martes, 3 de enero de 2023

Sergi Schaaff, el Rey de TVE desde Barcelona

Schaaff bromeando con una corona de atrezzo durante una grabación de los setenta.
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra.

Sergi Schaaff se ha ido y con él perdemos al último testigo en activo de la televisión clásica. Tenía 85 años y seguía ejerciendo de director de "Saber y ganar" aunque ya no con la misma intensidad. Aún así, su talento creativo no paraba, en los últimos meses había ideado nuevas pruebas que todavía sorprendían a su equipo. Schaaff no sólo es un pionero de TVE, es un creador de iconos televisivos. Su firma es su currículum. Quizás no tenga un estilo visual que defina su manera de entender la realización pero sí que es reconocible su sello en sus creaciones porque él era un director-realizador a la antigua usanza, como también lo era Chicho Ibáñez Serrador. Entendía el programa como un "todo" en el que él quería controlar cada detalle porque, como siempre repetía, "el trabajo bien hecho, también gusta". Pero además de ser un autor (en toda regla), fue también el jefe de programas que llevó a una época gloriosa al Centro de Producción de TVE en Cataluña. Descubridor de talentos, ingeniero de programas eternos y hasta profesor universitario, Sergi Schaaff era el Rey de la tele hecha desde Barcelona. 

Sergi Schaaff con su mujer, la actriz Àngels Moll, y Jordi Hurtado en un especial de "Saber y ganar" por los 50 años de TVE Catalunya en 2009. Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE.

¿Y por qué su nombre no es tan conocido popularmente como el de otros? La periodista Anna Bosch (excorresponsal en Moscú, Londres, Washington y uno de los grandes baluartes de la ética en los Telediarios de TVE) lo explicaba  hoy en Twitter con su claridad habitual: "Ha muerto al pie del cañón y sin el debido reconocimiento. Schaaff, creo, ha pagado en España ser un gran creador, "pero" en Barcelona, y en Cataluña, serlo, "però" en RTVE". Hace unas semanas un servidor comentaba en el plató de "Saber y ganar" (su última gran creación) con Jordi Hurtado que a Schaaff se le debe un gran homenaje público e institucional. Sí, había conseguido el Ondas nada menos que en 1978 por su "Salomé", también tenía el Premio Talento de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión, la Creu de Sant Jordi y otros galardones pero... no ha sido valorado como merece una figura de este calado. Se va, eso sí, después de celebrar a lo grande el 25º aniversario de su "niña bonita", el concurso más longevo de la televisión en nuestro país, y además con el Ondas bajo el brazo. La entrega fue hace tres semanas y no subió al escenario, llevaba un tiempo enfermo aunque seguía acudiendo periódicamente al plató de Sant Cugat.

Sergi Schaaff en primer término en una grabación de "La vida es juego" con Constantino Romero.
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra.

Pocos directores-realizadores tiene una lista de programas en su cartera tan populares como los que creó Sergi y hay que destacar precisamente eso, que fue su "creador". Nunca adaptó formatos ajenos aunque, evidentemente, partía de bases que ya estaban asentadas. Uno de sus grandes méritos fue el de saber darle la vuelta a ideas clásicas. El concurso cultural existe desde los inicios de la tele (y se trajo desde la radio) y no puede ser más sencillo: preguntas y respuestas. Schaaff utilizaba ese armazón y lo rodeaba de mimbres pero no simplemente como añadidos, sino para reforzar la estructura con un criterio y dotarla de personalidad propia. Por eso, un espacio como "El tiempo es oro" pudo ocupar con éxito el prime time de La Primera. ¿Por qué "Saber y ganar" lleva un cuarto de siglo en antena y sigue siendo el programa más visto de La 2? Porque es un formato sólido, bien pensado, que respeta a los concursantes y a sus espectadores y porque aunque nunca cambia... siempre está cambiando. Su primer programa de 1997 no tiene nada que ver con el último de 2022. 

Schaaff repasando sus notas antes de iniciar la grabación de un dramático en los setenta.
Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE.

Su modo de trabajar tenía mucho sentido, primero hacía una "prospección por la programación" y veía que faltaba (esto lo tenía en común con Chicho, por cierto). Una vez detectada la carencia, se sentaba frente a su mesa. "El proyecto surge ante una hoja en blanco. Siempre, para generar un programa, necesito una hoja y un bolígrafo e ir dibujando, 'haciendo ideas'." Lo contaba en marzo de 2015 en el programa "Para todos La 2". Entonces "Saber y ganar" llevaba ya 18 años en antena y reconocía que su permanencia en la parrilla había sido totalmente inesperada. "No lo pensábamos pero se va haciendo camino hacia el éxito, despacito y asentándose, subiendo peldaño a peldaño, como todos los programas que llegan a estas cifras tan grandes."

Juanjo Cardenal, Hurtado, Pilar Vázquez y Sergi celebrando los 15 años de "Saber y ganar". Llevaban trabajando juntos desde "Si lo sé... no vengo" en 1985. 

