miércoles, 5 de noviembre de 2025

Los sabios

Una imagen de la grabación de "Los sabios" en su segunda etapa.
Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

La tarde de los sábados entre 1984 y 1986 la chavalada tenía una cita televisiva con un concurso que era al mismo tiempo un programa divulgativo y que incluía dibujos animados. "Los sabios" fue una idea del productor Claudio Biern Boyd para aprovechar una serie de animación japonesa para la que tenía sus derechos de explotación en España. "MIM" era un ente rosa que podía viajar en el tiempo para conocer la vida de importantes científicos de la historia. Cada capítulo se emitía como avanzadilla del concurso en sí, así que algo que comenzó como una estrategia para explotar una serie se convirtió en un programa de éxito en la Primera Cadena de TVE en una época en la que la parrilla infantil estaba repleta de espacios interesantes. 

El director Claudio Biern Boyd (a la dcha.) revisando una toma de la grabación en un monitor en 1985.
Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

Biern Boyd, productor de series de dibujos animados tan populares como "Ruy, el pequeño Cid", "D'Artacán y los Mosqueperros", "La vuelta al mundo de Willy Fogg" o "David el Gnomo", descubrió la serie "MIM" en una de sus habituales visitas de negocios al estudio de animación japonés Nippon Animation. Estaba protagonizada por dos hermanos que invocaban (literalmente) a MIM usando su computadora (entonces nadie tenía un ordenador en casa y se usaba más ese término que hoy nos parece obsoleto). 

La famosa MIM, verdadera estrella de "Los sabios".

Se produjeron 127 episodios que se emitieron en la TBS japonesa entre 1983 y 1985. Cada capítulo duraba originalmente unos 50 minutos pero en TVE vimos una versión reducida a 20 para adecuarse al hueco de programación que tenía todo el programa, incluyendo el concurso. Por eso aquí apenas veíamos la interacción con los dos chavales ni tampoco fragmentos con explicaciones que aclaraban aún más varios de los conceptos expuestos en cada entrega. 

Andrés Caparrós. Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

"Los sabios" tuvo distintas etapas. La primera estaba presentada por Andrés Caparrós con la ayuda de la debutante Isabel Garbí, o sea, Isabel Gemio. Según palabras del propio Caparrós fue él quien la recomendó aunque el mérito de su fichaje televisivo también se lo atribuía el director del programa. En todo caso, muchos años después ella le devolvería el favor a Andrés contratándole como copresentador en la primera temporada de "Sorpresa, sorpresa"... pero aquello no acabó bien. 

Caparrós en una de las primeras emisiones del programa.

Esa primera temporada comenzó el 2 de junio de 1984. Cada semana una pareja formada por un niño/a y un familiar se enfrentaban a preguntas de cultura general  y otras relacionadas con el tema tratado en el capítulo de dibujos animados. Además del cuestionario había otro juego, "El disparate ciego" (presentado por María Rosa Valls) en el que un miembro de la pareja tenía que describir al otro lo que había en el interior de una caja a través de mímica. A lo largo de sus dos años de emisión se introdujeron otros juegos y la fórmula inicial fue variando para hacerse menos encorsetada. 

Isabel Garbí hablando con MIM. Meses después recuperaría su apellido Gemio.

¿Cuál era la función de Isabel Gemio entonces? Pues una bastante limitada pero que sirvió para que la  conociera un público muy distinto al que la escuchaba en las madrugadas radiofónicas y también los jefazos de la tele que no es poca cosa. Gemio, o Garbí como se presentó artísticamente entonces, se encargaba de una sección divulgativa en la que charlaba con la versión en muñeco de MIM que, por cierto, eran las siglas de "Mi Inteligente Muñeco". La voz de aquel personaje era la de María Dolores Gispert, o sea, Pippi Calzaslargas. Sin embargo aquellas interacciones requerían demasiado tiempo de grabación (el muñeco, el doblaje, la grabación en chroma key...) y no duraron mucho. Más adelante, Isabel entrevistaría a personajes bastantes populares que acudían al programa como invitados. 

Miguel Ángel Jenner.
Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

Después de la primera temporada el programa sufrió una transformación bastante radical, al menos estéticamente. Caparrós fue sustituido por Miguel Ángel Jenner, actor de doblaje y animador nocturno de espectáculos de music hall en Madrid y Barcelona, tal como pudimos ver en una entrega de "Un, dos, tres". Precisamente, después de "Los sabios" presentó "El Edén" que era una recopilación de viejos números de cabaret y revista. Jenner es hoy un reconocidísimo actor y director de doblaje y su voz está incrustada en nuestros recuerdos más entrañables, él es Lumière en "La Bella y la Bestia", Pumba en "El Rey León" o el Sr. Patata de "Toy Story" además de la voz habitual en castellano de Samuel L. Jackson por destacar sólo uno de sus fijos. Pero entonces era un desconocido y su aparición como un simpático catedrático con birrete y toga le otorgó bastante popularidad. Y sí, es el padre de la actriz Michelle Jenner. 

Silvia Marsó en su etapa de copresentadora de "Los sabios".
Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

Gemio abandonaría el programa poco después y en su lugar llegó Silvia Marsó, procedente del "Un, dos, tres" aunque hay que recordar que ella ya había trabajado en los estudios de Barcelona como copresentadora de Salvador Escamilla en el concurso de cantantes noveles "Gent d'aqui" para el circuito territorial de TVE en Cataluña. También se incorporó Mariángel Alcázar conocida después por sus crónicas sobre la monarquía en los programas de Ana Rosa Quintana y que aquí se encargaba de entrevistar a científicos. 

Jenner con el actor Juan Manuel Lores y la copresentadora Isabel Gemio.
Fotografía de Carlos Cid cedida por el Museo RTVE, todos los derechos reservados.

