Cualquier periodista quisiera tener en su currículum dos títulos: "Informe Semanal" y "Documentos TV". Si a ello añadimos una corresponsalía en Nueva York, el matinal "Buenos días" o la dirección de Telemadrid, la trayectoria parece impecable y así era la de Pedro Erquicia, fallecido ayer a los 75 años. Aunque para los más jóvenes su nombre sonará a parodia de Corbacho en "Homo Zapping" y muchos medios hayan resumido su trayectoria con un "y fue el responsable de que los Reyes se conocieran", este periodista vasco se merece un obituario más justo y un homenaje inmediato por parte de la que fue su Casa durante cuatro décadas, TVE. Como me temo que no vamos a ver una cosa ni otra, intentaremos hacer algo de justicia aquí.
A Erquicia casi podríamos considerarlo un niño prodigio del periodismo porque con tan sólo 22 años y antes de graduarse en la Escuela Oficial de Periodismo ya estaba colaborando con TVE. A finales de los sesenta, tras su ingreso oficial, ya formaba parte del equipo de programas como "Panorama de Actualidad" que serían claros antecedentes de la que más tarde se convertiría en su especialidad, los espacios de reportajes. En los 70 ya tenía el cargo de redactor jefe del Telediario y fue en esa época cuando el Director de los Servicios Informativos le encargó una versión patria de los programas que estaban triunfando en EE.UU a imitación del "60 minutes" de la CBS. Así nació en 1973 "Semanal Informativo", renombrado poco después como "Informe Semanal", decano de los reportajes de análisis de la semana en toda Europa y título más longevo de la parrila de nuestra tele. Entre 1976 y 1978, tras un ligero recorte de sus largas melenas, se atrevió a ponerse por fin delante de la cámara para presentarlo al alimón con Rosa María Mateo.
Pero había llegado el momento de emprender una nueva aventura y con el regreso de Jesús Hermida a España, Erquicia acepta su cargo de corresponsal en Estados Unidos y Canadá y se muda a Nueva York de forma precipitada: "He tenido que aprender el oficio de corresponsal. Durante cinco años y medio, que es bastante tiempo, había estado haciendo un tipo de labor en la profesión: dirigir un programa. De repente, de la noche a la mañana, te encuentras de corresponsal... Los dos primeros meses fueron muy duros. Dejando a un lado los problemas profesionales, el oficio, los contactos, la mecánica del trabajo, están los personales. Tienes que buscar una casa..." decía en la revista TeleRadio. El periodista estaba luchando entonces para convencer a TVE de la necesidad de evolucionar técnicamente. Se quejaba de que eran los únicos que todavía seguían usando soporte cinematográfico para los reportajes y que para las conexiones urgentes se usara la línea telefónica: "Las películas están bien para el contexto español pero cuando te vas a un país que lo tiene superado, te encuentras con un handicap. Televisión tendrá que reciclar absolutamente todos sus sistemas técnicos". Y lo consiguió, él fue quien introdujo el vídeo en las corresponsalías.
Esa fue una de las características principales del trabajo de este obstinado vasco, la innovación. Desde sus inicios en la tele, Erquicia quiso ir siempre un paso más allá, forzando la máquina pero siempre con la complicidad de sus equipos. Precisamente cuando fue a Nueva York se llevó a tres compañeros de "Informe Semanal" (entre ellos a la reportera Ana Cristina Navarro) y más tarde se demostraría la lealtad de su gente en etapas complicadas.
En su larga etapa en EE.UU. se produjo una breve pero importante pausa, en 1981 regresó a Prado del Rey para ser subdirector de Informativos en la época de Gabilondo como director, y poco después ya como máximo responsable. ¿Les suena el año? 1981... 23F. Sí, él fue quien tuvo que ir a escondidas a grabar el famoso mensaje del Rey.
En 1985 regresa definitivamente a España. Su primer programa es el olvidado injustamente "Europa, Europa". En 1987 se pone al frente de "Buenos días", sucediendo a José Antonio Martínez Soler. Erquicia ayudó a "americanizar" un poco el formato, es decir, a hacerlo más entretenido y menos formal. Como él decía entonces, quería introducir los cambios paulatinamente y hacer que prevalecieran "las noticias calientes y blandas", para diferenciarse de los Telediarios.
Tras una temporada en el matinal se le asigna la creación de un nuevo formato para los fines de semana y el resultado fue "48 horas", una mezcla entre magazine e informativo que sustituía a los tradicionales Telediarios y que duraba varias horas pero que iba troceando su emisión durante el día. Desde el principio la cosa no funciona. Los errores en pantalla son continuos y las desavenencias con el realizador sonoras hasta el punto de que cierto día se niega a presentar la edición nocturna del noticiario tras exigir, sin éxito, la sustitución inmediata del responsable técnico. En enero del 88 es destituido por su, hasta ese momento, amiga Pilar Miró y el director de informativos Julio de Benito (al que había había nombrado su subdirector hacía años). El día de su cese, un 9 de enero, presentó el programa porque se consideraba un caballero. La mayor parte de su equipo dimitió en solidaridad.
Aquello fue un duro golpe para el periodista que como consecuencia directa supuso la aceptación de un reto: ser el primer director de Telemadrid. En aquel cargo se mantuvo un par de años en los que la cadena autonómica destacó por la valentía y calidad de sus Telenoticias. El regreso a TVE, no obstante, supuso otro hito en su carrera: la dirección y presentación de "Documentos TV" que llevaba un par de años en antena sin una personalidad clara. Hasta su jubilación en 2008, Erquicia hizo de esta cabecera un título ineludible para "espectadores como usted", esos que querían informarse con profundidad. Además de conseguir los mejores documentales del mundo introdujo la producción propia y, de nuevo, consiguió lo impensable: crear otro clásico televisivo. En 1999 lo intentó en la Primera y con Lorenzó Milá. "En clave actual" llegó en un mal momento y no se permitió su asentamiento. Eran los años en los que dirigía el Área de Programas de Actualidad e Investigación, etapa extraordinaria para el periodismo televisivo.
A Erquicia quisieron prejubilarlo a los 50 y se negó. Aguantó, con muchas presiones y ninguneamientos constantes hasta los 65. El día que se despidió de su audiencia, a muchos nos emocionó. Con él se va una forma distinta a la actual de entender la información desde la búsqueda de la verdad como baluarte principal pero con el ojo puesto en la comprensión de todos los públicos, sin prejuicios.
Uno de los grandes periodistas de este país. Gracias por el homenaje
ResponderEliminar, Alejandro
No sabía que presentó Informe Semanal de forma conjunta con la dama de la información, Rosa María Mateo. Gracias por el dato