo la primera libertad que se toman con respecto a la historia de Hergé. Los guiones de Charlie Shows comienzan a animarse sin la aprobación definitiva del creador belga y ahí comienzan los problemas. Además, en medio de todo ese proceso muere el presidente de la productora norteamericana antes de que se firmen los contratos definitivos. Leblanc se encuentra sin su principal financiador pero consigue convencer a  Télé-Hachette para que entre en coproducción manteniendo al guionista problemático. El realizador belga Ray Gossens toma el mando artístico y técnico y durante 1960 las pullas entre uno y otro son constantes. El guionista envía cartas incendiarias a la productora poniendo a parir a Gossens y el aludido no tiene más remedio que quejarse de los continuos retrasos del escritor y de que sus guiones ya no incluyen indicaciones de escenarios, movimientos de cámara, aclaraciones sobre el ritmo... Para calmar los ánimos se recurre a un guionista con grandes éxitos en la revista "Tintín" (de la que llegaría a ser redactor jefe), Greg. 


Los capítulos se van sucediendo entre la decepción de Hergé, la desubicación de Bob de Moor (su hombre de confianza y supervisor de la serie por parte de los Studios Hergé) y las negociaciones de Belvision para su venta internacional. Durante tres años las adaptaciones de "Aterrizaje en la Luna", "El cangrejo de las pinzas de oro", "El secreto de Unicornio", "El tesoro de Rackham el Rojo", "La estrella misteriosa" y "La isla negra" coproducidos entre Belvision y Télé-Hachette se emiten, además de en Bélgica y Francia, en Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Países Bajos, Suecia, Portugal y se mantienen negociaciones con otros países. Alemania, en principio, la rechaza por su violencia, una de las quejas continuas del creador de Tintín que parecían no ser escuchadas. En España se emitieron en 1965 en un horario estelar, las 20.50 de los lunes bajo el título de "Aventuras de Tin-tin". 


A pesar del éxito y de la difusión de la serie, la calidad no es satisfactoria prácticamente para nadie y Télé-Hachette se retira antes de iniciar la realización de "El asunto Tornasol". Raymond Leblanc decide continuar y Belvision lleva a cabo la adaptación tanto en francés como en inglés pero con el apoyo técnico de la productora norteamericana. Greg y Bernard Fredisch escribieron el guión que dirigió Gossens. Trece capítulos de cinco minutos de duración que, más adelante, y en contra de la voluntad de Hergé, serían unidos como una película de casi una hora de duración que se comercializaría en España en Súper 8 (en pequeñas bobinas de la misma duración que los capítulos televisivos, algo muy habitual a finales de los 70) y que, más adelante, emitiría en su formato seriado TVE dentro del programa "Dabadabadá". 

Hasta 1991 no se produjo una nueva serie de Tintín que es la que posiblemente muchos recuerdan pero... esa es otra historia que contaremos en un futuro.

Esta es la polémica versión de "Objetivo: la Luna" en su versión en inglés:

 

 Aquí "El secreto del Unicornio" con doblaje español:

   

"La estrella misteriosa" surgida, como los anteriores vídeos, de la colaboración entre Belvision y Télé-Hachette:


Por último, la versión de "El asunto Tornasol" realizada en solitario por Belvision:

 

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