Para compensar estas charlas con tanta enjundia teniendo en cuenta que el programa estaba destinado a la chavalería, se incluían actuaciones musicales y, de vez en cuando, alguna atracción visual. También aparecía por ahí el actor Juan Manuel Lores interpretando a una especie de Guillermo, el famoso travieso creado en los años veinte por Richmal Crompton que también tuvo sus propias adaptaciones televisivas en los 60, 70 y 90. Sin embargo, la versión de Lores resultaba bastante más repelente y ciertamente perturbadora. Marsó abandonó el programa poco antes de su final porque ya tenía otras ofertas con mayor protagonismo. En 1987 aceptaría la propuesta de Chicho para regresar al "Un, dos, tres" en la última etapa de Mayra. 

El programa se mantuvo en su ubicación de los sábados por la tarde (antes de la serie de aventuras norteamericana de turno) hasta el 8 de febrero de 1986 y dejó el listón de la divulgación científica para niños a través del entretenimiento muy alto. 

Podéis ver varios programas en Archivo RTVE pinchando aquí

miércoles, 29 de octubre de 2025

"Lúa nova", un aniversario especial para TVG

Gayoso en los primeros minutos de "Lúa nova"

Este mes el presentador más veterano en activo de la Televisión de Galicia está de aniversario, la noche del lunes 6 de octubre de 1986 a las 21.30 h estrenó "Lúa nova". Ese título que evoca directamente a su "Luar" con el que lleva en antena los viernes desde 1992, fue su primer programa propio emitido en prime time. Es importante hacer esa precisión porque Xosé Ramón Gayoso lleva en la TVG desde sus emisiones en pruebas y el día de la inauguración oficial, 24 de julio de 1985, fue uno de los encargados de los actos de bienvenida a la audiencia. Antes de que llegara "Lúa nova" ya había presentado el magazine de tarde "Entre nós" e incluso había debutado en la noche con "Boa Noite" sustituyendo a María José Goyanes, que a su vez había sucedido a Pepe Domingo Castaño pero... allí sólo presentaba

Gayoso con El Último de la Fila

Aquella noche de hace 39 años arrancaba su primer proyecto como director-presentador en la noche, una aspiración propia de cualquier profesional televisivo que para él entroncaba directamente con sus recuerdos de infancia y adolescencia, viendo la tele en familia. Para él la noche era y sigue siendo como aquella "lareira" (el hogar de la chimenea) alrededor de la que nos unimos para disfrutar de la compañía. Con "Lúa nova" no pretendía innovar, era un programa de entrevistas, música y una pizca de humor de vez en cuando. Xosé Ramón aportaba su personalidad y si revisamos aquellas viejas cintas Betacam (hoy digitalizadas por el servicio de Documentación de TVG) veremos un Gayoso mucho más poético, más nostálgico, quizás un poco más melancólico pero igual de entrañable que el actual. A mediados de los ochenta los programas de entrevistas triunfaban y se llevaba eso que se daba en llamar "tele de autor" y este sería su primer intento en el género. Al año siguiente llegaría "O veciño do xoves", aún más personal. 

Imanol Arias, Ana Belén y Echanove con Gayoso en 1986

Realizado en directo desde uno de los pequeños estudios de la autonómica gallega en la sede de San Marcos, venía a suceder a "Galicia de noite", un programa similar presentado y dirigido por Xerardo Rodríguez. Por el sencillísimo decorado de "Lúa nova" pasó todo aquel que tenía algo que contar, gallego o de fuera de las fronteras de la comunidad. Manolo Summers presentando su película "Me hace falta un bigote" con su joven protagonista; Ana Belén, Imanol Arias y Juan Echanove que rodaban en Galicia "Divinas palabras"; Ana María Lajusticia explicando que sus famosos complementos nutricionales surgieron de investigar sus propias enfermedades; Amancio Prada hablando de su querencia por Rosalía de Castro... 

Jeanette en el minúsculo set musical del programa

La música tenía un papel fundamental en este programa, a pesar de que no contaba con un escenario precisamente lucido. Fondo negro y un poco de espumillón plateado en los primeros programas (que quedaba muy bien en los primeros planos, eso sí) que, con el tiempo, desapareció pero no para mejorar la escenografía, verdaderamente. Allí cantaron veteranos ya consolidados como Manolo Escobar o Jeanette y los que estaban empezando pero ya sonaban fuerte en las emisoras comerciales como Francisco, Alberto Comesaña, Nacha Pop o El Último de la Fila. No había discriminación de estilos, igual que sucede hoy con "Luar" y, precisamente, muchos de ellos serían invitados recurrentes durante las más de tres décadas de su mítico show de los viernes. 

Gayoso con Manolo Escobar que después actuaría en "Luar" decenas de veces

De aquella "Luna nueva" al actual "lunar" (la luz del sol reflejada sobre la luna, según la definición de la Real Academia Galega, pero popularmente lo relativo a la Luna) han pasado casi cuatro décadas pero hay muchas cosas de entonces reflejadas en el espectáculo de los viernes. Ha cambiado la técnica, el plató es mucho más grande ("Luar" se realiza en el Plató 1000 de la productora CTV que hace honor a su nombre, 1000 m²) pero, como dice el propio Gayoso, lo importante es el equipo, el elemento humano. 