"Uno de los factores más importantes son los concursantes. Es el punto clave del programa. Unos concursantes que saben, que se expresan, que tienen inquietud, que son divertidos pero moderadamente, no se trata puramente de una yinkana sino de demostrar estos conocimientos. Eso por un lado y por el otro Jordi, que es el alma del padre. A mí se me puede dar el papel de padre pero él es la madre." La relación entre Schaaff y Hurtado ha sido algo más que laboral y aquí entramos en otra de las características habituales de su forma de entender el trabajo: la confianza en el equipo. En algunos casos (unos cuantos y no sólo Jordi), juntos en distintos proyectos desde mediados de los ochenta. 

Jordi Hurtado y Sergi Schaaff en la entrada de TVE en Sant Cugat. Una relación profesional longeva, una amistad fiel. Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE.

Y, por supuesto, lo más importante es el espectador. Algo que este director nunca perdió de vista. Cuando en esa misma entrevista le preguntaban si no echaba de menos los premios respondía "no hace falta nada. Hace falta el reconocimiento que tenemos de nuestros espectadores". No obstante, ese "¡POR FIN, POR FIN!" que gritaba eufórico Jordi Hurtado en el plató el día que se hizo público el Ondas al programa, era un mensaje que muchos compartíamos. El público ha respaldado las "ideas schaaffianas" prácticamente siempre. Solía decir que la tele pública no debería buscar la audiencia mayoritaria pero tampoco conformarse con una birria y nunca había dejado de escuchar a los televidentes: "La audiencia te aporta un feedback, no estás haciendo algo para el aire, lo haces para la gente y quieres que la gente lo vea." (Entrevista en el programa de TVE Catalunya "Gent de paraula" en junio de 2014). 

Atento a lo que sucede en el plató y lo que se ve en monitor. Años ochenta.
Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE.

Sergi entró oficialmente en TVE en 1963 pero ya llevaba un par de años colaborando. Se había licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y ejercía de montador musical en RNE donde, a veces, dirigía al cuadro escénico en los famosos teatros radiofónicos. Entró en la tele como ayudante de realización y allí se encontró con Mercè Vilaret, una de las grandes teleastas de la tele desde Cataluña. Un poco más tarde llegaría Lluís María Güell y los tres, junto con otros realizadores posteriores, definieron el estilo visual de la Escuela de Barcelona. En esos primeros años hizo de todo: reportajes, programas divulgativos, de entretenimiento... pero poco a poco fue centrándose en los dramáticos y también en musicales. Esa fue su primera etapa creativa en televisión, caracterizada por un mimo extremo en la elección de cada plano ("los compañeros cámaras lo saben bien" decía con sorna). 

Con Montserrat Carulla y Enric Majó en un dramático de los setenta.
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra.

Recordaba esos años dirigiendo dramáticos como una época muy gratificante a pesar del férreo control ejercido por el franquismo en todos los ámbitos creativos. "Al principio la censura era fuerte y después seguía pero un poco más suave. Yo llegué a realizar con el censor al lado y te decía 'ese plano no lo pinches', ya sabías por qué era, quizás había unas chicas" contaba en "Gent de paraula". Su nombre empezó a sonar entre sus compañeros de Prado del Rey cuando en 1970 se encargó del episodio "La trampa", protagonizado por Ana Belén, del contenedor "Pequeño Estudio". Asentó su prestigio en otros títulos como "Hora 11", "Ficciones", "Sospecha", "Crónicas fantásticas", "Novela" y, al mismo tiempo, seguía dirigiendo para obras para el circuito catalán. También realiza musicales como el rodado en 1973 en formato cine en Mallorca con María del Mar Bonet, uno de los primeros en color del centro de producción. 

Con su mujer Àngels Moll. Foto Gabriel Sendra @arxiusendra.

La segunda mitad de la década de los setenta es intensa, dirige obras rompedoras para espacios como "Teatro Club" o "Teatro Estudio" y adaptaciones de clásicos literarios para todo el territorio nacional en el mítico "Estudio 1" y el contenedor diario "Novela" donde destaca "Aloma" en el 77, serie en la que coincide con la que sería su esposa, Àngells Moll. En 1982 volverá a dirigirla (al alimón con Güell) en una de las más populares ficciones de TVE Catalunya, "Vídua, però no gaire" (y no de TV3 como se lee en la wikipedia y, por contagio, en muchos artículos hoy). 

Dirigiendo a los actores del mítico programa infantil del circuito catalán "Terra d'escudella".
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra.

En aquel mismo 1977 de "Aloma" presenta, primero al público catalán y luego al nacional, la "Salomé" con guión de Terenci Moix protagonizada por Núria Espert que lograría un Ondas al año siguiente. Su versatilidad le permite probar con el género infantil y realiza varios capítulos de "Terra d'escudella" (circuito catalán) y miniseries para "Un globo, dos globos, tres globos" (como "Supertot", un superhéroe total). 

