miércoles, 30 de diciembre de 2015

El regreso de "Vivir para ver" en 1977


En 1976 Alfredo Amestoy había triunfado de forma totalmente inesperada con un programa que entonces resultaba difícil de calificar y del que sólo se emitieron cuatro entregas. A pesar de eso, "Vivir para ver" se había situado en el panel anual de aceptación de la audiencia en segundo lugar, tan sólo por debajo de "Heidi" y por encima del "Un, dos, tres", "La casa de la pradera" y "El hombre y la tierra". Si además tenemos en cuenta que el programita tuvo graves problemas de censura, que Amestoy enamoraba tanto como enervaba, que los medios con los que contaba eran modestísimos... sorprende aún más tal éxito. Pero "Vivir para ver" tenía algo más: era el primer zapping de nuestra historia y el periodista usaba los cortes de programas y series de televisión para hacer una crítica, nada velada, a la política en plena Transición, y por ende a la sociedad española. Amestoy no era precisamente un hombre taimado y discreto, su exacerbado sentido de la comunicación y un cada vez más acendrado histrionismo hacían que cada palabra suya pudiera ser interpretada de mil maneras distintas... todas contradictorias entre sí. 


Tras este panorama descrito nadie se esperaba el regreso del formato ¡casi un año después! Pero así se anunció en diciembre. En enero de 1977 reapareció en las pantallas de TVE los jueves a las 21h, justo después del Telediario 2 la crítica de Televisión hecha por la propia Televisión a la manera peculiar e ingeniosa de Alfredo Amestoy, tal y como se describía en la programación. Y lo hacía justo después del Referéndum por la Reforma Política lo que suponía que las limitaciones en los contenidos serían menores. Decía el director-presentador justo antes de iniciar la nueva etapa del espacio que hasta ese momento el producto se terminaba apenas unas horas antes de la emisión y que entonces tenía que ser visionado por la jefatura de Programas de la Casa. En el caso de que se decidiera que había que cortar algo, como era imposible por la premura antes de ponerlo en antena, directamente no salía al aire y se perdía para siempre porque al jugar con la actualidad de lo visto durante la semana se quedaba obsoleto. "Ahora sometemos primero el guión al director general pero nosotros seguimos trabajando con poco tiempo. Yo termino el guión en la madrugada del domingo para abarcar la última actualidad. El director general lo ve por la mañana y nos ponemos a grabar. Una vez terminado, lo vuelve a ver para dar su conformidad". En cuanto a la introducción de la política en el programa respondía Amestoy: "El tema político se trata no en función de su interés a nivel popular. Si en el programa se hace referencia a la anécdota política es porque las figuras políticas han desbancado en popularidad a los toreros, los futbolistas y las folklóricas". Era la primera vez que tal cosa sucedia en TVE .


¿Y por qué volvió "Vivir para ver" meses después de su muerte provocada? En enero, ya con un par de programas emitidos, el comunicador lo explicaba sin tapujos ni vergüenzas: "Mi idea era hacer algo que para mí constituía una carrera para el futuro: hice mi primer ensayo teatral y vi que no estaba maduro, aunque me pudiera interesar el teatro en TV. De ahí vino mi proyecto de "Todo queda en casa", que es un intento de adaptar el "All in the family" americano, inglés, nuevo zelandés... a España. No se pudo porque es un programa muy exigente, la gente habla como habla en casa. José Antonio Plaza (su compañero en "35 millones de españoles mirando la peseta") me recordó la posición en el panel de "Vivir para ver". Entonces me di cuenta de que debía seguir con un programa que no había muerto, que se acomoda, por otra parte, mucho a mi manera de hacer y, dada la audiencia me dije: vamos a continuar". Los directivos aceptaron su propuesta, el "Todo queda en casa" se emitiría en los 80 con Pedro Osinaga y en los 90 con otro título ("¿Cómo lo véis?") con Joaquín Prat y todos contentos. Y tan contentos... porque reconocía don Alfredo: "Si no fuera porque yo puedo estar bien pagado en función de que aquí puedo dejar la salud, si no fuera por mis emolumentos bastante altos, el programa podría ser de los más baratos de la Casa, es lógico, ¿no? es de reciclaje". Provocador nato, Amestoy sabía que este show tan personalista le iba a quemar al mismo tiempo que constituiría un éxito en su carrera: "Estoy perdido como informador puro y esto debido a que he jugado mucho al histrionismo, por el hecho de convertirme en intérprete de mi propio texto. Luego he ido poco a poco desembocando en histrión. No sé si soy recuperable como periodista". Con la vuelta de este formato consiguió, una vez más, llegar a lo más alto del panel, cada semana se situaba entre el primer y el segundo puesto. Todo el mundo quería saber qué iba a decir el otrora enfant terrible de la tele. En 1978 finalizó su etapa en este programa, que quedaría como uno de los más sonados de la Transición. 


2 comentarios:

  1. Uno de esos genios de la comunicación que nacen dos o tres en cada generación. Gracias Alfredo

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  2. Uno de esos genios de la comunicación que nacen dos o tres en cada generación. Gracias Alfredo

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