Blanca Álvarez y Gayoso en el último "Lúa nova" en 1987

El pasado domingo en el programa "Hora Galega Fin de Semana" de TVG dedicamos unos minutos a conmemorar este aniversario con su director y presentador. Sus reacciones a algunos vídeos son realmente entrañables, podéis verlo pinchando aquí

La última imagen de "Lúa nova", que pasó de los lunes a los jueves, cuarenta semanas después de su estreno, fue la de Gayoso dirigiéndose a su equipo para abrazarlo. Aquella noche se había permitido un pequeño capricho: llevar de invitada a la locutora pionera de TVE Blanca Álvarez. Para él era su "mamá televisiva" porque había estado en los meses previos al inicio de emisiones regulares de la cadena enseñándoles a enfrentarse a la cámara. Cuarenta años después, Xosé Ramón sigue siendo igual de agradecido y lo demuestra ante su público, el que va al Plató 1000 a ayudarle a hacer "Luar". 

martes, 21 de octubre de 2025

La Transición

"La Transición" no es tan sólo un excepcional documento sobre un tramo histórico de gran relevancia nacional. Es, además, la historia de un trabajo ingente, de la falta de confianza de los directivos de TVE entonces y uno de esos escasos ejemplos de justicia poética. Y es que un verdadero éxito a pesar de ser emitida en verano y en La 2, podríamos incluso decir que se convirtió en un pequeño pero muy significativo fenómeno sociológico. De repente todo el mundo hablaba de aquel período de tiempo y aparecieron libros, coleccionables y otros documentales sobre sucesos de aquellos años, alguno de ellos, por cierto, de la propia Prego como el de la muerte de Franco para Antena 3.

Victoria Prego entrevistando al político franquista José Antonio Girón

Se ha vendido como una serie "de Victoria Prego", a pesar de que ella aclarara ya entonces que en realidad era un proyecto de su pareja, Elías Andrés, que fue su director y realizador. Victoria ejerció de guionista y narradora además de haber entrevistado a los protagonistas de la época. Buena parte de los políticos que formaron parte de aquel proceso aparecieron en el programa aportando su testimonio y también su análisis después del tiempo transcurrido. 

Imágenes de la retransmisión del entierro de Carrero Blanco

Cinco años y medio duró el proceso de trabajo para esta ambiciosa (para sus responsables) serie. Y más podría haber durado sino fuera porque el director general de TVE, Jordi García Candau, urgió a que lo finalizaran cuanto antes con la excusa de que a finales de 1993 se cumplían los veinte años del asesinato de Carrero Blanco y, por ende, del inicio de la Transición en España. En julio finalizaron el montaje de forma precipitada y... llegó el aniversario y no se emitió. De hecho se quedó en la "nevera" hasta que un día de julio 1995 se anunció su estreno en La 2. 
Imagen de la cabecera en la que vemos de fondo la cabecera del TD a mediados de los 70

No hubo apenas promoción y que se estrenara en temporada baja un domingo por la noche en la cadena con menos difusión... olía a chamusquina o, como mínimo, a desidia por parte de los programadores. Ya puestos, podrían haber esperado al 20 de noviembre para conmemorar la muerte del Dictador para buscar un sentido al retraso pero no. Bien es cierto que se dijo entonces que estaba incluido en un ciclo dedicado a Franco y al Rey pero sonaba a excusa. Con este movimiento demostraban sin pudor que aquel esfuerzo de Elías Andrés, Victoria Prego y su equipo les importaba bastante poco. Era un estreno con estivalidad y alevosía. Sin embargo, sucedió uno de aquellos milagros que, de vez en cuando, sorprenden a los jefes. 

El periodista Manuel Alcalá cubriendo la noticia del atentado contra Carrero Blanco

Unos dos millones de espectadores siguieron con enorme interés el programa cada semana entre el 23 de julio y el 15 de octubre. Era una audiencia inesperada y, sobre todo, altísima para la propia cadena. Tal fue el interés y las excelentes críticas que los jefazos de TVE decidieron que se repondría en TVE1 en la temporada de otoño con el objetivo de llegar a más gente, decían. Victoria Prego fue galardonada con el premio Víctor de la Serna al "mejor trabajo periodístico del año" y no era para menos porque fue este el primer intento serio de analizar un período clave de nuestra historia con sus protagonistas aún vivos (muchos de ellos en activo todavía) y con un rigor inusitado en nuestra televisión. 

La expectación de las elecciones de las primeras Cortes Democráticas

"La Transicion", con T mayúscula, tenía un objetivo claro: exponer al público todos los detalles que llevaron a un país regido por una dictadura a estrenar la democracia en un proceso largo que se desarrolló entre 1973 y 1985. Los dos hitos que daban inicio y final simbólicos a este período eran el atentado contra el almirante Carrero Blanco, presidente del Gobierno, y la entrada de España en Europa. Desgraciadamente esa intención se quedó en agua de borrajas debido a la repentina decisión de la dirección general de precipitar el final de la producción, de tal manera que el último capítulo, el nº 13 (una temporada de tres meses, lo habitual en la televisión) se dedicó al 22 de julio de 1977, la inauguración de las primera Cortes Democráticas desde la guerra civil. 

Don Juan renunciando a sus derechos dinástico en favor de su hijo Juan Carlos en 1977

Uno de los grandes empeños de Elías Andrés era conseguir que la serie aportara todo el material audiovisual posible para hacer comprensible y, al mismo tiempo, entretenida la serie. Eso supuso un gigantesco esfuerzo de la producción por recopilar imágenes no sólo de TVE y NO-DO sino también de cadenas europeas como las británicas BBC e ITN, la italiana RAI o las alemanas ZDF y ARD. Por primera vez, además, se contó con archivos inéditos de particulares o de los partidos clandestinos durante el Régimen. Visionar, catalogar y seleccionar ese ingente material fue un trabajo que merece en sí mismo un reconocimiento porque facilitó la labor posterior de otros equipos. 