Caracterizado para su cameo en el capítulo "La tieta monja" de la serie "Festa am Rosa María Sardà".
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra

A finales de la década dirige un programa que sería uno de los más populares de la historia de TVE Catalunya, "Festa amb Rosa María Sardà", un híbrido entre el musical y el humor que sería el germen (con grandes diferencias) de "Ahí te quiero ver". La Sardà pasaba de ser una reconocida actriz a una show-woman explotando sus talentos. La química entre ambos fue inmediata y Sergi se atrevió a hacer un cameo en un capítulo. Un par de años más tarde dirigió otro espectáculo televisivo al estilo americano con Guillermina Motta, "Les guillermines del rei Salomó", esta vez en color, y continúa experimentando con obras valientes como "Las Salvajes en Puente San Gil", uno de los Estudio 1 más rompedores de su última época y grabada, además, en escenario natural con las complicaciones que eso conlleva. 

Schaaff dirigió "La casa de las chivas" para "Primera función" en 1989.
Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE

A mediados de los ochenta comienza una nueva etapa en la vida profesional de Schaaff y, por ende, en la de nuestra televisión. Es jefe de programas del centro de producción de TVE en Sant Cugat y, como tal, ejerce de "director de la fábrica y de la creación de programas" incluso como productor de unos cuantos. Es la época de mayor brillo de la producción desde Cataluña. Schaaff consigue que haya un equilibrio casi al 50% entre Madrid y Barcelona. Sant Cugat (y otros estudios) produce programas diarios y también coloca en horario de máxima audiencia al menos dos espacios semanales. Es el nacimiento de lo que muchos conocimos como el "Estilo Barcelona", programas míticos que se diferenciaban perfectamente de los realizados con Prado del Rey. No digo que fueran mejores ni peores, eran distintos y eso aportaba pluralidad a la tele pública y una apertura de miras al espectador. 

Preparando la ubicación de cámaras en "Valor y coraje" presentado por Constantino Romero.
Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE

Trabajador como pocos, Schaaff crea, dirige y realiza buena parte de esos programas o, como mínimo, se encarga del proyecto inicial y según van renovando temporadas, deja a otros compañeros la dirección o la realización. Poco a poco abandona los dramáticos (aunque no del todo) para inventarse formatos tan célebres como "Si lo sé... no vengo", "El tiempo es oro", "3x4" o "Ruta Quetzal". Descubre o potencia los talentos de Jordi Hurtado, Constantino Romero (que había debutado sin éxito como presentador en "Ya sé que tienes novio" pero alcanza el estrellato con el concurso cultural mencionado) o Julia Otero a la que había dado su primera oportunidad con "Una historia particular" en el circuito catalán. Repetiría con todos ellos porque, ya lo habíamos dicho, Schaaff creía en los equipos. A Jordi lo rescataría tras varios programas fallidos para "Saber y ganar" y el resto es historia. 

Con su amigo y cómplice profesional Constantino Romero en "La vida es juego".
Foto Gabriel Sendra @arxiusendra

Tras el éxito de "El tiempo es oro" repetiría con Constantino en "La vida es juego" y "Valor y coraje" ("hasta he hecho realities", presumía) y con Julia dirigiría "La Luna" (primero "La Lluna" para Cataluña) y, cinco años después, "Un paseo por el tiempo". Le gustaba fichar a presentadores con experiencia radiofónica: "Considero que un presentador de radio saber hablar, construir las frases bien, la dicción y eso facilita a la audiencia la descodificación de eso. Por eso siempre he elegido presentadores que ya habían hecho radio" contaba en "Gent de paraula" y era una forma de que esa "feina" estuviera asegurada. Partiendo de esa eficacia contrastada, los retaba a ir más allá, a llevar sus talentos al límite... y vaya que lo conseguía.

Schaaff da indicaciones a Jordi Hurtado en "Saber y ganar" en 2009.
Foto cedida por Nicolás Albéndiz del Museo de RTVE

Fiel a la idea de televisión pública siempre trabajó para TVE, exceptuando una pequeña infidelidad en el nacimiento de Canal 9 (Valencia) donde dirigió "El Show de Joan Monleón" y creo el primer y más perdurable icono de la cadena: la ruleta en forma de paellera. Los últimos 25 años han sido para "Saber y ganar", un concurso diario (desde hace años incluso también los fines de semana) que exigía su atención máxima pero, en realidad, seguía con otros proyectos. La serie biográfica "Homenots", creación de formatos para su productora catalana, la revisión de adaptaciones de ideas ajenas para su productora en Madrid, profesor y decano en la Universidad Pompeu Fabra... Sergi era imparable y cuesta usar ese verbo en pasado. Su legado es difícilmente igualable y él mismo explicaba el porqué: "Las televisiones no aprovechan lo suficiente el talento de la gente." Schaaff fue un pionero, llegó en los principios de la tele desde Miramar y pudo hacer de todo, esas oportunidades no son fáciles de conseguir hoy pero también hay que saber aprovecharlas. Él lo hizo y exprimió su talento televisivo hasta el final. 

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