A pesar de lo que pudiera parecer por el poco mimo que tuvo hoy esa serie es motivo de orgullo de la Corporación y está disponible en su web. A pesar de lo manido de la expresión esta vez es más que justa: "marcó y un antes y un después" en la forma de hacer documentales en nuestra televisión. 

miércoles, 8 de octubre de 2025

Los Telediarios en 1990

El logo del Telediario hasta el cambio de mayo

1990 fue un año muy intenso en la información y también lo fue de cambios en los informativos de TVE. Se enfrentaban por primera vez a las recién nacidas televisiones privadas que, aunque tardarían bastante tiempo en asentar sus redacciones de noticias, ya estaban fichando a algunas de las estrellas del Ente público como Luis Mariñas que dejaba el Telediario 1 para incorporarse a Tele 5 con su "Entre hoy y mañana". María Antonia Iglesias dirigía los Servicios Informativos de la pública en una temporada en la que se celebraría el primer aniversario de la reunificación alemana, elecciones en el País Vasco y Andalucía, la coronación de Aki-Hito, la visita a nuestro país de Gorbachov, la dimisión de Margaret Thatcher o la primera guerra televisada, la del Golfo.

Luis Mariñas y Teresa Castanedo en el decorado de 1989 que se mantuvo hasta mayo de 1990

El 5 mayo se estrenarían nueva línea gráfica y decorados. De la elegancia formal pero discreta y de los tonos grises combinados con suaves crema pastel se pasaba a una rompedora estética que acompañaba al "nuevo ritmo" a la hora de contar lo que pasaba en España y el mundo. Se incrementaba el número de horas dedicadas a la información tanto en el primer como en el segundo canal y se apostaba más fuerte por el Teletexto. Además, se estrenaban tres nuevas corresponsalías: Budapest, Rabat y El Vaticano.  

Imagen de la nueva cabecera de los Telediarios en mayo de 1990

Una cabecera casi frenética, con un movimiento envolvente y que conectaba con el nuevo decorado a través de la O del Telediario a través de un rápido movimiento de cabeza caliente, una grúa estrenada en España apenas dos años antes en el Especial de Nochevieja de 1988 realizado por Hugo Estuven. La audiencia se sorprendió y tardó un tiempo en acostumbrarse a aquello pero hay que tener en cuenta que veníamos de un largo período en el que el plano general era fijo. 

Francine Gálvez y Ana Blanco en el nuevo decorado

El azul dominaba el plató y los monitores se colocaban en el centro. Los fondos para los primeros planos eran prácticamente neutros porque se mantuvo la incrustación de una pequeña ventana (generalmente a la derecha) con un grafismo alusivo a la noticia que vendría a continuación. Si el decorado hubiera sido muy llamativo o con monitores esa imagen informática habría perdido su efectividad. A la derecha del plató (visión del espectador) un gigante logo de TVE-1 que con frecuencia era tapado por una falsa pantalla para conexiones en directo y entrevistas con el interlocutor en otro lugar. 

Almudena Ariza y Jesús Hermida en "Diario Noche"

El decorado variaba ligeramente en el Telediario 3 que entonces pasó a titularse "Diario noche" con la dirección y presentación de Jesús Hermida. Se prescindía de los monitores y un gran reloj presidía uno de los laterales, la mesa "boomerang" se cambiaba por otra redonda de madera y, por último, el fondo de Hermida era negro con unas pequeñas lucecitas que imitaban la noche de una ciudad.

TD 1 con Elena Sánchez y Pedro Piqueras. Al frente de los deportes Sergio Sauca (izda.)

Hubo unos cuantos movimientos de presentadores y editores a lo largo del año. Si en los primeros meses el TD1 estaba al mando de Luis Mariñas con la ayuda de Teresa Castanedo en la presentación, su abandono de la cadena hizo que Pedro Piqueras se pusiera al frente acompañado por Elena Sánchez y en los deportes Sergio Sauca. El TD 2 tuvo a Rosa María Mateo y Matías Prats como presentadores hasta que en septiembre Hermida se hizo cargo de esta edición proviniente del "Diario Noche" en el que le sucedía Tom Martín Benítez tras dejar "Noticias 2" en manos de Matías Prats. 

Tom Martín Benítez, uno de los profesionales que más cambios de destino sufrió en esa época

El fin de semana fue el que sufrió más cambios en sólo un año. Miguel Adrover y Anna Castells fueron sustituidos en abril por Francine Gálvez y Mari Pau Domínguez pero la segunda se fue a los pocos meses para irse a Catalunya Radio. El 15 de septiembre se estrenó Ana Blanco acompañando a Francine y manteniendo a Adrover como editor. 

Francine Gálvez

De aquella temporada hay que destacar el ruido que se generó con la aparición en el sacrosanto Telediario de Francine, la primera mujer negra en un informativo en nuestro país. Aunque había debutado en el "Buenos días" de Luis Tomás Melgar, su presencia en las dos ediciones del fin de semana llamó mucho la atención, lo que demuestra que el país necesitaba, precisamente, que le zarandearan. El racismo que tuvo que sufrir Francine siendo, por añadidura, una joven de tan solo 23 años sólo lo puede contar ella. 

Pedro Piqueras

En esa época todos los informativos duraban media hora. El TD 1 comenzaba a las 15 h, el TD 2 a las 20.30 h, el TD 3 en torno a las doce de la noche y la excepción: "Noticias 2" en TVE2 a las 21 h  que duraba un cuarto de hora. En el caso de la Segunda Cadena se sumaban tres boletines informativos de unos cinco minutos de duración a las 14.25, 15.25 y 18 h. "Buenos días" era el informativo más largo de todos con unos 75 minutos de duración desde las 8 h pero a final de año se redujo a tres avances de unos diez minutos entre las 8 y las 9.10 de la mañana. José Antonio Mateos era el editor y presentador y durante buena parte del año también presentaron María Bravo, Carlos León y Moisés Romero. 

Agustín Remesal en una crónica desde París

Especial importancia tuvo la información internacional, como ya destacaba al principio, se dedicaron nada menos que 20 h en TVE-2 a la visita de Mijail Gorbachov, hubo un programa especial de más de una hora sobre las condiciones de vida en la URSS, Telediarios en directo desde Berlín y París y las quince corresponsalías funcionaron a pleno rendimiento. Fue una época dorada para los corresponsales y algunos adquirieron no sólo prestigio sino también cierta popularidad por sus crónicas como Rosa Calaf desde Buenos Aires, Agustín Remesal desde París, José María Siles desde Rabat, Daniel Peral desde Bonn o Ángel Gómez Fuentes desde Nueva York. En cuanto a la cobertura de la guerra del Golfo entre agosto y septiembre (con relevancia especial para Hermida, Tom Martín Benítez y Piqueras) mereció un Premio Ondas. 
Una temporada tan desenfrenada como la cabecera de esta nueva etapa. 

martes, 30 de septiembre de 2025

"Julia", la serie que cambió todo


La cadena norteamericana NBC hizo historia la noche del 17 de septiembre de 1968 cuando estrenó la sitcom "Julia". Ese día se rompió una barrera racial, por primera vez una serie de prime time estaba protagonizada por una mujer negra y no en un papel de sirvienta, esclava o parodiando los estereotipos negativos que la industria del entretenimiento había asumido como propios de la raza. Diahann Carroll encarnaba a una enfermera viuda de un soldado abatido en la guerra de Vietnam que criaba a su hijo de seis años. Actriz y cantante, Carroll no sólo era conocida en ese entonces por el público sino que además tenía prestigio, había sido la primera afroamericana en conseguir el premio Tony como actriz protagonista de una comedia musical en 1962 por "No Strings". 

Pongámonos en contexto: EEUU vivía en plena lucha racial, el 4 abril de ese mismo año 1968 Martin Luther King había sido asesinado. Además, la población ya comenzaba a mostrar su hartazgo por el conflicto armado con Vietnam y la desconfianzaba hacia su propio gobierno por este asunto (aunque aún tendrían que esperar unos cuantos años para que aquello acabara). En cuanto a lo que se podía ver en TV, de las 56 series que se emitían por la noche, 21 tenían como mínimo un actor negro en el elenco y tres programas de variedades tenían presentadores negros (1). Además, desde 1965 la serie "Yo soy espía" tenía como coprotagonista a Bill Cosby. Es decir, el desarrollo de "Julia" no venía de la nada pero se había recorrido un larguísimo camino desde "Amos 'n' Andy", una comedia que estuvo en antena desde 1951 a 1953 y que en la radio había comenzado a finales de los años 20 (que a su vez se basaba en un cómic) presentando a dos personajes que cumplían todos los "atributos" racistas que uno pueda imaginar. De hecho, el show radiofónico estaba interpretado por dos blancos que "imitaban" el supuesto argot de los negros (pensad en la Mammie de "Lo que el viento se llevó") y cuando fueron trasladados a la tele se plantearon seriamente pintar a los actores originales o, como mínimo, que pusieran las voces porque eran las que conocía el público. Finalmente Amos y Andy fueron encarnados por dos afroamericanos que tuvieron que replicar esa forma de hablar. Absurdo pero... en aquel momento no era raro. Tampoco olvidemos la historia de "The Nat King Cole Show" que ya hemos contado aquí. 

Si bien "Yo soy espía" presenta a un actor racializado como protagonista y no como sirviente, aquello era una fantasía, una comedia con espías, nadie podía aspirar en la vida real a algo así pero Julia era una enfermera, sí que cumplía con eso que hoy llamamos "labor aspiracional". Sin embargo, ni la NBC era una tele pública (así que no tenía realmente ningún compromiso moral) ni la serie fue recibida por todos como un ejemplo a seguir. Muchos activistas criticaron que el aspecto racial estaba completamente ausente de las tramas y que era absolutamente imposible que una enfermera viuda pudiera vivir en un lujoso apartamento y vestir carísimas ropas además de que todo su entorno, tanto laboral como de amistades, era blanco. Diahann Carroll recibía, literalmente, miles de cartas echándole en cara su falta de compromiso con mensajes tan agresivos como "¿No te sientes culpable haciendo este programa?". Daba igual que ella no fuera directora o productora y que no tuviera ningún poder en la cadena. Parecía no importar el avance que aquello suponía en aquel momento y el acoso al que fue sometida en este sentido fue muy difícil de asimilar. 

La serie fue un gran éxito de audiencia, consiguió el puesto nº 7 en su primera temporada y se mantuvo en buenas posiciones en las siguientes. A España llegó en 1970 y su popularidad la llevó a ser portada de la revista "TP". No fue por falta de público cuando "Julia" se despidió en 1971. Fue la propia actriz la que pidió la rescisión de su contrato por agotamiento. En su autobiografía aseguraba que se había sentido aliviada, libre. Había luchado desde dentro por ofrecer una comedia de situación en la que su raza era noticia en el mundo real pero no era "suficientemente visible" en la ficción. La "normalidad" que quería mostrar el creador de la serie, Hal Kanter, al no darle importancia a que Julia fuera negra o blanca fue un arma de doble filo. En el documental de la PBS "Ajuste de color" (emitido en La 2 en 1995) Carroll declaraba: "Se trataba de entretener al público norteamericano y Kanter quería que una mujer negra formara parte de la escena televisiva del momento (...) Creo que Hall hizo un gran trabajo". 

Hoy en día, esta serie se valora por lo que supuso pero no debemos olvidar su contexto y sus críticas en su momento. 


 (1). Dato aparecido en el libro "Prime-Time Hits" de Susan Sackett de 1993. 

viernes, 19 de septiembre de 2025

El final de "Crucero 59" que casi no se vio

Elena María Tejeiro pone la rúbrica a "Crucero 59"

La noche del 19 de septiembre arribaba a Barcelona el Estrella del Pacífico y con esa imaginaria llegada finalizaba "Crucero 59", el programa de variedades del verano de 1959. Todo estaba preparado para un "gran festival en el Pueblo Español" como se publicitó previamente. La orquesta Santa Anita, el cantante Henry Williams y varios números folklóricos esperaban su turno para actuar en directo ante las cámaras de TVE dirigidas por Fernando García de la Vega en un dispositivo coordinado por José Lombardía. Durante dos días un equipo de unas cincuenta personas habían trabajado en aquel montaje para "uno de los más ambiciosos espacios realizados por Televisión Española" (según palabras de la revista "Tele Radio"). Sin embargo, por un fallo técnico aquel esfuerzo resultó infructuoso porque sólo se pudo ver  en una zona. 

Una de las cámaras que captó en directo el final del programa "Crucero 59" en el Pueblo Español

Hace unas semanas hablé aquí de "Crucero 59" así que no redundaré en las características del programa. Para la traca final se eligió el puerto de Barcelona y el Pueblo Español. Por primera vez salían de los estrechísisimos márgenes del plató del Paseo de la Habana en Madrid y eso requería una organización extraordinaria. Para empezar había que iluminar convenientemente el escenario elegido para que las primitivas cámaras captaran la imagen correctamente. Hay que recordar que apenas dos meses antes se habían inaugurado las instalaciones en la Ciudad Condal así que su equipo humano era bastante novato. Ayudar en este operativo era también una prueba de fuego para ellos. 

Mary González, Mario Moreno y Elena Mª Tejeiro en el último "Crucero 59"

Además de la orquesta y el cantante ya citados actuarían Los Vargas, la Cobla del Llobregat y la Rondalla y cuadro de jotas del Centro Aragonés de Barcelona amén de los sketches protagonizados por los cuatro actores del programa que ejercían también de hilo narrativo del programa, o sea, Elena María Tejeiro, Mary González, Mario Moreno y Joaquín Pamplona. Todo estaba listo esa noche sabatina pero llegó la hora de emisión y no se veía nada. Media hora más tarde, a eso de las 23 h por fin pudieron saludar a los espectadores... pero sólo escucharon aquella bienvenida los de Barcelona. 

Aquella fue una jornada de fuertes tormentas que provocaron una avería que, tal y como se explicó unas semanas después en la revista "Tele Radio", "impidió el suministros de energía eléctrica a la estación relevadora de La Almoda (aún no dotada de baterías como se hallan ya todas las comprendidas entre Madrid y Zaragoza) y esta fue la causa por la que el festejo con el que se celebraba la arribada del Estrella del Pacífico no pudiera ser presenciado por los telespectadores de Zaragoza y Madrid". El final del primer programa veraniego de éxito de nuestra tele no se pudo ver en la mayor parte del país... y así nacen las pequeñas historias de la tele. 

viernes, 12 de septiembre de 2025

Sherlock Holmes y la TV

La primera serie sobre Holmes fue realizada por la BBC en 1951

Arthur Conan Doyle no podía imaginar que el personaje protagonista de su historia "Estudio en escarlata", aparecida en una revista navideña en 1887, iba a convertirse en uno de los más famosos de la historia de la literatura y el más adaptado a la pantalla. Si Basil Rathbone y Nigel Bruce reinaron en el cine (catorce películas y una serie radiofónica entre 1939 y 1946), en la TV Jeremy Brett es considerado el Holmes definitivo. Javier Jiménez Barco ha analizado en su segundo volumen dedicado al detective de Baker Street (de nuevo publicado por Diábolo) sus apariciones en el teatro, la radio, el séptimo arte, la pequeña pantalla, el cómic y los videojuegos. Hablamos con él sobre el abultado currículum del detective privado y su eterno cómplice, el doctor Watson, en la televisión. 

- Holmes ya era un personaje popularísimo cuando la TV dio sus primeros pasos. No sólo por la obra original de Conan Doyle sino también por sus adaptaciones en teatro, cine y radio. Hasta que llegó la primera "serie" basada en sus aventuras hubo varios acercamientos aislados ya desde finales de los 30...

Así es. Aunque debemos tener en cuenta que esos primeros intentos televisivos nada tenían que ver con las mega producciones que se llevan a cabo en la actualidad. Durante los primeros años de la televisión, las series eran poco más que breves obras teatro emitidas en directo. Y el primer Holmes televisivo no fue una excepción. Se trataba de una adaptación del cuento "The Three Garridebs", realizado desde unos estudios en el edificio Radio City de Nueva York. Lo emitió la NBC el 27 de noviembre de 1937 y el actor Louis Hector, que había dado voz a Sherlock Holmes en la radio, fue el encargado de interpretar al personaje. Esta primera adaptación televisiva, aunque rudimentaria, estaba hecha con mucho mimo. Había dos cámaras, nada menos, algo inusitado para la época y, aunque los decorados eran minúsculos (habían representado cinco o seis escenarios diferentes en un espacio muy pequeño), el equipo había rodado previamente una serie de escenas con Holmes y Watson viajando en un coche de caballos, y emplearon esas imágenes en los cambios de escena. Las siguientes apariciones televisivas tuvieron lugar más de una década después, con "The Adventure of the Speckled Band" (con Alan Napier como Holmes), emitida por la NBC el 25 de marzo de 1949, y que intentó ser el episodio piloto de una posible serie dedicada al detective. Por último, se produjeron un par de intentos más en 1951, con John Longden, (en "The Man Who Disappeared" emitido en marzo de 1951) y con Andrew Osborn (en "The Adventure of the Mazarin Stone", en julio de 1951), pero ninguno llegó a cuajar.

- Es lógico que corresponda a la británica BBC el honor de haber puesto en marcha la primera serie, aunque fuera breve. ¿Cómo se recibió aquella adaptación protagonizada por Alan Wheatley?

La recepción fue más tibia de lo que uno pudiera augurar, quizá por el aspecto juvenil del Sherlock Holmes de Alan Wheatley, que encantó al público más joven, pero desagradó a los lectores más convencionales del detective de Baker Street (años después sucedería lo mismo con la serie de Ronald Howard). De hecho, el propio Wheatley detestaba al personaje, al que consideraba un pedante insufrible. No obstante, y a pesar de todo, la miniserie fue un hito. Emitir seis adaptaciones de relatos canónicos de Sherlock Holmes durante seis semanas consecutivas abrió la puerta a todo lo que habría de venir después.

Ronald Howard en la adaptación de EE.UU. en 1954

- Los norteamericanos se lo tomaron más en serio muy poco después con una serie más larga ¿rodada en estudios de París?

Sí, y resulta curioso, porque el público estadounidense recibió mejor que el británico a ese nuevo Holmes tan juvenil y simpaticote que interpretaba Ronald Howard. La serie comenzó a emitirse en octubre de 1954, y se exportó a otros países, donde su éxito se consolidó. Si la miniserie de Wheatley había llegado a hacer seis episodios, esta llegó a los treinta y nueve. Aunque, tal como solía ser el estilo americano, la mayoría de las historias eran de nueva factura. Es decir, solo adaptaron siete historias del canon sherlockiano, creando guiones nuevos para los treinta y dos episodios restantes. La idea de rodar esta serie en París, aunque pueda parecer extraña, se debía sobre todo a la necesidad de reducir costes, dado que rodar en Londres les habría supuesto un gasto excesivo. París no solo era más barato por entonces; además, podían aprovechar los estudios que la cadena norteamericana compartía con otras locales, y, a la hora de rodar exteriores, podían encontrar una serie de localizaciones victorianas que la mayoría de los espectadores no serían capaces de identificar con la capital francesa.

- No quiero pasar por alto la despedida del gran Basil Rathbone como Holmes precisamente en TV aunque fuera como un episodio sin continuidad dentro de la serie "Suspense"...

Es una auténtica pena, porque ese episodio se emitió en directo y, en la actualidad, no se conserva copia alguna y eso que algunos episodios de "Suspense" han sido recuperados pues tuvieron la suerte de ser grabados en su momento... pero la pieza de Rathbone, su última interpretación como Sherlock Holmes, se ha perdido. Curiosamente, aunque el libreto adaptaba un relato, sabemos que no se trató de uno canónico, sino que adaptó uno de los pastiches autorizados escritos por Adrian Conan Doyle (el hijo del creador de Holmes) con la ayuda de John Dickson Carr. Resulta una tortura pensar que se emitió algo tan interesante y que, en la actualidad, no tengamos forma de disfrutarlo.

Douglas Wilmer y Nigel Stock en 1964

- En la década de los 50 hay varios intentos más de trasladar a Holmes a la pequeña pantalla en varios países, pero tendríamos que esperar a 1964 para hablar de una versión más digna. ¿Qué aportó aquel proyecto de la BBC?

Bueno, para empezar, aportó seriedad y calidad. Los intentos alemanes y polacos de esos años distaban mucho de resultar perfectos. Y esa primera temporada del "Sherlock Holmes" de la BBC, además de adaptar trece historias canónicas, presentó a un Watson mítico (Nigel Stock) y a un Holmes (Douglas Wilmer) que mostraba la parte más oscura y desagradable del personaje, apartándose un poco de la imagen plana de las encarnaciones anteriores. Por desgracia, la producción era un desastre, y los guiones no solían estar a la altura, por lo que el propio Wilmer se veía obligado a rescribirlos casi todos, tomando como guía los escritos de Conan Doyle. Al final de esa primera temporada acabó tan agotado que renunció al personaje.

Peter Cushing en la portada de "Radio Times" anunciando la primera serie en color sobre Holmes

- Hubo que esperar un tiempo para la segunda temporada y llegó con dos grandes novedades: el regreso de Peter Cushing al personaje y el color.

Para muchos, esa segunda temporada, estrenada tres años después de la anteriores de lo mejor que se ha emitido sobre el detective, excluyendo, claro está, a la posterior serie producida por Granada TV con Jeremy Brett. Pero son muchos los aficionados que quedaron enamorados de la interpretación de Cushing en la versión de la Hammer de "El Sabueso de los Baskerville" (que, por cierto, también fue el primer largometraje cinematográfico de Holmes a color). Cuando la BBC fichó a Cushing para que sustituyera a Wilmer en la segunda temporada, los espectadores no podían estar más felices. Cuando se dijo que mantenían a Nigel Stock como Watson, también se alegraron. Pero cuando se emitió el primer episodio y resultó que era a todo color, la satisfacción fue completa. Por desgracia, los problemas de guion y producción seguían estando ahí, y el pobre Cushing hubo de hacer frente a los mismos problemas que tanto habían desgastado a Wilmer en la anterior temporada.

Patrick Macnee y Roger Moore en la película para la NBC de 1976 "Sherlock Holmes en Nueva York"

- Durante los 70 hubo un sinfín de adaptaciones en forma de TV Movies, la mayoría protagonizadas por grandes actores de Hollywood en horas bajas. El atractivo de Holmes para un actor es evidente pero... ¿estaban todos a la altura?

Bueno, esto es, claro está, un tema personal de los gustos de cada cual. Lo que sí podemos decir es que, en todos los casos, los intérpretes, como tales, llevaron a cabo un trabajo actoral digno y competente. Pero no todos tenían la presencia adecuada para Sherlock Holmes. Stewart Granger, por ejemplo, además de bastante grueso a esas alturas, tenía el pelo completamente blanco a sus 59 años y no daba el papel. El Holmes de Leonard Nimoy fue más un gag que un episodio holmesiano propiamente dicho. Y el de Roger Moore es, seguramente, el que más vergüenza ajena da en la actualidad. Sin duda, su telefilme "Sherlock Holmes in New York" de 1976 es, con mucho, el que ha envejecido peor.

- Es muy interesante descubrir en tu libro que, amén de alemanes e italianos, los rusos han tenido siempre un especial apego a los caracteres creados por Doyle...

Sí, siempre. Desde la época del teatro y, después, con la aparición del cine mudo, Sherlock Holmes parecía poseer algo que encandilaba a la audiencia rusa. Incluso en la actualidad han producido una serie moderna mostrando a un Holmes joven y atractivo en la Rusia de finales del S. XIX, a donde debe viajar en pos de Moriarty. No obstante, la serie más recordada de la televisión rusa acerca del detective la protagonizó Vasily Livanov y comenzó a emitirse a partir de 1980. No se trató de una serie como tal, sino de varias películas de una hora y cuarto, a razón de unas tres al año, que adaptaban (en ocasiones muy libremente) los textos canónicos de Doyle. Todo era ligeramente diferente, pero, cosa curiosa, todo funcionaba a la perfección. De algún modo, estas películas de Livanov y Vitaly Solomin (su Watson) lograron capturar a la perfección la esencia del personaje. Animo a quien no las haya visto a que las busque en Youtube. Aunque al principio resulta tremendamente extraño oír hablar en ruso a los actores (se pueden poner subtítulos al castellano, obviamente), al final no puede uno evitar meterse de lleno en los episodios.

Jeremy Brett y David Burke en la serie de la británica ITV de 1984 a 1994

- Llegamos a la joya de la corona, el Holmes de Jeremy Brett. ¿Por qué es considerada la mejor adaptación?

La serie de Brett para Granada TV (como productora y franquicia de la privada ITV) supuso un hito en su día, y no es para menos. Brett habían interpretado a Watson en el teatro (junto a un maduro Charlton Heston como Holmes) y, como intérprete teatral, se tomó extremadamente en serio al personaje. Se convirtió en él. No era solo que la serie adaptara con bastante fidelidad (casi) todo el canon sherlockiano (le faltaron muy pocos episodios para completarlo), sino que Jeremy Brett se estudió con minucioso detalle los textos de Doyle para reproducir cada pequeño gesto involuntario del personaje, cada pequeña peculiaridad, guiño o manía. Cuando uno ve un episodio de esa serie tiene la sensación de estar viendo la opción más parecida a lo original que nadie podría realizar. Esa autenticidad y ese completismo no tienen precio.

El innovador "Sherlock" protagonizado por B. Cumberbatch y M. Freeman para la BBC entre 2010-17

- Muchos consideran el "Sherlock" protagonizado por Cumberbatch y Freeman otra excelente adaptación a pesar de que son trasladados a la actualidad. ¿Cómo consiguieron sus creadores modernizar las historias sin cabrear a los fans?

Es curioso, sí, porque lo cambian absolutamente todo, pero, en esencia, todo está ahí. Y a los fans del personaje nos encantó. La clave, supongo, está en el hecho de que los showrunners Gatiss y Moffat no solo conocían a fondo al personaje y su mundo, sino que lo adoraban. Toda saga es susceptible de ser cambiada, adaptada o incluso parodiada, siempre que se todo ello se haga desde el conocimiento y el cariño. Los guionistas imaginaron cómo serían Holmes y Watson si se conocieran y comenzaran sus aventuras en pleno Siglo XXI y llevaron a cabo un verdadero encaje de bolillos para trasladar a la actualidad todo lo que era esencial en la saga literaria. Las historias están plagadas de guiños y referencias para los muy cafeteros, demostrando que Gatiss y Moffat sabían exactamente de lo que estaban hablando. De modo que los fans, al ver a esas nuevas versiones, reconocían perfectamente a los personajes, por muchos cambios sin importancia que pudieran tener. La esencia estaba allí, y de un modo respetuoso. Añade a eso la excelente interpretación y el carisma de Cumberbatch y Freeman y tendrás la pieza que faltaba para un éxito seguro.

Ilustración basada en la serie de Miyazaki

- Hay, además, decenas de series basadas en el universo holmesiano y sus personajes (algunas muy recientes) pero me gustaría destacar la versión animada dirigida (en principio) por el genial Miyazaki. ¿Crees que consiguió atraer a aquella chavalada de los ochenta a la obra original?

Sin duda, para muchos fue su primer Holmes. A mí, concretamente, me pilló ya algo crecido. Aunque adolescente, ya no tenía edad para esos dibujos. Pero, entre mi círculo de amigos sherlockianos (y pertenezco a varias de dichas asociaciones), ese Holmes perruno de Miyazaki fue su puerta de entrada al universo holmesiano. Y es muy curioso, porque esas primeras representaciones visuales que recibimos en la infancia de algunos personajes icónicos se quedan grabadas en nuestra mente para siempre. Hace pocos años, un amigo mío se leyó por fin "Los Tres Mosqueteros" de Dumas, tras mucha insistencia por mi parte. Por supuesto, le encantó, pero me dijo que, en todo momento, no podía evitar imaginarse a los personajes como "D'Artacán y los Mosqueperros" que, durante su infancia, habían sido su primer contacto con esa maravillosa saga de aventuras. No me cabe duda de que con el simpático e imaginativo Holmes de Miyazaki le sucede lo mismo a muchísima gente.

- Por último, como experto en Sherlock, ¿qué debe tener una adaptación para mantenerse fiel al espíritu Doyliano y atraer a nuevas audiencias?

A riesgo de repetir lo que comentaba cuando hablábamos del Sherlock de Cumberbatch (o de Gatiss y Moffat) resulta imperativo que el guionista (o los guionistas) conozcan a la perfección la obra original y entiendan a fondo su esencia. A partir de ahí, cualquier cambio que se puedan ver obligados a hacer, se hará con tino, conocimiento y buen gusto. Una vez resuelto eso, la clave, como sucede siempre con una nueva serie, estará en un buen guion y unos buenos intérpretes. Si la historia es buena, está bien contada, y los intérpretes poseen el carisma adecuado para conectar con la audiencia, muy mala suerte tendrá que tener la serie para no triunfar.